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Corre la Voz!
Cristo Resucitó, y está en la Red!
Mensajes y
Reflexiones Pan y Vida.
"Advertencia: El contenido de este mensaje es altamente
Cristoradioactivo, por lo que al leerlo puede crear hábito y consecuencias de
trascendencia eterna para el lector y los que le rodean". Atte. Pan y Vida
(Romanos 1,6).
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9 de Mayo,
Santa María Mazzarello,
Fundadora. Año 1881.
Nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese, Italia. Siendo una secilla
campesina, pobre e ignorante, llegó a ser la Fundadora de la que es hoy la
segunda Comunidad religiosa femenina en el mundo (en cuanto a número de sus
religiosas) la Comunidad de hermanas Salesianas.En su vereda de Valpomasca no
había campesino que fuera capaz de superar en el trabajo a María Mazzarello. Y
cuando estaban desyerbando los campos o recogiendo las cosechas, los
trabajadores exclamaban: "Lo que nos humilla es que siendo nosotros hombres
fornidos, sin embargo siempre nos gana esta muchacha en cuanto a rendimiento en
el trabajo".
A las cuatro de la madrugada se levantaba cada día, y después de arreglar
todo lo que se necesitaba en casa para el trabajo del día, se dirigía hacia el
pueblo, por caminos unas veces llenos de nieve o de barro y otras muy
polvorientos, a asistir a la Santa Misa. A las siete de la mañana ya estaba de
vuelta en casa para emprender las tareas agotadoras de la jornada campesina. Y
durante el día desde el campo donde trabajaba dirigía de vez en cuando la vista
hacia la lejana torre parroquial para ofrecer a Nuestro Señor las labores que
hacía. Al llegar a casa se asomaba a la ventana de su casa de Valpomasca y desde
allí, mirando a la distante torre de la Iglesia de su parroquia, adoraba al
Santísimo Sacramento. Y Dios supo premiar su piedad y fervor, pero de un modo
que nadie se esperaba.
Cuando tiene 15 años, estalla en Mornese una terrible epidemia de tifo
negro. María Mazzarello se dedica a atender a los enfermos con enorme
generosidad y logra que muchos sanen y salven su vida. Pero ella se contagia y
llega al extremo de que ya todos creen que se va a morir. Sin embargo se
encomienda con toda fe a la Sma. Virgen y la Madre Celestial le concede de
manera admirable su curación. Pero le sucede algo inesperado: ella que antes
había sido la más fornida campesina de su vereda queda totalmente débil y sin
fuerzas para dedicarse a las labores del campo. Era un plan secreto de Dios para
que se dedicara a otra labor que el cielo le tenía señalada.
Entonces con su hermana y una amiga se fue donde el mejor sastre del pueblo
y le pidió que le diera clases de costura y sastrería, y en pocos meses llegó a
ser una excelente modista. Y con sus compañeras puso un taller de costura para
las niñas pobres.
San Juan Bosco y María Mazzarello tienen extraordinario parecido en el
método que emplearon para salvar almas y en la clase de gentes a las cuales se
dedicaron a educar. Y lo curioso es que en sus primeros 25 años María Mazzarello
ignora totalmente quién es Don Bosco y qué es lo que hace ese gran apóstol, y
Don Bosco no sabe absolutamente nada de esta santa mujer. Y sin embargo los dos
emprenden obras de apostolado totalmente semejantes. El para los muchachos y
ella para las niñas.
De niña se propuso Mazzarello: "En catecismo no me dejaré ganar por ninguno
en la clase". Y así lo logró. Aunque no fue a la escuela, sin embargo se
aprendió de memoria todo el catecismo y logró entender muy bien las
explicaciones que le daban. Y con esta excelente provisión en su memoria se
propuso lograr que las niñas del pueblo adquirieran también una excelente
instrucción religiosa. Para ello fundó un "Oratorio" o escuela de catecismo para
la niñez femenina. Ella y sus amigas les enseñaban costura y otras artes caseras
y les proporcionaban muy agradables recreos y bulliciosos paseos, mientras iban
consiguiendo que las jovencitas aprendieran muy bien la religión y observaran
excelente comportamiento en casa y fueran a misa y recibieran los sacramentos.
Eso mismo estaba haciendo San Juan Bosco en otra ciudad, en Turín con los
muchachos.
El Padre Pestarino observó que en María Mazzarello y sus amigas, aunque no
eran instruidas, sin embargo había gran caridad para con los necesitados y un
enorme amor a Dios y fuertes deseos de conseguir la santidad. Y entonces las
reunió en una Asociación Juvenil que se llamó "De María Inmaculada". El mismo
las confesaba, les daba instrucción religiosa y las defendía contra los que
querían destruirles su obra de apostolado.
Viajando en el tren se encontró el Padre Pestarino con San Juan Bosco. El
Sumo Pontífice le había dicho a Don Bosco "¿Por qué no funda una Comunidad de
mujeres para que se dedique a hacer en favor de las muchachas lo que Ud. y sus
salesianos hacen en favor de los muchachos?". Eso le quedó zumbando en los oídos
al gran santo.
