Asunto: | [HOJA_AL_VIENTO] ¡BIENVENIDA! y `Cardenal Lozano Barragán: Fundamentos filosóficos y teológicos´ de la bioética | Fecha: | Jueves, 12 de Febrero, 2004 13:34:14 (-0600) | Autor: | MUNDO CATOLICO.com <webmundocatolico @.........mx>
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Nos complace enviarte el ensayo redactado por el cardenal Javier Lozano
Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, con
motivo de la Jornada Mundial del Enfermo 2004. 11 de febrero, 2004 (Si deseas que
HOJA AL VIENTO formatee gratuitamente este documento para tí, envía un mensaje a
mundoca_olico_servicios@... ).
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Cardenal Lozano Barragán:
Fundamentos filosóficos y teológicos de la bioética
Intervención durante la Jornada Mundial del Enfermo
«EL NUEVO PARADIGMA: BIOÉTICA CERRADA Y BIOÉTICA ABIERTA HACIA LO
TRASCENDENTE».
Adjuntar la Ética a la Vida, no es de ninguna manera algo que apenas ahora
acontece, es la raíz de toda Ética y de todas las Éticas y de la Teología Moral
que se han llevado a cabo desde siempre. Sin embargo, el término Bioética es el
que tiene novedad y una significación especial en nuestros días. Se trata de La
Ética en particular aplicada a la Medicina actual. En el presente estudio,
después de una pequeña introducción sobre la Ética global y refrescar algunos
datos sobre los orígenes de la Bioética, de su punto de partida, y de la
"Metabioética", trataré de sintetizar dos corrientes del pensamiento actual sobre
la Bioética, la Bioética que llamaré cerrada al Trascendente y la que llamaré
abierta al Trascendente, insistiendo sobre el fundamento, significado, principios
y consecuencias de ambas. Dentro de la Bioética cerrada al Trascendente me
extenderé un poco sobre algunos rasgos del pensamiento post moderno que luego
concretizo en sus consecuencias para la
Bioética, en el llamado "Nuevo Paradigma". Terminaré con una pequeña síntesis
sobre aplicaciones de la Bioética abierta al Trascendente en diversos problemas
que plantean posiciones actuales en Biogenética en el ámbito católico.
INTRODUCCIÓN
Llama fuertemente la atención que al final del mes de enero de 2004,
consultando internet sobre el concepto "Ética", se encuentren en la red 3.434,013
páginas que se ocupan del argumento. Ya hablando de la Ética global, se
encuentran 475,033, y en especial de Bioética, 146,239. Es un claro signo del
interés que en nuestros días suscita este tema. Hojeando algunas de estas páginas
he encontrado como autores señalados y sus conceptos fundamentales, los
siguientes: Hans Jonas, que nos habla de la Ética del límite, Raimundo Panikar,
que se refiere a la Ética participada, Edgar Morin que sostiene la Ética de la
tierra como patria, Juliano Pontara que describe la Ética del rostro, varias ONGs
que se centran en la Ética del Desarrollo sostenible, la UNESCO que sostiene la
Bioética del consenso, pluralista, pluricultural, de
procedimientos, sustitutiva de la Ética médica tradicional. Y en especial, de
ello hablaremos más detenidamente, "El Nuevo Paradigma ético".
Los conceptos claves y nueva terminología que se perfila son entre otros los
siguientes: virtual, globalización, redes multimediales y educación, hipertextos
éticos, censura, privacidad, comunidad virtual, ciudadanía activa,
pluridisciplinariedad, transparencia, participación, comunicación, diversidad
cultural, Ética de resultados, Ética pragmática, Ética global, Ética universal,
etc.
En especial se insiste en la necesidad de una Ética global pues nos
encontramos en la época de la globalización. Hay una circulación cada vez más
creciente, a través de las fronteras políticas y geográficas de gente, capitales,
mercancía, información. Hay nuevas tecnologías en las que descuella la
informática, y la estandarización productiva y financiera. Consecuentemente han
crecido las relaciones sobre territoriales, hay una densidad de redes
tansnacionales, se ha mundializado el capitalismo de libre mercado, se exigen
nuevas relaciones económicas, financieras, sociales, políticas, culturales y por
supuesto también éticas. Por esto ahora se apunta a la Ética global y se afirma
por algunos que la antigua Ética no es capaz de normar el nuevo mundo que está
brotando. Esta nueva Ética será a la medida del mundo
tecnológico actual, y no a la medida de épocas pasadas. Se prevé una Ética a la
medida del hombre, que por supuesto no lo trascienda y se quede en su mismo plano
sin aceptar antiguos mitos ya superados de seres superiores que norman la
conducta humana. Dentro de estas coordenadas intentamos ahora adentrarnos en los
problemas que hoy presentan las nuevas Bioéticas.
1. ALGUNOS DATOS SOBRE LOS ORÍGENES DE LAS BIOÉTICAS.
Podríamos encontrar el origen de la Bioética en el libro de Giuseppe
Antonelli, escrito en 1891 y que titulaba "Medicina Pastoralis in usum
Confessariorum". En el siglo XX aparecen muchas Deontologías médicas, y no cabe
duda que Pío XII con todos sus discursos a los médicos, es un precursor de la
moderna Bioética.
El que empieza a tratar cuestiones de Bioética desde un punto de vista
subjetivo es J. Fletcher que en 1954 publica su libro "Moral and Medicine". La
novedad de este libro es que en lugar de seguir el método tradicional de acuerdo
al cual los mandamientos de la ley de Dios daban la pauta para actuar, ahora él
habla más bien de los derechos humanos sacando conclusiones contrarias a los
mandamientos, por ejemplo, diciendo que se tiene derecho a controlar los
nacimientos, por tanto se legitiman los anticonceptivos. Tiene como principio que
no se puede ver en los acontecimientos la norma o voluntad de Dios, y que por
tanto cada quien proceda como crea conveniente.
Algunos ponen el origen de la Bioética todavía antes, en el proceso de
Nüremberg, 1947, cuando se condena a los criminales nazis por los experimentos
genéticos. Otros piensan que empezó propiamente la bioética cuando se puso sobre
el tapete el problema de los primeros transplantes y de la donación previa de
órganos, especialmente cuando el transplante de corazón hecho por el Dr. Barnard
en diciembre de 1967. Para otros, cuando se comienza a discutir sobre los
problemas del recién descubierto DNA por P. Berg, en 1971.
Pero quienes empiezan a hablar de Bioética son dos católicos, un médico y un
filósofo, Hellegers y Callahan, quienes en Estados Unidos, cerca de Nueva York,
fundan sendos centros de Bioética. Los centros de bioética fueron el "Hastings
Center" en 1969 y el "Joseph and Rose Kennedy Institute for the Study of human
Reproduction and Bioethics". Luego en 1971 surge el "Kennedy Institute of
Ethics".
El año clave es 1968, y el documento es la Encíclica "Humanae Vitae" de Paulo
VI. A. Hellegers era miembro de la entonces Comisión Pontificia de la Familia, se
opuso a la "Humanae Vitae"; se fundaron entonces los centros aludidos buscando
una Bioética independiente del Magisterio de la Iglesia. Primero hablaron de
centros inspirados ecuménicamente, después se fueron secularizando hasta negar
cualquier nexo entre bioética y teología. A Hellegers se unieron investigadores
como L. Walters. T. Beauchamp, J. Childress, W. Reich, y teólogos como B. Häring,
R. McCormick, C. Curran, S. Hauerwas , J. Fuchs y el protestante P.Ramsey.
Posteriormente Callahan intenta regresar a una bioética con raíces religiosas. Da
la misma parte católica se encuentran tentativos en esta dirección tanto en el
mismo Kennedy Institute, como
después en la Universidad de Georgetown en su "Center for the Advanced Study of
Ethics". Son de considerar aquí los nombres de E.D. Pellegrino, D.C. Thomasma, B.
Ashley, y K. O'Rourke, en Estados Unidos de América.
El término Bioética aparece por vez primera con Van Rensellaer Poter quien en
1970 escribe un artículo: "Bioethics, the Science of survival" y en 1971 escribe
su libro: "Bioethics: Bridge to the future". Desde entonces se multiplicaron los
centros de Bioética, en la UNESCO se estableció uno y se fundaron muchos otros,
especialmente en los hospitales.
2. PUNTO DE PARTIDA
Se han dado muchas y muy variadas definiciones de Bioética. Entre ellas elijo
como punto de partida, una, tomada de la Enciclopedia de Bioética de W.T. Reich
(Enciclopedy of bioethics, The Free Press, New York, 1978, vol I, XIX):
"El estudio sistemático y profundo de la conducta humana en el campo de las
ciencias de la vida y de la salud, a la luz de los valores y principios
morales".
Se trata de un estudio científico, ordenado desde principios fijos y en
consecuencia con los mismos, llegando, por decirlo así, a sus últimas causas. Se
trata de un estudio que necesariamente debe ser en diálogo multidisciplinar, pues
supone las diversas ciencias actuales de la vida y de la salud. Ahora bien, en la
actualidad dichas ciencias están muy aventajadas, baste recordar la Biogenética,
la Ingeniería genética, las ciencias del ambiente, la Ecología, la Sociología,
por supuesto, la Antropología, y todas las ciencias médicas actuales. Se trata de
un estudio relacional y holístico. Estructuralmente hablando es un estudio
sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y de la
salud desde el punto de vista biológico, económico y financiero, familiar,
comunitario y social, jurídico,
normativo, político, nacional e internacional, mental, psicológico y cultural,
por tanto, religioso y así necesariamente ético, que exige ser considerado en su
complejidad a la luz de los valores y principios morales. En este sentido, y no
sólo en el científico y técnico podemos verdaderamente decir que la Medicina ha
progresado más en los últimos cincuenta años que en los últimos cincuenta
siglos.
En este contexto, el problema fundamental de la Bioética, su problema básico,
es el problema de sus principios. Es el estudio científico de la conducta humana
en el ambiente de las ciencias de la vida y de la salud, de acuerdo a los valores
y principios morales, y la pregunta se perfila luego, ¿cuáles valores?, ¿cuáles
principios morales?. La respuesta en el ámbito católico no es difícil, pero la
Biogenética se desarrolla muy fuertemente en el campo no católico, en especial de
raíces protestantes y positivistas, y en este campo no son claros ni los valores
ni los principios morales. Priva especialmente el Positivismo ético y en él, con
frecuencia no es posible hablar con profundidad lógica de dichos principios. Es
evidente que una Bioética ilógica es absurda. Si buscamos esta profundidad más
allá de una bioética
prescriptiva o normativa meramente formal, nos encontramos en un terreno que
quizá pudiéramos llamar "Metabioética". Que sería propiamente el punto de partida
de la Bioética. A continuación ensayo una muy somera descripción de los puntos
principales que subyacen en esta "Metabioética".
3. LA "METABIOÉTICA"
Para empezar podemos decir que en líneas generales nos vamos a encontrar con
dos Bioéticas: una, abierta al Trascendente, y otra, cerrada. Sus raíces se
hunden muy hondo en el pensamiento interpretativo del mundo. Se van insinuando
una serie de posiciones que van madurando poco a poco en un sentido o en el otro
y en la actualidad nos dan como resultado estas dos clases de Bioética, una
cerrada al Trascendente y otra abierta. Estos pensamientos claves constituyen lo
que hemos llamado "Metabioética", más allá de la Bioética, sus raíces, los
pensamientos originales que dieron lugar a las posiciones que ahora se formulan.
Sin introducirnos al complejo pensamiento oriental, sino permaneciendo en la
esfera cultural occidental, nos vamos a encontrar con dos maneras de pensar que
se han opuesto más o menos contradictoriamente
entre sí con relación al punto ético como consecuencia lógica de su mundo
mental. Ambas maneras tienen en su haber grandes éxitos pero también grandes
fracasos.
Hay dos ejes del pensamiento occidental de cuya comprensión dependen hasta
cierto punto las diversas concepciones éticas. Son "Ser y Devenir", "Ser y
Pensar". En el correr de la historia del pensamiento, se van acumulando una serie
de conceptos que de la relación entre ambos ejes y de la respuesta que se dé a
cada miembro de cada eje va a depender la posición ética que se adopte. El
pensamiento siempre se encuentra matizado y rara vez redactado en forma
completamente excluyente, pero finalmente, ambos ejes van a dar como resultado
una Bioética cerrada al Trascendente o bien una Bioética abierta al Trascendente.
