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24 de Diciembre. San
Viator y San Justo. Penitentes. Año 390.
San Charbel Makhlouf
el maronita, ermitaño.
Fuente: www.churchforum.org
San Viator y San Justo.
Penitentes. Año 390.
Existe una comunidad de
religiosos educadores que tienen como santo protector a San
Viator, y les dan el nombre de este santo a sus
colegios.
Cuando era niño su madre lo presentó al obispo San
Justo y le pidió que lo instruyera en la religión. El anciano
obispo se dio cuenta de que este jovencito poseía grandes
cualidades para la vida espiritual y se dedicó con todo esmero a
prepararlo para el sacerdocio. Le dio las técnicas para dar bien
las clases de catecismo, y pronto ya Viator era un excelente
catequista. Su mayor placer lo encontraba en dedicar horas y horas
a enseñar catecismo a los niños.
Aprendió muy bien el arte de
escribir en bellas letras y así llegó a hacer copias de la S.
Biblia y de otros libros religiosos, para uso del
templo.
A San Viator lo pintan junto
con San Justo deteniendo a una multitud que quiere linchar a un
pobre hombre que sufrió un ataque de locura. El fugitivo se
refugió en el templo y Viator y su obispo lo defendieron de los
furiosos que deseaban acabar con su vida.
El obispo San Justo deseaba
dedicarse por completo a la vida de oración y penitencia y dejando
la bella ciudad de Lyon se fue para el terrible desierto de Egipto
a vivir con los demás monjes, ayunando, meditando y haciendo
penitencia. Y aunque el obispo se fue a escondidas sin avisar a
nadie, sin embargo Viator, su secretario, se dio cuenta y lo
alcanzó por el camino y obtuvo que lo dejara irse con él a
dedicarse a orar, meditar y hacer penitencia.
Se propusieron no decir
quienes eran, y así en el monasterio del desierto los trataron
como dos extraños ordinarios. Los monjes los hicieron esperar
siete días en las afueras del convento aguantando hambre y sed e
intemperie, para ver si eran capaces de resistir la vida tan dura
de los religiosos del desierto. Luego, viendo que sí tenían la
suficiente santidad y el debido aguante, los admitieron allí. A
cada uno lo mandaron a una celda separada y allí se dedicaron a
pasar largas horas dedicados a leer, meditar, rezar y trabajar. El
obispo Justo tejía canastos y el joven Viator se dedicaba a copiar
con su hermosa letra los Libros Sagrados para que leyeran los
monjes.
Después de que llevaban
muchos años allí como dos desconocidos, un día llegaron unos
cristianos de Lyon a pedir ser admitidos como monjes y al ver allí
a San Justo y a San Viator exclamaron: "Pero si estos son nuestro
obispo y su secretario". Los monjes se admiraron de que estos dos
hombres tan importantes hubieran pasado allí tanto tiempo,
desconocidos, haciendo penitencia como unos pobres
pecadores.
Llegó una comisión de Lyon a
llevarse a la ciudad a los santos monjes, pero San Justo y San
Viator les hablaron tan hermosamente de lo provechosa que es la
vida de oración y meditación de un monasterio, que los que habían
llegado a llevárselos para la ciudad se quedaron allí de
religiosos en el monasterio.
En diciembre del año 390 el
anciano San Justo se sintió morir y al ver que su fiel discípulo
lloraba tan amargamente le dijo: -"Los dos hemos luchado juntos en
esta vida por agradar al Señor Dios, los dos iremos también en
compañía a su reino celestial". Y murió en santa paz. A los siete
días murió también el joven Viator, y se fue a acompañar para
siempre a su santo obispo al cielo.
Viator y Justo: compañeros
inseparables en vida y en muerte, no dejen ni un solo día de rogar
por nosotros para que vayamos también con todos nuestros
familiares y amigos a acompañarlos en la gloria eterna para
siempre.
Velad y orad porque el
espíritu está pronto pero la carne es débil
(Jesucristo).
San Charbel Makhlouf el
maronita, ermitaño.
Conocido también como
Sharbel.
Nació en Béqaa-Kafra,
Líbano, en 1828; murió en Annaya en 1898; fue beatificado durante
el Concilio Vaticano II en 1965; y canonizado en 1977.
Charbel dejó la siguiente
oración:
Padre de verdad, mira a tu
Hijo, que se te ofreció como sacrificio expiatorio. Acepta su
ofrenda, murió por mí, para que pueda yo tener vida. (Ediciones
Magnificat).
