Asunto: | EL ESCÉPTICO DIGITAL - Edición 2005 - Número 7 | Fecha: | Sabado, 2 de Julio, 2005 01:04:03 (+0100) | Autor: | Luis Javier Capote Pérez <lcapote @...........com>
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EL ESCÉPTICO DIGITAL
Boletín electrónico de Ciencia, Escepticismo y Crítica a la
Pseudociencia
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© 2000-2004 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico
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Edición 2005 - Número 7 - 2 de julio de 2005
=== SUMARIO
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EDITORIAL
ARTÍCULOS
1.- FÉLIX ARES DE BLAS: "EL PENSAMIENTO CRÍTICO ESTÁ MUY MAL
VISTO"
Luis Javier Capote Pérez
2.- ¿HAY CULTURA SIN CIENCIA?
Teresa González de la Fe
3.- NUESTRO MEDIOCRE Y ABURRIDO UNIVERSO
Sergio Gil Abán
DOSSIER DE PRENSA
A. EN LA PRENSA
1.- DESCUBREN TEJIDO BLANDO DE UN DINOSAURIO DE HACE 70 MILLONES DE
AÑOS EN PERFECTO ESTADO
2.- DOS TIPOS DE PULPO ANDAN DE PUNTILLAS
3.- EL EXTRAÑO CASO DEL PROFESOR BRU
4.- CUENTA ATRÁS PARA LA INSULINA INHALADA
5.- LA UIB DESVELA LAS CLAVES DE LA CRISIS FINANCIERA DE LA MALLORCA DEL
SIGLO XV
B. BITÁCORA DE BITÁCORAS
1.- ENTRE LA CIENCIA Y LA FICCIÓN
Javier Armentia Fructuoso
2.- "IGNORANCE IS GOD GIFT TO KANSAS"
Adela Torres Calatayud
3.- EL HOMBRE DE LAS FLORES (SIC) CUESTIONA LA TEORÍA DE LA
EVOLUCIÓN
El Paleofreak
C. MUNDO UNIVERSITARIO
1.- PEDRO ETXENIQUE: LA CIENCIA NECESITA UN PACTO NACIONAL
2.- SE CONSTITUYE HEXASCREEN, NUEVA SPIN-OFF DE LA UAB
3.- EL LABORATORIO DE CIENCIA E INGENIERÍA DE MATERIALES GANA EL PREMIO
UNIVERSIDAD-EMPRESA
4.- FINALIZARON LAS "NEUROJORNADAS CASTILLA-LA MANCHA" CON
NOTABLE ÉXITO DE PARTICIPACIÓN
5.- LA UPV/EHU PUBLICA UNA NUEVA REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA PARA
ACERCA LA INVESTIGACIÓN A LA SOCIEDAD
BUZÓN DEL LECTOR
ENLACES
=== EDITORIAL
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Llegó el verano, y con él todos los tópicos que acompañan a la estación
estival. Las noticias empiezan a escasear y todo parece adormercerse un
poco al compás de los calores, no siendo descartable que, revitalizados
por aquéllos, los mitos y leyendas de siempre asomen el hocico. ¿Cuánto
tardaremos en oír hablar de avistamientos, "descubrimientos" y
revelaciones que suenen más o menos parecido, cuando no igual, a las
curiosidades del último estío? Tenemos tres meses por delante, día
arriba, día abajo y mientras, intentamos avanzar un poco más y responder
a las críticas, sugerencias, peticiones y similares de la audiencia, para
ofrecer un boletín cada vez más eficaz en el objetivo de divulgar y
debatir en torno al conocimiento del mundo que nos rodea. Manteniendo el
número de trabajos inéditos, se ha procedido a una ampliación y
reorganización de la sección de reseñas, distinguiendo entre escritos
provenientes de diversas bitácoras, noticias salidas de medios de
comunicación varios, más un tercer sub-apartado en el que se dará
cobertura a la actividad investigadora de las universidades.
Por lo que se refiere a los artículos inéditos, el número comienza con
una entrevista al presidente de ARP-SAPC, Félix Ares de Blas, realizada
durante su visita a Tenerife, con el fin de participar en varios eventos,
desarrollados a caballo entre la Universidad de La Laguna y el Museo de
la Ciencia y el Cosmos, y en la que esboza un panorama de lo que hoy por
hoy son los problemas principales del pensamiento crítico en España. El
siguiente trabajo está firmado por Teresa González de la Fe, y forma
parte de su intervención en una mesa redonda donde se hablaba de las
confusas relaciones entre la ciencia y la cultura, intentando convencer,
recordar, reafirmar -porque no queda otro remedio- que la una forma parte
de la otra. Por último, cierra el apartado uno de nuestros colaboradores
más prolíficos, Sergio Gil Abán, incidiendo sobre los puntos más clásicos
del discurso pseudocientífico.
A la vista de la trayectoria del boletín, bien podría decirse que sus
contenidos tienen un carácter cíclico, ya que cada cierto tiempo los
temas se renuevan en una especie de eterno retorno. Tal parece que
siempre habrá que hablar del caso Manises, o de las caras de Bélmez de la
Moraleda, o de una alerta OVNI, o del descubrimiento de la Atlántida en
algún páramo perdido de la geografía terráquea. ¿Por qué los mitos se
resisten a morir? Buena pregunta, pero al mismo tiempo, también toca
reseñar noticias relativas al mundo científico: descubrimientos (esta vez
contrastados), iniciativas, investigaciones, amén de sus resultados
tangibles para nuestra vida cotidiana. Sí, después de todo, las leyendas
pueden ser inmortales, pero es la ciencia la que hace que las personas
vean cambiada su existencia a través de facetas tan cotidianas como la
salud, la alimentación o el propio acceso al conocimiento. Como decían
Les Luthiers, sonamos pese a todo.
=== ARTÍCULOS
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1.- FÉLIX ARES DE BLAS: "EL PENSAMIENTO CRÍTICO ESTÁ MUY MAL
VISTO"
Luis Javier Capote Pérez
¿Cómo surge su interés por el asunto de la divulgación científica?
Ha pasado tanto tiempo que ya casi no lo recuerdo. Lo que si recuerdo es
que mi primer artículo trataba de fibras ópticas y me lo publicaron en la
revista ALGO en 1967.
Siempre me he preguntado los porqués y los cómos, lo que me ha llevado a
buscar respuestas a mis propias preguntas. Una vez conseguidas me era muy
fácil responder a esas preguntas cuando las hacía mi familia. Por
ejemplo, mi padre me hizo una emisora de radio cuando tenía ocho años. Yo
me enteré de cómo funcionaba y no tuve ningún problema en explicarlo
cuando me abuela-que todavía vive-me preguntó: “cómo funciona”.
Usted preside actualmente ARP-Sociedad para el avance el pensamiento
crítico ¿Qué podría decirnos acerca de esta entidad?
En el mundo que vivimos cada vez es más frecuente encontrarse con ideas
irracionales que muchos dan por buenas: que la telepatía está demostrada
científicamente, que la homeopatía es una medicina que cura, que la
ciencia ha demostrado que la “Sábana Santa” de Turín es la mortaja de
Jesucristo,... Sobre estos temas hay programas de radio, de televisión y
decenas de revistas especializadas. Rara vez se encuentra el contrapunto:
las ideas de los que creen que eso no está demostrado científicamente.
Falta la voz crítica.
La Sociedad Para el Avance del pensamiento Crítico pretende ser ese
contrapunto, esa voz crítica. Para que el público tenga los dos puntos de
vista y elijan en libertad. No hay libertad si sólo se difunde un punto
de vista.
En su intervención en el curso “Ciencia e irracionalidad en la cultura
contemporánea”, así como en su conferencia en el Museo de la Ciencia y el
Cosmos, usted hace un repaso de los más populares mitos de la sociedad
moderna: platillos volantes, predicción del futuro, lectura de la mente,
poderes paranormales, visiones... ¿por qué cree que estos mitos se
resisten a morir?
La verdad es que no lo sé. Para mi modo de ser es inconcebible que tras
haberse demostrado por activa y por pasiva y miles de veces pero parece
ser que hay personas que se aferran a sus mitos sin importarle las
pruebas que se hayan aportado. Cada vez creo más que es cuestión de
personalidades. Hay personas que necesitan de mitos y otras que no. Los
que necesitan de los mitos se agarran a ellos y los defienden a capa y
espada contra todas las evidencias.
De un tiempo a esta parte, asistimos a un intento por parte de los
profesionales de las pseudociencias, de intentar entrar en las
universidades. Sin ir más lejos, circula por la red un manifiesto
¿Está inmunizada la institución académica española contra estos
males?
No. La institución académica española es muy permisiva con los mitos y
las pseudociencias. Por poner un ejemplo, en algunas de nuestras
universidades se dan cursos de homeopatía y de astrología. ¡En la
universidad! La institución académica española-como la política-siempre
ha estado muy ligada al catolicismo y le cuesta mucho trabajo defender
algo que vaya en su contra (investigación con células madre embrionarias
es un buen ejemplo).
Hace cosa de unas semanas estuvo por Tenerife, participando en la quinta
edición del curso del VEU sobre ciencia y pseudociencias ¿cómo ve el
nivel de la divulgación científica en la Universidad de La Laguna?
No lo conozco en profundidad; pero el mero hecho de que este curso exista
y de que también lo haga el programa de radio Autopista a la
ciencia: La hora de ACDC, es una prueba de que va muy bien. Nada de eso
existe en otras universidades españolas. El único precedente que conozco
es el del curso de escepticismo que se realizó en la Universidad de
Zaragoza; pero que fue mucho más sencillo y duró menos tiempo.
¿Cuál es el papel de los medios de comunicación en la divulgación del
pensamiento crítico y el conocimiento científico?
Los medios juegan un papel importantísimo. Los medios son los que llegan
al público. Lamentablemente el pensamiento crítico está mal visto. Hay
una cierta tendencia a pensar que los que no aceptan las ideas locas de
los pseudocientíficos son intolerantes, inquisidores,... y lindezas por
el estilo. Lamentablemente en la mayor parte de los medios-hay
excepciones muy notable-las noticias de ciencia se dan sin contextualizar
y sin criticar. Muchas veces la noticia de ciencia es el resumen de
prensa que han hecho los científicos, que lamentablemente muchas veces
exageran el valor o la importancia de sus descubrimientos. Un ejemplo
paradigmático es el anuncio de la “fusión fría”. Los medios lo publicaron
sin ninguna crítica. Los científicos se pasaron y los medios les
siguieron sin contrastar y sin criticar lo más mínimo.
¿Y de las pseudociencias?
Lo mismo que para la divulgación del pensamiento crítico y de la ciencia
son la pieza esencial. Lamentablemente dedican demasiado espacio a las
pseudociencias dándoles demasiada credibilidad.
2.- ¿HAY CULTURA SIN CIENCIA?
Teresa González de la Fe
La pregunta de la mesa redonda puede contestarse con un sí y con un no,
lo que no es buen síntoma desde el punto de vista de la lógica, aunque lo
sea desde otras perspectivas. Para responderla, quizás antes debamos
hacer otras preguntas: ¿Cómo entendemos la palabra cultura? ¿Se entiende
por cultura sólo el conjunto de cosas las bellas artes principalmente que
caen dentro de las competencias de ministerios, consejerías,
departamentos y concejalías que llevan la etiqueta de cultura? ¿O se
entiende por cultura, como hacen las ciencias sociales, el conjunto de
herramientas de adaptación de grupos y sociedades humanas basadas en el
lenguaje y la comunicación, lo que incluye no sólo conocimientos, valores
y creencias, sino también artefactos, recetas y utensilios? ¿Y qué
entendemos con la palabra ciencia? ¿entendemos por ciencia el conjunto de
actividades destinadas a obtener conocimiento certero y certificado sobre
la realidad, usando métodos replicables y contrastables para probar sus
afirmaciones, que empiezan a desarrollarse en el siglo XVII en Europa y
van creciendo paulatinamente en los siglos XVIII el siglo de las luces o
Ilustración y XIX, para explosionar de forma notable a partir de la
segunda mitad del siglo XX, en las numerosas actividades y conocimientos
que conocemos como ciencias y tecnologías? ¿o la entendemos, de forma más
general, como una búsqueda racional de la verdad basada en la
experiencia, lo que permite hablar de diversas clases de ciencias (como
las ciencias sociales, la ciencia jurídica o la ciencia de la religión) y
de etnociencias?
Según como las entendamos, podemos contestar sí o no a la pregunta de la
mesa. Podríamos decir que sí hay cultura sin ciencia porque la ciencia
misma es producto de la cultura, de una cultura determinada en una época
histórica determinada, por lo que durante milenios las culturas humanas
funcionaron sin ciencia e incluso hay amplios sectores de la cultura (o
subculturas) de nuestras sociedades modernas que funcionan sin referentes
científicos. Pero también podemos decir que no hay cultura sin ciencia en
la sociedad mundializada del siglo XXI, aunque la ciencia esté ausente de
los ministerios y consejerias de cultura y aún se considere
que los intelectuales son exclusivamente los de “letras” o “humanidades”.
Hoy, en una sociedad que se autocalifica de sociedad del conocimiento,
las ciencias y las tecnologías son las protagonistas principales del
cambio social, de múltiples cambios sociales. Sin embargo, en los medios
de comunicación y en el sistema educativo se sigue excluyendo a los
científicos de las
cuestiones relacionadas con la 'alta' cultura o de las cuestiones
importantes de la vida humana y la filosofía.
Como se ha señalado tantas veces, muchos intelectuales siguen presumiendo
de no saber matemáticas o de ser ignorantes en cuestiones de ciencia, sin
que por ello se dude de que sean cultos o educados. ¿Pueden seguir los
intelectuales humanísticos siendo ajenos a las ciencias e ignorantes
respecto a las implicaciones de los conocimientos científicos sobre el
universo, sobre la vida y sobre la naturaleza humana? ¿Se puede seguir
siendo culto sin saber ciencias? El Romanticismo, la filosofía
fenomenológica y existencialista y el rechazo a los métodos
científiconaturales por parte de sectores importantes de los científicos
sociales a principios del siglo XX, y de la filosofía y las ciencias
sociales postmodernas a finales de ese siglo, han contribuido a esta
situación problemática de las relaciones de la ciencia, de las ciencias
más bien, con la cultura.