Desde otro punto de vista pudiéramos decir que nos van a da una Bioética
"objetiva" o bien una Bioética "subjetiva".
I. LA BIOÉTICA CERRADA AL TRASCENDENTE.
1.SER Y DEVENIR
Ya en la antigüedad clásica griega nos encontramos con Parménides y Heráclito.
La concepción parmenidiana del "'einai kai panta" (uno y todo) inmovilidad; y la
heracliana del "panta rei" (todo evoluciona), movilidad. El genial pensamiento
clásico griego conjugará con Aristóteles las dos disyuntivas en el hilemorfismo.
Muchos siglos después, frente al Nominalismo, Santo Tomás de Aquino dirá "ens est
id quod est" (el ser es lo que es), la realidad objetiva; en cambio Duns Scoto,
afirmará: "ens est id quod potest esse" (el ser es lo que puede ser) la mera
posibilidad. Es muy importante en la línea de pensamiento el citado Nominalismo
de Guillermo de Occam, para quien el universal no pasa de ser una mera emisión de
voz y por tanto no hay verdades universales, ni por lo tanto habrá normas con
obligación universal. En la
Escuela de Oxford, ya Roberto Grossetete dirà que la esencia "metafísica" de
las cosas es la luz; y dentro de un Empirismo en pleno devenir se perfilarán los
pensamientos de los dos Bacon, de Hobbbes, Locke y Hume.
2. PENSAR Y SER
El parte aguas viene con René Descartes o quizá mejor, con sus epígonos. La
disyuntiva es: ¿porque el ser es lo pienso, o bien el ser es porque lo pienso?.
Si se acepta el primer miembro de la disyuntiva, existe una verdad objetiva; si
el segundo, la verdad es lo que yo acepte como tal.
En el contexto de la segunda parte de la disyuntiva se ha forjado gran parte
del pensamiento actual que tiene sus decisivas consecuencias en cuanto a la Ética
pues significa la absoluta autonomía del hombre que es quien decide en último
término qué es verdadero y qué es falso, qué es bueno y qué es malo. Esta plena
autonomía se deducirá también desde otros puntos clave en el pensamiento
cartesiano, el las ideas "claras y distintas" que competen sólo a las
substancias: Dios, la conciencia y la extensión. La condición básica para que
algo sea considerado como substancia es su plena independencia; dice Descartes
que una una substancia, "est id quod ita existit ut nulla alia re indigeat ad
existendum" (es aquello que así existe que no necesite de nada más para existir).
Esta concepción cartesiana llevará posteriormente a
la plena independencia y autonomía del hombre. El hombre en sí mismo sería
absurdamente su mismo proyecto. Su misma realidad presente sería su proyecto
futuro; y en el mejor de los casos, a la manera de Engels, el "ateo piadoso", su
proyecto sería el mito resultante de la multiplicación de sus propios deseos
hasta el infinito matemático.
Kant por su parte, al negar la posibilidad de acceder al "noùmeno" se extiende
en la Ética a una subjetividad autónoma colectiva y formal con su "Imperativo
Categórico". Hegel por su parte le da consistencia política a esta subjetividad
al poner la máxima realización del "espíritu" en el Estado. Posteriormente, por
el camino de Engels y Marx "se hará caminar a Hegel con los pies" en el
Materialismo dialéctico, teniendo como fuente única de moralidad en la autonomía
del Materialismo histórico consecuente, la sociedad sin clases.
3. ESTATICIDAD DE LA NATURALEZA
La conclusión es una Ética meramente subjetiva, opuesta a la objetividad de la
naturaleza que no es más considerada como real. Consecuentemente se afirma que la
Etica "objetiva", fundada en la naturaleza, es algo fruto de la ignorancia,
pasada de moda. Y aquí entran las ciencias experimentales, pues se piensa que
éstas necesariamente rechazan el concepto de naturaleza como algo estático.
Especialmente en el campo de la medicina, se dice que hasta hace poco la medicina
se encontraba en el campo de lo observable, en cambio ahora toda su acción se
desarrolla en el campo de lo "manipulable".
Pasando del plano científico al plano religioso, también la concepción
cristiana protestante ha impugnado fuertemente el concepto mismo de naturaleza,
al menos de naturaleza humana, pues la considera esencialmente viciada. Siendo
así la naturaleza, es lógico que no pueda ser norma de moralidad.
4. CORRIENTES ACTUALES
Con este telón de fondo y en su desarrollo lógico se han ubicado hoy seis
corrientes de pensamiento, especialmente elaboradas en el plano de la Ética y que
se aplican fácilmente a la Bioética, a saber:
El Eclecticismo, que acepta cualquier aserto de conducta, independiente de su
sistema, contexto y juicio;
el Historicismo, según el cual la verdad es cambiante de acuerdo a su
adecuación a una época determinada de la historia que de por sí va pasando;
el Cientificismo, en el cual se dice que la única verdad aceptable es la
experimentable en el campo científico;
el Pragmatismo, en el que las decisiones éticas hay que tomarlas teniendo sólo
como criterio la utilidad, según el binomio costo / beneficio, y guiándose para
ello por la opinión de las mayorías;
el Nihilismo, en el que simplemente se renuncia a la capacidad de llegar a
verdades objetivas.
5. LA POSTMODERNIDAD.
Dada la importancia ética del pensamiento postmoderno para la Biogenética y
para comprender más a fondo "El "Nuevo Paradigma"", presentamos a continuación
los rasgos sobresalientes de este sistema de pensamiento.
Comienzo con una alusión sintética a las líneas básicas de las posiciones de
autores que me parece están en la base de la Postmodernidad; ellos son Nietzche,
Heiddeger, Wittgenstein, Lyotard y Vatimo 1
Para Nietzche Dios ha muerto y la única norma de moralidad es ahora el super
hombre con su voluntad de poder. No hay valores universales y fijos ni
posibilidad de conocerlos.
Para Heidegger es verdad que existe un Ser superior, pero es inefable, en
cambio se expresa por el lenguaje, no por el pensamiento porque éste ya es una
interpretación del lenguaje y hay tantas interpretaciones como lenguajes, por
tanto no son verdaderas. La única posibilidad es el oscuro conocimiento místico.
El conocimiento técnico ha objetivado al mundo, falseándolo.
Para Wittgenstein la verdad está en el lenguaje cuando lo que dice de los
hechos es científicamente comprobable desde la misma logicidad del lenguaje. Los
valores, como no son hechos, no son atingibles. Ahora bien, como la logicidad es
también un valor y por tanto no es un hecho; así ni ésta se puede demostrar.
Además, hay que atender a la diferencia de lenguajes, al "juego del lenguaje";
técnico, lúdico, político, poético, afectivo, etc.. En cada juego el lenguaje
tiene un significado diferente. No hay un común denominador de estos juegos de
lenguaje que se pueda conocer. La Filosofía sólo tiene como objeto clasificar los
diferentes juegos que existan. Su función es terapéutica, esto es, reducir al
lenguaje corriente y cotidiano lo que se expresa en otros juegos de lenguaje.
Dios significa que constatamos el hecho de
que muchas cosas no dependen de nosotros y sí dependemos de ellas. Dios es todo
el mundo independiente de nuestra voluntad.
Comentando a los autores anteriores Jean-Francois Lyotard dice que los
"metarelatos", esto es, los pensamientos sintéticos universales de la modernidad
como el Iluminismo, el Marxismo, el Cristianismo, el Capitalismo, etc. que dan
una síntesis omnicomprensiva, son ineficaces e incomprensibles. No tienen validez
alguna. El saber sólo se puede expresar según el juego del lenguaje y consiste en
la investigación sobre la inestabilidad, a lo que da el nombre de "Paralogía".
Sólo son válidos los "minirelatos" a los cuales se les da el asentimiento por un
consenso temporal de los interlocutores, ya sea en el campo internacional, o
político, o afectivo, o sexual, o familiar, o cultural. De aquí resulta una
pluralidad que no es reductible a la unidad, que no tiene universalidad. Es una
invención anárquica del lenguaje. La
universalidad metafísica es sólo una fábula. No hay posibilidad de síntesis
entre lo heterogéneo del juego lingüístico. El pensamiento postmoderno
deshumaniza al hombre para volverlo a humanizar en la inestabilidad.
Gianni Vattimo, es un filósofo de Turín. Interpreta a Nietzche y a Heidegger
teniendo como base el nihilismo. Según Vattimo el ser no tiene objetividad, y por
tanto no es universal. Existe sólo la actualidad, la historia no existe, ha
llegado a su fin, no hay más novedad. El conocimiento no llega al ser y no
obtiene la verdad. Se llega a la verdad sólo a medias y resultan así sólo
verdades a medias. El instrumento por el que se llega es el sentimiento estético
y poético, retórico; del "homo sapiens" se pasa ahora al "homo sentimentalis". Es
como cuando alguien ve un cuadro, según sus diversos sentimientos lo interpreta y
por tanto está sujeto a muchísimas interpretaciones. Así es la verdad, cada cual
la ve según sus propios sentimientos estéticos y poéticos y la expresa con los
diversos juegos del lenguaje.
La Televisión, por ejemplo, nos da un conjunto de imágenes, pero no es posible
tener un fundamento único y universal que las una. La realidad es el cruzarse de
varias imágenes, su contaminarse, sin eje central. La sociedad consiste en
emanciparse de la realidad, de las diferencias y en la explosión de la
multiplicidad. Esto es, el ser universal, los fundamentos estables, la metafísica
han tocado a su fin. Dios existe en tanto es percibido como el Dios del libro, de
la Escritura y de la tradición; pero no un Dios de dogmas inmutables, es un Dios
poético y estético que cada cual se forma. Especialmente no es el Dios de la
Iglesia católica. Así el Cristianismo se seculariza y llega a su ocaso. El hombre
recorre el camino desde su centro hacia un término desconocido, "X". No tiene
necesidad de la seguridad extrema que le
daba un antiguo mito mágico: Dios. El mundo es un evento de juego de
interpretaciones lingüísticas dentro de diversos horizontes concretos. Este nuevo
pensamiento se llama "Pensamiento Débil", que es el único posible, y que se
afirma contra el pretendido "Pensamiento fuerte", que no pasa de ser un mito, una
fábula superada por la postmodernidad.
Un tentativo de estructurar el pensamiento postmoderno siguiendo las ideas de
estos autores pudiera quizá esbozarse en los siguientes puntos:
Desconfianza acerca del hombre y su pensamiento:
Caída de las grandes síntesis del pensamiento moderno. El pensamiento se ha
vuelto débil. Se recurre a las tragedias motivadas por las ideologías de la
modernidad que causaron millones de muertes y actos de barbarie. El pensamiento
fuerte, pertenece a épocas primitivas de la humanidad, bárbaras, que ya han sido
ahora superadas.
Dominio de la racionalidad estética:
Irracionalismo, el "homo sapiens" se vuelve ahora "homo sentimentalis". En la
modernidad se había divinizado la razón y se volvió un pensamiento fuerte, razón
de todas las atrocidades cometidas, por ejemplo en Auschwitz. Ahora se acepta
sólo el relativismo de pensamientos conflictuales, encarcelados en el lenguaje.
El relativismo
Sustituye a cualquier pretensión de un mundo racionalmente ordenado. A la
racionalidad científica sustituye ahora la racionalidad estética. La racionalidad
científica se fundaba sobre los principios matemáticos y de la lógica, sobre el
principio de identidad y de contradicción, sobre la reiterabilidad y
verificabilidad de los acontecimientos; estos principios no tienen ninguna
validez, hay que buscar otra fundamentación que es la estética. La racionalidad
estética se funda en la intensidad de los sentimientos, emociones, admiración y
contemplación y la autenticidad de la experiencia, la dimensión sensible y
afectiva del amor humano, de las decisiones personales y reacciones instintivas.
