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¡Alégrate!
¡Cristo Resucitó, y está
en la Red!
Servicio Católico de Evangelización Pan y
Vida.
www.mensajespanyvida.org
E-mail: administracion@mensajespanyvida.og
"Estoy seguro que ni
la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo
presente, ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura, ni la
profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios
manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos, 37-39.
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Antes de
comenzar:
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Comenzamos la Semana Santa, la Semana
Mayor y nuestra Madre Iglesia nos recomienda leer durante la semana
las lecturas de la liturgia de cada día.
Y por que nos preocupa mucho
su crecimiento espiritual hemos decido ofrecerles a ustedes la
posibilidad de que les llegue en sus correos la Liturgia
diaria para que juntos podamos escuchar y escudriñar lo que
Dios nos quiere decir. Par aquellos que quieran recibirlo escriban
a: listas@iple.org).
También recomendamos leer la Meditación del
Evangelio para que podamos entender lo que nos quiere decir el
Señor. Para recibirlo escriban a: Evangelio@mensajespanyvida.org .
Nuestro objetivo siempre será ayudarlos a que crezcan
espiritualmente y es por eso que en esta Semana Santa ofrecemos
todos estos servicios gratuitos a nuesros hermanos en Cristo
Crucificado.
De parte de todos los que trabajamos para servirles,
les deseamos una muy bendecida Semana Santa.
7 de Abril San Juan Bautista de la Salle,
educador. (año 1719).
Es el fundador de los Hermanos Cristianos y nació en
Francia en 1651.Nació en Reims y murió en Rouen, las dos ciudades que
hizo famosas Santa Juana de Arco.
Su vida coincide casi exactamente con los años del
famoso rey Luis XIV.
Probablemente su existencia habría pasado desapercibida
si se hubiera contentado con vivir de acuerdo a su clase social
adinerada, sin preocuparse por hacer ninguna obra excepcional en favor
del pueblo necesitado. Pero la fuerza misteriosa de la gracia de Dios
encontró en él un instrumento dócil para renovar la pedagogía y fundar
las primeras escuelas profesionales y las más antiguas escuelas normales
y fundar una Comunidad religiosa que se ha mantenido en principalísimos
puestos en la educación en todo el mundo. Este santo fue un genio de la
pedagogía, o arte de educar.
Si San Juan Bautista de la Salle viviera hoy aquí en la
tierra abriría los ojos aterrado al ver que la educación se ha
secularizado, o sea se ha organizado como si Dios no existiera y sólo se
preocupa por hacer de los seres humanos unos animalitos muy buen
amaestrados, pero sin fe, sin mirar a la eternidad ni importarle nada la
salvación del alma. Porque para él, lo imprescindible, lo que constituía
su obsesión, era obtener la salvación del alma de los educandos y
hacerlos crecer en la fe. Si no hubiera sido por estos dos fines, él no
habría emprendido ninguna obra especial, porque esto era lo que en
verdad le interesaba y le llamaba la atención: hacer que los educandos
amaran y obedecieran a Dios y consiguieran llegar al reino eterno del
cielo.
Juan Bautista había estudiado en el famoso seminario de
San Suplicio en París y allí recibió una formidable formación que le
sirvió para toda su vida. Fue ordenado sacerdote y por su posición
social y sus hermosas cualidades parecía destinado para altos cargos
eclesiásticos, cuando de pronto al morir su director espiritual lo dejó
como encargado de una obra para niños pobres que el santo sacerdote
había fundado: una escuela para niños y un orfelinato para niñas pobres,
dirigido por unas hermanitas llamadas de El Niño Jesús. Allí en esa obra
lo esperaba la Divina Providencia para encaminarlo hacia la gran obra
que le tenía destinada: ser el reformador de la educación.
La Salle le dio un viraje de 180 grados a los antiguos
métodos de educación. Antes se enseñaba a cada niño por aparte. Ahora La
Salle los reúne por grupos para darles clases (en la actualidad eso
parece tan natural, pero en aquel tiempo era una novedad). Antiguamente
se educaba con base en gritos y golpes. El padre Juan Bautista
reemplazaba el sistema del terror por el método del amor y de la
convicción. Y los resultados fueron maravillosos. La gente se quedaba
admirada al ver cómo mejoraba totalmente la juventud al ser educada con
los métodos de nuestro santo.
No les enseñaba solamente cosas teóricas y abstractas,
sino sobre todo aquellos conocimientos prácticos que más les iban a ser
de utilidad en la vida diaria. Y todo con base en la religión y la
amabilidad.
