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A día de hoy,
mucha gente ha oído hablar de Linux y sabe que es una alternativa a
Windows, gratuita y libre de virus. A bastantes les suena también la
expresión “software libre”, pero todavía no saben muy bien de qué se
trata. Sin embargo, el software libre es tan antiguo como las propias
computadoras, y sus raíces son todavía más profundas, pues se hunden en
una tradición secular entre los hombres de ciencia: la de compartir los
logros de cada uno con el resto de sus colegas.
A lo largo de la
historia, la ciencia se ha desarrollado como búsqueda del conocimiento y
de mejora de nuestras condiciones de vida. Desde la antigua Grecia, los
científicos han considerado que el conocimiento era patrimonio de la
humanidad. Podían ganar dinero de sus descubrimientos, pero no era ésa su
principal motivación, sino satisfacer su curiosidad, contribuir a la
sociedad y lograr el reconocimiento de sus semejantes. Para ello se
apresuraban a publicar sus teorías y experimentos, poniéndolas a
disposición de sus colegas, que las podían emplear para profundizar en el
tema y hacer nuevos descubrimientos.
La filosofía hacker [1] no es
sino una actualización de la de los científicos de épocas anteriores.
Básicamente consiste en creer que toda la información útil, que sirva para
ayudar a comprender cómo funciona el mundo, debe ser libre y accesible
para todos, y que se debe usar el conocimiento ya disponible para crear
más conocimiento.
Origen de la Fundación para el Software
Libre Inicialmente, las computadoras eran herramientas que servían
para procesar datos, y los programadores se ayudaban entre sí compartiendo
el código que escribían. Sin embargo, poco a poco las empresas decidieron
convertir los programas informáticos en un producto comercial y prohibir
su libre copia y modificación, lo que llevó al desmembramiento de la
comunidad hacker.
Richard Matthew Stallman, del Laboratorio de
Inteligencia Artificial del MIT (Massachusetts Institute of Technology),
luchó durante varios años contra la disolución de su comunidad, pero
finalmente se quedó solo. Entonces se planteó crear una nueva comunidad,
en la que compartir y ayudar a los demás no fuera ilegal. Para ello
decidió escribir un nuevo sistema operativo completo, compatible con Unix
(un potente sistema) pero libre para todos. Bautizó a su proyecto como GNU
(GNU is Not Unís).
En 1985 publicó el “Manifiesto GNU”, que define
y explica sus objetivos y motivaciones, y poco tiempo después fundó la
organización sin ánimo de lucro Free Software Foundation (Fundación para
el Software Libre: http://www.fsf.org) para coordinar el proyecto, al que
poco a poco se iba uniendo más gente.
La influencia de Stallman ha
sido esencial para establecer el marco de referencia moral, político y
legal del movimiento del software libre como alternativa al desarrollo y
distribución de software privativo. Un mérito tan importante o más que sus
impresionantes logros como programador fue el inventar el concepto de
copyleft (izquierdos de autor), que implementó en la Licencia Pública
General de GNU (conocida generalmente como la “GPL”).
Hacia 1990 el
sistema GNU estaba casi completo; el único componente esencial que faltaba
era lo que se llama kernel o núcleo, al que denominaron Hurd. La Free
Software Foundation decidió escribirlo siguiendo un diseño tan innovador
como complejo. A día de hoy, el Hurd es funcional, pero todavía le faltan
varios años para alcanzar la madurez necesaria para publicar la versión
1.0. Afortunadamente, no ha hecho falta esperar a la publicación del Hurd
para poder disfrutar de un sistema completamente libre, gracias a la
aparición de Linux.
GNU/Linux: la unión hace la fuerza Al
ser el código de Unix secreto, los estudiantes de informática tenían
difícil estudiarlo y aprender cómo se escribía un sistema operativo. Ante
esta situación, el profesor Andrew Stuart Tanembaum escribió un sistema
operativo de tipo Unix llamado Minix, y un libro en el que explicaba todos
sus entresijos. Al ser de carácter pedagógico, el sistema era
deliberadamente sencillo y con pocas funcionalidades.
En 1991, el
estudiante finlandés Linus Benedict Torvalds decidió aplicar lo aprendido
y escribir un nuevo núcleo que superase las limitaciones de Minix. Lo hizo
por mera diversión, y aprovechando las herramientas del proyecto
GNU.
