MADRID. En vísperas de que el Festival de la Isla de Wight viva, 32 años
después, una nueva edición, la controversia sobre la muerte de quien fue su
principal estrella en 1970 vuelve al primer plano. Jimi Hendrix cumpliría 60
años el próximo 27 de noviembre, pero hace ya casi 32 (poco después de asombrar
al mundo con su incendiaria técnica guitarrística en el mítico macroconcierto
británico) que pasó a engrosar la leyenda negra del rock al ser encontrado
muerto ahogado en sus propios vómitos.
Ahora, el periodista estadounidense David Henderson se prepara para publicar
en España la editorial Ardora lo hará el próximo otoño Excuse me while I kiss
the sky (Perdóname mientras beso el cielo), la revisión de la biografía que
salió originalmente a la venta en su país en 1978. El propio Henderson viajó
ayer a Madrid para presentar en el Círculo de Bellas Artes su criatura, que le
da pie para remover sin ningún pudor los puntos oscuros que rodearon aquel
fatídico 18 de septiembre de 1970, cuando el planeta rock perdió al guitarrista
más iconoclasta y genial de todos los tiempos.
«Yo vivía en el bajo Manhattan, como el propio Jimi. Y allí lo conocí. Estuve
con él muchas veces y un día, después de un concierto suyo, le dije que me había
impresionado su manera de componer y de tocar. Yo había escrito sobre gente como
Sly and The Family Stone, pero de pronto pensé que tenía que escribir sobre él»,
recordó Henderson antes de proclamar: «Jimi tenía control sobre las drogas que
tomaba, mucho más de lo que la gente creía. Por eso creo que no murió por
sobredosis. Eso es algo que se dijo muy fácilmente, pero yo estoy convencido de
que fue asesinado».
El periodista, que actualmente ultima un libro sobre el hip-hop, destacó las
numerosas «mentiras y contradicciones» que se registraron en la investigación de
su fallecimiento: «Primero, dijeron que murió mientras dormía y luego se
demostró que se había ahogado en sus vómitos. Pero, en realidad, era una mezcla
de sus vómitos con vino que le echaron por encima. Así que creo que está muy
claro que lo mataron».
¿Y quién tenía interés en acabar con Hendrix? «En el submundo en el que se
movía había gente asquerosa. Y él se llevaba a todas las chicas, y eso
significaba problemas. Muchos tipos querían sacarle dinero».
Pero David Henderson, que ofrecerá varias conferencias en la Galería Moriarty
en los próximos días, no se circunscribe en el libro a la extraña muerte de
Hendrix. Frente a otros volúmenes sobre el intérprete de Hey Joe o Foxy lady
cargados de anécdotas, él se lanza a realizar un análisis musical sobre las
piezas que creó y versioneó, incluyendo letras y entrevistas con el singular
músico de Seattle, la ciudad que le ha consagrado el museo Experience Music
Project, de Frank Gehry.