Subversión en el Senado
argentino
“El Senado puede ser un recinto de alta
política o convertirse, degradado, en una cueva de ladrones.”
Lisandro de
la Torre, 5 de julio de 1935
Por Hugo
Alberto de Pedro
Que hicieron los que no hicieron nada
Apelando a la Real Academia Española encontraremos que Subversión es la
acción y efecto de trastornar, revolver y destruir
especialmente en lo moral. Definición ésta que los senadores han tenido
seguramente muy presente al ofrecernos ayer el circense espectáculo de su
democracia, que está muy alejada de la que pretendieron los mayores de nuestra
Patria. Para comprenderlo bastará con mencionar a algunos de ellos: Alfonsín,
Avelín, Baglini, Barrionuevo, Busti, Cafiero, Capitanich, Chiappe, Gioja, Gómez
Diez, Ibarra, Isidori, Kirchner, Lamberto, López Arias, Losada, Maestro,
Maqueda, Menem, Müller, Puerta, Sapag, Terragno, Usandizaga y Yoma. No
interesando en absoluto de que forma votó cada uno la derogación de la Ley de
Subversión Económica porque los contubernios en política no merecen ser
analizados, sino simplemente condenados.
Risas, pulgares en alto, aplausos,
besos y demás grotescas manifestaciones por parte de los senadores, harían
suponer a cualquier ciudadano del mundo que habían legislado para establecer las
bases jurídicas necesarias para que la justicia tenga una legislación que
permita juzgar a quienes han procedido al vaciamiento financiero del país y el
destrozo de la economía nacional. Sin embargo, nada de eso ha sucedido, pues han
derogado una legislación sobre subversión económica (Ley 20.840 del 30/09/1974)
que podía llevar a la prisión a personajes como Rhom, de la Rúa, Cavallo, Pou,
Bastos, Escasany, Sacerdote, Mulford y Dagnino Pastore entre otros.
Ellos nos brindan el ejemplo de lo que
son
Las trapisondas de justicialistas,
radicales, frepasistas y provinciales esta vez llegaron a límites impensados,
como por ejemplo la disposición de un avión sanitario, la huida de una
legisladora antes de la votación, los aprietes públicos de otra y las mentiras
de los 69 senadores presentes. ¡Festeje, entonces F.M.I. que sus serviles
empleados han cumplido la promesa de 14 gobernadores! Algunos de los cuales, éstos jefes de
gobierno de provincia, que están preparando su desembarco en las próximas
elecciones como candidatos a la presidencia de la Nación.
Ahora nos dirán –mejor dicho nos
volverán a mentir- que se viene el desarrollo de la Argentina, la solución a sus
problemas financieros, la terminación de la crisis económica, la inversión de
todos los países del mundo, la terminación de la desocupación, la derrota a la
pobreza e indigencia, la salud y educación postergada a millones, la solución a
los inconvenientes endémicos de las provincias y todas aquellas cuestiones que
indudablemente ni rozan a la clase política argentina.
Mientras tanto en esos mismos momentos fuera del circo los otrora
presidentes Menem –en hoteles y estancias bonaerenses- y De la Rúa -en una
clínica para conocer a su recién nacida nieta- recibían repudios y escraches de
anteriores votantes; la comisión de diputados para el juicio político a la Corte
Suprema de Justicia no consigue definir la salida que encontrará para no hacer
absolutamente nada como seguramente se verificará con el correr de los días; el
Ministerio de la Producción sigue vacante en un país que la industria se la
encuentra únicamente en la memoria, recuerdo y lamento de los desocupados y
empresarios quebrados; los sindicalistas gordos y disidentes siguen convalidando
las políticas del transitorio gobierno nacional, el presidente del Banco Central
amenaza con volver a trabajar con sus patrones del FMI porque la sucursal se ha
convertido en una hoguera y así podríamos seguir mencionando las cuestiones de
la realidad nacional.
No debemos ni podemos permitir que nos sigan engañando
Sabemos fronteras adentro y afuera, que después de: los ajustes que nos
imponen a las economías provinciales, sobre el gasto público en general, sobre
el empleo estatal siempre catalogado como sobredimensionado para un estado que
desde el poder gobernante no hace nada de lo que está llamado a cumplir, con las
leyes votadas a la medida de las necesidades foráneas, la protección realizada a
toda la banca a costa de los ahorristas locales, la entrega de bonos que no
tendrán ningún valor económico real, etc., no vendrá ni un solo dólar para el
desarrollo, crecimiento o por lo menos la estabilidad y que la humillación que
los organismos internacionales de crédito y los países del G-7 nos impone es
únicamente para acomodar las cuentas del FMI, BM, BID y cambiarnos por un tiempo
de la situación de real quiebre financiero.
