Queridos amigos,
Hace unos minutos recibí una llamada de mi tierra natal
Costa Rica, diciendo que una señora a la cual yo la quería como mi
abuelita murió.
Yo que tuve la dicha de tratar con ella, fue una persona
muy especial. Me dejo una sabiduría enorme.
Lamentablemente nosotros los que dejamos nuestro pueblo,
país, nos arriesgamos a que nos hagan una llamada como esa.
Nuestro consuelo es que un día, no muy lejos nos
encontraremos con ellos en el más allá.
Omar Jiménez