Miércoles 11 de febrero de 2009.- La pericia
de un instructor de vuelo y la astucia de un estudiante aplicado fueron la
clave para efectuar un aterrizaje de emergencia en un terreno pantanoso sin
desgracias.
Ayer, a las 6:10 p.m., una avioneta Cessna
modelo 152, de la compañía Isla Grande Flying School, hizo un aterrizaje
forzoso en una pista para "go-karts", en la carretera 867 del barrio
Ingenio en Toa Baja, detrás de la alcaldía.
En la avioneta viajaban el instructor Aldo Torres
León, de 39 años, y el estudiante Luis Lebrón Rodríguez, de 17 años, los cuales
resultaron ilesos. Ambos fueron transportados en un helicóptero de las Fuerzas
Unidas de Rápida Acción (FURA) hasta el aeropuerto de Isla Grande, donde ubican
las oficinas de la compañía.
Según informes preliminares de la Policía, la avioneta tuvo
que hacer un aterrizaje de emergencia porque se le apagó el motor.
Carlos Reyes, presidente de la compañía, de
su lado, le explicó a Primera Hora que aún no podían precisar con exactitud
cuál fue la falla que experimentaron en pleno vuelo.
"Fue un aterrizaje de emergencia porque
sufrieron un desperfecto mecánico, pero no tenemos más detalles", explicó
Reyes.
El presidente de la empresa dijo que el
instructor y el aprendiz no resultaron heridos en lo que calificó como
"incidente".
"Está todo el mundo bien. Ya los
revisaron los paramédicos", se limitó a decir.
El instructor, por su parte, pidió espacio y
no quiso ofrecer entrevistas sobre lo sucedido, asegurando que habían salido
ilesos.
Reyes, por su parte, indicó que el
aterrizaje de emergencia no se califica siquiera como un accidente, sino como
un incidente.
El teniente coronel José A. Morales,
director auxiliar de FURA, explicó que cuando llamaron a la torre de control
para informar sobre el problema les indicaron que aterrizarían en Levittown.
"Como no los localizamos en Levittown
lo dimos como información no corroborada, pero al dar una vuelta los
localizamos y rescatamos", detalló Morales.
A la escena, descrita como inaccesible y
pantanosa, llegó anoche un inspector de la Agencia Federal de
Aviación como es de rigor. Además, el alcalde de Toa Baja, Aníbal Vega Borges,
también se personó al lugar del incidente.
La nave será removida hoy, agregó Reyes,
quien comparó el incidente con un choque de autos en un estacionamiento, sin
fatalidades.
El proceso, que requiere la remoción de las
alas, tarda unas cuatro horas y luego se traslada en una grúa de plataforma
hasta la compañía para su revisión.
El valor de la avioneta es de $35 mil, pero
los costos de reparación aún no se han podido estimar.
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