Sin embargo, la verdadera genialidad de Linus fue que, aunque
en principio no pasaba de ser un entretenimiento privado, decidió enviar
un mensaje a Internet informando de su proyecto (que se llamó Linux),
poniéndolo a disposición de quien quisiera jugar con él, y solicitando la
ayuda de todo el que quisiera colaborar.
Lo revolucionario de Linux
no está en su diseño (que no es especialmente innovador) ni en su
filosofía (que la Free Software Foundation llevaba años predicando), sino
en su metodología. Efectivamente, hasta entonces el software se escribía
en grupos cerrados y de carácter vertical, mientras que Linus inauguró un
nuevo modelo, distribuido y muy abierto, en el que cualquiera podía
participar. A estos métodos tan diferentes se les ha denominado modelo
catedral y modelo bazar, respectivamente.
Linus no tardó en adoptar
la licencia GPL, y al unir su núcleo con las herramientas del proyecto
GNU, se obtuvo finalmente un sistema operativo funcional totalmente libre,
que se conoce como GNU/Linux y que hoy usan millones de personas en todo
el mundo.
Desde entonces, el software libre no ha dejado de crecer
y multiplicarse, y el modelo bazar ha demostrado ser más eficiente y
producir programas de más calidad. Surgió también un nuevo movimiento, que
no defendía este tipo de software por motivos éticos, sino únicamente por
la superioridad técnica de su modelo. Este movimiento y el software creado
con esta perspectiva se denomina Open Source o código abierto. En la
práctica, el software libre y el de código abierto son lo mismo,
diferenciándose únicamente en su filosofía.
No tardaron en surgir
personas que empezaron a empaquetar en un conjunto de disquetes el núcleo,
los programas de GNU y diverso software libre de otras partes, con lo que
se facilitaba mucho su instalación. A estos conjuntos de disquetes (hoy CD
o DVD) se les denomina distribuciones de GNU/Linux. Algunas están
desarrolladas por empresas, como Red Hat o SuSE, mientras que otras las
preparan organizaciones de voluntarios, como Debian o Gentoo.
Más
allá de Linux El software libre es un concepto que no se limita al
sistema GNU/Linux. El ejemplo más conocido son los BSD, una familia de
sistemas muy similares a GNU/Linux, y tan buenos como éste. La mayoría de
los programas libres pueden funcionar indistintamente sobre GNU/Linux y
sobre *BSD. Los diferentes BSD tienen un origen común, la Universidad de
California en Berkeley, pero se bifurcaron en pos de distintas
metas.
Por ejemplo, el objetivo de FreeBSD es proporcionar un
sistema operativo sólido como una roca y tremendamente eficiente, que
obtenga el máximo rendimiento de la máquina. En cambio, el proyecto NetBSD
busca la portabilidad: no se limita a funcionar sobre los procesadores
Intel o los PPC de los Apple, sino que es capaz de comportarse exactamente
igual sobre una vertiginosa lista de máquinas menos frecuentes. Por
último, OpenBSD presume, y con razón, de ser el sistema operativo más
seguro del mundo. Dos miembros más recientes de la familia son Mac OS X y
DragonFlyBSD.
También hay programas libres para Windows. Sobre esta
cuestión hay un debate abierto en la comunidad: unos piensan que crear
software libre para Windows es contraproducente, argumentando que disponer
de software libre para Windows reduce los alicientes de cambiar de sistema
operativo, mientras que otros afirman que esto les permitirá saborear el
software libre fácilmente y les motivará a dar el
salto.
Conclusión El del software libre es un movimiento
imparable, que se basa en compartir y en la cooperación en vez de en la
competencia salvaje. La experiencia ha demostrado además que esta
metodología no sólo es preferible éticamente, sino que además produce
mejores programas desde un punto de vista técnico.
En los últimos
años, el software libre ha ensanchado sus horizontes y proporciona ahora
programas de excelente calidad que satisfacen las necesidades de la
mayoría de los usuarios. Para muchos usuarios, las nuevas libertades que
les da este software les abre un nuevo campo en el que jugar y aprender,
con lo que acaba convirtiéndose en una pasión. En cualquier caso, y aunque
sólo sea como curiosidad, es un mundo que merece la pena explorar. ¡Happy
hacking!