Para la postmodernidad la verdad no es adecuación con la realidad sino
interpretación de la misma en una temporalización del ser. No
existe más que la razón instrumental de carácter plural, incrédulo, lúdico,
irónico, destructivo, inclinada a las tendencias superficiales de la curiosidad
en una fenomenología de signos y apariencias. La verdad se sustituye por el juego
de imágenes, la ontología por la semántica, la determinación por la
indeterminación, la trascendencia por la inmanencia, los conceptos por la
metáfora. En vez del principio de causalidad se aduce el de la relación entre
fenómenos. Es absurdo que la religión sea única, en lugar de Dios se impone un
genérico divino. Se llega a un nihilismo teórico, a un relativismo ético y a una
no normatividad moral.
El Nihilismo:
Es la filosofía de la nada. Seres, cosas, valores y principios se niegan y se
reducen a nada. Es una oficialización de las tendencias destructivas existentes
en la sociedad. Se liga en especial con Nietzche. Nietzche distingue dos tipos de
nihilismo, el bueno y el malo; el bueno consiste en destruir todos los valores
del pasado para edificar otros nuevos que son los del superhombre. El malo
consiste en esperar tranquilamente que los antiguos valores se acaben y no
suplirlos por los del superhombre. No se puede conocer la verdad, sino solo
puntos de vista cambiantes. La voluntad no puede hacer nada bueno. Como Dios ha
muerto no hay punto de referencia normativo alguno. La historia no puede tener un
autoperfeccionamiento intrínseco. Todo es fugaz y provisorio, por tanto no se
puede asumir ningún compromiso serio.
Proclama la "Ontofobia", es la desertificación de todo. La verdad objetiva se
sustituye con "puntos de vista". La vida no tiene valor pues no es irrepetible,
se transmuta en la reencarnación, por tanto se puede traficar con ella en la
clonación, en los embriones supernumerarios, en la eugenesia, en la eutanasia,
etc.
Desconfianza hacia el futuro:
Todo es caducidad, fragmentación y caos, no hay ningún elemento eterno e
inmutable. El presente es el punto de cruzamiento del pasado con el futuro y es
lo único que cuenta. Hay una crisis de la temporalidad y un historicismo
omnipresente, el pasado es como una especie de fotografías de un museo,
fragmentos de simulacros e imágenes. La historia y el pasado son objeto de
mercado que se consumen e intercambian. No es posible hacer ningún proyecto a
futuro.
Retorno al misterio y pseudo religiosidad:
No existe Dios sino dioses, muchos salvadores y religiones han sustituido al
único Dios salvador. Se prospectan religiones sin Dios y sin Iglesia. Se habla
del misterio, pero en una perspectiva meramente superficial, de oscuridades y
nebuolsidades.
Especialmente se refleja todo en la "New Age", cuyo "credo" lo resume Jean
Vernette en lo que llama "los 10 mandamientos de la New Age". Estos son: 1.
Esperarás con impaciencia la era del Acuario. 2. Creerás en el Gran Cambio. 3.
Tu conciencia se despertará atentamente; 4. Te ocuparás de tu cuerpo de manera
activa; 5. Seguirás a los maestros respetuosamente; 6. Creerás completamente en
lo irracional; 7.Venerarás con fidelidad a la diosa Gaia (la Tierra); 8.
Refutarás rigurosamente las religiones existentes; 9. Hablarás de los espíritus
con toda naturalidad; 10. Te reirás de la muerte, con serenidad.
Esta religión prefiere que el hombre se haga dios y no que Dios se haga
hombre. Dios no es una persona sino la más alta vibración del cosmos o la más
elevada expresión de la conciencia trascendental. La verdad es creer: "es
verdadero porque tú lo crees"; o bien, "aquello es verdadero con lo que te
sientas bien". Cada uno tiene una iluminación interior. No hay culpa ni pecado,
ni redención, ni expiación, ni gracia; no existe el mal, por tanto nadie es
responsable del mal. No hay que temer la muerte, pues se da la reencarnación; no
la resurrección. La religión consiste en proyectar sus propias expectativas, es
una religión a la medida. Es el "pensamiento débil" religioso de una sociedad
secularizada e individualista. Se rechaza totalmente el Cristianismo.
El principio de diferencia:
No hay unidad sino sólo fragmentación, la sociedad se convierte en grupos
disímbolos, asociaciones, movimientos. La solidez de partido político, de
individuo, de nación, son sustituidos así.
La tolerancia:
Por la comunicación rápida la sociedad actual adquiere las características de
ser pluricultural y pluriracial. Es una sociedad sin equilibrio.
El mundo:
Se parte de un Ecologismo totalizante que significa el desarrollo sustentable,
que se suele conocer como "la Paz Verde" y se coloca como reacción contra los
efectos perversos del dominio tecnológico. La afirmación central es que el hombre
depende de la naturaleza y no la naturaleza del hombre.
El mundo no tiene ni sentido ni valor, no tiene meta alguna que se lo dé. Está
desacralizado. No existe más como creación de Dios sino como universo o
universos, como mundos infinitos sujetos a las ciencias, llamadas a descubrirlos,
a dominarlos, y en caso de prosperidad, disfrutarlos. El mundo es así incierto,
débil y con un futuro impredecible. Es sólo un depósito de cosas y objetos, no
tiene ningún orden divino inserto en las leyes de la naturaleza. Las ciencias no
miran a la construcción humana sino al progreso como tal; se dirigen a su
finalidad práctica, por ejemplo, acrecentar el bienestar, nutrirse mejor, habitar
mejor, etc., sin ninguna valoración ética. La técnica y el saber científico son
motivados por intereses económicos y contratos comerciales; queda totalmente
suprimida la gratuidad. Los horizontes de
su esperanza se encierran en lo provisorio y en lo inmediatamente accesible.
El hombre:
La vida social se encierra en lo económico y lo político. El hombre se siente
perdido y sin posibilidad de integración. No tiene ni sentido ni rumbo; es un
"turista", un "vagabundo", un "extranjero moral". La función del sentido de todo
lo daba antes la religión. Ahora ésta se relega sólo a lo privado, sin ingerencia
ni económica ni política. El hombre se pone en el puesto que antes se asignaba a
Dios.
Se da un nihilismo en el campo filosófico, un relativismo en el campo
gnoseológico y moral y un pragmatismo en la vida cotidiana. El hombre no es más
el centro de la naturaleza que bajo el dominio de Dios domina todas las cosas,
sino una partecita de la naturaleza como las plantas y los animales.
Se habla de las cuatro épocas del hombre: en la época moderna se profesaba la
subjetividad como fuente de verdad y la libertad como supremo dominio, era la
época del "tercer hombre"; ahora se ha pasado a la cultura del "cuarto hombre".
El "primer hombre" fue el de la cultura filosófica griega, el "segundo hombre",
el de la cultura medieval cristiana, el "tercer hombre" el hombre científico de
la modernidad; ahora estamos frente al "cuarto hombre", el hombre del consumo y
del audiovisual. No se rehúsa ahora ni la filosofía, ni la religión, ni la
ciencia, pero se consideran como juegos lingüísticos en el caleidosopio
pirotécnico de un saber no más monológico sino pluralístico y disipado: "Dios ha
muerto, sin embargo se puede todavía creer en Dios; las dos cosas en el fondo se
equivalen"
Se llega a un sincretismo o a una indiferencia total. Así el hombre
postmoderno permanece solo, débil, pobre e inseguro; al perder a Dios ha perdido
su propia identidad. es "como un vagabundo que atraviesa el desierto y conoce
sólo las pistas marcadas por sus propias huellas, borradas por el viento en el
mismo momento que camina".
El primero y segundo hombre eran una síntesis equilibrada de historia y
metahistoria. Tal síntesis fue destruida por el tercer hombre que sustituyó la
religión y la filosofía con las ciencias. En cuanto a la historia de la humanidad
se afirma que no hay más historia, ni pasado con validez. No hay pasado ni
futuro, se vive sólo el hoy en el placer y para el placer, por eso vale la pena
ser fuerte e insuperable.
El sufrimiento, especialmente en la fase terminal, no es agradable, ni bueno,
ni útil para nadie, por eso no tiene sentido, hay que eliminarlo por cualquier
medio disponible: (suicidio, eutanasia, etc). Se invita a los superhombres, que
Engelhardt llama "cosmpolitas" y que serían los expertos en Biogenética, a que
realicen la eliminación ayudando al paciente terminal "a morir con dignidad".
El cuarto hombre es un hombre sin calidad. Ha pasado de la tecnología de las
necesidades a la tecnología de los deseos. Siente sólo deseos que contentar y
satisfacer, no más necesidades. Esto lo puede realizar especialmente a través de
la forma tecnológica más adecuada que son los medios audiovisuales. El saber
filosófico era propio del primer hombre, el religioso del segundo, el científico
del tercero, el saber expresivo, del cuarto. Hay una confusión entre cara y
máscara, entre historia y fábula. Los medios de comunicación crean esta confusión
de manera que finalmente ni siquiera la fábula exista. Este es el nuevo saber, es
el saber del arte o estético. Así se constituye el hombre radical. Este hombre
radical profesa un individualismo total, posesivo y anárquico; se manifiesta en
una serie de negaciones: es
antifamiliar, antimilitarista, anticlerical, antipartidista, antiestatal. A su
espontaneidad atribuye un valor absoluto, con las consecuencias socio-políticas
de liberación sexual, homosexualidad, feminismo, aborto, divorcio, lucha contra
los manicomios, contra las cárceles, contra concordatos, abolición de la
enseñanza religiosa, etc. Es el hombre de la anticultura radical.
Para este hombre, no es lo mismo persona que individuo. Persona es sólo un
conjunto de actividades o propiedades, como las operaciones mentales, la
autoconciencia, la sensorialidad, la capacidad comunicativa y la
representatividad simbólica. En el caso de que estas actividades no se den, no se
es persona sino sólo individuo. Así cuando por ejemplo se mata a un hombre que no
es consciente, no se es culpable, pues no se suprime la persona sino un
individuo; así explican la licitud de la destrucción de embriones, de la
clonación terapéutica, de la eugenesia, la eutanasia, etc.
El único mal es la represión. Nadie debe cohibir a nadie. Al dicho "todos
somos pecadores" se contrapone "todos somos perfectos". Cada uno es la medida del
bien. Así cada uno puede usar a los demás y a todo lo que exista como objetos
para llenar sus propios deseos. Se es así plenamente libre. Sólo se tienen
derechos, ninguna obligación. El poder público sólo se legitima por el principio
de utilidad. La felicidad es igual al bienestar y al placer que no consiste en
llenar necesidades sino deseos, en consumir objetos, cosas, experiencias. El
consumismo es el nuevo dios, nada puede existir sino él.
El hombre radical no tiene ningún límite si no es el contrato. La ley no lo
vincula porque ésta se dirige al bien común que se niega. Sólo se acepta el
contrato como reciprocidad y sólo en el caso de que sea ventajoso, los contratos
que no sean ventajosos no se renuevan. Y cuando la parte en desventaja se rebela,
se usa la fuerza de cualquier tipo por parte del fuerte y suprime al débil. Así
se legitima la producción, comercialización y uso indiscriminado de cualquier
clase de armas, y se llega a su sofistificación máxima. Se pasa de la defensa de
los derechos del hombre a la defensa del hombre de los derechos.
El ambiente en el que vive este hombre es el mundo evolucionado de la alta
tecnología en el que los países ricos desean dictar las normas a todos, dentro de
la globalización económica computarizada, para vivir a costa del mundo de los
excluidos, países pobres que no cuentan más que como potencialidades de
explotación-inversión, sea de materias primas o de mano de obra barata. Las
inversiones se hallan en manos anónimas de sociedades por acciones en las que el
único móvil es la mayor ganancia económica de acuerdo a la variación de los
mercados, sin importar los trastornos económicos producidos en los países pobres
por la fuga de capitales golondrinos.
En consecuencia tenemos la "ciencia sin conciencia" como expresión del "homo
potens", señor de la vida y de la muerte, quien sin embargo sigue temiendo a la
muerte, que ha querido disfrazar, incluso decorando a los cadáveres en las
funerarias de lujo, dibujándoles una sonrisa. A pesar de todo, la experiencia
comprueba que el "homo potens" en lo profundo se ha vuelto, aunque muchas veces
no lo confiese, el "homo pavidus".
6. EL "NUEVO PARADIGMA".
El pensamiento de la post modernidad como consecuencia de las corrientes
subjetivistas se vuelve ahora un cuadro de referencia para tomar decisiones en
todos los dominios de la conducta humana, pero especialmente en el ramo de la
Biogenética. Este cuadro referencial que ahora trataremos de sintetizar es lo que
se ha dado en llamar por algunos "El "Nuevo Paradigma"".