El Romanticismo del siglo XIX fue una reacción a la Ilustración, a la
sociedad industrial y al creciente prestigio de los conocimientos
científicos. Las ciencias parecían monopolizar el campo mismo de la
verdad, de tal modo que la verdad era la verdad científica o probada con
métodos científicos. Los románticos consideraban que la Ilustración, con
su énfasis en la Razón y en las capacidades racionales, habían dejado de
lado los sentimientos y las cosas importantes de la vida, y que la
ciencia no tiene respuesta para las grandes preguntas sobre el sentido de
la vida: ¿quienes somos?, ¿de donde venimos? y ¿adonde vamos?.
El debate sobre el positivismo en la llamadas 'ciencias del espíritu' en
Alemania es parte de esa reacción. El 'positivismo' suele entenderse como
la defensa de las tesis de Auguste Comte, creador del término sociología
y uno de los “padres fundadores” de esta ciencia social. Comte,
identificando la historia intelectual de Francia con la de la Humanidad
(así con mayúsculas), afirmaba que la evolución de la humanidad se medía
en términos de conocimiento; que a un conocimiento religioso primario o
etapa teológica, le sigue un conocimiento filosófico crítico que niega la
etapa anterior y sustituye a los dioses por abstracciones, que es la
etapa metafísica,
que a su vez se verá superada por el conocimiento científico, la etapa
positiva, en la que se producirá conocimiento cierto y probado sobre el
mundo. Este conocimiento será la base de una nueva forma de sociedad
científicamente organizada. Para Comte, el único conocimiento fiable y
cierto era el aportado por las ciencias y que él llamaba positivo para
recalcar su diferencia con la etapa anterior, que negaba y críticaba,
mientras que el conocimiento científico afirma y prueba. Comte no pudo
superar la deriva religiosa (tan común a los proyectos políticos de
reforma o cambio social, especialmente los que implican un alto coste de
sufrimientos y violencia) y acabó
proponiendo una absurda religión positiva calcada del
catolicismo.
De ahí que los positivistas sean los defensores de métodos científicos de
obtención de conocimiento. Especialmente los que tratan de aplicar
métodos científicos en las ciencias sociales. En éstas, el debate se
salda con el establecimiento de la tesis del doble método
científico: los métodos explicativos para el mundo natural y los métodos
comprensivos o hermenéuticos para el mundo social. Este debate sigue
abierto y mientras que las humanidades y las ciencias naturales han
seguido sus actividades de forma separada, unas ajenas a las otras, las
ciencias sociales no han logrado aún convencer de su eficacia para
aplicar los métodos de la ciencia natural a los asuntos de los que hasta
entonces se habían ocupado las humanidades. Pese a ello, las ciencias
sociales elaboran conocimientos
sistemáticos sobre las modernas sociedades complejas y su éxito mundano
es incontestable. Gracias a la aplicación de métodos rigurosos a los
fenómenos sociales, hoy sabemos mucho más sobre las causas de la pobreza,
sobre los efectos de las políticas educativas, sobre las desigualdades
sociales, sobre las nuevas formas familiares, sobre el comportamiento de
los poderes públicos y los partidos políticos, sobre las creencias
religiosas de la población y sobre muchísimas otras cosas más.
Del romanticismo y del rechazo al positivismo surge la idea de que los
filósofos, literatos, historiadores y artistas de todo tipo son los
intelectuales, los 'hombres de letras' y se deja a las ciencias fuera de
la intelectualidad y de la cultura. Edmundo Husserl es el filósofo más
importante de esta tendencia y sus ideas ejercerán una profunda
influencia en la cultura europea, especialmente a través del
existencialismo, tanto en su variante de izquierdas con Sartre, como de
derechas con Heiddegger.
Ello da lugar a la situación que detectó en 1959 Snow, en su ensayo sobre
“Las dos culturas”: la profunda escisión entre las ciencias y las letras
y el desprecio por la ciencia que sienten los “hombres de letras”, sean
filósofos, literatos o escritores, periodistas, poetas o ensayistas. Esta
escisión se retroalimenta y se reproduce sistemáticamente en el sistema
educativo, que permite trayectorias curriculares en las que no aparecen
contenidos científicos y que produce importantes contigentes de población
ignorante respecto a la ciencia.
El aumento de los conocimientos científicos en diversos campos está
permitiendo a las ciencias dar respuestas a preguntas a las que
tradicionalmente respondían literatos, teólogos y filósofos: quiénes
somos, de donde venimos y adonde vamos. Están también respondiendo a los
clásicos temas románticos de los sentimientos y la razón, el cuerpo y el
alma, la vida y la muerte. El éxito de obras de divulgación literaria de
los conocimientos científicos muestra que hay un público que demanda
nuevas explicaciones de la naturaleza, del universo y de la especie
humana que estén soportadas por avales científicos, que sean objetivas y
estén probadas. El abismo o cisma entre las ciencias y las letras no se
ha salvado mediante una síntesis entre ambas. Más bien, algunos
científicos están empezando a trasladar sus conocimientos a los temas
tradicionales de las humanidades.
Este es el caso del movimiento conocido como la Tercera Cultura,
compuesto por científicos y pensadores que a través de sus escritos están
reemplazando a los intelectuales tradicionales en dar explicaciones para
las grandes preguntas filosóficas sobre el origen del universo, sobre la
naturaleza humana o sobre el origen de la vida.John Brockman, su
fundador, afirma que la Tercera Cultura está redefiniendo quiénes y qué
somos (Third Culture: Beyond the Scientific Revolution).
La filosofía, las ciencias sociales y las humanidades postmodernas
han ido cuestionando y erosionando la credibilidad y el prestigio de las
ciencias. Por una parte, relativizando sus conocimientos, al
considerarlos como construcciones sociales como discursos o narrativas en
pie de igualdad respecto a otras alternativas cognoscitivas como las
religiones o las ideologías. Por otra, cuestionando seriamente sus
fundamentos epistemológicos y su objetividad.
A esta situación ha contribuido el importante papel de las ciencias y las
tecnologías en las sociedades actuales, que son dependientes de los
conocimientos científicotécnicos para la supervivencia, y el auge de las
industrias del conocimiento, la explotación comercial de los
conocimientos científicos, la necesidad de disponer de conocimientos para
la toma de decisiones políticas, etc.
Para los críticos del orden social, las ciencias y las tecnologías forman
parte indisoluble y culpable del sistema de reparto desigual de la
riqueza, el poder y el privilegio. La 'izquierda', en el sentido vago del
término, se ha hecho anticientífica y tecnófoba, dando cabida en sus
explicaciones a planteamientos pseudoreligiosos y mimetizando el 'todo
vale' del relativismo.
El resultado ha sido diverso. Auge de las religiones en sus versiones más
fundamentalistas e integristas, que impiden cualquier espacio de debate
racional. Auge de las pseudociencias alimentadas por la necesidad de los
medios de comunicación de masas de conseguir audiencias y de explotar la
necesidad de emociones vicarias del público. La amplia aceptación del
llamado democratismo epistemológico, la falsa creencia en que todo tiene
el mismo valor de verdad y “todo vale”, es quizás el daño más importante
que los postmodernos han hecho a la credibilidad de los conocimientos
científicos entre grandes sectores de la población igorantes en ciencias.
El éxito social de las pseudomedicinas son un buen ejemplo de ello. La
cultura occidental y no sólo occidental hoy está atravesada por la
ciencia y por el impacto de los conocimientos científicos sobre todas las
facetas de nuestras vidas. Las ciencias y las tecnologías se
han desarrollado tanto y de formas tan especializadas que parece difícil
sintetizar sus diversas aportaciones en una concepción general del
universo y del papel de la especie humana en él.
Porque, además, los desarrollos de las ciencias, las cosas de las que
sabemos y las cosas que ignoramos aún, reflejan también los intereses
sociales y de los grupos de poder. Sabemos más de las enfermedades de los
ricos que de las de los pobres. Sabemos más de los campos científicos con
aplicaciones comerciales que de aquellos no rentables para el mercado. El
creciente coste de las investigaciones científicas y de la formación de
científicos hace que las decisiones sobre asignación de recursos públicos
a las ciencias y las tecnologías requiera un control democrático, que a
su vez supone una ciudadanía informada sobre el valor de los
conocimientos científicotecnológicos.
Para que las ciencias formen parte integral de la cultura en todos los
sentidos, los científicos han de hablar con el público en el lenguaje de
éste y han de hacer un esfuerzo por comunicar el valor, la utilidad y la
importancia de sus conocimientos y desarrollos. Los medios de
comunicación juegan un papel principal no sólo como espacios de
comunicación entre los científicos y la sociedad, sino como agentes
activos en la creación de opinión y de actitudes, como agentes de eso que
una vez se llamó cuarto poder, con capacidad de contrapeso y de crítica
de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial propios del orden
político. Por su parte, los poderes públicos deben empezar a ser
conscientes de sus decisiones y de su responsabilidad en lo que concierne
a la distribución social de los conocimientos científicos, que se
traducen no sólo en los recursos que aportan a la investigación lo que se
llama I+D+i, sino también en la calidad de la educación, en el fomento de
las vocaciones científicas y en el apoyo a la divulgación de las llamadas
TIC, afortunadamente, han venido a replantear las actitudes hacia las
tecnologías de los grupos y movimientos activistas, dando lugar a
diversos tipos de ciberactivismo. ciencias como parte de las actividades
culturales.
Los científicos han de salir de sus “torres de marfil” como ya han hecho
muchos de ellos. Los comunicadores han de dejar de pertenecer
exclusivamente a las “letras”. Los políticos y responsables públicos han
de invertir más en educación de calidad para toda la sociedad.
Mientras tanto sucede esto, la pregunta de esta mesa redonda sigue siendo
pertinente y puede seguir siendo contestada con un rotundo sí.
Postdata postmesa redonda: Tal como planteó en el coloquio la directora
del Museo, Dra. Inés Hidalgo, en las “torres de marfil” no sólo están los
científicos. También hay que matizar, como se hizo en el coloquio, que lo
del marfil es sumamente metafórico y quizás haya que sustituirlo por
barro.
3.- NUESTRO MEDIOCRE Y ABURRIDO UNIVERSO
Sergio Gil Abán
¿Alguna vez ha ido usted caminando por la calle tranquilamente,
ensimismado en sus pensamientos y en ellos ha aparecido una persona a la
que hace tiempo que no ve? ¿Y si se encontrase con ella apenas unos
minutos más tarde? ¿Lo consideraría una casualidad o quizá un signo de
algo más? También es probable que, alguna vez, haya usted soñado con
cierta cosa, la que sea, y luego algo muy similar haya sucedido. Si
le ocurre una vez en la vida, lo tomará como una jugarreta de las
circunstancias, simplemente, sucedió, como el burro que tocaba la flauta.
Pero, ¿le ha pasado dos, tres o cuatro veces en un lapso corto de tiempo?
Es más, ¿le ha ocurrido "de toda la vida", que usted tenía
predicciones sobre el futuro que luego se han tornado ciertas? ¿Ha
llegado usted a la conclusión, entonces, de que posee algún tipo de poder
extrasensorial? Si responde que sí a esta última pregunta, debería hacer
algunas pruebas y, si sigue convencido de ello, aceptar el Reto Randi
(http://www.randi.org
): Un Millón de Dólares a la persona que, en condiciones de laboratorio,
demuestre poseer un poder paranormal o bien presente un fenómeno
inexplicable con los conocimientos actuales de la ciencia. No está mal,
¿verdad?
Para poder realizar una prueba válida de este tipo de presunciones hace
falta algo más que lo que nos presentan por ahí. Vea usted un divertido
ejemplo en
http://www.portalmix.com/misterios/juegos/telepatia/
En esa página, se le presentan a usted cinco cartas con cinco
símbolos sencillos y una sexta carta vuelta del revés. Simplemente, debe
elegir usted el símbolo que cree que está detrás del naipe oculto y
comprobar si acertó o falló. Independientemente de que se concentre en su
labor o de que lo haga por puro azar, normalmente el juego acaba en torno
al 20% de aciertos. Es posible que usted haya logrado un percentil
superior, desde luego, pero si realiza varias rondas consecutivas, verá
cómo la media aritmética de esas pruebas tiende al 20%. Es lo que
llamamos "Regresión a la Media". Hay cinco cartas para elegir,
de modo que la casualidad hará que una de cada cinco veces, acertará. La
Regresión a la Media es la prueba empírica de que, estadísticamente, el
ser humano es mediocre. Hay atletas olímpicos que baten récords en
entrenamientos previos a los campeonatos en los que obtienen resultados
mediocres y viceversa, "atletas revelación" que rompen las
predicciones deportivas. Seguro que usted tiene días malos y días buenos
y seguro que, en suma, realiza usted un trabajo que tiende a la media. No
hay nadie que mantenga todos los días un nivel óptimo de rendimiento al
igual que nadie realiza todos los días un nivel mínimo de esfuerzo, salvo
que se haga aposta. Y hasta haciéndolo de propio cuesta mantener cotas
demasiado altas o demasiado bajas. Hacen falta grandes dosis de esfuerzo,
constancia, fuerza de voluntad, estudio, paciencia y dedicación para
vencer a nuestra tendencia a la mediocridad.
