Asunto: | [panyvidasantos] 184. San Alberto Magno, San José Pi gnatelli, San Malo.. | Fecha: | Jueves, 14 de Noviembre, 2002 21:33:11 (EST) | Autor: | Saabkoki <Saabkoki @...com>
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15 de Noviembre
184. San Alberto Magno, San José Pignatelli, San
Malo...
San Alberto Magno, obispo y doctor d
e la Iglesia
Nació en Lavingen, Suavia, el
año 1193. Hijo de familia noble, tuvo una juventud de
spreocupada, dedicado con frecuencia a la caza a orill
as del Danubio. Estudió en la Universidad de Padua. U
n día oyó allí predicar al Beato Jord¡n de Sajonia
, General de los Dominicos, y una luz súbita le trans
formó. Al bajar Jord¡n del púlpito, Alberto le pidi
ó el h¡bito dominico. Tenía entonces treinta años.
Este suceso parte su vida en dos. Empieza ah
ora una nueva etapa que se resume en tres tareas, que
colmar¡n su vida: rezar, estudiar, enseñar.
Pero estas tres tareas no estaban separadas. Las real
izaba simult¡neamente, como actividades complementari
as, que se apoyaban y nutrían mutuamente, como partes
integrantes de su personalidad.
Sólo algún
pequeño paréntesis le interrumpió: dos años como
Obispo de Ratisbona, el provincialato, el ser predicad
or de la Corte pontificia y de la 8a. Cruzada, por ord
en de Urbano IV, y su asistencia al II Concilio de Lyo
n.
Adem¡s de ser un hombre de oración, fue
un hombre de estudio. El resultado fue un GRAN PROFESO
R. Enseñó en Friburgo, Laussana, Ratisbona, Estrasbu
rgo, y sobre todo en París y Colonia. Se le ha llamad
o el DOCTOR UNIVERSAL, por su saber enciclopédico, ex
perto en todos los ramos del saber. En sus obras apare
ce el sabio, el filósofo, el teólogo y el místico.<
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Fue un forjador de grandes maestros: San Buen
aventura, Bacon, Hales, Duns Scoto y otros. Y el m¡s
ilustre, Sto. Tom¡s de Aquino. Alberto lo descubrió
y estimuló. Cuando algunos condiscípulos apodaban a
Tom¡s como "el buey mudo", Alberto les corregía, dic
iéndoles: "sí, pero sus mugidos conmover¡n el mundo
". Tom¡s recogió de Alberto la tradición filosófic
a y teológica.
Y junto al sabio: el místico
y el santo. La armonía que supo encontrar entre la c
iencia y la fe, la vivía en todos los aspectos de la
vida: rectitud, lealtad, caridad. Sus devociones prefe
ridas, en las que se refugiaba para alimentar su espí
ritu, eran la misa, la pasión de Cristo y la Virgen M
aría. Era un sabio humilde, que sabía que todo lo re
cibía de Dios. Y era un sabio caritativo que todo lo
comunicaba a los dem¡s.
Siempre luchó por d
efender la Verdad, no por defender lo que creyera que
eran sólo opiniones suyas. Pasó sus últimos años e
n Colonia, a orillas del Rhin, prepar¡ndose para el t
r¡nsito final. Pide conocer el lugar de su sepultura,
y ante él reza todos los días su mismo oficio de di
funtos. La muerte le sorprendió orando y trabajando,
como había vivido siempre: Dando los últimos retoque
s a un tratado sobre el Santísimo Sacramento. Murió
el año 1280.
San José Pignatelli (1737-1811
)
De noble familia napolitana y aragonesa, y
nacido en Zaragoza, España, José entró en la Compa
ía de Jesús justo cuando ésta había sido expulsad
a de España por el rey Carlos III. Vivió en Italia,
sin recursos, y se vio reducido junto con sus compañe
ros. Desplegó una gran actividad, en Ferrara y Boloni
a, reorgani-zando la Compañía, de la que pronto ser
a provincial.
En tiempos tan adversos, fue
el hombre sereno, fuerte y prudente, espiritual por en
cima de todo, caritativo de forma legendaria y tenaz c
omo buen aragonés. Alto, muy flaco, de cara alargada,
con una gran nariz. La boca sumida y sin dientes, pod
ía parecer una caricatura de un jesuita maquiavélico
, pero en realidad fue una mezcla armoniosa de hijo de
san Ignacio y sabio del siglo XVIII.
Era pia
dosísimo, cortés y afable, distinguido en su porte y
docto en antigüedades, gran conocedor de idiomas y a
mante de los libros. Se puede decir que fue un ilustra
do en la santidad.
San Malo (+640)
Nació en Clamorgen, Gales, Inglaterra. Fue monje de l
a abadía de Llancarvan y con el objeto de evangelizar
a los bretones, Malo desembarcó en la desembocadura
del río Rance, no lejos de la localidad que lleva hoy
su nombre en Francia: Saint Malo. Los habitantes de e
sta región eran tan salvajes que decidió comenzar po
r ellos. A fuerza de celo y coraje, acabó por hacer u
n poco m¡s cristiano al país. Sin embargo, al cabo d
e veinte años, “el diablo vino a sembrar cizaña en
tre sus feligreses”. Convencido de que allí iba a p
erder un tiempo precioso para el apostolado refutando
calumnias, resolvió traspasar el obispado y se dirigi
ó a Aquitania. Se detuvo en Saintonge, donde el crist
ianismo se había extendido poco, y en esa tierra fina
lizó su vida tras haber convertido a muchas almas.
Beato Arturo (1539)
Murió m¡rtir p
or no querer reconocer a Enrique VII como jefe espirit
ual de Inglaterra. En su abadía de Glastonbury fueron
descubiertas las bulas papales, un escrito contra el
divorcio del rey y una Vida de Santo Tom¡s Beckett: t
odo eso era prueba irrefutable de que esos monjes “t
enían el espíritu corrupto y de que eran traidores a
Su Majestad”. Por esta ”prueba”, Arturo y otros
monjes fueron ejecutados.
San Leopoldo (sigl
o XI)
Reinó cuarenta años en Austria y lleg
ó a ser padre de dieciocho hijos. Fue un gobernante v
irtuoso y preocupado por el bienestar de sus súbditos
. Era conocido como el Padre de los pobres. No hacía
la guerra m¡s que cuando sus enemigos le forzaban, y
para colmo, les derrotaba. Fundó numerosas abadías d
e las cuales subsisten tres todavía: Heiligenkreuz, K
losterneuburg y Mariazell.
* La Ley de D
ios nunca se contrapone a las leyes físicas, puesto q
ue Él es el autor de ambas. Es obligación de todo cr
istiano prepararse intelectual y doctrinalmente, segú
n su talento, para defender a la Iglesia en todos los
campos del saber humano.
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