El
vídeo de AENA revela que el avión de Spanair sólo estalló al rebotar contra la
pista
El avión estalló en
la pista después de rebotar y avanzar contra el pavimento. No se incendió un
motor al tomar altura, como apuntaron los primeros testimonios. El vídeo grabado
por AENA del despegue del fatídico vuelo JK5022 de Spanair, en el que el
miércoles perdieron la vida 153 de sus 172 pasajeros, revela que el aparato
apuró la pista de la T4 -puede que debido a un fallo de potencia- y,
tras elevarse sólo unos metros, cayó a la derecha.
El vídeo no muestra
ninguna explosión ni estallido del motor en el aire. Tras caer, el fuselaje
recorrió escorado la pista. Sólo estalló tras varios segundos rebotando contra
el suelo, según fuentes próximas a la investigación. Una de las chispas del
rozamiento ya había prendido el queroseno y la tragedia era
inevitable.

Muchas de las
víctimas quedaron carbonizadas. Tanto, que ayer seguían sin nombre ni apellidos
más de 100 cadáveres y 80 de ellos sólo podrán ser identificados con muestras de
ADN. Un total de 19 personas seguían ingresadas en los
hospitales.
La tragedia del
JK5022 sigue envuelta en humo. No el de las llamas, sino el de la confusión.
Expertos oficiales y policiales, con ayuda de técnicos de EE UU, comenzaron ayer
a estudiar sobre el terreno los restos del aparato y las dos cajas negras, una de las cuales está
dañada.
Aunque la
investigación puede tardar meses, el director general de Aviación Civil, del
Ministerio de Fomento, Manuel Bautista, declaró ayer a EL PAÍS: "Ha habido más
de un fallo". Bautista dejó claro, aun sin especular sobre las causas, que "un
fallo del motor no es causa de un accidente. Eso está de sobra contemplado en
todas las normas. Junto con otras causas puede ser que tumbe el avión. Habrá que
determinar el conjunto de causas que han concurrido". Y remató, enigmático: "No
estoy tan seguro de que fallara el motor".
En las grandes
catástrofes aéreas hay fallos mecánicos que a menudo desembocan en un error
humano.
Los 19
supervivientes del siniestro, el mayor en 25 años en España, mejoraban ayer poco
a poco de sus heridas, principalmente quemaduras, ingresados en hospitales de
Madrid.
La investigación se
centra en averiguar por qué el piloto abortó el primer despegue, previsto para
las 13.20, y pidió una reparación. "El piloto detectó algo cuando se llevó el
avión de la pista. Él creyó que estaba resuelto si decidió despegar", explicó
Bautista. El avión estuvo 40 minutos bajo la supervisión de un mecánico y el
comandante firmó el parte con el que se declaró conforme con la revisión. A las
14.23 volvió a acelerar por la pista 36-L de Barajas. Ya iba rumbo al
desastre.
Spanair quitó
importancia a esa primera reparación. En una multitudinaria rueda de prensa en
la que compareció Mats Jansson, presidente de la aerolínea escandinava SAS,
dueña de Spanair, explicó que la avería que retrasó la salida consistió en un
"calentamiento excesivo en una toma de aire que alimenta algunos sistemas del
avión". Se trata de un aparato situado en la parte delantera del fuselaje, cerca
de la cabina. Ese sistema permite que funcione el calefactor para que que no se
forme hielo en el motor en altura o en invierno.
Ese calefactor falló
y por eso el piloto regresó al aparcamiento, según el director de producción de
Spanair, Javier Mendoza, que añadió que no tiene que estar encendido en tierra.
El problema se solucionó, explicó la compañía, "quitando el interruptor" de la
alimentación. "Se aisló el problema, se corrigió y se despachó el vuelo",
concluyó la empresa. Jansson ofreció toda su colaboración al ministro del
Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
José María Delgado,
presidente del sindicato mayoritario de técnicos, Asetma, explicó: "El técnico
que revisó el avión no pudo reparar el sistema". Pero como el manual de la
compañía permite volar con esa avería hasta 10 días, y debido a que con las
condiciones meteorológicas -con ese calor no era necesario el calefactor- no
hacía falta repararlo. Así que "el problema se solucionó desconectándolo, no
reparándolo". "No afectaba para nada al pilotaje ni al accidente que se
produjo", explica el técnico.