Entre el ideario de los amantes de lo paranormal, está la idea de que
mediante la concentración, el consumo de drogas, la fuerza de voluntad,
el entrenamiento, los rituales mágicos o por combinación de varias de
estas formas, se puede superar superar esa medianía a la que todos
estamos condenados. El tiempo de los prodigios innatos pasó hace años y
de unas décadas a esta parte, lo que está de moda es argüir que todos los
seres humanos somos capaces de tales prodigios, pero que hay que
"activarlos". Como instalar un nuevo programa en su disco duro,
pero mediante complejos rituales de instalación. La nefasta corriente de
la Nueva Era y muchas de las pseudofilosofías orientales siguen esta
idea: que el ser humano puede superar sus propias limitaciones incluso
por encima de las leyes de la física. No es ya ser capaz de saltar más
alto, correr más deprisa o levantar más peso, sino de hacer todas esas
cosas sin ayuda de músculos ni tendones. O forzando a éstos a trabajar
por encima de sus posibilidades potenciales.
El problema de este planteamiento es que contrasta con nuestro mediocre
universo. Las estrellas más brillantes y masivas tienden a perder su masa
rápidamente, cayendo en picado hacia la Secuencia Principal,
manteniéndose en este estado durante mucho más tiempo hasta que son
reducidas a escombros estelares, donde permanecerán por eones. Pocas
llegan a ser objetos curiosos por lo bajo, como púlsares o agujeros
negros. Lo normal es que acaben siendo cutres objetos estelares como
enanas blancas o rojas. Los átomos que ganan o pierden demasiados
electrones tienden a recuperarlos o a deshacerse de ellos, hasta
conseguir cierta estabilidad electromagnética. La cantidad de objetos muy
masivos en el universo es ínfima comparada con la cantidad de naderías
diminutas que pululan por ahí. Frente a cuatro gigantes gaseosos en el
sistema solar, tenemos centenares de millones de pedruscos del tamaño de
granitos de arroz. La media ignoro cuál será, pero supongo que será muy
parecida en todos los sistemas del universo.
Es posible que haya seres que despunten en algo. El guepardo es un
mamífero extremadamente rápido, el cuervo es un ave que aprende muy
deprisa y los roedores se reproducen de un modo alarmante, pero ni el
guepardo es capaz de aguantar mucho tiempo en plena carrera, ni el cuervo
puede suplir su falta de habilidad manual, ni los roedores pueden evitar
tener una gran mortalidad infantil en sus filas. Nada en este mundo puede
superar ciertos límites que nos marca una mediocridad inherente al mismo.
Si contemplamos una cualidad, la que sea, por sí sola, cometemos el error
de entender que el objeto de estudio se caracteriza únicamente por esa
cualidad. Las habilidades de los sujetos y las capacidades de los
objetos, deben entenderse como formando parte de un conjunto superior de
seres y cosas que pertenecen a su vez a otro conjunto superior que es el
propio universo. Y las leyes de este universo nos atañen a todos por
igual. Concéntrese en el naipe que quiera: por más veces que se entrene,
por más veces que repita, el único modo de vencer al azar es que éste no
exista. Encuentre un patrón en la secuencia de cartas ocultas y podrá
predecir cuál vendrá a continuación, pero si no existe tal patrón y el
factor azar es el único disponible, usted no superará cierta marca media.
El universo es aburrido en su mediocridad. Las estrellas queman hidrógeno
y forman helio durante cientos, miles de millones de años quizá, para
tener un instante de gloria final en el que formarán todos los demás
elementos. Y estos elementos raramente crean objetos interesantes o
curiosos. Lo normal es que tiendan a la estabilidad, creando minerales
que duren mucho tiempo, pero sin cambiar. Solo un elemento de entre todos
los de la tabla periódica es capaz de crear complejas combinaciones de sí
mismo y solamente unas pocas de esas combinaciones terminan por
reproducirse, evolucionar y desarrollar nuevos organismos. Por lo
general, la tendencia innata en nuestro universo es a volverse aburrido,
a no tener detalles ocultos y a permanecer ahí por el tiempo que se
pueda.
Y, con el tiempo, con mucho tiempo, incluso estas estables tendencias
pierden su naturaleza y pasan a estadios aún más aburridos. La teórica
muerte térmica del universo es un buen ejemplo: un universo entero, de
miles de millones de años-luz de radio, compuesto solo por un légamo frío
carente de toda brillantez. En el cero absoluto, hasta los átomos se
detienen. Todo es quietud, oscuridad, frío, estabilidad, homogeneidad,
aburrimiento.
¿Por qué iba el ser humano capaz de vencer a esta tendencia? ¿Por qué
íbamos a ser nosotros precisamente los que obtuviésemos un sobresaliente
mientras el resto del Cosmos saca un aprobado justito? Contemplar el
universo en su medianía, en su falta de superdotación, es un ejercicio de
autoestima. No somos ni mejor ni peor que los demás. Somos lo que somos y
si hemos sobrevivido ha sido gracias al esfuerzo colectivo y no a los
poderes de ciertos iluminados. Jamás un chamán consiguió vencer a la
vejez como lo ha conseguido el colectivo de médicos, biólogos y
farmacólogos. No busque en sí mismo un poder que lo distinga del resto,
no pretenda salir del montón, sino hacer del montón un sitio más
agradable. No persiga vencer a las leyes físicas, sino conocerlas,
comprenderlas y jugar con ellas hasta acomodarse de tal modo que pueda
vivir con más comodidad. Las aves vencen a la gravedad con sus alas y el
ser humano vence a su propia naturaleza con la ciencia, la tecnología, la
ética, el arte y la discusión razonada. No con presunciones de
superpoderes, ni con exaltados discursos sobre salvadores galácticos o
destinos de gloria y divinidad. Así, no se ha conseguido sino engañar a
la gente y hacerle creer que es mejor de lo que realmente es. Solo
reconociendo nuestras limitaciones y estudiándolas, podremos superarlas.
Reconózcase mediocre. Es más divertido, en realidad.
=== DOSSIER DE PRENSA
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A. EN LA PRENSA:
1.- DESCUBREN TEJIDO BLANDO DE UN DINOSAURIO DE HACE 70 MILLONES DE
AÑOS EN PERFECTO ESTADO
(Noticia publicada originalmente en el diario La Razón)
G. M.
Washington- Los científicos nunca rompen los restos de los huesos de los
dinosaurios que encuentran
en las excavaciones arqueológicas, pero el pequeño incidente que tuvo un
grupo de paleontólogos el pasado
jueves en el yacimiento de Hell Creek, en Montana (EE UU) puede hacer
cambiar de idea al mundo de
la ciencia.
Cuando los expertos trataban de recuperar el esqueleto de un Tiranosaurio
Rex, el fémur de este animal
prehistórico se rompió y los especialistas comprobaron que aún conservaba
en su interior, casi en perfecto
estado, tejido blando con más de 70 millones de años de edad. Este
hallazgo supone un gran avance ya que
con este material se pueden analizar los vasos sanguíneos e incluso las
células del T-rex, algo que hasta ahora
era impensable.
La responsable de la investigación, Mary Higby Schweitzer, de la
Universidad de Carolina del Norte, que ya ha
publicado los primeros resultados de su investigación en la revista
«Science», explica que una vez analizado el
tejido en el laboratorio obtuvieron un material denominado por la experta
como «flexible y elástico» que estaba
entrelazado por lo que los científicos creen que son vasos
sanguíneos.
El tratamiento al que sometieron al tejido de deshidratación y posterior
rehidratación permitió también hallar
unos vasos muy delgados y casi transparentes que flotaban libremente en
la solución salina, muy similares a
los que hoy en día tienen las avestruces. Este animal se considera como
«pariente más cercano» a los
dinosaurios. Ambos presentan en su tejido blando puntos pequeños, rojizos
marrones que podrían ser los núcleos
de las células endoteliales.
La responsable de la investigación, Higby Schweitzer, se muestró muy
entusiasmada, ya que nunca antes se
había encontrado material de tal calibre en tan buenas condiciones.
«Hemos encontrado muetras en insectos que
han sobrevivido dentro de ámbar, pero nunca con tantos años», dijo la
doctora. Según la experta, este material
permitirá saber muchoas datos de estos animales como si eran de sangre
fría o caliente, o cómo llegaron a
relacionarse con otros animales. «Si podemos aislar ciertas proteínas,
entonces quizás podamos dirigir la
cuestión de la fisiología del dinosaurio», dijo Schweitzer. Desde luego,
la gran pregunta es si será posible saber
el ADN completo. «Aún no sabemos dice la doctoratrabajamos muchos en
el laboratorio pero aún no podemos
decir nada».
El paleontólogo Jack Horner afirmó que los restos de Tiranosaurio rex
estaban enterrados bajo mil metros cúbicos
de roca de extrema dureza. «Es un espécimen fantástico», dijo en una
rueda de prensa.
El paleontólogo explicó que los restos del esqueleto estaban muy lejos de
cualquier carretera, por lo que tuvo que
ser trasladado con un helicóptero. «Como este fósil de dinosaurio era
particularmente grande se rompió un fémur»,
comentó.
Posiblemente, los museos de todo el mundo comenzarán a rajar huesos y
buscar el tejido suave en sus fósiles,
vaticinó este experto. «Los dinosaurios son relativamente raros y la
gente tiende a no querer cortar agujeros en
el hueso, pero estoy seguro de que hay muchas cosas importantes ahí
dentro», añadió.
URL:
http://www.larazon.es/noticias/noti_soc44608.htm
2.- DOS TIPOS DE PULPO ANDAN DE PUNTILLAS
(Noticia publicada originalmente en el diario El Mundo del S.
XXI)
MADRID.- Dos especies de pulpo localizadas en Indonesia y Australia
caminan de puntillas sobre la arena del fondo
del mar, mientras el resto de ejemplares de ese animal avanza a modo de
gateo para pasar desapercibido, según un
estudio realizado por un equipo de científicos.
Al contrario que el resto de ejemplares de ese animal cuyos movimientos
en el agua se parecen a los del gatear de
un niño, estos dos ejemplares citados caminan literalmente por las
profundidades apoyando regularmente y un tiempo
prolongado dos de sus brazos consecutivamente sobre la arena del fondo
del mar, como si andaran de puntillas.
Con sus otras seis extremidades se ocultan ante los predadores a modo de
protección; uno de ellos, adopta con esos
brazos no usados para caminar la forma de un coco giratorio, y el otro se
asemeja a una masa de algas flotantes.
El trabajo aparece publicado en el último número de la revista 'Science',
y es fruto de la investigación de un equipo
de científicos de las universidades de California-Bekerley y de Sam
Ratulangi en Sulawesi Norte (Indonesia).
La cualidad andarina de esos animales los hace más vulnerables ante los
peligros de las profundidades marinas
respecto al resto de pulpos, cuyos movimientos a modo de gateo los hace
pasar más desapercibidos ante los enemigos,
explican los expertos.
Con anterioridad a este trabajo codirigido por Christine Huffard, de la
Universidad de California-Berkeley y destinado
a la observación de estos "elegantes" pulpos andarines, se
pensaba que esa actividad de pasear se limitaba a las
criaturas con músculos adheridos a huesos u otras estructuras
óseas.
En lugar de músculos y huesos, estos pequeños pulpos andarines
localizados en Australia e Indonesia se apoyan
para caminar sobre músculos flexibles, que se mantienen a partir de un
fluido en su interior.
Para su investigación, los científicos grabaron en vídeo y bajo el agua
los movimientos de los brazos de esos dos
ejemplares: el 'pulpo coco' o 'pulpo marginatus' (de Indonesia), cuyo
cuerpo apenas alcanza el tamaño de una
manzanita, y el 'pulpo alga' o 'pulpo aculeatus"' (de Australia),
semejante a una nuez.
Los científicos estudiaron sendos ejemplares y los movimientos de los dos
brazos apoyados en la superficie del fondo
del mar y comprobaron que sus contactos con el suelo eran regulares y
también las cantidad de tiempo en contacto
con el suelo, lo que los hace ser considerados como caminantes a dos
patas y de locomoción bípeda.
URL:
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/03/24/ciencia/1111692794.html
3.- EL EXTRAÑO CASO DEL PROFESOR BRU
Alejandra Rodríguez. Isabel Perancho.
(Artículo publicado originalmente en el diario El Mundo del S.
XXI)
Las consultas de Oncología nacionales se han visto desbordadas esta
semana por una avalancha de pacientes enfermos de cáncer deseosos de
probar un fármaco que, de acuerdo al anuncio realizado por un físico
madrileño, Antonio Brú, es capaz de curar todos los tumores sólidos: el
factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF, sus siglas en
inglés), un producto de uso habitual para paliar los efectos de la
quimioterapia y que, curiosamente, a pesar de haber sido administrado a
miles de pacientes durante más de una década jamás había dado muestras de
este sorprendente efecto. La comunidad científica esta convulsionada tras
la rueda de prensa que Brú ofreció el pasado lunes en la que aseguró
haber «curado» a un paciente con un tumor de hígado terminal aplicando
dosis masivas de este medicamento. Las críticas arreciaron durante los
días siguientes. Los expertos consultados por SALUD ponen en tela de
juicio la validez de la teoría sobre la que ha sustentado su experimento
que, además, no era el primero. Brú y su equipo aseguran haber curado por
el mismo procedimiento a otra joven paciente con un melanoma (cáncer de
piel) terminal. Pero, sobre todo, le recriminan su «irresponsabilidad» al
lanzarse a tratar enfermos sin suficientes pruebas y, sobre todo,
anunciar la inminente curación del cáncer a raíz de un único caso, algo
que carece de validez científica. ¿Quién es este físico? ¿Por qué cree
que puede curar los tumores?
La historia de Antonio Brú es el relato de una pasión que se inició,
según él mismo cuenta, hace 12 años a raíz de una experiencia personal:
la muerte de su abuela a causa de un cáncer. El físico, que entonces
trabajaba en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),
empezó a formular una teoría sobre cómo crece la masa tumoral e invade el
tejido sano. Con el tiempo desarrolló la hipótesis de la dinámica
universal del desarrollo tumoral. Básicamente sostiene que el crecimiento
de la masa cancerosa está mediado por la presión que recibe del ambiente
que la rodea (el tejido sano y el sistema inmune). Si no encuentra
obstáculos, crece expandiéndose a través de su superficie a partir de los
bordes, como lo harían las conchas marinas o los copos de nieve,
siguiendo una dinámica regida por las leyes de la geometría
fractal.