6.1. Autores
Este "Nuevo Paradigma" se asume en especial en La Organización de las Naciones
Unidas, ONU, OMS, y UNESCO, particularmente impulsado por tres ONGs, "Women's
Enviroment and Developement Organization", "Earth Council Creen Peace" e
"Internacional Planed Parenthood Federation". Se constituiría así la "Nueva
Ética" o la "Ética global". Algunos de sus puntos significativos serían los
siguientes:
6.2. Desarrollo sostenible.
El mundo actual no puede seguir como está, después de la guerra fría nos
encontramos con situaciones ecológicas insostenibles, vamos hacia una degradación
total del planeta debida a la contaminación por residuos tóxicos de todas clases,
no excluyendo los radioactivos. Esto nos lleva a un malestar continuo que no
puede seguir adelante. Necesitamos llegar al bienestar para todos. Necesitamos
llegar a un bienestar global.
Este bienestar global sólo es posible dentro de un desarrollo global, pero no
el desarrollo como el que hasta ahora se ha dado, éste es un desarrollo que no se
puede sostener más; debemos llegar a un desarrollo SOSTENIBLE, esto es, que no
degrade más al planeta y en el que mediante un desarrollo armónico se tenga el
bienestar para todos, y esté centrado en el pueblo.
6.3. Calidad de Vida.
El bienestar global dentro del desarrollo sostenible es la finalidad de la
nueva Ética global. Es la convergencia hacia la cual se dirige el "Nuevo
Paradigma". Este bienestar global es lo que constituye la meta llamada también
CALIDAD DE VIDA, y la definen "como la percepción del individuo de su posición en
la vida, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en el que se
encuentra, en relación con sus metas, expectativas, estándares e intereses" . Se
trata de un concepto de amplio rango afectado de una manera compleja por la salud
física de la persona, su estado psicológico, sus creencias personales, sus
relaciones sociales y su relacionabilidad con los datos sobresalientes de su
entorno. (WHOQOL). La Calidad de vida cubre seis campos: 1. Salud física, 2.
Salud psicológica, 3. Nivel de independencia, 4.
Relaciones sociales, 5. Entorno (economía, libertad, seguridad, información,
participación, ambiente, tráfico, clima, transporte…) 6. Espiritualidad, religión
y creencias personales. Lo básico es la autonomía y la autodeterminación
individuales. Se prescinde de obligaciones sociales.
6.4. Nueva Espiritualidad.
Las diversas religiones existentes en el mundo no han sido capaces de generar
esta Ética global, por tanto, hay que suplirlas con una nueva espiritualidad que
tenga como finalidad el bienestar global dentro del desarrollo sostenible. La
naturaleza, la tierra (llamada "Gaia"), es divina e inviolable. El hombre es un
elemento más que sólo se entiende en armonía con la tierra. No se tratará de una
nueva religión, sino de una nueva espiritualidad. Las religiones hasta ahora
existentes se preocupan por la otra vida, esta espiritualidad se preocupa por la
vida actual, terrena; es una espiritualidad sin Dios, a nivel secular, su última
finalidad es la viabilidad del mundo actual y el bienestar del hombre en él.
Sin embargo, en esta nueva espiritualidad no se desconocerán elementos válidos
que se encuentran en los diversos credos, sino que se recogerán para formar la
Ética global. Así, en especial de las religiones de las comunidades indígenas
americanas se recogerá el respeto que tienen por la naturaleza y la necesaria
interacción entre naturaleza y hombre; del Judaísmo, el concepto de santidad; del
Budismo la serenidad e impasibilidad; del Hinduismo el respeto por los animales;
del Islamismo, la virtud de la justicia; del Cristianismo, la caridad y la
misericordia.
A pesar de lo anterior, todas las religiones son iguales de incompetentes para
resolver el problema ecológico, no tienen respuestas válidas para esta época de
globalización. Hay que luchar contra hegemonías pretendidas y jerarquías
dogmáticas que quieran imponer sus puntos de vista; el objetivo es forjar un
marco común de conducta que identifique los principios éticos fundamentales para
la sociedad global emergente. Se trata de combatir eficazmente la sobrepoblación,
la industrialización, la degradación del ambiente, la ineptitud de las
instituciones, la polución ambiental, la producción de alimentos, la injusticia
social, los extremismos religiosos y otros, la intolerancia y la exclusión
social. La nueva espiritualidad trasciende todas las otras espiritualidades y
religiones y las combate y reemplaza porque estas
espiritualidades y religiones se perciben como bastiones de resistencia contra
algunos de los valores y metas del "Nuevo Paradigma".
6.5. Los Valores.
Los valores de la libre empresa, la soberanía nacional, las religiones, los
dogmas, la ley natural, los valores tradicionales, deben ser rechazados por
irrelevantes y haber creado un vacío ético; hay ahora que dar lugar a los nuevos
valores que son los únicos que permitirán vivir en paz.
Los valores del "Nuevo Paradigma" son los que inspiran una cultura de la paz:
amor, compañerismo, camaradería, compartir, cuidar, proceso de tomar decisiones
consultadas, democracia participativa, descentralización, negociación, procesos
de arbitrio y adjudicación positiva, no guerra, respeto por la vida, libertad,
justicia y equidad, respeto mutuo, integridad.
Esta Ética se asienta en cinco pilares: Derechos humanos y responsabilidades,
democracia y elementos de la sociedad civil, protección de las minorías,
compromiso para la solución pacífica de los conflictos y negociaciones
transparentes, equidad intergeneracional.
Los problemas a los que hay que dar solución se clasifican en cuatro
apartados: el primero versa sobre el reajuste entre el hombre y la naturaleza, el
segundo sobre el significado de felicidad, vida y plenitud, el tercero examina la
relación entre el individuo y la comunidad y el cuarto ve al equilibrio entre
equidad y libertad.
Esta nueva Ética es independiente del dogma y de la ley natural. Redefine la
conexión entre el conocimiento y la praxis ética; esta conexión no es causal como
en las ciencias sino situacional. Esto es, no se necesitan normas evidentes que
normen la conducta, más bien, la conducta que hoy se lleve se traducirá en normas
de conducta para el futuro. El problema es generar el consenso para que la gente
acepte esta nueva Ética global, para ello hay que motivar a todos de la manera
más eficaz.
Los tres fundamentos sobre los que se construye esta nueva Ética y
espiritualidad son los Derechos Humanos, la Salud para todos y la Educación.
Los Derechos Humanos se fundan en la total equidad de todos los hombres. Para
ello se exige como único remedio aceptable, por una parte la estabilización de la
población y por otra parte la transferencia masiva de riqueza de los ricos a los
pobres. Para algunos de los sostenedores de esta Ética, el Capitalismo es la raíz
de todos los males, es una exigencia del nuevo Orden, oponerse a la globalización
económica. Se dice que hay que crear un nuevo Standard de vida común para todos.
Se respeta la diversidad de las culturas y al mismo tiempo se pretende imponer
una cultura universal.
La Salud para todos exige ocho elementos: educación para la salud, nutrición
adecuada, agua limpia, cuidados elementales, salud materno infantil, inmunización
contra las enfermedades infecciosas más importantes, prevención y control de las
enfermedades endémicas locales, tratamiento apropiado de enfermedades y desastres
comunes, acceso a los medicamentos esenciales y salud reproductiva. Este derecho
se engloba en la seguridad social, conlleva la erradicación de la pobreza, la
equidad global social y se lleva a cabo por la gobernabilidad global. Exige
atender la educación y las tendencias democráticas.
La Educación debe ser una educación para todos y los contenidos del currículo
básico de la educación de la población se dividen en cuatro categorías:
desarrollo social y económico con énfasis en la demografía social; ambiente y
ecosistema tratando en especial de la interrelación entre población y ambiente;
sexualidad y complementación personal; y familia y bienestar. Se subrayan los
derechos humanos, el desarrollo sostenible, la equidad del género, la seguridad
de la salud, la participación, la gobernabilidad, las técnicas para forjar los
consensos, la ciudadanía global, la paz, la protección del ambiente, la salud
reproductiva. Esta educación debe ser holística y es la clave para obtener el
consenso de aceptación del "Nuevo Paradigma". Como debe ser interdisciplinaria
debe generar un proceso complejo. Debe ser formal
e informal.
7. PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA CERRADA AL TRASCENDENTE
Todo lo anterior hace marco a los principios de la Bioética cerrada al
Trascendente. Dentro de esta Bioética, que algunos han llamado "subjetiva",
"autónoma", se han formulado unos principios generales normativos, para desde
allí poder trazar el estudio de la conducta humana en las ciencias de la vida y
de la salud, estos principios son tres, a saber:
El principio de Autonomía, El principio de Beneficencia (y en negativo de la
no Maleficencia). El principio de justicia.
El principio de autonomía significa la libertad del agente moral, que
significaría que una acción es buena si respeta la libertad del agente moral y de
los demás. El principio de beneficencia quiere decir que siempre hay que hacer el
bien y evitar el mal.
El principio de justicia , significa que hay que darle a cada quien lo que le
corresponde.
Origen de estos principios
Como de por sí no habrían normas objetivas en esta Bioética, aparece
complicada la justificación de estos principios. Algunos los han atacado y dicen
haber ya superado el "principialismo americano" (refiriéndose al lugar donde se
han formulado). Sin embargo, otros dan una justificación de los mismos. Se dice
que su formulación se ha llegado a hacer experimentalmente, viendo qué resultados
buenos y qué resultados malos han tenido las acciones que se realizan en el campo
de la Bioética, y sintetizando las consecuencias de estos resultados se ha
llegado a formularlos.
Dan varias explicaciones, o bien renunciar a darlas; las diversas posiciones
son las siguientes:
7.1. Teoría evolucionista.
La evolución de las especies continúa cuando aparece el hombre y el hombre
sigue evolucionando no sólo en cuanto a su naturaleza sino también en cuanto a su
cultura, así para cada etapa de la historia se da una cultura y una Ética
diferente. En la etapa actual de la historia, la Bioética se sintetiza en dichos
principios.
7.2. Teoría subjetivista.
No es posible conocer los valores, cada quien debe proceder como crea
conveniente, y como resultado general de este proceder brotan los principios
aducidos.
7.3. Teoría contractualista.
Como la teoría subjetivista nos llevaría a pleno relativismo, hay que aplicar
dicha teoría pero motivando un consenso, esto es, ponerse de acuerdo entre todos
y por la opinión de la mayoría habría que conducirse; algo a manera de un
contrato social entre los miembros de la sociedad. Todos han estado de acuerdo
con dichos principios.
7.4. Teoría clínica
Sin embargo, no siempre es posible ponerse de acuerdo, entonces, se dice que
se examine caso por caso y se actúe de la manera que mejor se piense.
7.5. Teoría utilitarista
Si se pregunta cuál es esta mejor manera, responden con la teoría utilitarista
de costo / beneficio. Que se realice aquello que cueste menos y que llegue a
mejor resultado.
7.6. Teoría de los nuevos principios.
Alguno opina (Peter Singer) que no hay que estar con los antiguos principios,
sino que hay que inventar nuevos. Así por ejemplo, no hay que estar simplemente
por el principio "no matarás", sino por uno nuevo que diga "mata solamente que lo
decidas libremente y te hagas cargo de todas las consecuencias". Los principios
aducidos se pueden adoptar como principios éticos siempre que cada quien lo
decida libremente y se haga cargo de todas sus consecuencias.
7.7. Problemática resultante.
Como podemos ver, en cualquiera de las anteriores explicaciones e llega a un
relativismo, no sólo al constatar el pretendido origen de los principios, sino en
el examen mismo de los principios. En efecto, el principio de autonomía significa
actuar con libertad, pero ello significaría que aquellos que no tienen libertad
no deben tomarse en cuenta para esta acción moral, por ejemplo los minusválidos,
los niños, los fetos, los embriones.
Por otra parte, el principio de beneficencia dice hacer el bien a los demás,
pero qué es el bien, ¿qué es lo que verdaderamente le conviene a una persona?, si
no sabemos objetivamente nada de lo que puede ser bueno para alguien, no podemos
hacerle el bien; lo mismo se diga de la justicia, ¿qué es lo que corresponde a
cada quien?.