Una de las dos
cajas negras, la que analiza el
funcionamiento de la nave, "está dañada" fruto del accidente, según admitió el
Ministerio de Fomento. Las altas temperaturas del incendio pueden dañar estas
cajas, lo que dificulta y retrasa, aunque no impide, la recuperación de
datos.
Este dispositivo es
el que debe indicar qué falló y, en concreto, qué dispositivo se encendió en la
cabina y llevó al piloto a sacar el avión de la zona de despegue para para que
fuese revisado.
Según fuentes
próximas a la investigación judicial, el fallo estaba en el mismo motor que
luego originó el accidente. Dichas fuentes precisan que las pesquisas del juez
serán largas. Y que pondrán especial énfasis en averiguar de qué avisó la luz
que se encendió en la cabina. Supuestamente, los técnicos entendieron que ese
fallo no era importante y autorizaron la salida del
avión.
Una fuente judicial
explica: "El accidente pudo ser fortuito e impredecible, con lo cual las
gestiones judiciales irían encaminadas a procurar que las familias de las
víctimas sean indemnizadas. Por el contrario, pudo haber una negligencia. Si se
autorizó la salida del avión sin haber reparado adecuadamente la avería de la
que avisó la luz que se encendió en la cabina, está claro que hay una
responsabilidad penal. Pero todo eso", zanjan estos medios, "hay que aclararlo
antes de tomar decisiones. Los informes periciales serán fundamentales para
ello".
Estas fuentes
señalan que cualquier revisión o reparación que se efectúe a un avión debe
quedar acreditada documentalmente. Y que en esa documentación deben constar los
nombres de las personas que intervienen. "Habrá que ver qué empresa hizo la
revisión, y si es una empresa con personal de la misma compañía u otra
subcontratada. Y si es de la misma compañía, qué control oficial se realiza".
Una vez que reciban esos informes, el juez del caso, Javier Pérez, y el fiscal
Lorenzo Bernal decidirán a quiénes interrogan y si lo hacen como testigos o
imputados.
La otra caja negra es la que registra los diálogos
entre los pilotos dentro de la cabina y entre éstos y la torre de control. El
comandante, Antonio García Luna, no se comunicó con la torre de control después
de que le dieran vía libre a la salida, pero sí debe de haber grabadas
conversaciones entre él y su copiloto.
Bautista señaló que,
según la primera documentación analizada, todos los papeles del avión estaban en
regla. El avión, un McDonnell Douglas 82 matrícula EC-HPP, llevaba volando desde
que el 18 de noviembre de 1993 lo estrenó Korean Air. Spanair lo adquirió el 23
de julio de 1999. Con 15 años no se trata de un avión
antiguo.
Un portavoz de
Boeing afirmó desde EE UU que la serie MD "es segura". "Hemos fabricado más de
1.100 aviones de esa serie y más del 80% siguen volando. La tasa de accidentes
es de 0,034 por cada millón de horas de vuelo, cuando la media mundial es de
0,9", explicó Jim Proulx, portavoz de la empresa.
También será clave
en la investigación el vídeo del accidente que grabaron las cámaras del
aeropuerto. Esa grabación la llevó ayer la ministra de Fomento, Magdalena
Álvarez, a la reunión del Gabinete de crisis que presidió en La
Moncloa el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez
Zapatero.
Allí, la ministra
informó de que Spanair ha sido sometida a 36 inspecciones este año, sin que se
haya producido anomalía alguna. El Gobierno decretó tres días de luto oficial
-viernes, sábado y domingo-, acordó crear una oficina de víctimas del accidente
y la coordinación de Interior con Fomento para facilitar que las familias
trasladen a sus víctimas.
Lo que la comisión
de investigación de accidentes descartó inmediatamente que las condiciones
meteorológicas tuvieran nada que ver. A las 14.30 del miércoles Barajas midió
viento sur de siete nudos (una velocidad mínima). Unos 10 minutos antes el
viento roló brevemente al suroeste. A las 15.00, el viento era del sureste y de
cuatro nudos, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología,
organismo presente en la comisión que investiga el
siniestro.