LA TEORÍA.
Es decir, según él, el tumor empuja al tejido sano y acaba ahogándolo.
Esta teoría contraviene el pensamiento imperante que sostiene que la masa
maligna se desarrolla a partir de su núcleo creando nuevos vasos
sanguíneos que invaden el 'terreno' sano y la alimentan.
Para probar su idea, acudió al laboratorio y, tras una primera prueba,
hace cinco años entró en contacto con José Luis Subiza, inmunólogo del
Hospital Clínico de Madrid. «Había estudiado su teoría en una línea de
células y quería ver si podía demostrarla en otras diferentes. Le
facilité los medios para hacer los ensayos con líneas de células
tumorales humanas y murinas [de ratones]», explica Subiza.
«Su idea era interesante desde el punto de vista físico y de
modelización. Básicamente, lo que hicimos fue hacer crecer un grupo de
células en unas placas de laboratorio y ver si evolucionaban como estaba
previsto. La teoría se comprobó, pero el modelo de células tumorales que
utilizamos no está validado en humanos», advierte el experto. Dicho de
otra forma, no está demostrado que las células de un enfermo se comporten
igual que las que se utilizaron en los cultivos para estos
experimentos.
EL FÁRMACO.
Fue de esta relación de la que surgió, «en el curso de conversaciones
informales», la idea del factor estimulante de las colonias de
granulocitos, el G-CSF. «Si de acuerdo a la teoría, los tumores deben ir
liberando el espacio circundante para ir creciendo, Brú me preguntó de
qué forma se podía construir una barrera para evitar el avance, qué podía
haber capaz de ocupar ese hueco virtual. Le contesté que unos candidatos
podían ser los neutrófilos, unas células del sistema inmune», explica
Subiza.
«Sin embargo», se apresura a aclarar, «el papel de los neutrófilos no fue
una consecuencia de los resultados experimentales en los que basa su
hipótesis y en los que yo participé, sino fruto de una posibilidad
altamente especulativa que surgió durante la discusión de las posibles
implicaciones teóricas del modelo. Que yo sepa no ha habido estudios
posteriores que demuestren su papel». El mismo le advirtió de que no veía
plausible que utilizar un producto farmacológico para estimular la
proliferación de neutrófilos, como el G-CSF, pudiera tener un efecto
antitumoral: «ya se había investigado en el laboratorio y no había ningún
resultado en ese sentido».
El experto, que reconoce estar «muy sorprendido» por el anuncio realizado
esta semana por Brú, es claro: «No estoy de acuerdo en cómo ha procedido.
Lo lógico es que lo hubiera intentado demostrar en más enfermos y que
hubiera utilizado los cauces de divulgación científica, en vez de lanzar
mensajes esperanzadores a los pacientes. Es un salto al vacío». En estos
momentos, Subiza se desmarca completamente de Brú.
Lo mismo le sucede a su siguiente colaborador, José López García-Asenjo,
miembro del servicio de Anatomía Patológica del Hospital Clínico de
Madrid, con el que trató de confirmar su teoría, esta vez estudiando
muestras de tumores humanos. La primera vez que Brú experimentó el G-CSF
fue en 16 ratones a los que se les inoculó un modelo experimental de
cáncer (no era un tumor humano). Parte de ellos fueron también estudiados
por García-Asenjo. Fruto de esta colaboración es el artículo publicado en
la revista 'Physical Review Letters' en el que se asegura que la
enfermedad remitió totalmente en dos roedores y en otros ocho se redujo
su tamaño.
García-Asenjo decidió no continuar al lado de Brú tras conocer sus
intenciones de experimentar con pacientes, un hecho ante el que no oculta
su disgusto. «Esos trabajos fueron muy preliminares, con pocos ratones
tratados. La cosa debería haberse quedado en aumentar esas
investigaciones iniciales, buscar una evidencia mucho mayor con una
población de estudio más amplia y comprobar la reproducibilidad del
hallazgo por otros grupos. Mi desacuerdo manifiesto surgió cuando con
esos resultados Brú manifiesta la posibilidad de tratar humanos»,
afirma.
UN EQUIPO FIEL.
En ese momento, el físico ya se había rodeado de un grupo de fieles
colaboradores muy próximos a su entorno íntimo. Su hermana Isabel, médico
de familia en un centro de salud de Talavera de la Reina; Sonia Albertos,
una joven gastroenteróloga del Hospital Clínico de Madrid, y un ex
compañero de ésta, Fernando García-Hoz, que actualmente trabaja en el
Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Estas instituciones sanitarias se han
desmarcado oficialmente estos días de la investigación.
Éste último equipo es el que durante los últimos años ha tratado de
probar la teoría de Brú en pacientes humanos, una labor que, en
circunstancias normales, precisa múltiples ensayos previos en el
laboratorio. Para ello, recabaron la colaboración de numerosos oncólogos,
que declinaron la oferta por considerarla inviable, y acudieron, al
menos, a uno de los laboratorios fabricantes del G-CSF, Amgen.
«Hubo contactos a mediados de 2004. Propuso un estudio, se analizó y se
sometió a la consideración de nuestra central [en EEUU]. La respuesta fue
que la compañía no apoya estudios sin un protocolo clínico detallado y
sin datos científicos preclínicos que lo sustancien o apoyen. Se estimó
que el proyecto carecía de esos elementos», asegura un portavoz oficial
del laboratorio. El G-CSF lleva en el mercado desde 1991 y se ha
utilizado en miles de pacientes con cáncer, ya que se emplea para tratar
la inmunosupresión que provocan algunos tratamientos antitumorales. Como
obliga la normativa, antes de su lanzamiento al mercado, también se
investigó profusamente en el laboratorio. A pesar de ello, «no tenemos
constancia de ningún dato sobre su potencial anticanceroso», añade el
citado portavoz.
¿Cómo ha podido tratar el equipo de Brú a dos pacientes con un fármaco
que no está autorizado legalmente como terapia para el cáncer? Se
recurrió a la fórmula del uso compasivo que permite emplear una
medicación que ya está en el mercado en una enfermedad para la que no ha
sido aprobado. Este trámite sólo lo puede cumplimentar un médico, que
debe justificar su solicitud y explicar los detalles de su proyecto a la
Agencia Española del Medicamento. Dos de los colaboradores de Brú (él no
es médico) hicieron la petición, que fue aprobada por la citada agencia,
dependiente del Ministerio de Sanidad.
No existe constancia del resultado en la primera paciente, aunque ella
misma ha asegurado en televisión que ha sobrevivido a un melanoma gracias
al G-CSF. «No estamos jugando», afirma Sonia Albertos, de 34 años, el
único miembro del equipo que ha respondido a las llamadas de SALUD. «Es
cierto que puede tratarse de curaciones espontáneas, pero no lo creo,
sería mucha suerte que coincidieran dos casos al azar».
Albertos, que conoció a Brú hace siete años cuando preparaba su tesis
doctoral, dice «entender» el rechazo que el anuncio ha generado entre sus
colegas: «Nuestras ideas no están fundamentadas en las cosas de siempre.
Un físico ha llegado para cambiar la concepción del cáncer». Afirma que
se han topado con numerosos obstáculos. «Las revistas serias no habían
querido publicar el artículo de los ratones, nos decían que la teoría
estaba equivocada. Por eso acudimos a una de bajo impacto ['Journal of
Clinical Research', la que ha aceptado el caso del cáncer hepático],
sabíamos que nos lo sacaría rápido».
A pesar de las airadas críticas, el equipo asegura estar muy cerca de
llevar adelante el proyecto de hacer un ensayo con más pacientes y
confirmar, definitivamente, su teoría y la utilidad del fármaco G-CSF en
un plazo inferior, incluso, a los dos años. «Hasta que no hagamos este
estudio, el medicamento no se puede dar a los pacientes. Hay que hacer
pruebas como mandan los cánones de la Medicina», apostilla la doctora
Albertos.
Muchos opinan que si el proyecto llega a salir adelante, quizás haya sido
gracias a que se ha utilizado la ansiedad de los enfermos de cáncer para
recabar apoyo hacia una teoría que, pudiendo ser incluso interesante, aún
está por demostrar. «No intentamos manipular. Nuestro objetivo es
altruista», se defiende.
Responsabilidad y conocimiento
José Luis de la Serna
Cualquiera que se considere un científico serio, con respeto a lo que
pueden sentir en un momento dado los pacientes, se lo piensa dos veces
antes de salir en una rueda de prensa anunciando una cura revolucionaria
de los tumores malignos. Aunque fuese verdad la teoría que sostiene el
físico que ahora nos ocupa sobre cómo crecen las células cancerosas, y
cómo con un medicamento muy usado se puede controlar su proliferación, lo
que no se puede es transmitir a la opinión pública un hallazgo de esas
características sin pruebas que lo avalen. Porque pruebas no hay. Si la
ciencia ha avanzado en las últimas décadas ha sido, sobre todo, porque se
han aportado datos soportando cada uno de los escalones que se han ido
subiendo. Sólo gracias a la metodología científica el sida ahora es una
enfermedad tratable, la aterosclerosis se puede controlar, las
infecciones erradicar y hasta el cáncer tiene mejor pronóstico que hace
muy pocos lustros. La supuesta curación de un paciente terminal con
hepatocarcinoma, siguiendo las teorías de Brú, representa únicamente un
caso, una anécdota. El trabajo, además, se ha publicado en una revista de
muy poco nivel y su lectura no aporta una brizna de luz a tanta
incógnita. Tan preocupante o más que una persona -sin certificados de
saber biología- divulgue remedios contra el cáncer (sin apoyo de los
profesionales sanitarios que tratan a los enfermos) es que la tribuna
desde donde lo hace sea una Universidad de envergadura. Los gabinetes de
comunicación de esas instituciones tendrían que conocer cuáles son los
parámetros que rigen a la hora de comunicar en Biomedicina. Sobre todo
cuando se habla de patología maligna. Demasiadas personas con problemas
muy graves se hacen ilusiones sin sentido porque leen noticias que no van
en modo alguno a remediar sus males. Las guías de buenas prácticas en la
comunicación biomédica son simples y desde hace años están publicadas por
la Royal Society británica. Antes de ponerse ante un micrófono para
difundir cualquier posible adelanto hay que leerlas si se quiere evitar
hacer daño a terceros. Y de la misma forma que hay guías para
científicos, las hay para los que les sirven de altavoz: los medios de
comunicación. Ellos también tienen que ser escépticos cuando se informa
de avances importantes, y muy iconoclastas, contra el cáncer. Basta con
tener conocimiento del método científico, leer con espíritu crítico todo
lo publicado sobre el caso y saber qué es lo que en ciencia tiene valor
real para calibrar la 'venta' que los expertos a veces se hacen de sí
mismos. Basta con saber algo de lo que escribes.
Las principales «lagunas»
Como mínimo, Brú y su equipo no han sido ortodoxos a la hora de hacer las
cosas. Por un lado, y aunque dicen haber curado a otra paciente con
melanoma, sólo documentan un caso, lo que «no tiene
validez, pues la curación puede deberse a mil circunstancias que no se
han valorado», dice Antonio Antón, presidente de la Sociedad Española de
Oncología Médica (SEOM). Sus colegas también critican la
metodología, tanto de este estudio como la de uno anterior
realizado en ratones. En ambos se peca de imprecisión. «El
documento del carcinoma hepático no se hubiera aceptado en las revistas
de categoría», coinciden varios expertos, que también recuerdan que
no hay oncólogos implicados en el trabajo. También
se pone en tela de juicio incluso que el diagnóstico fuera
acertado. Según parece, los indicios eran compatibles con la cirrosis que
padecía, pero no suponen necesariamente la presencia de un cáncer, aunque
son muchas las probabilidades de que lo sufriera. Al no haber hecho
biopsias, sino aspiraciones con una aguja fina (no extrae una
porción de tejido, sino unas cuantas células) puede darse un falso
positivo. En un estudio con 30 o 40 personas este hecho no hubiera sido
una 'pega', ya que es raro que se den tantos errores, pero con un sólo
enfermo debería haberse recurrido a la biopsia, puesto que ésta es la
prueba más fiable. En este sentido, la punción tampoco es el patrón oro
para determinar la desaparición del tumor. De esta forma, puede incluso
que los neutrófilos ejercieran un efecto positivo, aunque no
anticanceroso. En cualquier caso, no hay elementos de juicio suficientes
como para esclarecer estas y otras cuestiones.
Los pasos que exige la Ciencia
Antes de que un fármaco antitumoral se utilice en miles de pacientes debe
demostrar primero su seguridad y después su eficacia. Esta labor de
investigación previa intenta garantizar que el producto está exento de
riesgos para los enfermos o, al menos, que sus beneficios contrarrestan
sus peligros potenciales (la toxicidad). El primer paso se da en
el laboratorio, donde el agente se prueba en líneas celulares y modelos
animales validados (cuyo comportamiento se considera potencialmente
similar al de la enfermedad tumoral en los humanos). «En esta fase se
pueden consumir cinco o seis años de investigación y muchos productos se
quedan aquí, sin llegar a la siguiente etapa», explica Miguel Martín,
presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama.
Tras estos estudios, llega el segundo escalón: los ensayos en
humanos, la investigación clínica. En la primera fase, que puede
demorarse año o año y medio, hay que realizar dos o tres ensayos con 30 o
40 pacientes cada uno para probar cuál es la dosis máxima que se puede
emplear con seguridad. Sólo después se puede iniciar la fase II para
evaluar la eficacia del producto en un tumor específico. Se necesitan
otros estudios en 30 o 40 pacientes y un mínimo de dos años. Si no existe
otra alternativa terapéutica y el resultado es positivo, se puede
solicitar una autorización para comercializar el producto, pero sólo en
el tumor concreto en el que se ha estudiado.
Si están disponibles otras opciones, es necesario pasar a la fase III y
demostrar que el nuevo fármaco es mejor que los que ya existen, esta vez
en más pacientes y durante un mínimo de tres o cuatro años.