Los mismos principios que se han puesto, considerados en sí mismos, no tienen
explicación. Suelen decir que estos principios deben entenderse como principios
actuales, esto es, como principios meramente de actuación, y no como principios
"prima facie", esto es, como principios teóricos, pero la dificultad subyace
también como principios de actuación, ¿por qué tengo que actuar de esta manera si
no es razonable?.
Además, cuando estos principios entran en colisión unos con otros, ¿cuál de
ellos debe prevalecer?. Por ejemplo, si el principio de autonomía entra en
colisión con el principio de beneficencia y éste a su vez con el de justicia,
¿cuál debemos seguir?. Se necesita un principio ulterior, previo a ellos que les
dé unidad y que resuelva un posible conflicto. El principio de autonomía y así de
libertad, tiene sus límites cuando se encuentra con el bien de un tercero, y el
bien de un tercero encuentra también limitación cuando se encuentra con lo que le
es debido a otra persona, pero en último término, los principios no dicen qué le
es debido. Así algunos han acudido a lo que llaman la Ética narrativa en la que
se narran sólo los casos que se suceden uno a uno, y se actúa a ejemplo de cómo
se procedió anteriormente; o bien
se acogen a lo que llaman "percepción femenina", esto es, lo que la bondad fina
de una persona juzgue conveniente. Así se acercan a otro criterio que le llaman
el criterio "de la virtud", esto es, que alguien con bastante virtud sea quien
decida qué es bueno y qué es malo. La virtud dicen que consiste en actuar según
la recta razón. Al hablar de la recta razón se están aproximando a la concepción
clásica de la Bioética objetiva de la que hablaremos a continuación.
II. LA BIOÉTICA ABIERTA AL TRASCENDENTE.
Valores del "Nuevo Paradigma".
Es correcto reaccionar contra la degradación ambiental, y también es correcto
darse cuenta que el desarrollo tiene límites y que desarrollo que no tenga en
cuenta la degradación que causa en la naturaleza, no se debe sostener. Por otro
lado, también es correcto que se busque el bienestar y que se procure el mayor
bienestar para el mayor número de habitantes del planeta.
También es correcto que se procure la calidad de vida, especialmente si esta
se entiende como la autoconciencia de la posición que alguien ocupa en su
situación plena, tanto ecológica, como cultural en el sentido amplio, que
comprende aspectos económicos, sociales, religiosos, políticos y culturales
propiamente dichos en el campo de la educación.
Es correcto propugnar por los derechos humanos, por el respeto a las minorías
sociales, por la democracia, por la equidad de todos los hombres, o sea, su
igualdad fundamental, tanto de varones como mujeres, ajustar las relaciones entre
el hombre y su ambiente, las relaciones entre el individuo y la comunidad. Es
correcto propugnar por la justicia social, y es patente la injusticia económica
que está hoy presente en el mundo.
Es una exigencia impostergable el exigir salud para todos, al menos en sus
cuadros básicos; y es de primera necesidad el lograr también la educación para
todos.
ANTIVALORES MÁS IMPORTANTES.
2.1. Antivalores en el pensamiento post moderno.
Para individuar los antivalores del "Nuevo Paradigma", la referencia tiene que
ser la Post-modernidad, pues de allì se formula la posición ética del "Nuevo
Paradigma".
El primer antivalor que anotamos es el escepticismo; esto es, la respuesta
negativa al problema crítico: no podemos obtener un conocimiento válido
universal, no existen verdades objetivas, los principios en los que se basa el
conocimiento no son válidos. No opera el principio de identidad y de
contradicción, no son válidos los principios matemáticos ni el principio de
verificabilidad; no es válida la razón histórica.
A partir de estos enunciados no queda más que un subjetivismo total donde para
las relaciones interhumanas sólo quedará en pié la fuerza del contrato, siempre
que a quien favorezca tenga a su vez la fuerza suficiente para hacerlo respetar
por la contraparte más débil.
En el ramo de las ciencias sólo será válida la razón instrumental en cuanto
ofrezca utilidad para su presunto beneficiario. El único valor que se acepta es
el de la utilidad a favor del más fuerte; y esta utilidad se entiende como saciar
todo instinto y el placer resultante. Por tanto no hay obligaciones sino sólo el
derecho del más fuerte que es quien lo puede hacer valer. El hombre no se realiza
a partir de sus necesidades sino que actúa sólo para satisfacer sus deseos;
absurdamente camina así sin rumbo, sin término de llegada. Es un proyecto de
nada.
Se distingue entre ser humano o individuo y persona. Los derechos en todo caso
son sólo para la persona, no para el ser humano o individuo. Se es persona sólo
cuando se actúa como tal en el complejo mundo de la Interrelacionalidad, de las
operaciones mentales, conscientes, sociales, etc. Si alguien en un momento dado
no es capaz de este actuar, deja de ser persona, es un mero ser humano o
individuo, privado de cualquier derecho que se pueda alegar como derecho humano.
Así salen sobrando las cuestiones sobre el derecho a la vida del óvulo fecundado,
del estatuto humano del "pre-embrión" o embrión, de la negación del derecho al
aborto, de la prohibición de la eugenesia o de la eutanasia, etc.
La profundidad del razonamiento a partir de los primeros principios, de la
intuición de esencia, de lo que está más allá de lo experimentable empiricamente,
se rechaza así como "fábula metafísica", catalogada despectivamente como
"Pensamiento fuerte" y afirmada como etapa superada por un sucesivo
escalonamiento de otros tres pensamientos donde el posterior supera y borra el
anterior. Estos tres pensamientos que superan el pensamiento metafísico serían en
este modo de pensar el religioso, el científico y ahora la superación de ambos,
el pensamiento llamado "estético".
El recurso a la logicidad de los diversos juegos del lenguaje contrastada con
al experiencia empírica se acepta en un primer tiempo como único criterio de
verdad; misma que después es negada pues dicha logicidad sería un valor que como
tal no es verificable empíricamente. De nuevo, total escepticismo.
Es cierto que nos encontramos en un mundo dominado por el conocimiento
analítico obligado por la incesante información y la inundación electrónica de
datos; pero renunciar a la capacidad de síntesis y de unificación y proclamar
como "dogma" la "paralogía de la inestabilidad", la disgregación en sí como
norma, es caer en el absurdo de confundir la muerte-disgregación con la
vida-unidad.
En el pensamiento post-moderno analizado todo esto se pretende mostrar con
frases grandilocuentes y afirmaciones apodícticas, pero que no resisten una
verdadera criba racional e inteligente.
En la formulación de la Bioética abierta al Trascendente trataremos de
formular un pensamiento objetivo, que dándole todo su valor al sujeto humano, lo
lleve realmente a su plena realización.
Ahora examinamos los antivalores encontrados en el enunciado del "Nuevo
Paradigma".
2.2. Antivalores en el "Nuevo Paradigma”
El antivalor más importante es que el "Nuevo Paradigma" se presenta, como
dicen, como una nueva espiritualidad que suple a todas las religiones ya que
éstas son ineptas para preservar al ecosistema. Prácticamente se trata de una
nueva religión secularista, una religión sin Dios, o si se quiere con un dios
nuevo que sería la misma tierra, a la que le dan el nombre de Gaia. Esta
divinidad tendría como elemento subordinado al hombre.
La serie de valores que sostiene el "Nuevo Paradigma" son valores subordinados
a esta divinidad que se traduce en el supremo valor ecológico que llama
desarrollo sostenible. Y dentro de este desarrollo sostenible, la finalidad ética
suprema que sería el bienestar.
Por supuesto que se encuentra en total negación del Cristianismo y del hecho
histórico fundante del Cristianismo que es la Encarnación del Verbo, la muerte
redentora de Cristo y su Resurrección gloriosa. Si se acepta este hecho
histórico, el presupuesto del "Nuevo Paradigma" cae por completo.
Esto no quiere decir que los valores enunciados en el "Nuevo Paradigma"
también caigan, pues se trata de valores que no son ajenos al pensamiento
cristiano sino que se exigen en él. Desde el Génesis se habla del "homo sapiens"
y el "homo faber", ambos se deben conciliar, no es el hombre el amo despótico de
la naturaleza sino el trabajador sabio que la domina respetando sus leyes.
Por lo que no se acepta el "Nuevo Paradigma" es por su negación de Dios y por
su negación de la otra vida y en concreto por la negación de Cristo como el único
salvador.
Se acepta la igualdad de sexos, pero no en el sentido de la homosexualidad y
la destrucción de la familia. Se acepta el control de la natalidad, pero no su
destrucción como es la que se planea con la cultura de la muerte aplicada en
especial al tercer mundo.
No es lo mismo bienestar que felicidad. Cristo no nos promete ilusoriamente el
bienestar total en este mundo, sino la felicidad. El crisol de cualquier
religión, o como dice el "Nuevo Paradigma", espiritualidad, es la solución al
problema de la muerte. Lo que no tiene de ninguna manera el "Nuevo Paradigma",
pues simplemente prescinde de él, y lo que lleva consigo, en especial del
sufrimiento, del dolor y de la enfermedad. Cristo es el único que da una
respuesta satisfactoria desde su cruz gloriosa en la resurrección.
El "Nuevo Paradigma" tiene uno de sus grandes problemas cuando se da cuenta de
que todo lo debe fundar en un consenso que no procede de verdades objetivas, sino
de pareceres subjetivos y entonces se esfuerza por forjar consensos artificiales.
Estos consensos son absolutamente vanos. Por eso es que una Ética o Bioética
basada en el "Nuevo Paradigma" no tiene consistencia.
Por eso a continuación, frente al "Nuevo Paradigma" exponemos los fundamentos
objetivos de una verdadera Ética que construya al hombre. No cabe duda que si se
habla de Ética o de Bioética se habla siempre de un camino a recorrer, y que
nadie recorre un camino por recorrerlo, sino porque va hacia una meta que
pretende. Esta meta no puede ser ni estar en sí mismo, porque si fuera así no
habría razón para emprender ningún camino, aun en sentido figurado. Nadie se
esfuerza por adquirir lo que ya posee. Esta meta del propio camino, a pesar de lo
afirmado gratuitamente por la post-modernidad, no es otra que la enunciada a la
vez y de ninguna manera superada, tanto por la Ley Natural como por la Ley de
Cristo. Es una meta que se fundamenta a la vez, aunque de diversa manera, tanto
en la misma naturaleza del hombre como en la
Revelación que hemos recibido de parte de Dios. Es lo que se ha enunciado en la
historia del pensamiento como la Ley Natural y como el hecho histórico revelado
de Jesucristo Redentor.
3. SER Y PENSAR
Partimos ahora como en la exposición de la Bioética cerrada al Trascendente,
de la respuesta al eje "Ser y Pensar", atendiendo también a las connotaciones que
nos ofrece la respuesta al otro eje: "Ser y Devenir".
En cuanto a la corriente de pensamiento que da objetividad a la Ética nos
encontramos con la posición aristotélico-tomista que es asumida básicamente por
el mismo Magisterio de la Iglesia católica, sin descuidar los elementos válidos
que se encuentren en el discurrir subjetivista del que hemos hablado y en todos
los aportes que la han enriquecido desde la parte católica.
En esta corriente de pensamiento, la verdad consiste en la conformidad del
pensamiento con el objeto. No es el pensamiento del hombre el que crea la
realidad, sino la existencia de la realidad es la que le da la posibilidad de ser
pensada. El criterio de moralidad por el cual sabemos si una acción es buena o
mala es ciertamente el hombre, la naturaleza humana, pero considerada en su
complejidad que implica su apertura al Trascendente. La moralidad consiste en el
camino para realizar "el proyecto hombre", pero este camino no sólo no excluye el
modelo trascendente al mismo hombre, sino que necesariamente lo incluye. Alguien
no puede al mismo tiempo ser su propio presente y su propio futuro. En esta forma
el hombre no crea la moralidad, sino que ésta lo trasciende, está allí y
encuentra al hombre, "ob-stat". No es que no
se implique el sujeto, más aun, es el sujeto el que recorre el camino y en
cierta forma lo traza, pero no a su arbitrio absoluto, hay normas que lo
trascienden.
