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span style="font-size: 13pt; font-family: "Goudy Old
Style", serif;">De “EL QUINTO EVANGELIO”, del C
ardenal G. Biffi. Un texto que reflexiona sobre la Palabr
a de Dios y la realidad de la Iglesia con humor, y con do
lor. Escrito hace casi cincuenta años…
verdaderament
e profético. Cualquier parecido con la realidad, no es m
era coincidencia. No hace falta entrar en comentarios y e
xplicaciones, que quitarían la gracia del texto… En to
do caso, quienes deseen, pueden descargar la breve obra c
ompleta en el enlace
que va al final.
FRAGMEN
TO
20
[Texto
antiguo]
¿Qué os parece? Si
un hombre tiene cien ovejas y pierde una de ellas, ¿no d
ejar¡ las noventa y nueve en el monte y se ir¡ a buscar
la que falta? Y sí llega a encontrarla, os doy mi palab
ra
de que se alegrar¡ m¡s por ella que por las novent
a y nueve que dejó (Mt
18, 12-13).*
[Texto encontrado]
El
reino de los cielos se parece a un pastor que t
enía cien ovejas y, habiendo perdido noventa y nueve, re
prende a la última oveja por su falta de iniciativa, la
echa fuera y, después de cerrar el redil, se marcha a la
taberna a discutir sobre los problemas de
su vida de p
astor.
*
* *
o:p>
Comenzamo
s por aplaudir a las noventa y nueve ovejas descarriadas:
no se trata de un vulgar despiste; es m¡s bien una form
a de protesta contra la misma idea de redil.
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La imagen del redil
evoca el encerramiento, la clausura, la segregación de
los dem¡s. ¿Cómo pueden «los otros» unirse al rebañ
o si en un determinado punto de su camino se dan de naric
es contra
una valla?
Sin contar con que la vida del gueto —a
l abrigo de los peligros, pero también de las emociones
de la aventura— acaba por deformar la personalidad y en
gendrar complejos de inferioridad o superioridad,
segú
n los temperamentos, de los cuales difícilmente se cura
uno. Para la oveja, es mejor el riesgo del lobo que la ce
rteza del envilecimiento en el redil.
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Puede ocurrir que el pasto
r no sea suficientemente perspicaz para darse cuenta; en
tal caso es necesario tener el coraje de forzarle la mano
. El éxodo de las masas registrado en la par¡bola
es
el medio m¡s eficaz para hacer entrar en razón a quien
se obstina en cerrar los ojos. Una vez desmantelado el re
dil, podr¡n volver a él todos juntos, ovejas, lobos y d
em¡s animales y así se har¡ un solo rebaño sin un sol
o pastor.
En la par¡bola, sin embargo, el pastor comprende tan
bien la situación, que se exaspera por la oveja que qued
a.
Este
animal —a quien desapasionadamente hay que reconocerle
el valor de un cierto inconformismo— basta por sí sol
o para echar a perder el advenimiento de una época nueva
; puesto que, mientras
él permanece, permanece el redi
l, y mientras permanezca el redil, las ovejas libres sent
ir¡n una cierta inquietud de si fueron prudentes al eleg
ir la fuga.
Y así no se puede vivir, aun para ser devorado se r
equiere un mínimo de tranquilidad interior.
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Por tanto, ¡fuera,
oveja pertinaz! Hay que obligarte a que seas libre. Aunq
ue sólo sea porque tú sola quitas tiempo a tu guardi¡n
y le cansas e impides de este modo el progreso de la cul
tura.
Únicamente cuando tú hayas tomado audazmente el
sendero del bosque, el pastor podr¡ discutir con sus co
legas los métodos m¡s eficaces de pastoreo. Únicamente
cuando ya no exista el redil y ni siquiera ovejas, se po
dr¡ elaborar en todo su rigor científico —sin
compr
omisos con los condicionamientos concretos ni con la perv
ivencia de concepciones superadas— una teología pastor
al verdadera y completa.
―
http://www.serviciocatolico.com/files/
Biffi-Giacomo---El-Quinto-Evangelio_we74k689.pdf
www.serviciocatolico.com
(Contraportada) Para leer el «quinto evangelio» se requ
iere estar inocu-lado con el bacilo del humorismo. Ante u
n descubrimiento sensacional ¿a qué carta quedarse?
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