La Salle empezó a reunir a sus profesores para
instruirlos en el arte de educar y para formarlos fervorosamente en la
vida religiosa. Y con los más entusiastas fundó la Comunidad de Hermanos
de las Escuelas Cristianas que hoy son unos 15,000 en más de mil
colegios en todo el mundo. Y siguen siendo una autoridad mundial en
pedagogía, en el arte de educar a la juventud. El éxito de los Hermanos
Cristianos fue inmenso desde el principio de su congregación, y ya en
vida del santo abrieron colegios en muchas ciudades y en varias
naciones. Un 15 de agosto los consagró San Juan Bautista a la Santísima
Virgen y han permanecido fervorosos propagadores de la devoción a la
Madre de Dios.
Al principio algunos le fallaron porque el santo era tan
bondadoso que no podía imaginar mala voluntad en ninguno de sus
discípulos. Para él todo el mundo era bueno, y por mucho que lo hubieran
ofendido estaba siempre dispuesto a perdonar y a volver a recibir al que
había faltado. Y tuvo la prueba dolorosísima de ver que algunos lo
engañaron y se dejaron contagiar por el espíritu del mundo. Pero luego
sus asesores lo convencieron para que no aceptara a ciertos sujetos no
confiables y que expulsara a algunos que se habían vuelto indignos. Y el
santo aceptando con toda humildad y mansedumbre los buenos consejos
recibidos procedió a purificar muy a tiempo su congregación.
Siendo de familia muy rica, repartió todos sus bienes
entre los pobres y se dedicó a vivir como un verdadero pobre. Los
últimos años cuando renunció a ser Superior General de su Congregación,
pedía permiso al superior hasta para hacer los más pequeños gastos. Los
viajes aunque a veces muy largos, los hacía casi siempre a pie, y
pidiendo limosna para alimentarse por el camino, durmiendo en casitas
pobrísimas, llenas de plagas y de incomodidades.
Una vez pasó todos los tres meses del crudísimo
invierno, en una habitación sin calefacción y con ventanas llenas de
rendijas y con varios grados bajo cero. Esto le trajo un terrible
reumatismo que durante todo el resto de su vida le produjo tremendos
dolores y las anticuadas curaciones que le hicieron para ese mal lo
torturaron todavía mucho más.
En su juventud, por ser de familia muy adinerada, había
gozado de una alimentación refinada y muy sabrosa. Cuando se dedicó a
vivir la pobreza de una comunidad fervorosa y en la cual, los alimentos
eran rudos y desagradables, tenía que aguantar muchas horas sin comer,
para que su estómago fuera capaz de recibirle esos alimentos tan
burdos.
Su sotana y su manto eran tan pobres y descoloridos, que
un pobre no se los hubiera aceptado como limosna.
Su humildad era tan grande que se creía indigno de ser
el superior de la comunidad. Estaba siempre dispuesto a dejar su alto
puesto y alguna vez que por calumnias dispuso la autoridad superior
quitarlo de ese cargo, él aceptó inmediatamente. Pero todos los Hermanos
firmaron un memorial anunciando que no aceptaban por el momento a ningún
otro como superior sino al Santo Fundador y tuvo que aceptar el seguir
con el superiorato.
No se cansaba de recomendar con sus palabras y sus
buenos ejemplos, a sus religiosos y amigos que la preocupación número
uno del educador debe ser siempre el tratar de que los educandos crezcan
en el amor a Dios y en la caridad hacia el prójimo, y que cada maestro
debe esforzarse con toda su alma por tratar de que los jovencitos
conserven su inocencia si no la han perdido o que recuperen su amistad
con Dios por medio de la conversión y de un inmenso horror al pecado y a
todo lo que pueda hacer daño a la santidad y a todo lo que se oponga a
la eterna salvación.
Pasaba muchas horas en oración y les insistía a sus
religiosos que lo que más éxito consigue en la labor de un educador es
orar, dar buen ejemplo y tratar a todos como Cristo lo recomendó en el
evangelio: "haciendo a los demás todo el bien que deseamos que los demás
no hagan a nosotros".
San Juan Bautista de la Salle murió el 7 de abril de
1619 a los 68 años. Fue declarado santo por el Sumo Pontífice León XIII
en el año 1900. El Papa Pío XII lo nombró Patrono de los Educadores del
mundo entero.
Santo educador: tú que recomendabas que se le concediera
la máxima importancia a la clase de religión, considerándola la más
provechosa de todas en todo colegio y escuela, pídele al buen Dios que
la clase de religión vuelva a estar en primerísimo lugar en nuestros
centros de educación y no vaya a ser reemplazada jamás por otras
asignaturas menos importantes. Y ruégale a Dios que nos envíe muchos y
santos y muy fervorosos profesores de religión.
Fuente: http://www.churchforum.org
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Regalo de Semana Santa a
todos:
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Latinoamericanas en Español a todos los miembros que viven en
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Requisitos: Completar el siguiente
formulario con sus datos personales y responder las preguntas que se
incluyen. Dentro de este correo va anexo el cuestionario.
También puedes hacerlo a la siguiente dirección:
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