APTO PARA TODOS LOS PÚBLICOS Inicialmente, el software
libre estaba escrito por y para informáticos. La mayoría de los programas
se usaban desde la línea de órdenes y los entornos gráficos eran
francamente espartanos. Sin embargo, esto hace ya años que empezó a
cambiar, y hoy en día hay magníficos entornos de escritorio como KDE y
GNOME, y programas para llevar a cabo todas las tareas corrientes:
procesadores de textos, hojas de cálculo, grabación de CD, visualización
de DVD, escucha de MP3 y Ogg, fotografía digital, etc.
La manera
más simple de asomarse al software libre es quizá empezar a usarlo sobre
Windows. El proyecto GNUWin II (http://gnuwin.epfl.ch) recoge una
importante cantidad de programas para Windows, como la suite ofimática
OpenOffice o el navegador Mozilla.
Otra posibilidad más interesante
es probar un live-CD como Knoppix (http://www.knoppix.org) o X-Evian
(http://www.sindominio.net/metabolik/x-evian), que nos permitirán usar
GNU/Linux en nuestro PC sin necesidad de instalar nada en él. Instalar una
distribución de GNU/Linux o *BSD no es especialmente complicado, pero si
no tenemos mucha confianza en nuestras habilidades informáticas, lo más
sencillo y cómodo es invitar a merendar a un amigo friki y pedirle que
traiga unos CD para instalarlos en nuestro ordenador. La facilidad de uso
de los entornos KDE y GNOME es tal hoy en día que una vez instalado
probablemente no necesitemos ninguna ayuda para manejarnos con
ellos.
Sin embargo, es probable que nos pique la curiosidad y
queramos aprender y sumergirnos en los secretos de nuestro nuevo sistema.
La comunidad ha generado una asombrosa cantidad de documentación: las
distribuciones de *BSD incluyen un exhaustivo y bien escrito manual, y el
Proyecto de Documentación de Linux alberga numerosísimos manuales, cursos
y documentos CÓMO (que explican cómo llevar a cabo una tarea específica).
En las librerías hay también bastantes títulos en castellano, para todos
los niveles.
Si disponemos de acceso a Internet, hay abundantes
foros y listas de distribución de correo en las que los usuarios se ayudan
unos a otros. Antes de plantear nuestras dudas en estos recursos, debemos
recordar leer sus documentos FAQ, en los que se responden las preguntas
más frecuentes. Así mismo, en la mayoría de las ciudades importantes hay
grupos de usuarios (denominados LUG) que además de ayudarse mutuamente
organizan quedadas, jornadas, cursos y otras actividades a nivel
local.
Un obstáculo con el que podemos tropezar en esta empresa es
el problema de los formatos de ficheros. En el mundo del software
privativo, cada programa usa un formato propio no documentado, con lo que
un programa, como un procesador de textos, no entiende y tiene problemas
para abrir un documento creado por otro programa. Los fabricantes
persiguen con esto atrapar al usuario en su programa, impedir que pueda
migrar a otro programa de la competencia. En cambio, en el mundo del
software libre se presta gran atención al uso de estándares, y todos los
formatos están bien documentados.
Afortunadamente, la mayoría de
los programas pueden también guardar en formatos abiertos (si bien no lo
hacen por omisión) y es probable que al principio tengamos que “educar” a
nuestros amigos y colegas de trabajo, y pedirles que utilicen estos
formatos.
Otro peligro que acecha al software libre son las
patentes de software. Si bien hasta el momento no se permiten en Europa
este tipo de patentes, algunos lobbies están presionando para que se
adopte una legislación similar a la estadounidense. Esta adopción sería
catastrófica no sólo para el software libre, sino también para la pequeña
y mediana empresa informática europea. El proceso legislativo está ya en
marcha, y numerosos profesionales y usuarios se han movilizado y están
intentando hacer ver a los poderes políticos las consecuencias que tendría
ceder a estas presiones.
[1] Un hacker no es un pirata
informático, sino alguien al que le apasionan las computadoras y las usa
no sólo para trabajar, sino también por el simple placer de plantearse
retos que exigen cierta innovación, estilo y técnica.
Enrique
Matias. Via Biblioweb.
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