URL:
http://www.elmundo.es/suplementos/salud/2005/620//1117836007.html
4.- CUENTA ATRÁS PARA LA INSULINA INHALADA
N. Ramírez de Castro
(Noticia publicada originalmente en el diario ABC)
MADRID. Las inyecciones de insulina han salvado desde su descubrimiento
millones de vidas en el mundo. Estos fármacos «milagrosos» no curan, pero
son capaces de mantener a raya el nivel de glucosa en sangre de las
personas con diabetes tipo 1. A cambio, estos enfermos deben pagar
diariamente un peaje que pasa por recibir numerosos pinchazos para tener
el aporte necesario de insulina, porque el fármaco administrado oralmente
se degrada en el estómago y no resulta eficaz.
Encontrar una forma diferente de administración que les libere de las
agujas es, por tanto, el sueño de todos los diabéticos y una promesa que
está a punto de cumplir la industria farmacéutica. En los últimos años,
algunos laboratorios se han lanzado al desarrollo de una fórmula inhalada
que permitiría al paciente tomar la insulina necesaria a través de un
aerosol.
Al menos una decena de insulinas inhalables se están probando en humanos
y tres de ellas están a punto de comenzar o ya han realizado ensayos con
pacientes en fase III, la última etapa de investigación que debe superar
un nuevo fármaco para que pueda contar con el visto bueno de las
autoridades sanitarias.
Varios experimentos y ensayos con pacientes han ido, poco a poco,
aportando pruebas de que esa nueva fórmula es posible. Esta semana las
esperanzas se han renovado durante las sesiones científicas anuales que
la Sociedad Americana de Diabetes ha celebrado en San Diego. Incluso los
expertos reunidos en California se han atrevido a poner fecha a su
comercialización, en apenas un par de años.
Para la diabetes tipo 1 y 2
Si los resultados son los esperados, las primeras insulinas en aerosol
podrían ser aprobadas entre 2007 y 2008. Los estudios realizados hasta la
fecha coinciden en que son tan efectivas como las inyectables e incluso
podrían aportar beneficios adicionales.
Los laboratorios Pfizer y Sanofi Aventis se han unido para desarrollar
una de las insulinas inhaladas. Su producto es uno de los que está más
avanzados y durante la reunión de San Diego han presentado los resultados
de cuatro trabajos con resultados optimistas para las dos formas de
diabetes.Tres de ellos acumulan 304 pacientes con diabetes tipo 2, la
forma que aparece en adultos con sobrepeso, por una resistencia a la
glucosa o por una producción insuficiente de insulina. Estos enfermos
habitualmente controlan sus niveles de glucosa con antidiabéticos orales.
El problema es que no siempre resulta eficaz y a veces estos fármacos son
incompatibles con enfermedades de corazón y problemas renales, por lo que
los aerosoles de insulina también son una buena opción.
En estos enfermos se vieron buenos resultados durante los dos años que
duró la investigación «y no se observaron efectos importantes en la
función pulmonar», según las dos compañías. Este dato es importante
porque la posibilidad de que dañe los pulmones ha ido retrasando la
comercialización.
Efectos en la función pulmonar
Para valorar su eficacia en la diabetes tipo 1 (causada porque no
funcionan las células del páncreas que fabrican la insulina), la nueva
fórmula se probó en 226 voluntarios. En estos pacientes también se
comprobó que era igual de eficaz que la inyectable y tampoco se
observaron daños en la función pulmonar. Los efectos secundarios
observados más comunes fueron hipoglucemia y tos.
Sin embargo, la compañía farmacéutica no da muchos detalles sobre lo que
denomina «efectos importantes en la función pulmonar» en los comunicados
que ha hecho públicos. Si afectara realmente a los pulmones esta
formulación estaría contraindicada en enfermos con alguna patología
pulmonar, como el asma o la bronquitis.
Un paso más, no el definitivo
Pese a la ansiedad con la que esperan muchos pacientes la insulina
inhalada «no será el paso definitivo en el tratamiento de la diabetes»,
advierte Isaac Levy, consultor del Servicio de Endocrinología del
Hospital Clínico de Barcelona. «Será un paso más, no la panacea. Sobre
todo, será eficaz para los pacientes con diabetes tipo 2 que no controlan
bien su problema con fármacos, pero quienes tienen el tipo 1 no podrán
liberarse por completo de la insulina inyectable», apunta. Este
especialista asegura que, en el mejor de los casos, los enfermos que
dependen de las inyecciones de insulina deberán mantener «al menos un
pinchazo» para tener estables los niveles de glucosa durante toda la
noche.
Algunos analistas económicos están convencidos de que la nueva
formulación será un negocio multimillonario dentro de cincos años. Aunque
aún debe demostrar que con la misma eficacia que la inyectable no produce
ningún daño.
URL:
http://www.abc.es/abc/pg050618/prensa/noticias/Sociedad/Sanidad/200506/18/NAC-SOC-080.asp
5.- LA UIB DESVELA LAS CLAVES DE LA CRISIS FINANCIERA DE LA MALLORCA
DEL SIGLO XV
(Noticia publicada originalmente en el Diario de Mallorca)
Los primeros años del siglo XV fueron críticos para el reino de Mallorca.
Luchas de bandos, catástrofe climática en el 1403 y dos años después
escándalos financieros ponían en evidencia lo que habría de ser el
preámbulo para un siglo protagonizado por las revueltas sociales y las
Germanies. Una política fiscal y financiera errática de la Universitat de
la Ciutat y del Regne de Mallorca junto a la ascensión de una nueva
oligarquía rentista destaparon una época de corrupción y desembocaron en
una doble fiscalidad sobre los contribuyentes.
Estos son a grandes trazos las conclusiones que han extraído, tras más de
diez años de estudio e investigación, el catedrático de Historia Medieval
de la Universitat de les Illes Balears, Pau Cateura, y su equipo. Estamos
ante las claves de la gran crisis financiera del Regne de Mallorca en el
siglo XV.
La alienación de todos los impuestos indirectos que ingresaba la
Universitat de Mallorca para pagar a los creditores y el inicio de una
época de corrupción en que los administradores de estos creditores se
apropiaron de la administración de esta recaudación han salido a la luz
gracias a las investigaciones de la fiscalidad en el Regne de Mallorca.
Un cambio en el destino de la recaudación de los impuestos indirectos
-pagar campañas militares, guerras- junto a la paulatina corrupción de
los agentes fiscales obligaron al Consell General de Mallorca a emitir
deuda pública, los llamados censales. Esto produjo el desplazamiento de
la masa dineraria a Barcelona, produciendo un empobrecimiento de
Mallorca.
No tardaría la masa social en levantarse. "La auténtica revolución
en los ámbitos fiscales y financieros ocurridos entre 1355 y 1405 en el
Regne de Mallorca dejó a los ciudadanos en una situación de
indefensión" , señaló el medievalista Pau Cateura.
URL:
http://www.diariodemallorca.es/?pContenido=http://www.diariodemallorca.es/secciones/cultura/cultura.jsp?pVar=1119129269419
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B. BITÁCORA DE BITÁCORAS
1.- ENTRE LA CIENCIA Y LA FICCIÓN
Javier Armentia Fructuoso
(Artículo publicado originalmente en la bitácora Por la boca muere el
pez)
"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas
más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en
la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se
perderán en el tiempo como lágrias en la
lluvia". Son las últimas palabras del replicante Roy Batti antes de
morir, en la película Blade Runner (1982) de Ridley
Scott, basada en un cuento de Philip K. Dick (1928-1982). Este texto es
uno de los más repetidos por Internet, por
generaciones enteras de amantes de la ciencia-ficción que siguen
considerando esta película de un cine negro ambientada
en un multirracial San Francisco del año 2019 como uno de los
mejores ejemplos del género. Dick es uno de los grandes
del género literario, y uno de los que más adaptaciones ha tenido en el
cine. Aunque la ciencia-ficción (por sencillez,
abreviaremos como CF) tiene entidad propia dentro de la literatura, y
mayor antigüedad que el cine, su relación con
éste ha sido intensa, de igual manera que lo ha sido, y sigue siendo, con
otros medios audiovisuales, desde el cómic
a Internet. No es extraño: las historias de anticipación (término
limitador, como cualquiera con que se quiera designar
a la CF) han tenido siempre una componente cercana a la innovación en los
medios de comunicación, a la juventud,
a pesar de haber tenido épocas de altísima rentabilidad editorial. Con
notables excepciones, la CF sigue siendo
considerada como objeto principalmente de consumo, y poco reivindicada
por los cánones literarios.
Dejando aparte la crítica literaria, sin embargo, nos encontramos con una
interacción entre la CF y la ciencia muy
intensa. Por un lado se trata de una relación casi obligada: una
importante parte de lo que se encasilla bajo estas
siglas tiene que ver con ficciones que recrean futuros más o menos
lejanos, utopías o extrapolaciones a menudo
basadas en los avances científicos. No siempre; hay CF que se centra en
nuestra época, y un gran abanico en
el que la ciencia no es tan relevante en las tramas noveladas.Por
supuesto, el continuo entre CF y novela fantástica
hace casi imposible a veces generalizar. Es cierto que muchos autores han
reivindicado una CF dura, en la que
el contenido científico o futurista es más preponderante, incluso con
autores que se toman como obligación el
crear mundos no sólo posibles, sino plausibles. Encontramos así que hay
una extrapolación en la que se cuida
mucho que los conocimientos científicos tengan sentido, y coherencia
interna. Otras veces la especulación es
simplemente anticientífica o pseudocientífica: una excusa para no
sujetarse a las reglas del mundo en que vivimos.
(Algo que pasa más a menudo, por cierto, en el cine, donde la tentación
de lo sorprendente y lo visual impide
la profundización).
Suele por ello confundirse a veces a los científicos con los escritores
de CF. Es cierto que algunos científicos han
sido autores de CF, como Fred Hoyle; y que muchos divulgadores de la
ciencia también han escrito ficción (Isaac
Asimov, Arthur C. Clarke, incluso Carl Sagan). Pero no siempre se da así.
El escritor Brian Aldiss comentaba que
la CF no está escrita por científicos, de la misma manera que los relatos
de fantasmas tampoco están escritos por
fantasmas. Aldiss, historiador de la CF aparte de escritor, coloca las
raíces del género en la explosión romántica
inglesa de mediados del XIX, con el Frankenstein de Mary Shelley como
novela precursora. Otros autores prefieren
considerar como pioneras las novelas de Julio Verne y, sobre todo,
las novelas de Herbert George Wells, marcando
el comienzo del siglo XX.
Evidentemente, novelas de ficción fantástica relacionada con avances y
descubrimientos existieron muchos
siglos antes, y sería prolijo acudir a textos como la Biblia, o el poema
de Gilgamesh, y de ahí para adelante. Uno
de los primeros viajes a la Luna lo describe el escritor satírico griego
Luciano de Samosata en el año 160 dC, antes
de otros viajes como los soñados por Kepler, los de Cyrano y, desde
luego, mucho antes de llegar a los de Verne.
El término CF, en cualquier caso, nace en la tradición anglosajona a
comienzos del siglo XX.
Muchos autores han explorado la interacción entre ciencia y CF, y en
nuestro país Miquel Barceló (escritor y editor
de CF, divulgador científico y autor de varios libros sobre este tema), o
Jordi José y Manel Moreno (profesores
de un curso de la Universidad Politécnica de Cataluña titulado,
precisamente Física y Ciencia Ficción) han
popularizado una visión que podríamos resumir con las palabras de
Barceló: la ciencia es mi territorio, pero la CF
es el paisaje de mis sueños. Consideran que la CF es una herramienta muy
adecuada para transmitir los
conocimientos científicos. A ello contribuye el que incorporar en una
ficción un concepto científico permite
una mayor libertad que la de que dispone el propio científico, ceñido a
la objetividad de su lenguaje, o el divulgador,
que siempre intenta no extrapolar más allá de lo necesario.
Por otro lado, el que este género siga teniendo una gran aceptación entre
los lectores jóvenes, permite -como
sucede desde hace más de cuatro decenios en EEUU y en los últimos años
también en España- incorporar al
currículo escolar textos de CF, en los queanalizar también desde la
perspectiva de la ciencia qué es lo que nos
cuentan. Las experiencias muestran que, envuelta en CF, la ciencia se
digiere de una manera más sencilla.
El rigor, por supuesto, queda para las explicaciones en clase.
Uno de los reclamos de toda ópera espacial, subgénero dedicado a los
viajes espaciales, imperios galácticos y futuros
muy lejanos, es, de por sí, un imposible físico: viajar a través de las
estrellas tiene la limitación de la velocidad de la luz.
En el Año Einstein, resulta adecuado hacer mención expresa de que, por el
momento, el viaje hiperlumínico es algo que,
como los agujeros de gusano por los que atravesar el espacio-tiempo o los
mismos viajes en el tiempo, no tiene cabida
dentro de la ciencia más que como una especulación curiosa. Aunque dé
mucho juego. Y se ha de reconocer el trabajo
de algunos autores, como Orson Scott Card en su serie de libros de Ender,
que incluso respetando el principio de
la máxima velocidad permitida en el Universo, puedencrear una
civilización que se extiende más allá del Sistema Solar.
Utopías que, algunas o acaso en parte, podrán ser realidad en el futuro.
Otras (y en muchos casos añadiríamos
afortunadamente) que nunca lo serán. Es ese dominio de los sueños con
base científica. Con una mayor preponderancia
de la física, porque el despliegue de las tecnologías desde el segundo
tercio del siglo XX configuró así un género que vivió
su edad de Oro (al menos la primera) con la llegada de la Era Espacial.
El despliegue de la informática trajo consigo
un auge distinto, en torno al denominado ciberpunk. Ahora, las nuevas
ciencias biomédicas puede que nos traigan una
ciencia ficción más centrada en las posibilidades de las biotecnologías,
por supuesto más allá de los clones que fueron,
en las novelas de CF, realidad casi un siglo antes que Dolly.
