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PODEROSOS TALONES
"Y en consecuencia (Ekeb tishmeún), si escucharéis
estos preceptos y los cumpliréis, Hashem tu Di-s
cuidará el Pacto..." (Debarim/Deuteronomio
7:12)
Rashi
(comentarista clásico de la Torá, Troyes,Francia,
siglo XI) comienza la perashá de esta semana
explicando que la palabra "Ekeb" es usada aquí
para aludir a las "mitzvot kalot sheadam dash
be'ekebav",
los preceptos simples que la persona pisa con su "ekeb",
talón. Moisés enfatiza en esta sección
de la Torá que el judío debe ser tan cuidadoso
con las mitzvot simples como lo es con las más
complejas.
El
Bet Israel interpreta las palabras de Tanjuma,
que cita el versículo (Salmos 19:12): "Gam
abdejá nizhar bahem beshomram ekeb rab".
En el sentido literal este versículo expresa que
hay una gran retribución por observar las leyes de
la Torá. En un nivel diferente, explica el Bet
Israel, el rey David, autor de los Salmos, está
diciendo sobre sí mismo que cumplió ekeb rab,
una gran cantidad de leyes indicadas como ekeb, esto
es, mitzvot simples. Y, naturalmente, Moisés
en Ekeb advierte al pueblo que las recompensas que
recibirán
del Todopoderoso vendrán en mérito del cumplimiento
de las tantas mitvot pequeñas y, aparentemente,
de menor importancia que Di-s nos ha impuesto.
Nuestros
Sabios también consideraron necesario advertirnos
(Pirké Abot 2:2) de que seamos concientes tanto de
una mitzvá kalá (precepto simple) como
de las mitzvot más rigurosas. Esto indica
la tendencia natural del ser humano a valorar los
preceptos
más grandes por encima de los menores.
Si
analizamos que la razón fundamental de cumplir mitzvot
es, puramente, porque el Todopoderoso nos ha ordenado
cumplirlas,
entonces no hay razón alguna para tratar una mitzvá
menos seriamente que otra. Si el factor motivador es
cumplir
la voluntad del Creador, entonces realmente no hay
diferencia.
¿Por
qué, entonces, Moisés tiene que hacer hincapié
en las leyes simples? ¿Y por qué nuestros
Sabios se preocupaban por éstas, más aún
que por las difíciles?
El
problema reside en el rol que el ego juega en cualquier
acción. Fuerte como pueda ser la tendencia del hombre
de querer cumplir la voluntad del Todopoderoso, más
fuerte aún es la tendencia instintiva a focalizarse
en la acción. El individuo se mira más a sí
mismo que a Aquel para quien está realizando la acción.
Por consiguiente, cuánto más oportunidad para
la autoexpresión le brinde una mitzvá,
más tenderá a enfatizarla por sobre otras
cosas. Siente que hay un potencial mayor en las mitzvot
complejas y, por ende, tiene un impulso natural de ser
cuidadoso
en su cumplimiento. Es por tal razón que Moisés
y David, y más tarde nuestros Sabios, nos advierten
sobre las virtudes de las mitzvot kalot. La señal
más auténtica de un judío que se preocupa
por cumplir la voluntad del Todopoderoso, más allá
y por encima de la suya propia, es, justamente, ser
estricto
con las mitzvot más simples tanto como con
las más serias. Las realiza con el mismo celo y entusiasmo
con que cumple todos los demás mandamientos. Allí
reside la verdadera búsqueda de la integridad. Ahora
que en apenas cinco semanas llega Rosh Hashaná,
el Día del Juicio, conviene recordar esto para
sumar méritos.
(Basado en: Rab Shmuel Y. Klein - Hamodia)