Indudablemente que los problemas argentinos no son culpa de los sectores
populares, trabajadores, estudiantes, adherentes a ideas y pensamientos
progresistas y de izquierda como durante muchos años pretendieron hacernos creer
desde el poder y sus tentáculos que han servido para agudizar el modelo, él
mismo que hoy estalla por todos lados. Los culpables han sido: los medios de
comunicación y los comunicadores serviles al poder de turno, las fundaciones que
aglutinaban a los grupos más reaccionarios de opinión y formación política,
social y económica, los que se cambiaron siempre de camiseta sin abandonar sus
convencimientos de clase superior y conveniencia por sobre los intereses del
conjunto, los gremialistas que han logrado enriquecerse mientras pauperizaban al
trabajador y quebraban su fuerza sindical, los religiosos que han acompañado
–salvo honrosas excepciones- cada uno de los atropellos que se realizaron, los
empresarios cercanos al poder que supieron crecer a la sombra de prebendas
entregadas por el poder de turno, evasión de impuestos e ilícitos que hoy
remozados se nuclean en la AEA –Asociación Empresaria Argentina- para seguir
presionando a un poder político-económico casi muerto. Esto es así porque
desfallece en ideas, principios, dignidad, representación y
legitimidad.
Lisandro De la Torre, quien también fuera Senador de la Nación,
opinaba:
"Las
clases media y proletaria no se conforman con quedar libradas a los beneficios
que puedan derivarse del "bienestar general". Quieren saber concretamente qué
propósitos tienen los partidos políticos sobre las cuestiones que a ellas les
interesan: participación de los obreros en las utilidades de las fábricas,
limitación de las grandes ganancias y de las grandes fortunas, pensiones a la
vejez, seguro de desocupación y otros puntos semejantes. No caben ya equívocos
sobre las cuestiones sociales y del trabajo, por más que los conservadores
argentinos no lo comprendan todavía."
"El gobierno inglés le dice
al gobierno argentino no le permito que fomente la organización de compañías que
le hagan competencia a los frigoríficos extranjeros. En esas condiciones no
podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico,
porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a los dominios británicos
semejantes humillaciones. Los dominios británicos tiene cada uno su cuota de
importación de carnes y la administran ellos. La Argentina es la que no podrá
administrar su cuota. No sé si después de esto podremos seguir diciendo: "al
gran pueblo argentino salud".
"Después de la disolución
de los antiguos partidos, participamos del deseo general de crear uno nuevo, no
para que haga vivir situaciones y partidos del pasado, sino que inspirados en la
alta tradición del espíritu argentino, pueda armonizar con las exigencias
presentes y futuras de nuestra sociedad, todo lo que debe ser conservado como
vínculo de solidaridad entre las anteriores y las nuevas
generaciones."
"Queremos que ocupen los
principales puestos nacionales ciudadanos que hayan dado pruebas suficientes de
aptitud para realizar los anhelos permanentes de orden institucional, de
progreso económico, de continuidad en la labor de cultura moral e intelectual,
fundados a costa de tantos sacrificios de las generaciones
anteriores."
¿Quién dijo que todo está perdido?
Seguro que no
es así. Debemos ser gestores en: reestablecer nuestras fuerzas nacionales y
populares, construir herramientas de participación política quienes no hemos
sido responsables de ésta realidad -más allá de no haber tenido la capacidad de
oponernos en forma firme y contundente-, ponernos a debatir todos y cada uno de
los temas nacionales, provinciales y municipales tomando las riendas del
protagonismo en todo lo que hace a las cuestiones del estado sin quedarnos
solamente en la necesaria denuncia y oposición; y tomar las calles, plazas,
universidades, ministerios, organismos públicos, fábricas, talleres, empresas y
gremios para convertirlos en ámbitos de discusión para ir consensuando las
nuevas propuestas a la medida de las necesidades de todos y no de los mismos
privilegiados de siempre.
Debemos tener la claridad y desprendimiento que éste momento histórico
impone y exige. El sistema político y democrático vigente esta exhausto, la
dirigencia política actual no tiene respuestas ni soluciones solamente el temor
que demuestran diariamente por perder el poder. Sabemos que nuestra lucha debe
estar dirigida hacia la toma del poder en cada una de las ciudades de la Patria
y en la representación que nos pertenece solamente a los ciudadanos, siendo para
ello imprescindible participar en la democracia con todas nuestras fuerzas.
Tenemos que negarnos a cumplir aquellas disposiciones que perjudiquen el
bienestar de cualquiera de nuestros conciudadanos o que empeoren las condiciones
de los empobrecidos e indigentes, resistir a los embates dañinos contra la vida,
el crecimiento y el futuro de todos, desobedecer civil y organizadamente desde
cada espacio que ocupemos las medidas impuestas desde el poder y el exterior,
armar una trama social de solidaridad que reconstruya la confianza entre los que
somos pueblo recuperando la dignidad de habitantes en un territorio arrasado por
un modelo hegemónico de poder que nos dejó la destrucción y humillación
internacional.
Hay que detenerlos, y para ello es necesario que surja en cada uno de
nosotros una mujer y un hombre nuevo.
¡Seguramente, así será!
Entonces, ya nadie podrá subvertir el pasado de nuestros abuelos y
padres, nuestro presente y el futuro de nuestros hijos.
1º de junio del 2002
Hugo Alberto de
Pedro
Buenos Aires –
Argentina
hugo_de_pedro@speedy.com.ar
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