Algunas lecturas:
Miquel Barceló: "Ciencia ficción: guía de lectura", Ediciones B
(1990); "Paradojas: Ciencia en la Ciencia Ficción",
Ed.Equipo Sirius (2000)
Jordi José y Manel Moreno: "Fisica i ciència-ficció, Ediciones
UPC" (1996)
URL:
http://javarm.blogalia.com/historias/28376
2.- "IGNORANCE IS GOD GIFT TO KANSAS"
Adela Torres Calatayud
(Artículo publicado originalmente en la bitácora "La Biblioteca de
Babel")
Esas son las duras, pero acertadas, palabras de un
artículo de Richard Dawkins con motivo de la última aventurilla de
los creacionistas estadounidenses y sus muchas encarnaciones, la última
de las cuales lleva el publicitario nombre de Diseño Inteligente, ID que
le dicen por allá. Publicitario, porque es la misma mona con otras ropas
de seda, un intento más de librarse de enseñar a las nuevas generaciones
la teoría de la evolución por no sé qué prejuicios religiosos mal
entendidos y peor concebidos.
Y nos reímos. Ja, ja, estos americanos, hay que ver, mira qué tontos son.
No saben encontrar ni siquiera España en un mapa. Y encima tienen a esos
fundamentalistas locos que andan poniendo pegatinas en los libros de
texto. Hay que ver, qué cosas. Eso no pasa por aquí.
Es cierto; aquí no tenemos creacionistas ni IDiots ni esa
particular visión cosmológica a la que ofende la realidad. Bueno, algo
hay, pero poco. Ni comparación. Llevamos ventaja en ese aspecto, porque
la cosa en USA está empezando a cobrar visos de seriedad y mi visión algo
optimista de la situación empieza a tambalearse. Los ataques a la
evolución son más frecuentes, más insidiosos, más duros. Cada vez pasa
menos tiempo entre uno y otro, cada vez la parte afilada de la cuña entra
un poquito más en la ya de por sí zarrapastrosa educación primaria y
secundaria estadounidense. Es algo inconcebible, es como si de repente,
por consenso, se empezara a negar que la tierra es redonda o que gira
alrededor del sol. O la gravitación universal. O las matemáticas. Así de
clara está la evolución, y así de robusta es la teoría que describe su
mecanismo, y no exagero ni un poquito.
Entonces, ¿nos sentimos superiores? Venga, por qué no. Aquí eso no
pasaría, ¿verdad? Aquí lo tenemos claro. Puede que nos ganen en todo lo
demás, pero al menos nosotros tenemos una visión sensata de una de las
teorías más importantes y mejor probadas de toda la historia de la
ciencia.
Pues cuidadito con el exceso de confianza. Hace unos días el
Paleofreak,
BioMaxi
y otros daban un serio varapalo, con toda la razón, al suplemento de El
País por el estúpido titular Pequeños y listos. El hombre de las
Flores cuestiona la teoría de la evolución. El defensor del lector se
ha hecho eco, más o menos, de las quejas, con un propósito de enmienda
que, al menos, yo no me creo.
No es que la metedura que pata fuera grave. El artículo que tan mal
encabezaba el dichoso titular era más que correcto, con la calidad a la
que nos tiene acostumbrados Javier Sampedro. Seamos buenos y achaquemos
la patata-titular a los vicios periodísticos de buscar la
espectacularidad en detrimento de la realidad. Que ya es bastante
malo.
¿Y por qué gruño entonces? Porque al parecer aquí también caemos en los
mismos vicios que en USA. Porque poner un titular -periodístico- donde
aparecen las palabras "cuestiona la teoría de la evolución",
así, sin anestesia, se considera directamente espectacular y digno de
atención, y no una indicación de lo mal que se entiende el mecanismo de
la evolución y la teoría que lo explica.
No se trata de que la teoría de la evolución sea invulnerable a toda
crítica: no lo es, y es bueno que no lo sea. Se trata de que el titular
traiciona un sentimiento muy extendido: el de que la teoría de la
evolución es todavía algo tambaleante, frágil, mantenido a base de fe por
unos pocos científicos que se aferran a ella como a un salvavidas de
patito. Una especie de mito adorado por unos pocos, que puede venirse
abajo a poco que sople el lobo. Una visión de la realidad que al parecer
todavía -¡siglo y medio después!- vemos como algo inquietante, incómodo,
que no encaja. El titular del artículo es sintomático: parece decir que
nos sentiríamos mejor sin la teoría de la evolución. Que cada nuevo
descubrimiento debe ser visto como una manera de librarnos de esa
historia que no nos gusta.
Pues ya está bien. Vale que es sólo un titular, y que inmediatamente ha
habido lectores protestando. Pero hay una cosa que nos debe quedar clara:
este tipo de errores, más común en artículos sobre ciencia que en todas
las demás secciones puestas juntas, no se toleraría en cualquier
otro campo. Y la evolución se lleva la parte del león en cuanto a
periodismo mal hecho, y la parte de la hormiga en cuanto a protestas de
lectores.
De acuerdo; aquí no tenemos Diseño Inteligente ni
Institute for Creation Research. Pero
aquí lo que tenemos es una falsa sensación de seguridad. Ni lo tenemos
tan claro, ni nos lo sabemos tan bien, ni estamos a salvo de las peores
clases de estupidez. Y un mal titular sirve al menos para indicarnos que
todavía hay trabajo que hacer al respecto.
(URL:
http://daurmith.blogalia.com/historias/30662)
3.- EL HOMBRE DE LAS FLORES (SIC) CUESTIONA LA TEORÍA DE LA
EVOLUCIÓN
El Paleofreak
(Artículo publicado originalmente en la bitácora "El
Paleofreak")
Diálogo imaginario* entre dos listos de El País:
-Nos falta un titular para la portada de El País Semanal
-¿Qué santo hay?
-El careto del mono ése de Flores.
-¿El enano feo?
-Sí, un careto del mono que ocupa todo. Habrá que leerse el artículo para
encontrar un titular adecuado. Somos profesionales.
-Vaya coñazo. Lo miramos por encima.
Treinta segundos después:
-¿Qué te parece esto: Pequeños y listos. El hombre de las Flores
sorprende a los expertos.
-Flojo.
-El hombre de las Flores conmociona a los científicos.
-Es que ese rollo está muy visto. A ver... esto del enano ha echado por
tierra todas las teorías oficiales establecidas ¿no?
-Todas, todas.
-Pues vamos a reflejarlo.
-Pequeños y listos. El hombre de las Flores trastoca el árbol
evolutivo del hombre. ¿Mola?
-Queda lioso. La peña no se va a enterar. Mejor así: Pequeños y
listos. El hombre de las Flores cuestiona la teoría de la evolución.
-Humm... ¿Le preguntamos a alguien que sepa de esto?
-¡Ni hablar! Pondrá pegas a cualquier frase.
-Pero ¿no es un poco exagerado eso de que cuestiona la teoría de la
evolución?
-Qué novatillo eres...
*El diálogo es imaginario, pero el estúpido titular que finalmente
apareció en El País Semanal del pasado domingo es real. Gracias a Arturo
por recordármelo.
URL:
http://paleofreak.blogalia.com/historias/30561
C. MUNDO UNIVERSITARIO
1.- PEDRO ETXENIQUE: LA CIENCIA NECESITA UN PACTO NACIONAL
(Noticia publicada originalmente en Laguna Noticias)
El catedrático de Física de la Materia Condensada de la Universidad del
País Vasco y Premio Príncipe de Asturias
de Investigación Científica en 1998, Pedro Etxenike, impartió el pasado
30 de marzo una conferencia en la Universidad
de La Laguna con la que se inauguró el Año Mundial de la Física. Bajo el
título de De lo simple a lo complejo. Física,
creatividad, futuro, el profesor hizo un pormenorizado análisis de la
importancia de esta disciplina y de sus aplicaciones
pero, ante todo, habló del papel que ha jugado la ciencia en este último
siglo, y de la necesidad de contar con un plan
nacional "que cree una base sólida y armónica entre los diversos
campos".
En opinión del investigador, esto requiere "condiciones estables y
dignas, tanto en lo profesional como en lo personal",
dijo, "para que los jóvenes investigadores puedan realizar una
carrera científica". El conferenciante agregó que más
que al final de la ciencia, estamos asistiendo a su principio, puesto que
cada avance supone la formulación de nuevas
preguntas.
Para Etxenike, la física es una actividad "estéticamente
bella", que ocupará "un lugar de honor" en la ciencia, ya
que,
a su juicio, constituye "la espina dorsal" que vertebra el
desarrollo tecnológico. Y dijo más: "es un instrumento esencial
para construir un futuro más próspero, bello, justo y
humano".
El Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica se refirió a
la ciencia como "una aventura intelectual" y llegó
incluso a afirmar que se trata de "la obra cultural colectiva más
importante de la actualidad". El investigador añadió que,
si tuviera que resumir en tres palabras los principales logros
científicos del siglo XX diría átomo, gen y bit.
El decano de la Facultad de Física, Francisco Mauricio, abrió el acto
anunciando las principales actividades que las
dos universidades canarias han organizado con motivo del Año Mundial de
la Física. Conferencias en los institutos
de secundaria, la promoción de la física entre alumnos de bachillerato
tanto dentro de la universidad como fuera de
ella y una exposición itinerante son algunas de las iniciativas
reseñadas.
Mauricio relató que aunque la facultad data de 1989, los estudios de
física en la universidad comenzaron once años
antes, con la especialidad de astrofísica como estudios de segundo ciclo.
"En la actualidad esta facultad aparece
entre las tres primeras de toda España en diversos informes", lo que
a su parecer indica la buena calidad de la docencia
y de la investigación que en el centro se desarrolla. El decano aportó un
dato para aseverar este hecho: en el curso
2003/04 los profesores de la facultad participaron en más de 150
artículos de investigación de revistas internacionales.
El responsable del centro enumeró los tres pilares que sustentan la
investigación en física en la Universidad de La Laguna:
la astrofísica, la física fundamental y los desarrollos tecnológicos
derivados de la física. "Nuestros licenciados están
preparados para trabajar en áreas emergentes y, además, somos
competitivos desde el punto de vista de la investigación
en el panorama internacional, lo que no siempre ha sido bien aprovechado
por los poderes públicos locales", agregó.
El decano finalizó su intervención haciendo una afirmación bien clara:
"No pedimos privilegios, pedimos trabajo".
URL:
http://www.ull.es/ullasp/gabprensa/noticia.asp?Not=603
2.- SE CONSTITUYE HEXASCREEN, NUEVA SPIN-OFF DE LA UAB
(Noticia publicada originalmente en UAB Noticias)
La UAB cuenta con una nueva spin-off de ámbito biotecnológico. Se trata
de la empresa HEXASCREEN CULTURE TECHNOLOGIES S.L., acogida al Programa
de Innovación y Creación de Empresas de la UAB y que nace de la
iniciativa de grupos de investigación de la Universitat Autònoma de
Barcelona, la Universitat Politècnica de Catalunya, así como de la
fundación ASCAMM.
Hexascreen, constituída formalmente el 30 de mayo pasado, se ubicará en
el vivero de empresas de Biotecnología y Biomedicina de la UAB (VE3B),
situado en la Facultad de Medicina. La actividad de la empresa se
centrará en el montaje, venta y distribución de equipos para el análisis
de actividades químicas, físicas y biológicas, así como en la prestación
de servicios de investigación y asesoría en dichas áreas. Los mercados en
que se aplicarán principalmente los productos ofrecidos son el
farmacéutico, el biotecnológico y el biomédico. Las actividades de la
empresa se iniciarán en el mercado español para, a partir del segundo año
de vida, expandirse a nivel europeo. La estrategia de propiedad
intelectual de la empresa contempla la cobertura del mercado español y
europeo, y conserva las prioridades en los EE.UU y Japón.
Los equipos que ofrece la compañía, minibioreactores con la capacidad de
controlar las condiciones ambientales y de seguir las actividades
fisicoquímicas y biológicas que se producen en su interior, tienen
aplicaciones en el desarrollo de nuevas moléculas y líneas celulares, y
permiten una mayor automatización, así como mayor capacidad y calidad de
experimentación.
URL:
http://www.uab.es/servlet/Satellite?cid=1099409749848&pagename=UAB%2FPage%2FTemplatePlanaAgendaNoticias1&c=Page¬iciaid=1096478056154
3.- EL LABORATORIO DE CIENCIA E INGENIERÍA DE MATERIALES GANA EL
PREMIO UNIVERSIDAD-EMPRESA
(Noticia publicada originalmente en Noticias y novedades de la
Universidad de Cantabria)
El Laboratorio de la División de Ciencia e Ingeniería de Materiales
(LADICIM) de la Universidad de Cantabria ha sido galardonado en la
convocatoria 2005 del Premio Universidad-Empresa por su labor de fomento
de la colaboración entre ambos mundos. La entrega de premios de este
certamen, promovido por la Red Española de Fundaciones Universidad
Empresa, tendrá lugar mañana, jueves, en el campus de la Universitat de
les Illes Balears (Palma de Mallorca), como parte del encuentro titulado
"Nuevos desafíos de la cooperación Universidad Empresa en el sistema
español de Ciencia, Tecnología y Empresa". El galardón será recogido
por Federico Gutiérrez-Solana, rector de la UC y responsable del
LADICIM.
En esta segunda edición del certamen se han concedido un total de siete
galardones. Gracias a su proyecto "LADICIM. Un modelo metodológico
de trabajo en el marco de la colaboración Universidad-Empresa", el
laboratorio cántabro ha logrado el correspondiente a la categoría
"Universidad", que reconoce al departamento, instituto,
servicio o grupo de investigación que mejor demuestre una trayectoria,
orientación o acercamiento a las inquietudes y problemas de los sectores
productivos. El jurado que ha valorado estos méritos estuvo presidido por
Antonio Sáenz de Miera, presidente de Honor de la Red de Fundaciones
Universidad Empresa, e integrado por diversas autoridades y expertos,
entre ellos el secretario de Estado de Universidades y Ciencia, Salvador
Ordóñez, y el presidente de la Conferencia de Rectores de las
Universidades Españolas (CRUE), Juan Vázquez.
