Santa Marta
Marta significa: "señora; jefe de hogar".
En Betania, un pueblecito cercano a Jerusalén, vivía una familia de la cual
dice el Evangelio un elegio hermosísimo: "Jesús amaba a Marta, a María y a su
hermano Lázaro". Difícil encontrar un detalle más simpático acerca de alguna
familia: eran muy amados por Jesús.
Los dos primeros años de su apostolado, Jesús estuvo la mayor parte del
tiempo en la provincia de Galilea, al norte de su país. Pero en el tercer año se
trasladó a Judea, en el sur, y con él sus discípulos. En Jerusalén era bastante
peligroso el quedarse por las noches porque los enemigos le habían jurado guerra
a muerte y buscaban cualquier ocasión propicia para matar al Redentor. Pero
allí, a cuatro kilómetros de Jerusalén, había un pueblecito tranquilo y amable y
en él un hogar donde Jesús se sentía bien. Era el hogar de Marta, María y
Lázaro. En esta casa siempre había una habitación lista y bien arreglada para
recibir al Divino Maestro, cualquier día a la hora en que llegara. Y tres
corazones verdaderamente amigos de Jesús, le esperaban con afecto fraternal.
Allí Jesús se sentía como en su casa. (S. Marta es la patrona de los hoteleros,
porque sabía atender muy bien). Con razón dice el Evangelio que Jesús amaba a
Marta, a María y a Lázaro. Que bueno fuera que de cada uno de nuestros hogares
se pudiera decir lo que la Biblia afirma del hogar de estas tres afortunadas
personas.
Famosa se ha hecho la escena que sucedió un día en que Jesús llegó a
Betania con sus 12 apóstoles y las santas mujeres (mamás de algunos apóstoles,
etc). Marta corría de allá para acá preparando los alimentos, arreglando las
habitaciones, llevando refrescos para los sedientos viajeros. Jesús como
siempre, aprovechando aquellos instantes de descanso, se dedicó a dar sabias
instrucciones a sus discípulos. Oír a Cristo es lo más hermoso que pueda
existir. El estaba sentado en un sillón y los demás, atentísimos, sentados en el
suelo escuchando. Y allí, en medio de todos ellos, sentada también en el suelo
estaba María, la hermana de Marta, extasiada,oyendo tan formidables
enseñanzas.
De pronto Marta se detiene un poco en sus faenas y acercándose a Jesús le
dice con toda confianza: "Señor, ¿cómo te parece que mi hermana me haya dejado a
mí sola con todo el oficio de la casa? Por qué no le dices que me ayude un poco
en esta tarea?".
Y Jesús con una suave sonrisa y tono bondadoso le responde: "Marta, Marta,
te afanas y te preocupas por muchas cosas. Sólo una cosa es necesaria. María ha
escogido la mejor parte, la que no le será quitada". Marta entendió la lección y
arremangándose el delantal, se sentó también allí en el suelo para escuchar las
divinas instrucciones del Salvador. Ahora sabía que todos los afanes materiales
no valen tanto como escuchar las enseñanzas que vienen del cielo y aprender a
conseguir la eterna salvación.
Narra San Juan en el capítulo 11 "Sucedió que un día Lázaro se enfermó, se
agravó y empezó a dar señales muy graves de que se iba a morir. Y Jesús estaba
lejos. Las dos hermanas le enviaron un empleado con este sencillo mensaje: Señor
aquel que tú amas, está enfermo. Que bello modo de comunicarle la noticia.
Sabemos que lo amas, y si lo amas lo vas a ayudar.
Pero Jesús (que estaba al otro lado del Jordán) no se movió de donde
estaba. Un nuevo mensajero y Jesús no viene. A los apóstoles les dice: "Esta
enfermedad será para gloria de Dios". Y luego les añade: "Lázaro nuestro amigo
ha muerto. Y me alegro de que esto haya sucedido sin que yo hubiera estado allí,
proque ahora váis a creer".
A los cuatro días de muerto Lázaro, dispuso Jesús dirigirse hacia Betania,
la casa estaba llena de amigos y conocidos que habían llegado a dar el pésame a
las dos hermanas. Tan pronto Marta supo que Jesús venía, salió a su encuentro y
le dijo: Oh Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano; pero aún
ahora yo sé que cuánto pidas a Dios te lo concederá.
Jesús le dice: "Tu hermano resucitará".
Marta le contesta: Ya sé que resucitará el último día en la resurrección de
los muertos.
Jesús añadió: Yo soy la resurreción y la vida. Todo el que cree en mí,
aunque haya muerto vivirá ¿Crees esto?
Marta respondió: Sí Señor; yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios,
el que tenía que venir al mundo.
Maravillosa profesión de fe hecha por esta santa mujer. Dichosa Marta que
hizo decir a Jesús verdades tan formidables.
Jesús dijo: "¿Dónde lo han colocado?" Y viendo llorar a Marta y a sus
acompañantes, Jesús también empezó a llorar. Y las gentes comentaban: "Mirad
cómo lo amaba".
Y fue al sepulcro que era una cueva con una piedra en la entrada. Dijo
Jesús: "Quiten la piedra". Le responde Marta: "Señor ya huele mal porque hace
cuatro días que está enterrado". Le dice Jesús "¿No te he dicho que si crees
verás la gloria de Dios?". Quitaron la piedra y Jesús dijo en voz alta: "Lázaro
ven afuera". Y el muerto salió, llevando el suadrio y las vendas de sus
manos.
Santa Marta bendita, no dejes de rogar a Jesús por tantos Lázaros muertos
que tenemos en nuestras familias. Son los que viven en pecado mortal. Que Cristo
el Salvador venga a nuestros hogares y resucite a los que están muertos por el
pecado y los libre de la muerte eterna, por medio de una verdadera
conversión.
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