La resurrección de Tabita.
Fuente: ¿Cómo hacer rico haciendo limosnas?. Autor: P. Eliécer Sáesman.
Uno de los libros más bellos, más agradables y más fáciles de leer y de entender en la Santa Biblia, es el que se llama "Los hechos de los apóstoles". Lo escribió ese gran artista de la pluma y formidable amigo de los pobres, que se llamó San Lucas. En el Capitulo 9 de tan hermoso libro nos narra el hecho siguiente:
En la ciudad de Jafa (o Joppe) en Israel, había una mujer que dedicaba sus bines a socorrer a los pobres. Se llama Tabita. Y sucedió que al morirse esta generosa mujer, los pobres que ella socorría dispusieron organizarse como en una especie de "sindicato" de suplicas" y enviaron una embajada a San Pedro para que viniera a consolarlos. El apóstol se vino corriendo desde la ciudad cercana y cuando llegó a Jafa encontró a todo aquel "sindicato" de pobres, llorando desconsoladamente. Eran viudas, huérfanos, ancianos y enfermos. Uno le mostraba el saco que Tabita le había regalado. Otro le presentaba la camisa y el pantalón que ella había cosido para regalarle. Una le mostraban los zapatos que la buena mujer les había conseguido y otras los vestidos que les había dado para sus hijos pobres. Y le gritaba al apóstol: "Ahora nos hemos quedado sin la que era para nosotros como nuestra mamá, nuestra abogada y nuestra bienhechora..." Y sin San Pedro se conmovió y se puso a rezar a Dios, y llegando a donde estaba la difunta le gritó emocionado "¡Tabita, levántate!", y la muerta resucitó... y muchos creyeron en Cristo ante aquel milagro que obtuvieron para una bienhechora, las lagrimas y suplicas de los pobres que ella había socorrido.
Qué bueno que ante Dios suban cada día en favor nuestro las suplicas del "sindicato" de todos los pobres que hemos ayudado generosamente y consigan milagros del cielo en nuestro favor y hasta la resurrección de nuestra alma si está muerta por el pecado. Mucho, muchísimo pueden ante Dios las oraciones de los pobres.
Dios te alejó en esta vida: AGUA para que te quites las manchas del cuerpo, y POBRES para que con la limosna te quites las manchas del alma....Jesús nos facilita la salvación, permitiendo que con nuestra limosnas vayamos quitando las manchas que en el alma tenemos a causa de nuestros pecados. Los que no somos capaces de vivir sin estar manchando nuestra alma con pecados, vayamos cada semana purificándola con esta medicina que nos recomienda el Medico Divino: dar limosnas (San Juan Crisóstomo).
Tabita fue resucitada por las lagrimas de los que ella había socorrido con sus limosnas. Las lagrimas de las personas que ayudas, subirán al cielo y obtendrán que Dios te resucite de tus pecados (San Cipriano).
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