El LADICIM es un grupo de I+D perteneciente al Departamento de Ciencia e
Ingeniería del Terreno y de los Materiales, con sede en la Escuela
Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Nació hace
20 años, por iniciativa del profesorado del Área de Ciencia de
Materiales, con el fin de trasladar a la sociedad el conocimiento
disponible en la Universidad. Así, ofrece servicios de asesoramiento
continuado y tiene establecidos numerosos convenios con empresas e
instituciones para desarrollar proyectos de I+D+i.
La forma de trabajo reconocida con el Premio Universidad-Empresa se basa
en una "espiral metodológica" que, según explica Federico
Gutiérrez-Solana, está marcada por dos pasos: el establecimiento de
convenios bajo objetivos comunes y la solicitud de proyectos básicos para
acceder a nuevos ámbitos de investigación con financiación reglada. Es
decir, el grupo de la UC emprende proyectos de interés para las empresas
en función de sus propias demandas, y al mismo tiempo desarrolla trabajos
de ciencia básica con el objetivo de incrementar el conocimiento
aplicable a nuevas iniciativas de I+D+i, punto en el que su trabajo
vuelve a encontrarse con las inquietudes del ámbito empresarial.
El equipo técnico y humano del laboratorio, integrado por más de 20
personas, destaca por su productividad y competencia técnico-científica.
Su campo de actividad ha estado siempre ligado al estudio del
comportamiento mecánico de los materiales, con especial incidencia en los
procesos de fractura y fisuración de los mismos. Para ello, cuenta con un
sofisticado equipamiento científico que le permite abordar dos grandes
frentes: la caracterización a escala microestructural (microscopía
electrónica de barrido, difracción de rayos X...) y la caraterización
mecánica (máquinas de ensayos dinámicas, bancadas de ensayos estáticos y
dinámicos, péndulos, tracción lenta...).
Entre los últimos proyectos desarrollados por el LADICIM destacan los
orientados a estudiar y optimizar el comportamiento de las traviesas,
carriles y sujeciones para las vías del ferrocarril de Alta Velocidad
Española (AVE). También trabajan, a través de convocatorias del Plan
Nacional de I+D y de la Unión Europea, en proyectos sobre aceros
estructurales y otras aleaciones, en procesos de fragilización y
fisuración y en la integridad estructural de componentes utilizados en
ingeniería, tanto civil como industrial.
URL:
http://www.unican.es/WebUC/Internet/Noticias_y_novedades/Noticias/20050615+a.htm
4.- FINALIZARON LAS "NEUROJORNADAS CASTILLA-LA MANCHA" CON
NOTABLE ÉXITO DE PARTICIPACIÓN
La Facultad de Medicina ha acogido ponencias y exposiciones de grupos
dedicados a la investigación básica y clínica del sistema
nervioso
El rector de la UCLM, Ernesto Martínez Ataz, ha clausurado, en la
Facultad de Medicina de Albacete, las “Neurojornadas Castilla-La Mancha”,
organizadas para fomentar el debate y la puesta en común de ideas entre
los grupos de investigación de la región que trabajan sobre el sistema
nervioso y sus patologías. Esta iniciativa, pionera en la región, ha
congregado a expertos que se dedican al estudio de demencias, lesiones
medulares, alteraciones sensoriales, neurooncología, discapacidades,
trastornos motores y enfermedades cerebro vasculares.
En el acto de clausura también han participado los cuatro miembros del
comité organizador: el catedrático de Histología de la UCLM, José Juiz,
el director gerente del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete,
Jesús Martino Sánchez, el director gerente del Hospital Nacional de
Parapléjicos de Toledo, Miguel Ángel Carrasco, y el profesor de
Investigación del CSIC y del Instituto Cajal, Manuel Nieto Sanpedro.
El rector calificó de “enormemente meritoria” esta iniciativa, pues a su
juicio supone un punto de contacto útil y necesario para la investigación
biomédica de la región. Martínez Ataz subrayó la enorme actividad e
importancia de las Neurociencias en el ámbito actual de las ciencias
médicas, un sector al que ha contribuido, desde su puesta en
funcionamiento, la Facultad de Medicina de la UCLM. Por último animó a
todos los grupos de investigación a que busquen la excelencia en sus
trabajos, y a los que ya la han conseguido, a que mantengan el nivel y
exploren posibilidades de trabajo en común con otros grupos.
Por otra parte, José Juiz destacó el interés que ha suscitado este
encuentro, que espera se convierta en el foro de las neurociencias
básicas y clínicas que la Región necesita,-“algo se mueve en las
neurociencias a nivel regional”,- esgrimió el profesor. También felicitó
a los asistentes y a los miembros del comité organizador, formado por
integrantes de la Facultad de Medicina de Albacete, el CRIB (Centro
Regional de Investigaciones Biomédicas), el Hospital Nacional de
Parapléjicos, el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y el
Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal.
Durante estos dos días los investigadores clínicos y experimentales han
presentado entre sí sus líneas de investigación para contribuir a mejorar
la atención de los ciudadanos de la región y a potenciar una relación
cada vez más necesaria entre la neurociencia preclínica (la de los
laboratorios) y la clínica (la asistencial). Para el director gerente del
Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, Jesús Martino Sánchez,
“la continuidad de reuniones como esta ha de ser un propósito firme y
algo a lo que debe contribuir la interacción entre la Consejería de
Sanidad, el SESCAM y la Universidad castellano-manchega”. También esbozó
la solicitud efectuada por algunos de los participantes en el sentido de
eliminar el “idioma burocrático” en la gestión de los proyectos de
investigación. J. Martino Sánchez abogó por una mayor diafanidad en ese
aspecto.
La investigación en discapacidad, trastornos motores, demencias o
enfermedades cerebro vasculares, han sido algunos de los temas tratados
por profesionales de la propia Facultad de Medicina, el CHUA, el Hospital
de Guadalajara, el Hospital Virgen de la Salud de Toledo, el Hospital
Nacional de Parapléjicos, el Hospital de Ciudad Real, el Instituto de
Salud Carlos III, el I. de Neurociencias Castilla-León o el Hospital
Mancha Centro, entre otros.
URL:
http://www.uclm.es/pb/periodico2/periodico2.asp
5.- LA UPV/EHU PUBLICA UNA NUEVA REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA PARA
ACERCA LA INVESTIGACIÓN A LA SOCIEDAD
(Noticia publicada originalmente por la Oficina de Comunicación de la
UPV)
La Universidad del País Vasco ha presentado hoy, día 19 de mayo, su nuevo
boletín científico-tecnológico 'Ikertu-Investiga'. El objetivo de esta
publicación periódica, que edita el Vicerrectorado de Investigación, es
dar a conocer a la sociedad los resultados de la investigación que
realiza la UPV/EHU. Esta tarea de divulgación es uno de los aspectos en
los que la universidad quiere incidir.
'Ikertu-Investiga' contará con cuatro números anuales -en febrero, abril,
junio y septiembre-, más un especial vinculado a la Semana de Ciencia y
Tecnología que se publicará en noviembre. Cada uno de ellos contará con
un editorial y un tema de apertura en el que se tratará alguna de las
líneas de investigación emergente o con especial impacto durante el año
-en este primer número la información de apertura se refiere al Año
Mundial de la Física-. A continuación, se expondrán una serie de
proyectos de investigación que se llevan a cabo en la UPV/EHU, agrupados
en cinco secciones: Ciencia; Tecnología; Medicina y Salud; Economía y
Sociedad, y Arte y Cultura. Estos proyectos son elegidos por el Consejo
asesor científico de la publicación y se tiene muy en cuenta su
aplicabilidad. La información sobre cada una de estas investigaciones
expone, en un lenguaje cercano al lector no especializado, las líneas
esenciales del proyecto y siempre incluye el nombre del investigador
principal, el organismo que financia el proyecto y un contacto para que
los interesados puedan obtener más datos. Estas informaciones cuentan con
un breve resumen en euskera o castellano, según cuál sea el idioma en el
que se haya escrito el texto principal. Por último, 'Ikertu-Investiga'
cuenta con una sección dedicada a dar a conocer alguna patente de la que
es propietaria la Universidad o algún producto que comercializa.
'Ikertu-Investiga' tiene una tirada de 5.000 ejemplares que se
distribuirán por correo a empresas, centros de investigación,
universidades y agentes sociales. Así mismo, se puede consultar en la
dirección
www.ehu.es/ue/ikertu.htm. Con esta difusión se pretende que la oferta
científico-tecnológica de la UPV/EHU tenga una mayor difusión y se
incremente la comercialización y colaboración con empresas y centros de
investigación.
URL:
http://www.ehu.es/gabinete/webcast/05nota79
=== BUZÓN DEL LECTOR
==============================================
Esta sección está abierta a todos los lectores que deseen enviarnos
sus
críticas, sugerencias o comentarios sobre el boletín, los artículos
publicados en él, o cualquier otro tema relacionado con la ciencia,
el
escepticismo y la crítica a la pseudociencia.
Hoy tenemos una única pero extensísima carta en la que nos remiten una
serie de reflexiones acerca de trabajos publicados en números precedentes
del boletín.
Reflexiones sobre el escepticismo de algunos escépticos
Sexto Empírico, gran expositor antiguo de la filosofía escéptica y a
quien le debemos su transmisión hasta nuestra época, inicia los Esbozos
Pirrónicos, Opus Magnum de esa corriente de pensamiento, de la
siguiente forma:
"Para los que investigan un asunto es natural acogerse o a una
solución o al rechazo de cualquier solución y al consiguiente acuerdo
sobre su inaprehensibilidad o a una continuación de la
investigación. Y por eso seguramente, sobre las cosas que se
investigan desde el punto de vista de la Filosofía, unos dijeron haber
encontrado la verdad, otros declararon que no era posible que eso se
hubiera conseguido y otros aún investigan. Y creen haberla
encontrado los llamados propiamente dogmáticos; como por ejemplo los
seguidores de Aristóteles y Epicuro, los estoicos y algunos otros.
De la misma manera que se manifestaron por lo inaprehensible los
seguidores de Clitómaco y Carnéades y otros académicos. E
investigan los escépticos." (Tomado de la traducción de Antonio
Gallego Cao y Teresa Muñoz Diego; Gredos, Madrid, 1993, p. 51)
Así que escepticismo no es incredulidad, ni agnosticismo ni, menos aún
forzosamente, materialismo.
Si, y simplemente para entendernos, comprendemos por 'incrédulo' a aquel
que positivamente no cree en algo (es decir, a quien cree que ese algo
no puede ser), nos encontramos frente a la creencia en la negación
de cierta proposición, que no es más que otra proposición
(opuesta). Así, desde el punto de vista lógico, un ateo es un
incrédulo y, por tanto, de ninguna manera es un escéptico. Es
dogmático, como el teísta; la inexistencia de Dios ha sido tan poco
demostrada como su existencia. La afirmación de la negación de un
dogmatismo es otro dogmatismo: no hay escape.
Si entendemos por 'agnóstico' a aquel que negativamente no cree en algo
(es decir, a quien cree que ese algo puede no ser), y se limita en
consecuencia a afirmar la imposibilidad de llegar a alguna conclusión por
considerar el tópico inabordable o quimérico, pues tampoco nos hallamos
frente a un escéptico. Así, quien cree igualmente inaccesible una
demostración sobre la existencia o inexistencia de Dios, y en
consecuencia decide no ocuparse de ello (lo que –creo– va con la mayoría
de la gente educada actual), no es un escéptico, pues ciertamente no
investiga: ha dejado de hacerlo o nunca lo ha hecho.
Y ciertamente el materialista, cuando ya se ha declarado tal, de manera
que considera ridículo examinar las tesis contrarias, rehusándose a
considerarlas seriamente, a investigarlas, a no ser desde una perspectiva
que confirme con facilidad su propia perspectiva y muestre la
inconcebible estulticia de quienes no concuerdan con ella, tal vez ni sea
posible llamarlo siquiera incrédulo, y sí sólo fanático, semejante al
idealista, teísta o análogo que desde su posición anda haciendo
exactamente lo mismo sin demostraciones concluyentes.
El escéptico es el que investiga. Y tal vez, permítanme la ironía,
en ese sentido sea menos inexacto llamar ‘escéptico’ a J.J. Benítez, si
es cierto que investiga aunque mal lo haga, que a quien se limita a
ensayar diatribas de escritorio –en nombre del buen sentido común y de la
ciencia– en su contra y en la de los crédulos fantasiosos que lo
disfrutan. (No creo ni jota –ni doble Jota– en el señor Benítez,
pero en estricta lógica así son las cosas. Ah, eso sí: me encanta
como escribe. Es magnífica ciencia ficción.)
En su boletín de este mes se ve muy bien quién es un escéptico de buena
laya: Paul Davies. Cito:
Pregunta: “¿Cree que la física puede encontrar algo
parecido a un Dios?”
Respuesta: “No creo que la ciencia pueda probar o descartar
la existencia de Dios, pero sí abordar preguntas relacionadas con Dios.
Empecé mi carrera estudiando el origen del Universo, la naturaleza del
tiempo, la naturaleza de la consciencia. Son cuestiones que tienen
centenares de años y que antes estaban fuera del alcance de la ciencia.
Ahora son parte de ella. Los científicos se están haciendo las mismas
preguntas que los teólogos.”
Y también quién no lo es: “No existe un alma, sólo existe el cerebro
funcionando.” Así termina su artículo sobre el alma don Arturo
Bosque, en el número 5 de este año. Los argumentos de su artículo
le dan pie para llegar a esta conclusión de manera terminante. Yo
no veo cómo. Entendería que Daniel Dennett (La conciencia
explicada), o David Deutsch (La estructura de la Realidad), o Rodolfo
Llinás (El cerebro y el mito del yo), o Roger Penrose (Las sombras de la
mente), después de tratar el problema desde la mecánica cuántica, la
teoría de la calculabilidad, la epistemología, la fisiología, en fin...
se atrevieran a hacerlo (y Penrose ni se atreve). En su artículo,
veo las emociones del señor Bosque, no el desarrollo cuidadoso de
argumentos. Una explicación quizás apropiada para esta actitud la
da él mismo en otro artículo (Carta a un hombre de fé, El Escéptico, nro.
