Un
Cuento de Narada Thera
"Un
hombre estaba andando apresuradamente a través de un bosque espeso, rodeado de
espinas y piedras. De repente con gran consternación, un elefante apareció y
empezó a perseguirle. Él huyó a toda
velocidad, presa del miedo, y viendo un pozo, corrió para esconderse en él.
Pero horrorizado vio una víbora en el fondo del pozo. Sin
embargo, a falta de otros medios de escape,
se metió en ese pozo, y se aferró a una enredadera espinosa que estaba
creciendo en él. Mirando abajo vio dos ratones--uno blanco y uno negro--royendo
a la enredadera. Frente a el había una
colmena de la que goteaba una dulce miel.
A
este hombre, sin atender a ninguna razón y en esa incierta situación, le estaba gustando avariciosamente la miel. Una persona
amable se ofreció a mostrarle un camino
de escape. Pero el hombre codicioso, le
pidió que le aguantara hasta que
él hubiese disfrutado de la miel.
El
camino espinoso es Samsara, el océano de la vida. La vida del hombre no es un
camino de rosas. Es asediado con dificultades y obstáculos para superar,
con oposición y crítica injusta, con ataques e insultos que padecer. Cosas así son el camino espinoso de
la vida.
El
elefante aquí simboliza a la muerte; la víbora la vejez, la enredadera, nacimiento,; los dos
ratones, noche y día. La gota de miel corresponde a los placeres sensuales
fugaces. El hombre representa al llamado a Ser. La persona amable representa el
Buddha.
La felicidad
material temporal es meramente la satisfacción de un fugaz deseo. Cuando la cosa deseada se obtiene,
otro deseo surge. Insaciables son todos los deseos.
‘El
dolor es esencial a la vida, y no puede evadirse.
El
nirvana es no-condicionado y es inmóvil. '"