26 de Enero: San Timoteo y San
Tito
Fuente: www.churchforum.org
San Timoteo, obispo
y mártir. Año 97. Timoteo
significa: tengo un gran respeto a Dios.
San Timoteo fue un discípulo
muy amado de san Pablo. Era de Listra. Los Hechos de los Apóstoles
dicen: Había en Listra un discípulo llamado Timoteo, hijo de una
mujer judía creyente y de padre griego. Los creyentes de la ciudad
y de los alrededores daban de él muy buenos testimonios. Pablo
quiso que se fuera con él.
San Pablo le impuso las
manos y le confió el misterio de la predicación, y en adelante lo
consideró siempre como un hijo suyo y un discípulo muy amado. En
la carta a los Corintios, el apóstol lo llama "Timoteo: mi hijo
amado" (1 Cor. 4,7) y de la misma manera lo llama en las dos
cartas que le escribió a él.
Timoteo acompañó a San Pablo
en su segundo y tercer viajes misioneros. El apóstol al escribirle
más tarde le recordará lo buena que fue su familia: "Quiero
refrescar el recuerdo de la gran fe que había en tu familia: en tu
abuela Loida y en tu madre Eunice. Que esa fe se conserve en ti,
ya que desde tu más tierna infancia te hicieron leer y meditar las
Sagradas Escrituras" (1 Tim. 1,5;4,14)
La familia de Timoteo
progresó mucho en santidad cuando San Pablo y San Bernabé
estuvieron hospedados en su casa en Listra. Y allí aquella ciudad
les sucedió a los dos apóstoles un hecho muy singular.
Las gentes al ver cómo Pablo
curó instantáneamente a un tullido, bendiciéndolo en nombre de
Jesucristo, se imaginaron que estos predicadores eran dos dioses
disfrazados de homjbres.
Que Bernabé, por alto y
elegante, era Júpiter, y que Pablo, por lo bien que hablaba, era
Mercurio, el mensajero de los dioses y patrono de los oradores. Y
corrieron a llamar a los sacerdotes del Templo de Júpiter, los
cuales llegaron trayendo un toro para ofrecérselo en sacrificio a
los dos dioses. San Pablo se dio cuenta del engaño en que estaban,
y rasgándose la camisa les gritó: "Hombres, nosotros no somos
dioses, somos pobres criaturas como todos ustedes."
Y entonces la situación
cambió por completo. Los judíos incitaron al populacho contra los
predicadores y los apedrearon dejándolos medio muertos. Fueron
llevados a casa de Timoteo y allí les hicieron las curaciones más
necesarias y en la madrugada salieron de la ciudad. Seguramente
que a Timoteo le debió impresionar muy profundamente el modo tan
extraordinariamente heroico y alegre que tenía San Pablo para
ofrecer sus padecimientos por amor a Dios y por la salvación de
las almas, y esto lo movió más y más a dedicarse a seguirlo en sus
trabajos de apostolado.
Después de viajar con él en
sus correrías de predicación por varios países, Timoteo acompañó a
San Pablo en la prisión que tuvo que sufrir en Roma, pues en las
cartas que desde Roma escribió el gran apóstol anuncia que lo está
acompañando Timoteo, su fiel discípulo.
Muy famosas son las dos
cartas de San Pablo a Timoteo. En ellas le recomienda: "Que nadie
te desprecie por tu juventud. Muéstrate en todo un modelo para los
creyentes, por la palabra, la conducta, la caridad, la pureza y la
fe"(1 Tim. 4,12) y hasta desciende a detalles prácticos: "Timoteo:
no tomes sólo agua. Mézclale de vez en cuando un poco de vino, por
tus continuos males de estómago" (1 Tim. 5,23).
El historiador Eusebio dice
que San Pablo nombró a Timoteo como obispo de Efeso, y San Juan
Crisóstomo afirma que fue nombrado presidente de los obispos de
esa región. Se cuenta también que en tiempos del emperador
Domiciano, hacia el año 97, Timotio fue martirizado, apaleado y
apedreado por haber tratado de impedir una fiesta muy corrompida
en aquella ciudad.
San Juan Crisóstomo y San
Jerónimo narran que junto a los restos o reliquias de San Timoteo,
los cristianos obtenían muy grandes favores de Dios (y ojalá los
obtengamos también hoy nosotros al recordarlo con
cariño).
Lo que más simpatía le atrae
a San Timoteo es haber sido discípulo siempre fiel y muy preferido
del gran San Pablo. (Que bueno que él nos prendiera un poquito de
su aprecio por las palabras de tan gran apóstol).
San Tito, obispo
(Siglo I).
Tito fue discípulo y
secretario de San Pablo. Acompañó al apóstol en muchos de sus
viajes. En las dos cartas a los Corintios San Pablo declara que él
confía plenamente en su discípulo Tito, y a él lo envía a tratar
de que los cristianos cumplan lo que les ha dicho en sus cartas. Y
después dice que ha quedado muy satisfecho por las noticias que
Tito le ha traído.
San Pablo lo nombró obispo
de la isla de Creta y le escribió una bella carta, señalándole las
cualidades que deben tener los sacerdotes.
Parece que murió muy anciano
y venerado. Tito significa: defensor. Que él sea nuestro defensor
contra los errores que atacan a nuestra
religión.