COLOMBIA: OCUPANTES DE LA
AVIONETA SINIESTRADA DICEN QUE VIVE DE MILAGRO
Los
siete sobrevivientes del accidente de la avioneta de Taerco, que el viernes
cayó en la selva del Vichada, dijeron que un milagro les salvó la vida y les
brindó una segunda oportunidad en la tierra.
Lunes
30 de noviembre de 2009 – VICHADA.- Ana
Victoria Daza, una de las viajeras, relató a RCN Radio que el vuelo comenzó
normalmente en Guérima, Vichada, pero que poco después notaron que la nave
presentó problemas técnicos que el piloto Jorge Eduardo Delgado trató de
solucionar.
“De un momento a otro y sin que se hubiera reportado alguna novedad por pate
del piloto, vimos cómo él trataba de buscar un claro entre la selva para
aterrizar, pero no le fue posible ya que de un momento a otro nos vimos encima
de los árboles”, aseguró la señora Daza.
Luego relató que todos quedaron aturdidos y despertaron sorprendidos y
asustados al ver que el piloto estaba muerto, la nave incrustada entre un
gigantesco árbol y ellos a varios metros de la superficie. Fue entonces cuando
decidieron bajar deslizándose entre troncos y bejucos, pero temerosos de que
pudieran ser atacados por animales salvajes.
Por su parte, Gilma Luz Gáez relató que durante la noche del viernes y todo el
sábado los siete sobrevivientes —entre los cuales estaban sus hijos Daniel,
Santiago y Diego, de cinco, dos y un año de edad respectivamente— deambularon
perdidos entre la manigua, heridos, con hambre y escuchando los rugidos de las
fieras.
“Sólo el sábado, cuando pudimos encender una hoguera y lanzar señales de humo,
siempre rezando el Rosario, las avionetas nos avistaron en un claro de la
selva. Luego aparecieron los helicópteros y pudieron rescatarnos uno por uno”,
dijo la mujer que se desempeña como administradora de una hacienda del Vichada.
Ana Victoria, Gilma, el soldado José Antonio Lozano —que viajaba a
Villavicencio para ser tratado de paludismo—, el ingeniero eléctrico Vitelbo
Mellao y los tres pequeños no tienen heridas de consideración. Algunos están en
sus casas y otros se recuperan en hospitales de Villavicencio.
Al recordar su odisea en el aire y en la selva, las dos mujeres repiten una y
otra vez que haber salvado sus vidas y las de sus compañeros “fue un auténtico
milagro de Dios”.
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