En esto estaba pensando cuando Dios vino a hablarle por medio de un sueño
misterioso. Vio el santo en sueños que muchas niñas pobres salían a su encuentro
suplicándole con insistencia y diciéndole: "¿Por qué no se preocupa también de
nuestra educación? ¿Es que las niñas no tenemos también un alma que salvar, como
la tienen los muchachos?". Meditando estaba Don Bosco en todo esto cuando se
encontró en el tren con el Padre Pestarino, el cual le contó que en su pueblo de
Mornese tenía un grupo de muchachas muy fervorosas, las cuales estaban haciendo
respecto a las niñas, lo mismo que él estaba haciendo en Turín por los
muchachos. Y lo invitó a que fuera a encargarse de dirigirlas. Al santo le
pareció formidable la idea, y anunció que pronto iría a visitar aquella bella
obra.
En la vida de Mazzarello hay una fecha que jamás podrá olvidar, porque
marcó para siempre el rumbo de su vida. Es el 7 de octubre de 1864, el día en
que San Juan Bosco fue por primera vez a Mornese. Aquella fue una fecha
emocionante e inolvidable. Todo el pueblo salió recibir al santo y a sus jóvenes
alumnos que con una alegre banda musical venían a visitarlos. En bellísimo
caballo blanco entró Don Bosco por las calles de la población, adornadas con
flores y banderas. Los hombres habían ido a varios kilómetros de distancia a
encontrarlo, y las mujeres y los niños llenaban las calles y gritaban vivas y
aplaudían. Todos estaban convencidos de que era un hombre de Dios, un gran
santo. Y además era extraordinariamente amable y alegre, y amigo de los niños y
de los pobres.
Mazzarello no había visto nunca a Don Bosco, pero esa noche, apenas le oyó
su primer sermón quedó encantada y llena de admiración. Y en esos días siempre
que el santo hablaba, ella se colocaba en las primeras filas para oírle mejor y
no perderle palabra alguna. A sus compañeras que la reprendían por meterse allá
entre ese montón de hombres, a escucharle, ella les decía: "Es que mi corazón me
dice que es un santo, y a los santos no se les puede perder palabra". La amistad
con Don Bosco hizo crecer a pasos agigantados en santidad a la muchacha de
Mornese.
Don Bosco constató que aquellas muchachas que dirigía el Padre Pestarino
eran excelentes candidatas para ser religiosas, y con ellas fundó la Comunidad
de Hijas de María Auxiliadora, o salesianas, que hoy en día son más de 16,000 en
75 países, y su Congregación es la segunda en número en todo el mundo.
El santo fue a comunicarle la bella noticia al Santo Padre el Papa Pío IX,
el cual la aprobó con gran alegría y así el 5 de agosto de 1857 nació
oficialmente esta gran congregación religiosa a la cual Don Bosco la declaró "Un
Monumento de gratitud a María Auxiliadora".
Como Superiora de la nueva Comunidad fue elegida por unanimidad María
Mazzarello, y aunque ella se negaba a aceptar, diciendo que era una mujer muy
ignorante, sin embargo San Juan Bosco respondió: "Dios le ha dado unas
excelentes cualidades para ser superiora, y muy bien se merece este cargo". Y
tuvo que aceptar, y fue Superiora General hasta su muerte y obtuvo resultados
asombrosos, por su fe y su humildad.
María Mazzarello apenas medio sabía leer y escribir. Y siendo Superiora
General se dedicó a hacer cuarto de primaria entre las niñas pequeñitas, cuando
ella ya tenía 34 años. Era un ejemplo que impresionaba mucho.
Era el año 1881. Madre Mazzarello ya llevaba 10 años de Superiora, con gran
satisfacción de todas sus súbditas, y gozaba de buena salud. Pero un día le
ofreció a Dios su vida, por la salvación de una muchacha que estaba en peligro
de perder la fe, y Dios tiene buenos oídos para escuchar estos ofrecimientos y
aceptó la propuesta. Y le vino la terrible enfermedad de la pluresía
(inflamación de las membranas que cubren el pulmón). Sabiendo que a San Juan
Bosco le había concedido Dios el don de conocer el futuro, le preguntó si ella
se curaría de esa enfermedad y el santo le respondió de una manera muy extraña.
Le dijo así:
"Le voy a contar una parábola. Un día llegó la muerte a una casa de
religiosas y le dijo a la portera: ¡Venga conmigo a la eternidad!. Pero la
portera le respondió: Tengo mucho oficio en la portería y no me puedo alejar de
aquí. Entonces pasó la muerte a la cocina y le dijo a la hermana cocinera:
¡Venga conmigo a la eternidad!. Pero la hermana cocinera le dijo: Tengo tanto
que cocinar. ¡No puedo acompañarla!. Y la muerte fue donde la Superiora y le
dijo: Ud. tiene que dar a las demás ejemplo de obediencia. ¡Venga conmigo a la
eternidad!. Y la superiora, para dar ejemplo, se fue a la eternidad con la
muerte".
Madre Mazzarello entendió lo que le decía el santo, inclinó la cabeza y
aceptó tener que morirse tan joven. Y en plena vida, a los 44 años, el 14 de
mayo de 1881, después de cantar un himno a la virgen Santísima, expiró
santamente. Sus tres grandes amores fueron la Eucaristía, María Auxiliadora y la
juventud pobre para educarla y salvarla. Madre Mazzarello pídele a Dios para
cada uno de nosotros esos tres grandes amores.
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