29 de
Enero San Pedro Nolasco, Fundador de la
Comunidad de Padres Mercedarios (+1258).
Fuente: www.churchforum.org
Nació cerca de Barcelona,
España, hacia 1189.
A los 15 años quedó huérfano
de padre, y dueño de grandes posesiones. La madre le colaboró en
todos sus deseos de hacer el bien y de obtener
santidad.
Estando en edad de casarse
hizo una peregrinación a la Virgen de Monserrat y allí se puso a
pensar que las vanidades del mundo pasan muy pronto y no dejan
sino insatisfacción y que en cambio lo que se hace para la vida
eterna dura para siempre. Entonces promedió a la Virgen mantenerse
puro y se le ocurrió una idea que iba a ser de gran provecho para
muchas gentes.
En aquel tiempo la cuestión
social más dolorosa era la esclavitud que muchísimos cristianos
sufrían de parte de los mahometanos. Estos piratas llegaban a
tierras donde había cristianos y se llevaban a todos los hombres
que encontraban. Las penalidades de los prisioneros cristianos en
las tenebrosas cárceles de los mahometanos sobrepasaban lo
imaginable. Y lo más peligroso era que muchos perdían su fe, y su
moralidad se dañaba por completo.
Esto fue lo que movió a
Pedro Nolasco a gastar su gran fortuna en libertar al mayor número
posible de esclavos cristianos. Cuando se le presentaba la ocasión
de gastar una buena cantidad de dinero en obtener la libertad de
algún cautivo recordaba aquella frase de Jesús en el evangelio:
"No almacenen su fortuna en esta tierra donde los ladrones la
roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen su
fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla
que devore ni óxido que las dañe". (Mt. 6,20) Y este pensamiento
lo movía a ser muy generoso en gastar su dinero en ayudar a los
necesitados.
Y sucedió que, según dicen
las antiguas narraciones, que una noche (agosto de 1218) se
apareció la Sma. Virgen a San Pedro Nolasco y al rey Jaime de
Aragón (que era amiguísimo de nuestro santo) y les recomendó que
fundaran una Comunidad de religiosos dedicados a libertar
cristianos que estuvieran esclavos de los mahometanos.
Consultaron al director
espiritual de juntos, que era San Raimundo de Peñafort, y éste los
llevó ante el Sr. Obispo de Barcelona, al cual le pareció muy
buena la idea y la aprobó. Entonces el militar Pedro Nolasco hizo
ante el obispo sus tres votos o juramentos. de castidad, pobreza y
obediencia, y añadió un cuarto juramento o voto: el de dedicar
toda su vida a tratar de libertar cristianos que estuvieran siendo
esclavos de los mahometanos. Este cuarto voto o juramento lo
hacían después todos sus religiosos.
Los antiguos dicen que la
Virgen les recomendó:
Fundad una asociación con
hábito blanco y puro que sea defensa y muro de la cristiana
nación.
San Raimundo predicó con
gran entusiasmo en favor de esta nueva Comunidad y fueron muchos
los hombres de buena voluntad que llegaron a hacerse religiosos.
El vestido que usaban era una túnica blanca y una cruz grande en
el pecho. San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General de la
Congregación y el Papa Gregorio Nono aprobó esta nueva
Comunidad.
San Pedro Nolasco ayudó al
rey Don Jaime a conquistar para los cristianos la ciudad de
Valencia que estaba en poder de los mahometanos, y el rey, en
agradecimiento, fundó en esa ciudad varias casas de la Comunidad
de los Mercedarios.
El rey Jaime decía que si
había logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a
las oraciones de Pedro Nolasco. Y cada vez que obtenía algún
resonante truinfo lo atribuía a las oraciones de este
santo.
San Pedro hizo viajes por
muchos sitios donde los mahometanos tenían prisioneros cristianos,
para conseguir su libertad. Y viajó hasta Argelia, que era un
reino dominado por los enemigos de nuestra santa religión. Allá lo
hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad.
Como había sido un buen
comerciante, organizó técnicamente por muchas ciudades las
colectas en favor de los esclavos y con esto obtuvo abundante
dinero con los cuales logró la libertad de muchísimos
creyentes.
Poco antes de morir repitió
las palabras del Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a
los que estaban cautivos y esclavizados". Tenía 77 años de
edad.
Por su intercesión se
obraron muchos milagros y el Sumo Pontífice lo declaró santo en
1628. La Comunidad fundada por él se dedica ahora a ayudar a los
que están encarcelados. Es un apostolado maravilloso.
Jesús nos recuerda lo que
prometió a quienes ayuden y consuelen a los encarcelados: "Estuve
preso y me fuisteis a visitar. Todo el bien que le habéis hecho a
cada uno de estos necesitados, lo recibe como si me lo hubierais
hecho a Mí mismo (Mt. 25, 40).