5 de 2004):
“Conozco personas ‘zambullidas’ en el catolicismo más ortodoxo; otras, en
otros cristianismos de gran firmeza de fe (testigos de Jehová); algunos
budistas con sus sucesivas y evidentes (para ellos) reencarnaciones;
algún musulmán que no tiene ninguna duda de cuan equivocados estamos los
infieles (o sea, todos los demás); y, la mayoría, con su religión
personal ‘fabricada’ por él y para sí mismo (‘creo en Dios pero no en los
curas’ es su frase preferida). A todas, sin excepción, las mantiene su
propia fe. Todas rechazan cualquier duda y no están dispuestas a
plantearlas. Lo dicho: mundos cerrados, burbujas en el aire.
Además, existe una incomunicación entre las burbujas. Todos miran con una
cierta compasión y algunos con cierta sonrisa (‘¡anda éste por donde
sale!’) al ‘habitante’ de la otra burbuja. Amigo: tú estás dentro,
yo estoy fuera. Lo siento; del contenido de tu fe, no puedo hablar
porque a mí me falta y sería una cadena de rechazos, pero, sí que podemos
hablar de muchas otras cosas y lo que sí que hemos hecho y haremos es
respetar nuestras creencias como amigos que somos.”
Cambiar de dogma no es escepticismo. Y se ve claro que todos
quienes se hallan en alguna de las burbujas que menciona don Arturo, sin
ser conscientes de andar también metidos en ellas, se sienten un poco
como iluminados, ‘por fuera’, y ven a los demás ‘dentro’ –de su increíble
ignorancia, o tozudez, o qué sé yo–. Eso recuerda aquella popular
frase del Lazarillo de Tormes: “Hay quienes huyen de otros porque
no se han visto a sí mismos.” Pero otra norma del escepticismo es
no apelar a los argumentos ad hominem (no caer en un vano
juego distractor: el arte es largo, la vida breve). Así que
permítaseme analizar algunos de los argumentos del articulito de don
Arturo Bosque sobre la inexistencia del alma, no tanto para defender la
idea opuesta como para aportar elementos críticos que ayuden a esclarecer
esta importantísima cuestión de lo que es o no es el escepticismo.
Espero que eso sugiera debates más hondos, que no en otra cosa consiste
el juego delicioso del escepticismo.
Dice don Arturo en su artículo sobre el alma:
“Cuando hablo del método científico sé que me pongo terco y puedo
producir rechazo en más de uno. Pero, sintiéndolo mucho, no es posible
entenderme sin comprender antes que “cualquier afirmación debe ser
comprobada experimentalmente”.”
Muy bien: Cuando sobre su retina incide un fotón de determinada
longitud de onda usted ve un color. Cuando sobre mi retina incide
un fotón de idéntica longitud de onda yo veo también cierto color.
Compruébeme experimentalmente, por favor, que el color que yo veo es
idéntico al que usted ve. No lo suponga: compruébelo
experimentalmente. Y observe que no le digo que me compruebe que se
nos activa el mismo grupo de neuronas, cosa que ciertamente puede hacerse
actualmente, pues eso simplemente traslada la pregunta a “compruebe
experimentalmente que cuando se nos activa el mismo grupo de neuronas
vemos idéntico color”.
¿Es, entonces, la afirmación “en condiciones usuales, frente a idénticos
estímulos del universo físico todos sentimos lo mismo”, comprobable
experimentalmente? Tal vez sea así, a la larga, pero no parece que
con un tipo de experimentación puramente fisicalista (aparatos de
laboratorio) como la que una incredulidad reduccionista parece
preconizar. O tal vez se diga que esta pregunta es ‘metafísica’ y
no tiene sentido. Bien: demostremos ese sinsentido. Si no se
hace y deja de investigarse, ya no se es escéptico. Ahora, también
existe la posibilidad de dejar de creer en la vivencia subjetiva de los
colores como hechos reales (y en las emociones, y demás). Eso
significa que se le da más crédito a la experiencia obtenida en los
laboratorios por medio de inferencias intelectuales mediatas, de
aparatos, lo que se denomina “observación”, que a la evidencia obtenida a
través de la experiencia directa de uno mismo (es la conocida posición
del conductismo o behaviorismo). Por mi parte, todavía no hallo
buenos argumentos para pensar que este color que veo ahora tiene una vaga
existencia de segunda clase, no tan real como la de las abstracciones
instrumentales que la física denomina ‘partículas elementales’.
Menos aún encuentro argumentos para llegar al extremo de negar las
vivencias internas inmediatas de mi mente, sea ésta lo que fuere, por el
simple hecho de que no las pueda compartir con mis semejantes más que a
través de la creencia, ya que nadie ha sido capaz de ponerlas en
evidencia en una publicación científica.
Por otra parte, consideremos un poco la búsqueda experimental de alma que
propone el señor Bosque, y que así concluye:
“Siguiendo con el método científico, los experimentos deben confirmar
la hipótesis. Con las observaciones hechas, no se ve el alma por ninguna
parte. Más bien lo que se deduce es que todas nuestras capacidades más
elevadas residen en el cerebro. Cuando este se daña, algunas de esas
capacidades cambian y si el daño es muy elevado podemos perder la mayoría
de ellas.
Si cambiamos la hipótesis de que existe el alma por la hipótesis de que
un cerebro en funcionamiento desarrolla esas capacidades, todo encaja
como un guante a una mano. Si el cerebro está sano aunque el resto del
cuerpo esté “desconectado” (tetraplejia), mantiene todas sus capacidades
intelectuales; si deja de funcionar, se pierde la conciencia del yo; si
pierde masa encefálica, se modifican las facultades
radicalmente.
No necesito un alma espiritual ni de cualquier otro tipo para explicar
nada. Sólo necesito que el cerebro funcione. Si no hay más datos,
forzosamente deduzco que es buena la segunda hipótesis y no lo es la
primera.”
Todo esto se resume en la siguiente proposición: Puesto que el
cerebro es necesario para explicar nuestra vida subjetiva, entonces
también es suficiente para explicarla. O abreviadamente: Si P
es necesario (para explicar Q), entonces P es suficiente (para explicar
Q). Bien, puesto así se ve que se trata de una falacia
lógica. La existencia de las manos es sin duda necesaria para
explicar la existencia de los conciertos de violín, y de los violines
mismos, pero de ello no se sigue que sea suficiente. Hacen falta
también los oídos, y la música... ¡y el espíritu musical! Toda una
jerarquía de causas.
Finalmente, para no extenderme más, consideremos estas
aseveraciones:
“Vamos a suponer que es cierta la teoría clásica de que existe el alma
en los hombres y no en los animales. Vamos a suponer que ese alma, por
definición, espiritual, es “insuflada” por Dios en el instante que el
espermatozoide se une al óvulo. Y vamos a intentar hacer algún
experimento que nos confirme su existencia.
Alguno ya estará escandalizado. “¿Cómo vas a experimentar con el alma si
es espiritual y no está sometida a leyes físicas?”, me puede decir.
A lo que le puedo contestar “¿Y cómo quieres que sepa si esa afirmación
es cierta o errónea si hay otros que me dicen cosas muy diferentes a tu
afirmación?”.
Aquí se toca un punto clave del método escéptico: Hay que
combatir el mejor de los argumentos del contrincante, no el peor.
Esto demanda siempre efectuar el ejercicio de ponerse HIPOTÉTICAMENTE de
su parte; estudiar su posición, intentar comprender su lógica. Por
supuesto, se pierde el tiempo si se escoge como contrincante al primer
paisano que hallemos en la esquina, en vez de a Patanjali, Kant o
Dennett. O mejor aún: Debe uno ensayar ser al mismo tiempo
teísta y ateo, materialista y espiritualista, y además agnóstico (en el
sentido de que no se tome uno demasiado en serio la posibilidad de
resolver –solito– finalmente el enigma, pero no descarte la posibilidad
de que la Humanidad poco a poco vaya obteniendo claridades).
Creo comprender, al menos en parte, las motivaciones de un incrédulo como
el señor Bosque, y me parecen sanas. El grado de superchería que
prolifera en el mundo actual es realmente alucinante y uno fácilmente se
exaspera. La superstición, y lo peor, las farsas de tantos avivatos
son no sólo ofensivas para la dignidad de la inteligencia humana, sino
potencialmente peligrosas para la sociedad pues contribuyen en gran parte
a desorientar la opinión pública sobre los realidades del mundo.
Por ejemplo, en una época en la que la financiación de la investigación
científica depende de las votaciones de los parlamentos, y éstas a su vez
de la opinión pública, ciertamente es lamentable que la mayoría de la
población siga pensando en general que el Universo está allá,
arriba y nosotros aquí, abajo... Recordando al
inefable Ronald Reagan: “No veo por qué tenemos que financiar la
curiosidad de los científicos.” (Imagínense: esta ha llegado a ser
la sucesión de Ben Franklin; así se ve cómo anda la cosa en el
mundo...) Pero no puede dejar uno que ‘el enemigo’ lo ponga a jugar
su juego, que lo obligue insidiosamente a adoptar su lógica (como
combatir los terroristas con terrorismo). Entonces ahí sí todo está
perdido.
Creo recordar una anécdota, que reputan históricamente cierta, sobre la
Royal Society en época de Newton, recientemente fundada. Se planteó
la cuestión de si era o no cierto que las arañas –o tal vez los
escorpiones– eran incapaces de atravesar una circunferencia formada con
polvo de cuerno de unicornio; tal cosa sostenía una creencia
popular. Pues bien: estos señores escépticos buscaron adquirir
auténtico polvo de unicornio y efectuar el debido experimento. La
cuestión no era si el unicornio existía o no. La cuestión era “Si
los mejores expertos en el tema de los unicornios sostienen ese aserto,
¿dónde consiguen su polvo de cuerno? Adquirámoslo nosotros
también.” Y bien: encuentras el más reconocido, y serio, y
discreto, proveedor asiático o africano de la mercancía –Inglaterra ya
empieza a ser dueña de Oriente– y le preguntas por ella. El polvo
existe y está a la venta, ¿no? Es como la fase preparatoria de la
mayéutica socrática: la ironía. (¿Ya entienden por qué mataron a
Sócrates?) Negocias tu polvo: todos los verdaderos creyentes de los
unicornios darían un ojo por disponer de esa mercancía. Las arañas
–o escorpiones– cruzan el círculo sin problemas. No digas más.
Ser escéptico no es fácil. Demanda una cierta disciplina basada en
la tolerancia de las ideas que nos parecen absurdas, PARA PODER MEJOR
EXAMINARLAS. El escepticismo no tolera partidismos. Es tal
vez la hermosa ilusión de que podemos intentar ser imparciales, aunque
sea un poquitito, y ya se ve lo difícil que eso es para nosotros los
humanos. De inmediato queremos tomar partido. Implica
constantemente mantenerse en guardia frente a actitudes de
autocomplacencia, de ‘certidumbre’, así ésta sea ilustrada.
Entender que hay grados en el descubrimiento del Universo, que este
difícil ascenso hacia las verdades es como una carretera de montaña, en
la cual cada nueva curva del camino puede dar lugar a un paisaje
inesperado: en el ascenso de la física clásica se ve un hermoso valle (un
universo mecánico determinista); de pronto llega la cerrada curva de la
física moderna y, oh, aparece el océano: la incertidumbre... ¿Es el
mundo tierra o agua? ¿Debemos renunciar a lo anteriormente
conocido? ¿Es ya la física clásica una pérdida de tiempo? No:
se van revelando diferentes aspectos del mundo a medida que lo andamos,
que lo exploramos. Simplemente el Universo es demasiado grande,
ENORME, no sólo en tamaño sino en complejidad, y es muy presuntuoso que
un pequeño simio al cabo de unos cuantos siglos pretenda erigirse
en juez ontológico del mismo, dictaminando prematuramente lo que debe o
no debe haber en él. Esperemos siquiera unos cuantos siglos más –no
me pregunten cuántos– para eso, ¿les parece? Entre tanto, sigamos
andando: es la actitud del escéptico.
¿Entonces para qué sirve ser escéptico, si no he de llegar a ninguna
certidumbre? La respuesta a esta inquietud no está en la
adquisición de conocimiento sino de inteligencia. Oh, sí: el
escepticismo es tremendamente útil. El ejercicio del escepticismo
tal vez –y digo sólo ‘tal vez’– no nos lleve a encontrar alguna respuesta
definitiva en el transcurso de nuestras vidas, pero ciertamente no dejará
de transformar nuestra mente, haciéndola más amplia, más rica, más
comprensiva, más interesante para los demás y para nosotros mismos.
Llega un momento en el cual las respuestas comienzan a perder un poco su
importancia frente el hecho de haber logrado uno en sí mismo una
transformación psíquica que aporta un gran bienestar anímico (efectos
seguramente medibles en los niveles de dopamina). Como el viajero
explorador, el escéptico puede ciertamente no llegar a ninguna parte,
pero ha viajado desprejuiciadamente con la mente por el ancho mundo y
esto, como en Blade Runner, es de lo mejor que se puede ganar en
la vida. Si me piden una demostración experimental, la hay: ensayen
rigurosamente el escepticismo en ustedes mismos. El resultado será
el abandono de la exasperación y la inmersión inteligente y juguetona en
la aventura abierta e inabarcable de las posibilidades reales del
mundo.
No confundamos escepticismo con incredulidad, que no lo es.
Atanasio Roldán Botero
Medellín, 5 de junio de 2005
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2. El Horror
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El "Dios del amor y de la misericordia" dejó dicho y ordenado:
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veinte a sesenta años será estimado en cincuenta siclos de plata... si
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3ss.
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