Asunto: | [mediosmedios] VALOR AUSENTE. | Fecha: | Lunes, 14 de Octubre, 2002 10:02:17 (-0600) | Autor: | Roberto Rodríguez Baños <roberrb1 @...........mx>
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Editorial de La
Jornada
NEGOCIACION, VALOR AUSENTE Ante el atentado
dinamitero que el sábado pasado costó la vida a 187 personas, hirió a más de 3
mil 400 y destruyó parte de un complejo turístico en Bali, Indonesia, casi
ningún gobierno del mundo ha querido dejar pasar la oportunidad de condenar el
terrorismo en todas sus formas, expresar sus convicciones humanistas y clamar
por la persecución y el castigo de los culpables.
Pero la incuestionable atrocidad de este
ataque, sin duda terrorista y ciertamente criminal, no debiera, sin embargo,
opacar el dato alarmante de que prácticamente ninguna voz oficial en el planeta
señala la necesidad de detener la creciente escalada de violencia entre
Occidente y sus múltiples enemigos. Parece no haber gobiernos ni organizaciones
internacionales dispuestos a señalar el acuerdo tácito entre Washington y sus
fantasmagóricos adversarios terroristas para ir a una guerra frontal y
despiadada en la que las víctimas principales serán, como en todas las guerras,
individuos inermes que no tienen ni voz ni voto en tal decisión, ya sean los
paupérrimos campesinos afganos, bombardeados por la fuerza aérea estadunidense
en la guerra que empezó hace un año, o los turistas australianos y europeos
asesinados hace dos días en Bali, al parecer por una organización extremista
islámica.
El drama de los civiles
inocentes israelíes asesinados en los atentados dinamiteros del integrismo
islámico, que es el mismo de los civiles inocentes palestinos, asesinados por la
barbarie gubernamental de Israel, pareciera ser el futuro de las poblaciones
estadunidense, europeas y asiáticas, si no es que latinoamericanas: quedar
atrapadas en una espiral de violencia en la que no hay más propósito que el
improbable, pero de todos modos inmoral, exterminio del contrario.
Un primer triunfo de los belicistas de
ambos lados bandos -que en el imaginario colectivo pueden representarse
encabezados por George W. Bush y Osama Bin Laden- es la erradicación de los
valores de la paz, la negociación y la solución pacífica de los diferendos
internacionales. En la diplomacia actual, tales términos resultan incluso
políticamente incorrectos, como efecto de las andanadas de retórica extremista,
intolerante y totalitaria, procedentes de Washington, Londres, Bagdad y otras
capitales. Bush y Blair, aunque no lo sepan, tienen una enorme deuda estilística
con Saddam Hussein.
Hace dos décadas,
cuando Ronald Reagan y Bush padre trataban de dividir el mundo entre buenos y
malos, se inventaban un "imperio del mal" con sede en la agonizante Unión
Soviética, financiaban y armaban a Hussein y a Bin Laden y llamaban
"terroristas" a los guerrilleros centroamericanos, los gobiernos de México,
Colombia, Panamá y Venezuela enarbolaron la vía de la negociación y el diálogo
como única forma de resolver ese conflicto regional y para llevar a cabo ese
propósito dieron vida al Grupo Contadora. La ejemplar tarea pacificadora de esa
instancia resulta digna de evocar, particularmente ahora, cuando la diplomacia
de nuestro país ha extraviado sus valores tradicionales y se ha plegado, con
manifiesto y vergonzoso pragmatismo, a los violentos dictados del vecino del
norte.
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