La plena independencia entre las tres sustancias claras y distintas de que
habla el pensamiento cartesiano nos lleva a una cerrazón total de cada una de
éstas que genera finalmente el auto-encerramiento del ser humano en sí mismo. Sin
apertura, sin relaciones, en plena independencia, se vuelve un círculo cerrado
que muere en su propia esterilidad.
El hombre tiene su autonomía al gozar de su libertad, sin embargo, esta
autonomía, este ser norma de sí mismo, no es absoluta, el hombre en su realidad
limitada y en continua construcción, tiene necesariamente que estar abierto hacia
un modelo que lo trasciende.
4. BIOÉTICA COMO PROYECTO
Al hablarse de ciencias de la vida y de preguntarse sobre la conducta humana
correcta a observarse en las ciencias experimentales que manipulan la vida, la
pregunta entraña los siguientes factores: vida humana, carencia de vida humana,
incremento de vida humana, mejoramiento de vida humana, cauces a seguir para
lograr este mejoramiento, desviaciones a evitar. En último término nos
encontramos frente al binomio necesidad-satisfactor. Esto quiere decir que hay un
sujeto vital que pretende mejorarse, y si pretende mejorarse, tiene que recorrer
un camino, y si tiene que recorrer un camino, tiene que trazarlo, y si tiene que
trazarlo debe saber primero a dónde va para poder trazarlo. En el campo de la
vida se debe saber qué es la vida, cuál es la vida mejor que apetece, por qué
caminos debe conducirse y cuáles debe evitar,
ya que en lugar de dar vida la podrían quitar. La Bioética aparece así como el
proyecto de construcción del hombre a través de las ciencias de la vida y de la
salud.
5. TÉCNICA Y BIOÉTICA
En otras palabras, el horizonte de la Ética en sí misma es la finalidad. Para
entendernos mejor podríamos fingir una Tecnología neutra, (ya que en efecto no
hay ciencias neutras, pues cada ciencia significa análisis y síntesis y la
síntesis no puede ser neutra). Si pudiéramos pues hablar de una Tecnología
neutra, encerrada en sí misma, deberíamos decir que según las leyes del
laboratorio: hipótesis, experimentación, tesis, nuevas hipótesis, nuevas tesis y
nuevas experimentaciones, el horizonte de la Técnica en sí misma es la mera
posibilidad, en cambio, el horizonte de la Ética es la finalidad. Esto es, la
Técnica dejada en sí misma puede construir o destruir al hombre, la Técnica en sí
misma es ciega, por más adelantada y maravillosa que aparezca. La Biotecnología
es en sí misma ciega y
ambivalente.
6. PROYECTO INTELIGENTE
Por tanto, para que pueda existir una verdadera bioética que nos dé normas
para comportarnos en los campos de la salud y de la vida, lo primero que tenemos
que preguntarnos es sobre el proyecto de hombre que se tenga en mente en la
manipulación de dichos campos de la salud y de la vida. Curiosamente, tener un
proyecto a la vez que denota inteligencia denota también debilidad, porque un
proyecto significa la intención de mejorar la realidad que aparece deficiente,
pues de lo contrario no se tendría proyectos para mejorarla. La Bioética
auténtica debe aparecer como el proyecto para mejorar la misma vida humana que
engloba todas las ciencias de la vida y la salud como su inteligencia, como aquel
"intus legere" (inte-lecto, leído dentro) que en cada análisis tiene siempre
presente la síntesis de llegada que no puede ser
otra cosa que la construcción de la vida humana.
7. EL "YO MEJOR"
Para que un proyecto vital funcione (como cualquier otro proyecto), necesita
comprender lo más exhaustivamente posible la realidad vital que pretende mejorar,
y el "yo mejor" al que se aspira llegar. Este "yo mejor", a la vez que es la meta
y finalidad, es el modelo que se intenta reproducir. De acuerdo a estas dos
realidades se traza una tendencia, un camino, un "ethos" del "yo" al "yo mejor".
Y este camino es la Ética, en nuestro caso, la Bioética. En ella encontraremos
normas, que no pueden ser meramente formulaciones o imperativos externos al "yo",
sino que son construcciones reales del mismo "yo" que poco a poco lo van
aproximando a ese "yo mejor", haciéndolo aumentar en densidad vital.
8. FORMULACIÓN HISTÓRICA
Dicen que el que no conoce la historia corre el peligro de repetirla. En el
pasado se obtuvieron con mucho esfuerzo grandes logros y si las ciencias y
técnicas actuales están tan aventajadas en el campo de la salud y de la vida es
porque se han apoyado en esa continuidad creciente de esfuerzos que significa en
último término la misma humanidad. Es cierto que a la vez que estos logros hubo
también grandes errores y acomodos a épocas pasadas que hoy no es correcto
repetir. Pero los logros están allí, como valores que heredamos y que nos hacen
más grandes que nuestros antepasados. Vale el aforismo que humildemente dice:
"Somos enanos, pero apoyados en espaldas de gigantes".
Esta alusión a la Filosofía de la Historia viene al caso a nuestro respecto
pues todo lo anterior, por supuesto que en contextos muy diferentes y muy lejanos
a las conquistas actuales de la ciencia y de la técnica actual había sido
estudiado y formulado de la manera más precisa. Haciendo una síntesis de lo más
apretada podríamos resumir lo dicho con expresiones que hoy en día deben tener
plena vigencia: la Ética es una consecuencia de la Metafísica: si la naturaleza
tiene una finalidad, entonces fundamenta una Antropología en la cual el hombre se
presenta como un ser dotado de finalidad y como tal caminando hacia dicha
finalidad. Le Ética nos describe ese caminar hacia la finalidad. Pero si
prescindimos de la Metafísica, no hay finalidad y tampoco hay Antropología, ni
por consecuencia, Ética.
9. LA NATURALEZA Y LA LEY NATURAL
Se decía no poder admitirse la naturaleza pues su concepto es de algo estático
y cerrado y que no concuerda con la significación actual de las ciencias, en
especial con las ciencias médicas que no son más de lo observable sino de lo
manipulable. Sin embargo, hay un error en esta concepción de naturaleza, no es el
concepto estático su verdadero concepto; quizá nos ayudaría a comprender mejor su
significación objetiva considerar los conceptos clásicos de "Ley Natural".
Se suelen dar tres definiciones de Ley Natural: una es: "Ratio vel voluntas
divina, ordinem naturalem conservari iubens, perturbari vetans" (La razón o la
voluntad divina que manda conservar el orden natural y prohíbe perturbarlo).
Otra: "Participatio legis aeternae in creatura rationali" (La participación de la
ley eterna en la creatura racional). Otra: "Lumen intellectus insitum nobis a Deo
per quod cognoscimus quid agendum et quid vetandum" (La luz del entendimiento
infundida en nosotros por Dios por la cual conocemos qué hay que hacer y que hay
que evitar).
10. NATURALEZA COMO ACTIVIDAD: EL ORDEN
En la primera definición podemos encontrar la clave para entender la
naturaleza: se nos habla del orden natural. El orden es todo lo contrario a
inactividad. Ha sido clásicamente definido como "Parium dispariumque rerum apta
dispositio" (La colocación apta de las cosas pares y dispares). Es por tanto una
relación que implica la más intensa actividad. Entiende la disparidad y tiende
hacia la unidad como convergencia de distintos. Es Parménides y Heráclito juntos.
El orden contiene una convicción firme de finalidad y ejemplaridad. Exige una
trascendencia porque conlleva un modelo al que dinámicamente siempre se tiende.
La época actual se caracteriza por procedimientos analíticos cada vez más
complejos. Le falta el procedimiento sintético que precisamente hará converger el
análisis hacia un objetivo que no debe ser otro
que la construcción del mismo hombre. El resultado del procedimiento sintético
se llama orden.
Es lo que llamábamos "proyecto hombre". Este modelo es a la vez que lógico y
verdadero, volitivo y bueno: es la profunda verdad y amor del mismo hombre, pero
que no se conciben como una multiplicación cuantitativa matemática de los deseos
proyectivos del mismo hombre, sino como algo que lo supera a lo vez que lo colma
plenamente y que se expresa en la definición como la Razón o la Voluntad divina.
Este entrar en el ámbito de la divinidad es entrar en el claro oscuro del
misterio, puesto que el cumplimiento de esta ley es ya participar en su plenitud
que da la felicidad y es ir llenando vitalmente al hombre, pues al hacerlo,
participa de la llamada Ley eterna, (segunda definición), esto es, el modelo
trascendente, un modelo trascendente que no es ninguna clase de estaticidad
mecánica, sino que se ha hecho inmanente a
la vez en la historia irrepetible de la Encarnación del Verbo. Esta es la luz
que propicia la claridad de miras en la propia construcción (tercera definición).
11. LA LIBERTAD
Es la teoría ética y la práctica ética en un conjunto que se abre al verdadero
concepto de libertad, que no consiste simplemente en hacer lo que se antoje, sino
en ese atributo de la voluntad que la dirige hacia la propia construcción. En
este sentido el criterio de moralidad es el mismo hombre en su complejidad total
y no en el encerramiento en su propia incapacidad de construirse y en su enorme
capacidad de destruirse. Esta complejidad lo lleva a tener conciencia de su
propia realidad que significa ser relacional, abierto, y así empezar y caminar, o
sea, abrirse libremente hacia el Otro, que en este caso es la plenitud de la
Fuerza, de la Verdad y del Amor, que es precisamente Dios. Por la libertad del
hombre en su proyecto de construcción se abre siempre a las fuerzas del auténtico
progreso de la Biotecnología,
para verificar cada vez más su plenitud vital, en armonía constante con Dios,
con toda la humanidad, y con el entorno ambiental total.
12. LA REVELACIÓN
Esta Ética abierta, "objetiva", real, sin fronteras, en el pensamiento
católico se abre a la plena comunicación de Dios Padre Omnipotente que realiza en
nosotros la Verdad de su Hijo por su Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección.
Colma todas nuestras aspiraciones llevándonos por el Camino que es Cristo, en la
plenitud del Amor de su Espíritu. La Ética y Bioética católicas son el caminar en
nosotros de Cristo hacia su Padre a través de su muerte y resurrección, por el
Amor del Espíritu Santo. La Bioética será así el caminar en nosotros del Espíritu
por los caminos de las ciencias de la vida y de la salud. "Los que son conducidos
por el Espíritu, esos son los hijos de Dios". El Espíritu infunde en el hombre la
capacidad del caminar hacia la construcción del Cristo total, que son las
virtudes, y traza la comprensión
de Cristo mismo como camino por el cauce de los Mandamientos y del Sermón de la
Montaña. La Bioética católica será así:
"el estudio sistemático y profundo de la conducta que construye al hombre
mediante las ciencias de la vida y de la salud, al caminar en Cristo hacia el
Padre, plenitud de la vida, por la fuerza del Espíritu Santo".
Esta visión teológica significa un diálogo profundo y estructural con todas
las ciencias y tecnologías implicadas, con todos los pensamientos unificantes de
los análisis, efectuados por las diversas corrientes filosóficas o teológicas, en
diálogo también con otras religiones, teniendo en cuenta que es un estudio de la
conducta, y que por tanto no se puede quedar sólo en la línea de reflexión, sino
que debe de concretizarse en luz que guíe en la difícil solución de los problemas
que la Ingeniería genética propone.
13. PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA ABIERTA.
Como decíamos, la Bioética abierta al Trascendente es la construcción misma de
la vida. En la concepción católica, es una construcción teándrica, donde la
acción divina y la humana se entrelazan. Al traducir estas acciones en principios
de acción pudiéramos hacer la siguiente formulación:
La vida humana es creada por Dios. La persona humana es creada por Dios, de
El ha salido y hacia El debe de tender como a su causa ejemplar y final. La
persona es imagen de Dios, miembro del Cuerpo de Cristo, ciudadano del pueblo de
Dios.
La vida humana se recibe por la humanidad, no en propiedad, sino en
administración. La vida humana es inviolable desde su concepción hasta su fin
natural. La dignidad de la persona humana es inviolable. Aquí se funda toda la
Antropología y la Bioética.
