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Vamos a tratar en este
artículo sobre los mecanismos mínimos de protección que pueden/deben de
ser instalados en los equipos clientes. Hablaremos de antivirus, firewall,
políticas y restricciones, así como del necesario equilibrio entre
seguridad y usabilidad.
Antivirus
Es casi imprescindible, en el
entorno agresivo de hoy en día, plantear el uso de antivirus en el
cliente, especialmente si este corre sobre el objetivo principal del
malware, Microsoft Windows. La inmensa mayoría de los virus, troyanos,
gusanos y demás código malicioso se diseñan para esta plataforma, por la
sencilla razón de que es la más extendida. Sin embargo, si usamos otra
plataforma, como un *nix o Macintosh, no debemos de bajar por ello la
guardia. Aunque en mucha menor cantidad, también existe código malicioso
para estas plataformas.
A la hora de escoger un
antivirus para poner en los clientes, deberemos fijarnos en varios
aspectos:
-
Fiabilidad del
fabricante. Un fabricante desconocido es más fácil que nos deje
tirados sin actualizaciones.
-
Política de
actualizaciones. La velocidad con la que se expanden gusanos y
virus, apoyándose en Internet y el correo electrónico, hace que el
tiempo de respuesta sea crítico, y que deba medirse en horas, no en
días.
-
Bajo impacto en el
sistema. Un antivirus debe de pasar lo más inadvertido posible para
el usuario. Si la velocidad o la usabilidad del sistema se degrada por
el uso de un antivirus, es más fácil que el usuario busque la forma de
desactivarlo, quedándose sin protección.
-
Facilidades de
gestión. Una buena solución antivirus debe de poder integrarse en un
entorno de administración remota que, a ser posible, integre todos los
distintos servicios, desde actualizaciones hasta comprobación de
funcionamiento, y sobre todas las plataformas, desde el servidor de
correo al cliente.
-
Motor inteligente.
Aunque cada fabricante usa diferente terminología, nos referimos a la
capacidad para detectar malware basándose en su código, en vez de en
firmas. Suele denominarse también búsqueda
heurística.
Existen otras capacidades
interesantes, como el uso de varios motores diferentes, pero que resultan
secundarias con respecto a estas.
El antivirus debe instalarse
en todas las estaciones y debe de ser fijado por políticas del sistema. Un
antivirus que funcionase al arranque, antes del login del usuario, como
servicio o daemon, sería muy interesante, puesto que nos proporciona un
nivel adicional de seguridad. Asimismo, deberemos forzar la actualización
automática, al menos una vez al día, del archivo de firmas.
Si el número de estaciones de
trabajo es elevado, deberemos considerar la posibilidad de colocar un
servidor central de actualización, que se baje la misma del proveedor y al
que se conecten los clientes, para reducir el consumo de ancho de banda
por este concepto.
Luisma Miembro
de la AIH
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