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en los días finales de nuestra campaña de recaudación de fondos, que
termina el día 1 de Marzo. Hasta ahora, hemos recibido la ayuda
de 5 personas".
Si reflexiona sobre cómo destina sus recursos en el mes,
tal vez encuentre que un dólar o más, podrían tener otro destino, quizás
más productivo y que no afectaría su presupuesto. Ese hallazgo le
permitirá unirse a esta campaña. ¿No le parece una buena idea al empezar
el año sumarse al esfuerzo de unos pocos pero que llega a muchos y a
través de éstos a muchos otros más?. Dios premiará con creces su
generosidad.
Beneficios: La
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correos por una o dos semanas. (Por ejemplo: Tiene la oportunidad de
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27 de Febrero San
Gabriel de la Dolorosa (año 1862).
El bailarín que
llegó a la santidad.
Nació en Asís (Italia) en 1838. Su nombre en el
mundo era Francisco Possenti. Era el décimo entre 13 hermanos. Su padre
trabajaba como juez de la ciudad.
A los 4 años quedó
huérfano de madre. El papá, que era un excelente católico, se preocupó
por darle una educación esmerada, mediante la cual logró ir dominando su
carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de
mal genio.
Tuvo la suerte de
educarse con dos comunidades de excelentes educadores: los Hermanos
Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas recibidas en el
colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de
la mundanalidad.
El joven era sumamente
esmerado en vestirse a la última moda. Y sus facciones elegantes y su
fino trato, a la vez que su rebosante alegría y la gran agilidad para
bailar , lo hacían el preferido de las muchachas en las fiestas. Su
lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en otro tiempo a
San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y agrado,
pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal
hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban "el enamoradizo". Pero los
amores mundanos eran como un puñal forrado con miel". Dulces por fuera y
dolorosos en el alma.
En una de las 40 cartas
que de él se conservan, le escribe a un antiguo amigo, cuando ya se ha
entrado de religioso: "Mi buen colega; si quieres mantener tu alma libre
de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y de las malas costumbres
tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del asistir a teatros
donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las reuniones
donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre
de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo
hubiera permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi
alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino
amargura, remordimiento y temor y hastío. Perdóname si te di algún mal
ejemplo y pídele a Dios que me perdone también a mí".
Al terminar su
bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus estudios universitarios,
Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave enfermedad. Lleno
de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de religioso.
Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando del
mundo.
Un año después enferma
mucho más gravemente. Una laringitis que trata de ahogarlo y que casi lo
lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la intercesión de un santo jesuita
martirizado en las misiones y promete irse de religioso, y al colocarse
una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda dormido y cuando
despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de su
enfermedad empieza otras vez el atractivo de las fiestas y de los
enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido
como jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan
mundano lo que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para
más tarde el entrar a una congregación de religiosos.
Estalla la peste del
cólera en Italia. Miles y miles de personas van muriendo día por día. Y
el día menos pensado muere la hermana que él más quiere. Considera que
esto es un llamado muy serio de Dios para que se vaya de religioso.
Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan amigo de las
fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la
vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses.
Pero un día asiste a una
procesión con la imagen de la Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le
ha tenido una gran devoción a la Madre de Dios (y probablemente esta
devoción fue la que logró librarlo de las trampas del mundo) y en plena
procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la Virgen y ve que Ella lo
mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en su vida. Ante
esto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle que lo
deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de
su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el
permiso de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres
Pasionistas.
Al entrar de religioso
se cambia el nombre y en adelante se llamará Gabriel de la Dolorosa.
Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y de la Dolorosa,
porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los siete
dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un
hombre totalmente transformado.
Gabriel había gozado
siempre de muchas comodidades en la vida y le había dado gusto a sus
sentidos y ahora entra a una comunidad donde se ayuna y donde la
alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre un
verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás
una queja, ni lo ve triste o disgustado.
Gabriel lo que hacía, lo
hacía con toda el alma. En el mundo se había dedicado con todas sus
fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora, entrado de religioso, se
dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a cumplir exactamente
los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban admirados de
su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo lo que
se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus
prácticas de piedad.
Su vida religiosa fue
breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro
de la Sabiduría: "Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto
premio como si hubiera vivido muchos años".
Su naturaleza protestaba
porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta
en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentí
ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía
muy bien.
Al empezar los estudios
en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras
que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas
por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las
siguientes: "Los que se preparan para ser predicadores o catequistas,
piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores
les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren
llevarnos a nosotros a la eterna salvación". Este consejo tan provechoso
lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo
de su espíritu.
Cuando ya Gabriel está
bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad
de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta
con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le
suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive
todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto
de los Olivos: "Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de
amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad".
La Comunidad de los
Pasionistas tiene como principal devoción el meditar en la Santísima
Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en lo que Cristo sufrió en la
Agonía del Huerto, y en la Flagelación y coronación de espinas, y en la
Subida al Calvario con la cruz a cuestas y en las horas de mortal agonía
que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio por
los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que
lo soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes.
Pero había otra gran
ayuda que lo llenaba de valor y esperanza, y era su fervorosa devoción a
la Madre de Dios. Su libro mariano preferido era "Las Glorias de María",
escrito por San Alfonso, un libro que consuela mucho a los pecadores y
débiles, y que aunque lo leamos diez veces, todas las veces nos parece
nuevo e impresionante. La devoción a la Sma. Virgen llevó a Gabriel a
grados altísimos de santidad.
A un religioso le
aconsejaba: "No hay que fijar la mirada en rostros hermosos, porque esto
enciende mucho las pasiones". A otro le decía: "Lo que más me ayuda a
vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar
que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están
oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por él,
aunque sea regalar a otro un vaso de agua".
Y el 27 de febrero de
1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón
a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus
manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido. Su
alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el premio de sus
buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 25 años.
Poco después empezaron a
conseguirse milagros por su intercesión y en 1926 el Sumo Pontífice lo
declaró santo, y lo nombró Patrono de los Jóvenes laicos que se dedican
al apostolado.
San Gabriel de la
Dolorosa: pídele a la Sma. Virgen por tantos jóvenes tan llenos de
vitalidad y de entusiasmo para que encaucen las enormes fuerzas de su
alma, no a dejarlas perderse en goces mundanos, sino a ganarse un gran
premio en el cielo dedicándose a salvar su propia alma y la de muchos
más.
Fuente: www.churchforum.org
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Pasión"
Actor, productor, y director
americano Mel Gibson, acaba de finalizar recientemente el rodaje de una
película titulada LA PASIÓN. La película es una vívida narración de las
últimas doce horas de la vida de Jesucristo. Protagonizada por el actor
americano James Caviezel en el papel de Jesús y la actriz italiana
Mónica Belluci en el papel de Maria Magdalena. Para mas información
sobre la película, visite la página de Web:
http://www.aciprensa.com
/reportajes/passion.htm

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