14 de Noviembre:
Santa Gertrudis. Mística. Año 1302.
Fuente: www.churchforum.org
Gertrudis es una palabra que
en su idioma significa "fiel defensora" (ger = defensora, trud =
fiel).
Santa Gertrudis es la
patrona de las personas místicas, porque ella fue la primera gran
mística de quien se tenga historia (la Iglesia llama místicas a
las personas que se dedican a tratar directamente con Dios por
medio de fervorosísimas oraciones, y a recibir de Él, mensajes y
revelaciones). Más tarde aparecerán otras grandes místicas como
Santa Brígida, Santa Catalina, Santa Teresa y Santa Margarita,
etc., pero la primera de la cual se conocen las revelaciones
recibidas es nuestra santa de hoy. Por eso es tan
importante.
Santa Gertrudis fue la
primera en propagar la devoción al Sagrado Corazón y el culto a
San José. Los demás santos que después propagaron estas devociones
se basaron en revelaciones recibidas por esta gran
mística.
Nació en Eisleben (Alemania)
en el año 1256.
A los 5 años fue llevada al
convento de unas monjitas muy fervorosas y allí demostró tener
cualidades excepcionales para el estudio. Sobresalía entre todas
por la facilidad con la que aprendía la literatura y las ciencias
naturales, y por su modo tan elegante de emplear el idioma. Y
tenía la fortuna de que la superiora del convento era su tía Santa
Matilde, otra gran mística, que frecuentemente recibía mensajes de
Dios.
Hasta los 25 años Gertrudis
fue una monjita como las demás, dedicada a la oración, a los
trabajos manuales y a la meditación. Solamente que sentía una
inclinación sumamente grande por los estudios, aunque era a los
estudios mundanos de literatura, historia, idiomas y ciencias
naturales. Pero en esa edad recibió la primera de las revelaciones
que la hicieron famosa, y desde aquel día su vida se transformó
por completo.
Así lo narra ella misma:
"Estaba yo en un rincón de la capilla donde acostumbraba hacer mis
tibias oraciones, cuando se me apareció Nuestro Señor y me dijo: -
Hasta ahora te has dedicado a comer polvo como los que no tienen
fe. De allí has tratado de extraer miel y sólo has encontrado
espinas. Desde ahora dedícate a meditar en mis mensajes y ahí sí
encontrarás el verdadero maná que te alimentará y te dará la
fortaleza y la paz".
Desde esa fecha, Gertrudis
que antes se había dedicado a lecturas mundanas, cambió por
completo su preferencia en cuanto a lo que leía y dedicó todos sus
tiempos libres a leer la S. Biblia, y los escritos de los santos
padres, especialmente San Agustín y San Bernardo. Ella dice:
"cambié el estudio de ciencias naturales y literatura, por el de
la teología y la Sagrada Escritura". Y en sus escritos se notará
en adelante que su ciencia la ha ido a beber (después de las
revelaciones que Dios le hizo) en los libros sagrados de la Biblia
y de los santos.
En sus 47 años de vida,
Gertrudis no se diferenció externamente de las demás monjitas de
su convento. Copiaba pasajes de la S. Biblia (en ese tiempo
todavía no existía la imprenta y todo había que escribirlo a
mano), componía explicaciones de la Sagrada Escritura para darlas
a las otras religiosas, y sufría en silencio sus enfermedades que
no eran pocas. Pero internamente su vida era muy distinta, porque
dialogaba con Dios a cada rato.
Jesucristo le dijo un día:
"Gertrudis, tú serás mi heraldo" (Se llama heraldo el que
transmite mensajes de un superior). Y ella escribió en cinco
libros los mensajes que recibió en sus revelaciones, y a su obra
le puso por nombre: "Heraldo de la amorosa bondad de Dios". A esta
obra que se ha hecho famosa entre todas las personas que se
dedican a la mística, se le ha llamado también: "Revelaciones de
Santa Gertrudis". Allí se contienen visiones, comunicaciones, y
experiencias místicas, y estas experiencias se han repetido
después en muchas otras almas santas como por ejemplo San Juan de
la cruz, Santa Teresa, Santa Magdalena de Pazzi, Santa Gema y
muchísimos santos más.
Dice la santa que un día vio
que de la herida del costado de Cristo salía un rayo de luz y
llegaba al corazón de ella. Desde entonces sintió un amor tan
grande hacia Jesucristo, como nunca antes lo había
experimentado.
Su amistad con Santa
Matilde. Esta otra gran santa era 15 años mayor que Santa
Gertrudis y le contaba las revelaciones que ella había recibido
también. Las dos (adelantándose varios siglos a lo que después se
aceptaría) recomendaban mucho la comunión frecuente, la devoción
al Sagrado Corazón y el encomendarse a San José. Un día Santa
Matilde supo que su sobrina Gertrudis venía copiando todas las
experiencias místicas y las revelaciones que ella le había
contado, y se alarmó. Pero el Señor le comunicó que Él mismo le
había inspirado a Gertrudis el deseo de escribir tales
experiencias y revelaciones, y entonces la misma Matilde se
encargó de corregir aquel escrito, el cual fue publicado con el
título de "Revelaciones de Santa Matilde".
Santa Matilde le preguntó a
Jesús: "Señor, fuera de la Santa Hostia, ¿dónde te puedo
encontrar?" – Y Jesús le respondió: "Búscame en el corazón de
Gertrudis".
Dice Gertrudis que un día
Jesús acercó totalmente el corazón de Matilde a su Sagrado
Corazón, y que desde esa fecha aquella santa quedó totalmente
enamorada de Cristo.
Los especialistas afirman
que los libros de Santa Gertrudis son, junto con las obras de
Santa Teresa y Santa Catalina, las obras más útiles que una mujer
haya dado a la Iglesia para alimentar la piedad de las personas
que desean dedicarse a la vida contemplativa". Es una de las
Patronas de los escritores católicos.
Cuando le fue anunciado que
se acercaba su muerte exclamó: "Esta es la más dulce de las
alegrías, la que más había deseado, porque voy a encontrarme con
Cristo". Y dictó sus últimos pensamientos acerca de la muerte, que
son de lo más sublime que se haya escrito.
Murió el 17 de noviembre del
año 1302. (su fiesta se celebra el 16 de noviembre).
Que Cristo Jesús nos regale
también a nosotros una llamarada de amor hacia Él, como la que le
concedió a su fiel sierva Gertrudis.