"No me conoce ni me comprende quien habla de mi
cólera y mis castigos. Yo Soy una esencia, una luz, una vibración permanente y
eterna. ¿Puede encolerizarse la esencia, la luz, la vibración? Vosotros os
encolerizáis, y bajo el impulso de la cólera, castigáis, mas Yo no soy un hombre
revestido de vuestra grosera materialidad. Así dice Jehová, el Inmortal que no
tuvo principio ni tendrá fin.
-Vosotros no conocéis al
Padre Celestial porque sois cobardes y estáis llenos de miedo.
-No lo toméis a ofensa,
porque Jehová nunca ofende, sino que dice la verdad. Sí estáis llenos de
cobardía y de miedo, y a la Divina Sabiduría no la conquistan los miedosos, sino
los valientes para colocarse frente por frente a lo desconocido, al Eterno
Enigma, no de potencia a potencia y con insólito orgullo, sino con el amor de
hijos que ansían conocer a su padre. Y entonces el Padre se les descubre y les
dice: "Aquí estoy. Conocedme para que podáis amarme como dice la Ley: "mas que a
todas las cosas de la Tierra.
- ¿No veis que es un
contra sentido que mande a sus criaturas amarle sobre todas las cosas de la
Tierra, y luego se encolerice y animado de ira y furor les castigue
despiadadamente como hace un mal amo con sus infelices
esclavos?
La Ley debería decir
entonces:
"Temerás a Dios más que
a todas las fuerzas y formas de mal que hay en la
Tierra".
"Os digo que tenéis
miedo de escudriñar la verdad divina, y por eso sigue siendo una diosa escondida
y esquiva que no quiere mostrarse a los hombres. Sabéis que Dios es inmutable y
os permitís hablar de su ira y de su cólera. Encolerizarse es mudarse, es
cambiar de estado, y esto es otro contra sentido, porque si en momentos dados se
llena de ira y de furor, no es inmutable y es una blasfemia atribuir al Altísimo
tan grave imperfección, propia de las atrasadas criaturas de la
Tierra.
Dios es inmutable y
porque lo es, permanece impasible ante todos los errores humanos, ante todas las
hecatombes de mundos y humanidades.
Dios sabe que las
inteligencias encarnadas, recién llegadas a los dominios de la inteligencia y la
razón, están aún, bajo el gobierno de la fuerza bruta que es la materia en
humanidades primitivas; ¿cómo pues, ha de encolerizarse contra el orden
establecido por Él mismo, os sea que todas las humanidades adquieran lenta y
paulatinamente el conocimiento, la sabiduría y la
bondad?
"Si la Ley Divina dice:
"Amarás al Señor Dios tuyo con toda tu alma, con todas tus fuerzas y sobre todas
las cosas, es evidente que Él quiere como único don, el amor de todas sus
criaturas de todos los mundos, y por tanto lo que más le complace, es que sus
criaturas se esfuercen en conocerle porque nadie ama lo que no
conoce.
"En resumen, todo lo
bello y bueno nos viene de Dios que es nuestro Padre Universal, y todo lo malo
tiene su origen en nuestros errores, en nuestra ignorancia y en nuestras
inquietudes".
"¡Padre mío! "¡Señor de
los cielos, haz que los hombres te conozcan y sólo así te
amarán!"
Luque Alvarez, Josefa Rosalía,
"Arpas Eternas" Tomo 1, Ed. Kier, 1980, p.
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