30 de Mayo: San
Fernando, Rey. Año 1252.
Fuente: http://www.churchforum.org
Fernando significa:
"valeroso para obtener la paz" (Fer, paz. Nando: valeroso).
San
Fernando es quizás el rey más santo que ha tenido
España.
Era hijo del rey Alfonso IX
y primo hermano del rey San Luis de Francia. Fue un verdadero
modelo de gobernante, de creyente, de padre, esposo y amigo.
Emprendió la construcción de la bellísima catedral de Burgos y de
varias catedrales más y fue el fundador de la famosa Universidad
de Salamanca. San Fernando protegió mucho a las Comunidades
religiosas y se esforzó porque los soldados de su ejército fueran
instruidos lo mejor posible en la religión católica. Instauró el
castellano como idioma oficial de la nación y se esmeró porque en
su corte se le diera importancia a la música y al buen hablar
literario (Su hijo el rey Alfonso el Sabio, será un gran literato
y declarará que su saber se lo debe en gran parte al interés que
su padre tenía porque su instrucción fuera la mejor
posible).
El rey Fernando se rodeó de
doce varones sabios para que lo aconsejaran en todo, y uno de
ellos fue el Arzobispo de Toledo, al cual nombró gobernador de
Castilla. Era un hombre de palabra y cumplía lo prometido aunque
le costara muchos sacrificios. Sus mismos adversarios sabían que
él cumplía siempre los pactos que hacía. Las guerras que hizo
tuvieron por fin liberar a España de la esclavitud en la que la
tenían los moros, y el lograr propagar la religión católica por
todo el territorio de la patria.
En una época en la que había
mucha relajación de costumbres, el rey Fernando llevó una vida de
tal santidad y buen comportamiento, que sus hijos, sus empleados y
hasta sus mismos enemigos reconocían que su vida era un continuo
ejemplo para todos. Por eso cuando se supo la noticia de su
muerte, se veía la multitud llorando por las calles, y hasta los
mismos guerreros se les sentía sollozar de pesar.
Los historiadores de ese
tiempo declararon: "Nada semejante en santidad se había visto
jamás en los reyes de nuestra patria". Y uno de sus biógrafos lo
llamaba: "El santo y bienaventurado rey Don Fernando".
Como todos los santos fue
mortificado y penitente, y su mayor penitencia consistió en tener
que sufrir 24 años en guerra incesante por defender la patria de
los enemigos que querían esclavizarla y quitarle la santa religión
católica. Los sufrimientos de la continua vida en campos de
batallas constituyeron para él un verdadero martirio, sufrido por
Dios y la patria. La guerra la hacía por defender la
religión.
De su primera esposa,
Beatriz, tuvo siete hijos varones y una hija. Cuando murió su
primera esposa, él se volvió a casar y en su segundo matrimonio
tuvo otros cinco hijos. Y a todos se esmeró por darles la más
esmerada educación y una muy buena formación religiosa. Uno de sus
hijos nos dejó un altísimo elogio de su buen padre y entre otras
cualidades cuenta las siguientes:
Hábil jinete, ágil cazador y
buen jugador de ajedrez. Amaba mucho la música y era un buen
cantor, pues tenía una hermosa voz. Apoyaba mucho los conjuntos
musicales y él mismo compuso canciones a la Virgen María. En su
charla era muy ameno, y apoyaba mucho a los artistas,
especialmente en la construcción de hermosas
catedrales.
Antes de contraer su primer
matrimonio pasó una noche entera rezando, pidiendo a Nuestro Señor
que bendijera su nuevo hogar.
Reprimía fuertemente a las
herejías, para que no lograra engañar al pueblo y no les quitaran
la verdadera fe a los sencillos.
En sus cartas se declaraba:
"Caballero de Jesucristo, Siervo de la Virgen Santísima, y Alférez
del Apóstol Santiago (Sus guerreros decían que en algunas batallas
que dirigía San Fernando les parecía sentir por los aires al
Apóstol Santiago protegiéndolos).
El Papa Gregorio Nono, lo
llamó: "Atleta de Cristo", y el Pontífice Inocencio IV le dio el
título de "Campeón invicto de Jesucristo".
A quienes le preguntaban por
qué pasaba noches sin dormir, rezando, el les respondía: "Me quedo
sin dormir, para que Dios los bendiga de tal manera a Uds. que
puedan dormir tranquilos".
Propagaba por todas partes
la devoción a la Sma. Virgen y en las batallas llevaba siempre
junto a él una imagen de Nuestra Señora. Y le hacía construir
capillas en acción de gracias, después de sus inmensas victorias.
Este gran guerrero logró libertar de la esclavitud de los moros a
Ubeda, Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla. Para agradecer a
Dios tan grandes victorias levantó la hermosa catedral de Burgos y
convirtió en templo católico la mezquita de los moros en
Sevilla.
Aborrecía las murmuraciones
y las malas conversaciones, y repetía: "Le tengo más horror a una
lengua murmuradora que a un ejército de moros".
Sintiendo llegada su última
hora se hizo acostar en el suelo sobre un poco de ceniza como
penitencia por sus pecados. Se hizo colocar una soga al cuello
como si fuera un criminal. De rodillas pidió perdón a todos por
cualquier mal ejemplo que les hubiera dado. A sus hijos les fue
dando santos consejos para portarse bien. Tomó en su mano un cirio
encendido en señal de la fe que ardía en su alma, y en éxtasis,
entre dulces plegarias, fue entregando su espíritu a
Dios.
Sobre su tumba escribieron
este bello epitafio: "Aquí yace el muy honrado rey Fernando que
conquistó y libertó a toda España. Fue el más leal, el más franco,
el más humilde, el más respetuoso hacia Dios, el más servicial con
los demás, y el que siempre supo honrar y pagar muy bien a sus
amigos".
San Fernando, rey simpático
y valeroso: pídele a Dios que nos conceda muchos gobernantes con
cualidades tan grandes y maravillosas como las que te concedió a
ti.