¿Que es el
CPD?
Existe una zona un tanto
especial dentro de nuestra red. Se trata del generalmente denominado
Centro de Proceso de Datos (CPD). Es aquella zona donde concentramos los
principales servidores de la organización y en la que, por lo tanto,
deberemos de poner más énfasis en la seguridad.
Los CPD de las empresas que
llevan ya tiempo funcionando suelen ser herencias de cuando la informática
funcionaba en base a grandes mainframes, de los cuales colgaban multitud
de pantallas "tontas". En general, estos CPD "con solera" suelen tener ya
habilitadas una gran parte, si no todas, de las medidas de seguridad
física que propondremos hoy.
En el CPD deberemos
concentrar, al menos, los servidores de misión crítica para la
organización. Podemos incluir la instalación física, además, los
servidores alojados en la DMZ. De esta forma, disponemos de un punto de
control físico común para el corazón informático de nuestra organización.
¿Por qué es tan importante
la seguridad física del CPD?
Consideremos que es lo que
metemos en el CPD. En el están uno de los activos más importantes de la
empresa: la información. Hay que pensar, también, que realmente un
ordenador es un ente físico, además de su contenido lógico. Es más, si
matamos el ente físico, el contenido lógico deja de existir.
Otro punto importante es el
riesgo para la seguridad lógica que implica un acceso físico al equipo.
Posibilidad de arranques alternativos, de robo de discos para posterior
análisis, instalación de dispositivos hardware de keylogging,...
Vamos a ver, pues, que
medidas mínimas hemos de tomar para proteger nuestro CPD.
Restricción del acceso
físico
Después de lo que hablábamos,
no es de extrañar que la primera medida que deberemos de tomar es
restringir el acceso físico a los servidores. Esto puede ser llevado a
cabo de muchos modos, dependiendo de las condiciones de nuestro local y de
las económicas. El sistema más sencillo, pero muy efectivo, es instalar
todos los equipos en una habitación con puerta cerrada con llave. Si
no disponemos de una habitación para este menester, otra solución factible
es el encerrar los equipos en un rack, protegido con llave. Esto nos
proporciona la ventaja de la restricción del acceso físico, en un espacio
reducido.
No es realmente muy necesario
el disponer de grandes medidas de control de acceso, a menos que los datos
almacenados sean de tal entidad que los hagan muy apetecibles, o que el
local donde estén situados no sea sitio de paso habitual. Una simple llave
puede hacer la función la mayor parte de las veces, sin necesidad de
recurrir a sistemas de acceso biométrico y de alarmas con láser. El
intruso medio suele carecer de las habilidades físicas del Tom Cruise de
"Misión Imposible".
Control
medioambiental
Los ordenadores tienen un
enemigo fundamental en el calor. Su funcionamiento genera calor y es
perjudicado por este. Por ello, no está de más el instalar un sistema de
aire acondicionado en el local habilitado para el CPD.
Protección contra
incendios
Los CPD concentran gran
cantidad de material eléctrico junto con elementos plásticos y, muchas
veces, papel. Esto los hace muy sensibles al riesgo de incendios. Una
alarma de fuego, con un sistema automático anti-incendios (en lo posible,
evitar los que usan aspersores de agua) puede salvar el CPD y el
funcionamiento de nuestra empresa.
Suministro
eléctrico
La electricidad es la sangre
de nuestro CPD. Es, por lo tanto, imprescindible el uso de algún elemento
que trate y mantenga este suministro en caso de anomalías y fallos de
suministro.
Lo más básico es el uso de un
SAI. Un SAI, si es del tipo interactivo, o mejor, on-line, proporciona una
alimentación filtrada contra sobretensiones y caidas, aparte de dar un
tiempo de alimentación en caso de fallo de la red eléctrica. Para el CPD,
conviene sobredimensionarlo, al menos en una proporción de 1,3 veces el
consumo actual, para tener margen para añadir equipos sin necesidad de
cambiarlo. Es, además, imprescindible que el SAI proporcione un software
que realice el apagado automático de equipos en caso de fallo prolongado
del suministro y agotamiento de las baterías. Si el SAI proporciona
software para control desde un solo equipo, habrá que realizar algún tipo
de programación por nuestra cuenta para que, al detectar el próximo
apagado del SAI, este equipo informe al resto y de la orden de cierre de
los sistemas.
Un paso más avanzado en el
mantenimiento de la energía eléctrica es el uso de un grupo electrógeno.
Este medio, aunque más caro que un SAI, permite que sigamos trabajando en
el caso de un fallo muy prolongado de la red eléctrica. Es imprescindible
en el caso de centros 24x7 que proporcionen servicios externos muy
importantes o de instalaciones en zonas con frecuentes fallos eléctricos
prolongados.
Lugar para almacenamiento
de copias de seguridad
Además de todo esto,
deberemos prever un lugar (armario, caja fuerte) seguro para el
almacenamiento de los soportes usados para las copias de seguridad. Una
caja fuerte ignífuga puede ser suficiente.
Luisma Miembro de la
AIH |