Joseph Zaroun Makhlouf era
hijo de un chofer de mula libanés, católico. Murió cuando Joseph
era un niño y éste fue criado por su tío, que no le gustaba que el
niño tuviera devoción a la oración y la solitud a tan temprana
edad. A los 23 años, José fue en secreto al monasterio de Nuestra
Señora de Mayfug, casa de la orden Maronita Baladite. Cuando fue
admitido a la orden en el año 1851, tomó el nombre religioso de
Charbel (nombre de un mártir de Antioquía del siglo II). A su
debido tiempo, Charbel hizo sus votos en 1853 y en 1859 fue
ordenado sacerdote, volviéndose lo que se conoce como "hieromonk".
Esta práctica es más común en las tradiciones romanas que en las
de la tradición oriental.
El padre Charbel atravesó la
división entre el este y oeste en otras maneras también. Por
ejemplo, uno de sus libros favoritos era "La Imitación de
Cristo".
Vivió la vida de un monje
modelo en el monasterio de San Maro en Annaya (Gibail) por 15
años, cantando los oficios en el coro y trabajando en los viñedos
y las plantaciones de olivo del monasterio con estricta obediencia
y auto-negación. Aún así, deseaba imitar más de cerca los Padres
del desierto. Para hacer esto, en 1875 se hizo ermitaño cerca de
San Pedro y San Pablo.
Durante los siguientes 23
años vivió una vida ascética. Su casa consistía en cuatro pequeños
cuartos y una capilla, compartida con otros tres monjes. Durante
todos estos años, Charbel habló con otros monjes sólo cuando era
absolutamente necesario. Su comida consistía en una comida de
vegetales al día. No probaba la carne, no tomaba vino, salvo una
gota en la Eucaristía, y ayunaba durante cuatro periodos
anualmente. Se negaba a tocar dinero.
En vez de cama, Charbel
Makhlouf usaba un saco relleno con hojas secas, arriba del cual
utilizaba piel de cabra como cubierta. Su almohada era un pedazo
de madera. Cuando alguno llegaba a vivir en alguno de los otros
cuartos, Charbel se ponía bajos sus órdenes. Recitaba sus oficios
a la media noche. Durante estos 23 años, más y más personas
llegaban a pedirle consejos, oraciones y bendiciones.
En el siglo XIX, el Padre
Charbel Makhlouf (junto con otros pocos hombres santos) trató de
vivir la vida austera del desierto como los padres de la Iglesia
de los primeros días. Perteneció al cuerpo de la Iglesia conocida
como los Maronitas, grupo que viene del nombre de San Maro, un
amigo de San Juan Cristóstomo. Este grupo de cristianos (la
mayoría sigue viviendo en Líbano) ha estado unidos a la Iglesia
Occidental desde el siglo XII, trayendo a la misma tradiciones de
gran valor que se hubieran olvidado. Estas tradiciones son de
enorme auto disciplina, y pocos las han ejemplificado mejor que
Charbel Makhlouf.
Después de 23 años de vida
ascética, Charbel tuvo un infarto paralizante justo antes que la
consagración al celebrar la Eucaristía en su capilla y murió ocho
días después justo en Nochebuena.
Después de su muerte se
consiguieron muchos milagros y favores a través de su intercesión
en el cielo. Hoy su tumba es visita por una gran cantidad de
gente, no solo de Libaneses Maronitas y no sólo cristianos.
Fue también necesario para
las autoridades de Roma, investigar el fenómeno de un tipo de
"sudor de sangre" que salía de su cuerpo durante un periodo hasta
1927 y otra vez en 1950. Algunos meses después de su entierro, el
cuerpo estaba fresco e incorrupto y fue colocado en un nuevo
féretro en donde se observó una transpiración rojiza que causó que
los monjes tuvieran que cambiarle la ropa dos veces a la semana.
En 1927, el patriarca inició una investigación y el cuerpo fue
vuelto a enterrar. En 1950, después de que se observó líquido en
las paredes de la tumba, el cuerpo fue encontrado fresco e
incorrupto de nuevo. Se reportaron curaciones instantáneas y
milagrosas. Algunos de los beneficiarios eran no- cristianos. El
cuerpo fue enterrado otra vez bajo concreto. Este extraordinario
fenómeno dio una prueba moderno y verificable de eventos que
ocurrían frecuentemente en los santos medievales (como Enero) y
que eran tomados como supersticiones (Attwater, Bentley y
Farmer).
Martirologio
Romano.