La vida humana debe originarse sólo en el matrimonio y sólo en el acto
conyugal. Los cónyuges no son la causa de la vida humana sino los instrumentos de
Dios en la comunicación de dicha vida . La única explicación de la vida y su
única fuente es Cristo muerto y resucitado. Desde Cristo la persona humana es
capaz de reflexionar, es en sí misma fin y nunca puede ser tomada como medio El
sufrimiento y la muerte si se toman unidos a la muerte de Cristo son la única
fuente de vida. La persona humana tiene su libertad y su responsabilidad que debe
ejercer para realizarse a sí misma. No hay libertad sin responsabilidad, lo que
implica respetar la libertad de un tercero. La totalidad está sobre la parte y
hay veces que hay que renunciar a la parte en aras de la totalidad. La persona
humana es solidaria y debe tender hacia el
bien común. En este contexto se aceptan y se justifican los tres principios de
la posición de la Bioética subjetivista, a saber, la autonomía, la beneficencia y
la justicia
La persona humana es la síntesis del universo y es quien da razón de todo lo
que existe. Las ciencias y las técnicas biomédicas actuales deben estar al
servicio de la vida humana y no viceversa; son para construir al hombre y nunca
para destruirlo.
III. ALGUNAS APLICACIONES PRÁCTICAS DE ESTOS PRINCIPIOS:
1. INSEMINACIÓN HOMÓLOGA
"No se proscribe necesariamente el uso de algunos medios artificiales
destinados únicamente ya sea a facilitar el acto natural, ya sea a procurar el
logro del propio fin normalmente realizado" (Pio XII, A los participantes al IV
Congreso internacional de médicos católicos. 30.9.49, AAS 41 (1949) 560. Es el
caso de la inseminación artificial homóloga, o sea, al interno del matrimonio con
el semen del cónyuge, cuando ése es obtenido a través del acto conyugal normal.
En cambio es ilícita la fecundación "in vitro", la FIVET, pues el hijo no nacería
como don del amor sino como fruto de laboratorio.
2. CLONACIÓN HUMANA
En los últimos años ha adquirido importancia la investigación sobre clonación
por transferencia nuclear. Ella se realiza extrayendo quirúrgicamente el núcleo
de un óvulo y reemplazándolo por el núcleo de una célula somática, generalmente
obtenida de un cultivo celular. Los embriones que se desarrollan tienen una
dotación de genes idéntica a la de la célula dadora del núcleo (con la excepción
del ADN mitocondrial). En varias especies de mamíferos se ha conseguido que
algunos de estos embriones, luego de ser implantado en útero, completen su
desarrollo embrionario y fetal.
Este procedimiento aplicado al ser humano es radicalmente distinto de la
procreación, involucra una riesgosa manipulación del embrión y evidencia una
inaceptable determinación de generar embriones con características genéticas
predeterminadas. La gran pérdida de embriones que se produce, la disociación
parental que se opera, así como la interferencia antinatural con el proceso de
descendencia humana, han hecho que el procedimiento haya sido de modo casi
unánime rechazado en su aplicación al hombre. La Santa Sede lo ha reprobado
enérgicamente.
"También los intentos y las hipótesis de obtener un ser humano sin conexión
alguna con la sexualidad mediante "fisión gemelar", clonación, partenogénesis,
deben ser considerados contrarios a la moral, en cuanto están en contraste con la
dignidad tanto de la procreación humana como de la unión conyugal" (CDF, Donum
Vitae I,6).
La clonación humana se incluye en el proyecto del eugenismo y, por tanto, está
expuesta a todas las observaciones éticas y jurídicas que lo han considerado
ampliamente... En el proceso de clonación se pervierten las relaciones
fundamentales de la persona humana: la filiación, la consaguinidad, el parentesco
y la paternidad o maternidad... Se alimenta la idea de que algunos hombres puedan
tener un dominio total sobre la existencia de los más, hasta el punto de
programar su identidad biológica" (Pontificia Academia para la Vida, Reflexiones
sobre la clonación, n.3, en L'Osservatore Romano", 25.6.1997, p.7). No es lícita
porque se opone a la dignidad de la persona humana, a la igualdad de derechos
para todos, favorece la discriminación y principalmente porque se opone a la
dignidad de la procreación ya que la generación
de un nuevo hombre debe ser fruto del mutuo amor de la pareja y no de un
proceder asexual y agámico.
Se debe subrayar en especial el empobrecimiento que significa para la especie
humana la clonación, ya que al privarle de 42 nuevos cromosomas, priva al
hipotético nuevo ser de todo un patrimonio genético que no se remonta sólo al
padre o a la madre, sino que se enlaza con la entera especie humana. Si tenemos
en cuenta que en cada cromosoma hay alrededor de 50,000 genes y que en la
herencia genética, muchos de estos genes son genes quizá incluso inéditos en
generaciones anteriores, se entiende por qué la clonación sea un gran robo a la
humanidad, pues atenta de lleno contra su patrimonio genético de acuerdo a las
leyes de Mendel.
3. CÉLULAS MADRES
Entre las amenazas reciente a la vida y dignidad de los embriones figura el
uso indiscriminado de las "células madres" o "células estaminales" ("stem
cells"). Estas son células muy indiferenciadas y pluripotenciales que están
presentes desde el estado de blastocisto (cuarto día del desarrollo embrionario)
y que dan origen por diferenciación a todos los tipos de células del embrión. En
el laboratorio ellas puedes ser cultivadas e inducidas a diferenciarse en
cualquier tipo de células, (como por ejemplo, epidermis, células cardíacas,
neuronas, etc.) Las células así diferenciadas, podrían ser utilizadas para la
reparación de órganos o tejidos o incluso para evitar el recurso al transplante
de tejidos u órganos.
Se ha propuesto obtenerlas a partir de embriones no utilizados en el proceso
de fertilización "in vitro", y conservados a temperaturas muy bajas (-180º C).
Este procedimiento involucra la necesidad de darle muerte al embrión y debe ser
absolutamente rechazado. Tampoco es lícito obtener células estaminales a partir
de un embrión generado por clonación. "Todo tipo de clonación terapéutica, que
implique la producción de embriones humanos y la subsiguiente destrucción de los
embriones producidos, con el fin de obtener células estaminales, es ilícita"
(Pontificia Academia para la Vida, Declaración sobre la producción y uso
científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas, III, en
"L'Osservatore Romano", 25.8.2000, p.6).
En los últimos años ha crecido la demanda de células estaminales, aun
prescindiendo de las series objeciones morales que se suscitan por la destrucción
de embriones. Los agentes y profesionistas de la salud deben estar en guardia
porque puede ocurrir que células obtenidas por destrucción de embriones o
productos biológicos derivados de ellas, sean ofrecidos comercialmente para la
investigación o la terapia. Es claro que quien recurre a esas células se hace
partícipe de la grave inmoralidad en la que se incurrió para obtenerlas: "Mas
allá de compartir, de manera más o menos formal, la intención moralmente ilícita
del agente principal, en el caso que nos ocupa, hay una cooperación material
próxima en la producción y manipulación de embriones humanos por parte del
productor o del proveedor" (Pontificia Academia para la
Vida, Declaración sobre la producción y uso... , III).
Debe señalarse como signo alentador, que se están desarrollando numerosas
investigaciones destinadas a obtener células estaminales –o al menos muy
indiferenciadas- a partir del cordón umbilical, o aun de tejidos adultos. A pesar
de que se trata de resultados preliminares es indudable que aquí se ofrece un
campo interesante para la investigación bio médica que busque beneficiar a
receptores de implantes de tejidos, sin atentar contra la vida d los embriones.
"En consecuencia, todos estos progresos y los resultados ya obtenidos en el campo
de las células estaminales del adulto, dejan entrever no solamente su gran
plasticidad, sino también su amplia posibilidad de prestaciones, que
probablemente, no es diferente de la que poseen las células estaminales
embrionarias, dado que la plasticidad depende en gran parte de la
información genética, la cual puede ser reprogramada" (Pontificia Academia para
la Vida, Declaración sobre la producción y uso..., III).
Sin embargo, hay que notar que una persona puede donar solamente aquello de lo
cual puede privarse sin peligro serio para la propia vida o la identidad
personal, y por una justa y proporcionada razón. Este principio debe ser tenido
en cuenta frente a la insistente pretensión de recurrir a la clonación para
obtener "células madres" (o estaminales) que tengan la misma estructura genética
que el dador del núcleo, y que puedan entonces ser utilizadas para generar
poblaciones celulares diferenciadas (células de la sangre, de la piel, etc.)
aptas para ser implantadas en el organismo de aquel sin temor a rechazo
inmunológico. Tal procedimiento es presentado con el nombre engañoso de
"clonación terapéutica". En tanto cuanto él involucra la destrucción de embriones
vivos para extraer sus "células madres", debe ser
terminantemente rechazado.
En conclusión: el estudio y empleo de las células totipotenciales o
multipotenciales humanas, obtenidas con intención terapéutica sin causar daño
grave irreparable al sujeto humano posesor originario, son lícitos. La obtención
de las mismas que causen la muerte o un daño grave irreparable al sujeto humano
posesor originario, no es lícita.
5. EL PRE-EMBRIÓN
El desarrollo de un organismo humano empieza con la fecundación y sigue una
trayectoria continua de procesos de diferenciación y crecimiento. Cada etapa de
su vida está marcada por rasgos morfológicos y funcionales distintivos. Tales son
por ejemplo, la primera división de segmentación (30 horas post-fecundación); la
formación del blastocisto (día 4º aproximadamente); la implantación en la mucosa
uterina (día 6º a 7º ); la aparición de la circulación sanguínea
utero-placentaria primitiva (día 13 aproximadamente); Desde el punto de vista del
desarrollo del embrión son también importantes el comienzo de la actividad
cardíaca o la formación de las primeras redes neuronales. El mismo fenómeno del
nacimiento (9º mes) marca cambios biológicos decisivos. Por importantes que sean
estos y otros signos de etapas cumplidas que
se quiera considerar, ellos no revelan ninguna discontinuidad en un proceso que
se desenvuelve ininterrumpidamente, de acuerdo a un programa que está incorporado
al propio embrión o feto.
Se ha hecho muy habitual sostener que algunas de estas etapas significan el
inicio de la "vida humana" del embrión y que por ende marcan el momento en el que
este empezaría a merecer el respeto que es debido a un ser humano. Así se suele
hablar de "pre-embrión" para designar un embrión de menos de 14 días de
desarrollo y en el cual no ha hecho aun su aparición el fenómeno de la
gastrulación. También se ha afirmado que con anterioridad a su implantación (día
7º más o menos), el embrión no tiene la individualidad que es nota característica
de un ser humano. Estas afirmaciones son interpretaciones enteramente arbitrarias
de la realidad biológica y antropológica, porque les dan significados especiales
a momentos que no son sino puntos en un continuo. No puede desconocerse sin
embargo que con esta fragmentación artificial
de la vida embrionaria lo que se pretende es hacer permisible una manipulación
inaceptable de los embriones precoces. "La Iglesia siempre ha enseñado y sigue
enseñando que al fruto de la generación humana, desde el primer momento de su
existencia, se ha de garantizar el respeto incondicional que moralmente se debe
al ser humano en su totalidad y unidad corporal y espiritual: el ser humano debe
ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción, y, por
eso a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la
persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la
vida" (CDF, Donum Vitae I,1).
El embrión, aunque se le llame en un período "pre-embrión", siempre es una
persona humana, por tanto, no es manipulable. Cualquier procedimiento que entrañe
la muerte de un embrión o "pre-embrión" es un asesinato. Extraer células madres
del embrión o pre-embrión entraña su muerte, por tanto es gravemente ilícito.
6. DONACIÓN Y TRANSPLANTE DE ÓRGANOS
Se dan tres clases de transplantes: autoplásticos, homoplásticos y
heteroplásitocs. Los autoplásticos se realizar de partes de la misma persona; los
homoplásticos, del mismo género de personas; los heteroplásticos, de distinto
genero, de animales; y artificiales. El principio es la conservación de la vida y
la identidad de la persona, tanto del recipiente como del donante. Son lícitos
los autoplásticos; en cuanto a los heteroplásticos, no se aceptan donaciones de
órganos que pongan en peligro la vida del donante, o que interfieran con la
identidad del recipiente como fuera en transplantes de encéfalo o gonadas.
Asegurado lo anterior, la donación de órganos es una gran muestra de caridad
hacia el prójimo. No se acepta en ello la ganancia económica.
