*
¡Alégrate!
¡Cristo Resucitó, y está
en la Red!
Servicio Católico de Evangelización Pan y
Vida.
www.mensajespanyvida.org
E-mail: administracion@mensajespanyvida.og
Pan y Vida pone
a tú disposición un servicio en línea gratuito de consultas sobre
doctrina, teología y cuestiones relacionadas con la Fe, a cargo del P.
Pedro Hernández Lomana Claretiano y el Padre Juan Manuel
Toro.
Envíe su consulta enviando un correo a: preguntas@mensajespanyvida.org
*
30 de Enero San
Fulgencio de Ruspe, obispo. Año 533
Nace en Cartago, Africa, hacia
el año 468.
Fulgencio significa:
resplandeciente, brillante.
Aprendió a hablar perfectamente el
griego y el latín y resultó ser un excelente administrador. Por eso fue
nombrado tesorero general de la provincia donde vivía. Pero alarmado
ante los peligros de pecar que hay en el mundo, y desilusionado de lo
que lo material promete y no cumple, dispuso dedicarse a la vida
espiritual.
Lo conmovió profundamente el leer
un sermón que San Agustín hizo acerca del bellísimo Salmo 36 que dice:
"No envidies a los que se dedican a obrar mal, porque ellos se secarán
pronto como la hierba. Dedícate a hacer el bien y a confiar en el Señor,
y El te dará lo que pide tu corazón". Desde entonces se dedicó a leer
libros espirituales, a orar, a visitar templos y a mortificarse en el
comer y en el beber.
A los 22 años llegó a un monasterio
y pidió ser admitido como religioso. El Superior, viendo que era un
hombre de mundo y de negocios, le dijo: "Primero aprenda a vivir en el
mundo sin dedicarse a placeres prohibidos. ¿Se imagina que va a ser
capaz de pasar una vida llena de dinero y de comodidades a una vida de
pobreza y de ayunos como es la de los monjes?". Pero Fulgencio le
respondió humildemente: ¿Padre: el buen Dios que me ha iluminado que me
conviene hacerme religioso, no me concederá la fuerza y el valor para
soportar las penitencias de los religiosos? Esta amable respuesta
impresionó al superior, el cual lo admitió a hacer la prueba de ser
monje.
Esta noticia conmovió a toda la
ciudad. Pero la mamá se fue a la puerta del convento a gritar que
Fulgencio debía dedicarse a administrar los bienes materialds, porque
para ello tenía muy buenas cualidades. Tanto insistió aquella mujer que
Fulgencio tuvo que huir de noche e irse a un convento a otra ciudad.
El año 499 una tribu de feroces
guerreros de Numidia obligó a los religiosos a salir huyendo. Fulgencio
llegó a la ciudad de Siracusa en Sicilia, Italia. Luego llegó a Roma y
allí al ver las impresionantes ceremonias llenas de tanta solemnidad
exclamó: "Dios mío: si aquí hay tanto esplendor, ¿Cómo será en el
cielo?".
Volvió a su patria y fue nombrado
obispo de la ciudad de Ruspe en Túnez. Como obispo siguió vistiendo
pobremente y sacrificándose como un humilde monje. Siempre llevaba su
traje pobre y desteñido de religioso mortificado. Jamás comía carne. Si
alguna vez tomaba vino lo mezclaba con agua. Rezaba cada día más de 12
Salmos. Muchas veces viajaba descalzo.
Pero las gentes admiraban su
atractiva amabilidad, y su gran humildad. Era querido y estimado por
todos. E invitaba a muchos jóvenes a irse de monjes, y para ello
construyó un monasterio cerca de la casa episcopal.
Un rey hereje expulsó a todos los
jefes de la Iglesia Católica del norte de Africa y los envió a la isla
de Cerdeña. Allí desterrado, Fulgencio se dedicó a escribir contra los
herejes arrianos (que niegan que Jesucristo es Dios) y al rey le
impresionaron tanto los escritos de este santo que le pidió que no los
propagara. Le permitió volver al Africa, pero allá los herejes al oír lo
bien que hablaba Fulgencio en defensa de la religión católica, pidieron
que fuera desterrado otra vez.
Al salir hacia el destierro les
dijo a los católicos que lloraban: "No se afanen. Pronto volveré y ya no
me volverán a desterrar". Y así sucedió. Poco después murió el rey
hereje (Trasimundo) y su sucesor (Hilderico) permitió que todos los
católicos desterrados volvieran a su país.
La gente de Cartago (Africa) salió
en grandes multitudes a recibir a Fulgencio. Como durante el desfile se
desató un fuerte aguacero, los cristianos hicieron un toldo con sus
mantos y allí llevaron a su queridísimo obispo.
San Fulgencio predicaba tan
sumamente bien, que el obispo de Cartago, Bonifacio, decía: "No puedo
oírle predicar sin que las lágrimas se me vengan a los ojos y sin que la
emoción me llene totalmente. Bendito sea Dios que le dio tan grande
sabiduría al obispo Fulgencio. En verdad se merece el nombre que tiene,
nombre que significa el resplandeciente, el brillante".
Los últimos años sufría mucho por
varias enfermedades y exclamaba frecuentemente: "Señor: ya que me mandas
sufrimientos, envíame también la paciencia necesaria para soportarlos.
Acepto en esta vida los sufrimientos que permites que me llegue, y en
cambio te pido tu perdón y tu misericordia y la vida eterna".
Murió a los 66 años, en enero del
año 533. Se había propuesto imitar en todo lo posible a San Agustín y lo
consiguió admirablemente. Tanta era la estimación que la gente sentía
por él que no le permitieron que fuera enterrado en otro sitio sino
debajo del altar mayor en la Catedral. Aún hoy día, en los libros de
oraciones de los sacerdotes hay varios sermones de San Fulgencio de
Ruspe, gran sabio y gran santo.
Fuente: www.churchforum.org
Visita nuestros
Patrocinadores:
_______________________________________
Ayuda a promocionar "La Pasión"
Actor, productor, y director americano Mel Gibson, acaba de
finalizar recientemente el rodaje de una película titulada LA PASIÓN. La
película es una vívida narración de las últimas doce horas de la vida de
Jesucristo. Protagonizada por el actor americano James Caviezel en el
papel de Jesús y la actriz italiana Mónica Belluci en el papel de Maria
Magdalena. Para mas información sobre la película, visite la página de
Web:
http://www.aciprensa.com
/reportajes/passion.htm
Atención: ¡Sea
parte también de Pan y Vida, anunciándose en nuestro sitio y nuestras
listas de correos. Tarifas: 4 veces al mes (Cada semana) $20. Más
información con Julio a: Julio@mensajespanyvida.org