Asunto: | [purgatorio] LA DEVOCIÓN AL SGDO. CORAZÓN DE JESÚS. MES DE JUNIO. | Fecha: | 1 de Junio, 2014 23:24:23 (+0200) | Autor: | Raúl <raulmormx @............mx>
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LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
ES INSEPARABLE DE LA EUCARISTÍA
Comienza hoy el mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, ese Corazón
divino que fue atravesado por la lanza en la Cruz, para que fluyesen de Él
tesoros de gracia para todos los hombres. Es como una fuente perenne, de la que
todo creyente y la Iglesia entera extraen energías siempre nuevas de fe,
esperanza y caridad.
"El culto que se da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable
en la vida de la Iglesia. Dicho culto está estrechamente unido a la celebración
del Sacrificio eucarístico. La presencia de Cristo bajo las sagradas especies que
se conservan después de la Misa –presencia que dura mientras subsistan las
especies del pan y del vino –, deriva de la celebración del Sacrificio y tiende a
la comunión sacramental y espiritual. Corresponde a los Pastores animar, incluso
con el testimonio personal, el culto eucarístico, particularmente la exposición
del Santísimo Sacramento y la adoración de Cristo presente bajo las especies
eucarísticas.
Es hermoso estar con Él y, reclinados sobre su pecho como el discípulo
predilecto (cf. Jn 13, 25), palpar el amor infinito de su Corazón. Si el
cristianismo ha de distinguirse en nuestro tiempo sobre todo por el «arte de la
oración», ¿cómo no sentir una renovada necesidad de estar largos ratos en
conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante Cristo
presente en el Santísimo Sacramento? ¡Cuántas veces, mis queridos hermanos y
hermanas, he hecho esta experiencia y en ella he encontrado fuerza, consuelo y
apoyo!
Numerosos Santos nos han dado ejemplo de esta práctica, alabada y recomendada
repetidamente por el Magisterio. De manera particular se distinguió por ella San
Alfonso María de Ligorio, que escribió: «Entre todas las devociones, ésta de
adorar a Jesús sacramentado es la primera, después de los sacramentos, la más
apreciada por Dios y la más útil para nosotros».
La Eucaristía es un tesoro inestimable; no sólo su celebración, sino también
estar ante Ella fuera de la Misa, nos da la posibilidad de llegar al manantial
mismo de la gracia. Una comunidad cristiana que quiera ser más capaz de
contemplar el Rostro de Cristo, en el espíritu que he sugerido en las Cartas
apostólicas Novo millennio ineunte y Rosarium Virginis Mariae, ha de desarrollar
también este aspecto del culto eucarístico, en el que se prolongan y multiplican
los frutos de la comunión del Cuerpo y Sangre del Señor."
LES ADJUNTO un archivo de "Las Promesas de los primeros viernes de mes".
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