En cuanto a la donación de órganos humanos después de la muerte, es obvio que
primero tiene que constar de la muerte del posesor originario. El Santo Padre
Juan Pablo II, con ocasión del XVIII Congreso Internacional de la Sociedad de
Transplantes (Vers. Ital., "L'Osservatore Romano" del 30.8.2000, p.2-4) dice así:
"Los órganos vitales singulares sólo pueden ser extraídos después de la
muerte...Conviene recordar que existe una sola muerte de la persona, que consiste
en la total desintegración de ese conjunto unitario e integrado que es la persona
misma, como consecuencia de la separación del principio vital, o alma, de la
realidad corporal de la persona. La muerte de la persona, entendida en este
sentido primario, es una acontecimiento que ninguna técnica científica o método
empírico puede identificar directamente.
Pero la experiencia humana enseña también que la muerte de una persona produce
inevitablemente signos biológicos ciertos, que la medicina ha aprendido a
reconocer cada vez con mayor precisión. En este sentido, los criterios para
certificar la muerte, que la medicina utiliza hoy, no se han de entender como la
determinación técnico científica del momento exacto de la muerte de una persona,
sino como un modo seguro, brindado por la ciencia, para identificar los signos
biológicos de que la persona ya ha muerto realmente. Es bien sabido que, desde
hace tiempo, diversas motivaciones científicas para la certificación de la muerte
han desplazado el acento de los tradicionales signos cardio-respiratorios al así
llamado criterio "neurológico", es decir, a la comprobación según parámetros
claramente determinados y compartidos
por la comunidad científica internacional, del cese total e irreversible de
toda actividad cerebral (en el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico)...La
Iglesia no hace opciones científicas. Se limita a cumplir con su deber evangélico
de confrontar los datos que brinda la ciencia médica con la concepción cristiana
de la unidad de la persona, poniendo de relieve las semejanzas y los posibles
conflictos, que podrían poner en peligro el respeto a la dignidad de la persona
humana... (Cuando se dan los signos anteriores, quien deba dar la certificación
de la muerte) puede tener la certeza moral ...necesaria y suficiente para poder
actuar de manera éticamente correcta.
5. XENOTRANSPLANTES
En caso de utilidad el hombre puede servirse de los órganos de los animales
para posibles transplantes. En este caso como en los demás transplantes se debe
respetar la plena identidad psicológica y genética del hombre. Y será lícito
emplearlos siempre y cuando se haya probado la posibilidad biológica de realizar
con éxito el transplante, sin exponer al recipiente a riesgos excesivos.
El xenotransplante se halla en etapa principalmente experimental. De los
resultados de estos trabajos dependerá la evaluación de la magnitud y
aceptabilidad del riesgo al que se haya de someter a los pacientes. De este
riesgo depende principalmente del peligro de rechazo de injertos procedentes de
otra especie biológica, y del peligro de infecciones virales (zoonosis) que
puedan ser introducidas en el acto del implante.
Un aspecto que también es importante es que el xenotransplante demanda la
preparación de animales transgénicos. Este proceso debería ser siempre evaluado
cuidadosamente por expertos para controlar el eventual sufrimiento exagerado de
los animales, así como el posible impacto genético sobre su especie y sobre el
medio ambiente.
8. CONSERVACIÓN DE LA VIDA EN ENFERMOS TERMINALES
Entre los tratamientos que se han de suministrar al enfermo terminal se
encuentran los analgésicos. Estos, favoreciendo un transcurso menos dramático,
contribuyen a la humanización y a la aceptación del morir. Muchas veces el dolor
disminuye la fuerza moral en la persona; los sufrimientos agravan el estado de
debilidad y de agotamiento físico, obstaculizan el ascenso del alma y consumen
las fuerzas morales en lugar de sostenerlas. En cambio, la supresión del dolor
procura una distensión orgánica y psíquica, facilita la oración, y hace posible
una donación de sí mismo más generosa. La prudencia humana y cristiana sugiere
para la mayoría de los enfermos el uso de medicamentos apropiados para aliviar o
suprimir el dolor, aunque de estos puedan derivarse entorpecimiento o menor
lucidez mental.
Puede ser que a veces el empleo, aun moderado, de analgésicos pueda traer como
efecto, además del alivio del sufrimiento, también la anticipación de la muerte.
Hay que notar que en tal caso la muerte no es querida o buscada en ningún modo,
aunque se corre este riesgo por una causa justificable: simplemente se tiene la
intención de mitigar el dolor de manera eficaz, usando para tal fin aquellos
analgésicos de los cuales dispone la medicina.
Sucede además la eventualidad de causar con los analgésicos la supresión de la
conciencia en el agonizante. A este respecto hay que notar que no se le debe
privar de la conciencia si no es por motivos graves, pues además de que puede
haber intenciones inmorales de parte de quienes rodean al enfermo al hacerlo, se
priva a quien está próximo a morir de la posibilidad de vivir su propia muerte,
introduciéndolo en una inconsciencia indigna de un ser humano. Sin embargo, es
diversa la situación cuando existe una seria indicación clínica del uso de
analgésicos supresores de la conciencia, como es el caso de la presencia de
dolores violentos e insoportables. Entonces la anestesia es lícita, pero bajo
condiciones previas: que el agonizante haya satisfecho o pueda todavía satisfacer
sus deberes morales, familiares y
religiosos.
El derecho a la vida se precisa en el enfermo terminal como derecho a morir
con toda serenidad, con dignidad humana y cristiana. Esto no significa procurarse
o hacerse procurar la propia muerte, como tampoco evitarla a toda costa. La
medicina moderna dispone de medios con capacidad de retardar artificialmente la
muerte, sin que el paciente reciba un real beneficio. Simplemente se le mantiene
la vida o se logra prolongar por algún tiempo la vida, a precio de ulteriores y
duros sufrimientos. Este es el caso definido como "obstinación terapéutica",
consistente en el uso de medios particularmente extenuantes y pesados para el
enfermo, condenándolo de hecho a una agonía prolongada artificialmente. Ante la
inminencia de una muerte inevitable no obstante los medios usados, es lícito en
conciencia tomar la decisión de
renunciar a tratamientos que procurarían solamente un prolongamiento precario y
penoso de la vida, pero sin interrumpir el tratamiento normal correspondiente al
enfermo en casos similares. La alimentación y la hidratación, aún artificialmente
administradas, son parte de los tratamientos normales que siempre se han de
proporcionar al enfermo, cuando no resultan gravosos para él; su indebida
suspensión significaría una verdadera y propia eutanasia
Estos son sólo algunos ejemplos en esta materia, en la cual, como se decía al
principio, se debe proceder siempre en diálogo con el conjunto de ciencias de la
vida y sus relacionadas, como por ejemplo, sociológicas, del medio ambiente,
económicas, etc..
Hay estudios muy detallados sobre cada uno de los puntos de estas aplicaciones
prácticas, que aquí se aducen sólo como un apéndice muy resumido sólo como a
manera de ejemplo de aplicación de los principios de una Bioética abierta al
Trascendente y pensada dentro de la Iglesia católica. La intención del presente
ensayo es no propiamente abundar en procedimientos en cada caso que se presente,
sino intentar una reflexión sobre los principios y en el fundamento de los
principios de una Bioética aceptable para el católico y comprender lo que subyace
en ciertas corrientes de Bioética ajenas al pensamiento católico y que con
frecuencia se proponen.
+ Javier Cardenal Lozano Barragán,
Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud.
NOTAS
n1 Cfr. I Sanna, L’Antropologia cristiana tra modernità e postmodernità,
Brescia, 2001, 160-161.
n2 Cfr. F. Nietzche, Ecce homo, Wie man wird was man ist, Trad. italiana: Come
si diventa cio che si è, Milano 1965, 80-117.
n3 Cfr. M. Heidegger, Aus der Erfahrung des Denkens, Pfullingen 1953, 76.
Essere e tempo, Milano 1976, 168-178.
n4 Cfr. L. Wittgenstein, Tractatus lógico-philosphicus, Torino, 1964, prop.
6,52, 521, 41, 42, 4311; Ricerche filosofiche, Torino, 1967I, 124, 130-132.
Tractatus Logico-philosophicus e Quaderni, 1914-1916, prop. 8,7,16.
n5 J-F Lyotard, il postmoderno spiegato ai bambini, Milano 1987, 28: La
condizione postmoderna, Milano 1981, 6,20-24, 69-76, 98-122: Postmoderno e
filosofia, 410.
n6 Para los obras de Vatimo, véase: G. Fornero, Postmoderno e filosofia.
411-420; Il Postmoderno e le sue filosofie, en Le Filosofie del novecento, ed. G.
Fronero-Tassinari, Milano 2002, 1204-1214. Cfr. G. Vatimo, La fine della
Modernità. Nichilismo ed ermeneutica nella cultura postmoderna, Milano 1985,
9-30, 189; Credere di credere, È possibile essere cristiano non ostante la
Chiesa?, Milano 1996, 25-26; Dopo la cristianità, Per un Cristianesimo non
religioso, Milano 2002, 57-58; Filosofia al presente, 26; La società trasparente,
Milano 1989, 11-17.
n7 G. Morra, II quarto uomo, Roma 1992, 11-23.
n8 I. Sanna, L'Antropologia cristiana tra modernità e postmodernitá, Brescia
2001, 337.
n9 Para esta síntesis de la Postmodernidad, cfr, Isaías Dies del Rìo,
Postmodernidad y nueva religiosidad, RelCult XXXIX (1993) 59-63. M.P. Gallagher,
Parlare di Dio all’uomo postmoderno. Linee di discusione, ed. Poupard, Roma
1994, 5,7; Fede e cultura, Cinisello Balsamo (Milano) 1999, 103-108; 124-125; G.
Bruni, Dire Dio agli uomini d’oggi, ed. Pouparad, Roma 1994, 26-27; G. Fornero,
Postmoderno e Filosofia, Torino 1994, 411; N. Abagnano-G. Fornero, Ecologia,
Torino 1994, 335; I Sanna, oc. 220-236; Ch. Tayllor, Il disagio della modernità,
Roma-Bari 1994, 12-14; G. Mucci, La difussione dell’ Individualismo, CivCatIII
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Cesarani, Raccontare il postmoderno, Torino 1997, 140-145; D. Harvey, La crisi
della Modernità, Milano 1993, 63; Gatto Troci, Nomadi spirituali, Milano 1998,
17; Ch. Siniscalchi, Il dio della California, Roma 1998, 33-34; G. Filoramo, Il
risveglio della gnosi ovvero diventare dio; Roma-Bari 1990; J. Vernette, La nuova
era, Roma 1998, 111-123; F. Vollpi, Nichilismo o nihilismo, Dfil 756-758; A.
Santucci, Nichilismo, EncFil III, 890-891; V. Posenti, Terza Navigazione,
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1998, 28-32; Z. Bauman, Postmodern Ethics, Oxfor-Cambridge 1993, 240; Dotolo,
Secolarismo e Nichilismo nella Fides et Ratio, Cinisela Balsamo 199, 270; S.
Latora, La ripresa del primato dell’Etica, Cinisela Balsamo 1994, 125-126; M.
Mckeever, Postmodern with a difference, StMore 37 (1999)185-214; R. Fratallone,
L’etica teologica e le istanze della postmodernità, Cinisela Balsamo 1994, 76-77;
G. Chiurasi, Il postmoderno, Torino 1999, 18-22;
S. Cremaschi, Ecologismo, ENCFSU, 243.
n10 El desarrollo de lo que aquí se engloba en "El "Nuevo Paradigma"" está
tomado de Kim Yersu, 1999. A common Framework for Ethics of the Twenty first
Century. UNESCO, Division of Phi-losophy and Ethics. Cited November 15, 1999, at
drg philosphyandethics.
n11 A continuación tocamos algunas de las principales cuestiones de Bioética
que se ventilan hoy en día. La doctrina que exponemos está principalmente tomada
de las actualizaciones de nuestra "Carta de los Agentes Sanitarios" que se están
realizando en los números 31, 36, 46, 86, 87, 89 y 129.
n12 Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, "Carta de los Agentes
Sanitarios", n.23-24.
n13 Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, Carta de los Agentes
Sanitarios, nn. 119-124.+++
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