Asunto: | [RedLuz] La Enfermedad como Camino // OGM Organismos Geneticamente Modificados // FW: [orgmod] Resumen numero 1 | Fecha: | Martes, 14 de Octubre, 2003 19:37:42 (-0500) | Autor: | Ricardo Ocampo <redluz @...............mx>
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IV ENCUENTRO DE LA RED IBEROAMERICANA DE LUZ
La red de corazones
COLOMBIA 2003
Programa General
13 al 17 de noviembre
Buga, COLOMBIA
Interredes/Reunion tecnica de arquitectura de redes
10-12 de noviembre
Cali, COLOMBIA
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25 Oct. 7:51 mx Meditación OPA 25 Oct. 12:51 GMT
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2 Nov. DÍA de TODOS los DIFUNTOS
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II ENCUENTRO CHAMANICO
Noviembre 6-8, 2003
Simultáneo en 10 países
Red Iberoamericana de Luz
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OGM - ORGANISMOS GENETICAMENTE MODIFICADOS
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Date: Sat, 11 Oct 2003 10:39:31 +0000
Subject: [orgmod] Resumen número 1
Fecha: Fri, 10 Oct 2003 17:59:39 -0500
De: "Edu de Souza" <edubrasil@...>
Asunto: LA ENFERMEDAD COMO CAMINO y las últimas noticias
Ayer vi la noticia en CNN, de que la Agencia Internacional Antidoping
incluirá en la lista de prohibiciones los productos que alteren el ADN de
los atletas.
Por un lado ¿reflejará esto una hipocresía? ¿Porque podemos comer
transgénicos pero no competir con un atleta "transgénico"?
Por otro lado ¿Si aceptamos la modificación genética, donde estará el
límite? ¿Quién lo definirá? ¿Basado en qué?
Aquí me recuerdo el médico español que probó que los fetos o embriones
tienen conciencia desde el momento de la misma fecundación... ¿Cómo podemos
estar creando fetos para luego matarlos para utilizar las células madre para
realizar otros portentos? Sigue siendo la conclusión de los 3 médicos
holandés y ingleses que dicen: "Todo nos indica que el cerebro no genera la
conciencia y si la recibe".
Me parece preguntas genuinas ¿no os parece?
Saludos Cordiales (de corazón)
Edu
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fragmento del excelente libro de dos psiquiatras alemanes que la redluz les
recomienda a todos
LA ENFERMEDAD COMO CAMINO
DETHLEFSEN, THORWALD- DAHLKE, RUDIGER
Nuestro tema, la enfermedad infecciosa, es un buen ejemplo. Si bien en
nuestra anterior exposición hemos contemplado en paralelo la estructura del
conflicto y la estructura de la inflamación, para señalar su naturaleza
común, una y otra nunca (o casi nunca) discurren paralelamente en el ser
humano. Lo más frecuente es que uno de los planos sustituya al otro. Si un
impulso consigue vencer las defensas de la conciencia y de este modo hacer
que el ser humano tome conocimiento de un conflicto, el proceso resolutivo
esquematizado tiene lugar únicamente en la conciencia del individuo y,
generalmente, la infección somática no se produce. Ahora bien, si el hombre
no se abre al conflicto, si rehuye todo aquello que pueda cuestionar su
mundo artificialmente sano, entonces el conflicto aflora en el cuerpo y debe
ser experimentado en el plano somático como una inflamación.
La inflamación es el conflicto trasladado al plano material. Pero no por
ello debe cometerse el error de restar importancia a las enfermedades
infecciosas alegando «yo no tengo conflicto alguno». Precisamente este
cerrar los ojos al conflicto conduce a la enfermedad. Para esta indagación
hace falta algo más que una mirada superficial: se necesita una sinceridad
implacable que suele ser tan incómoda para la conciencia como la infección
lo es para el cuerpo. Y es esta incomodidad lo que queremos evitar en todo
momento.
Cierto, los conflictos siempre producen sufrimiento, no importa el plano en
el que los experimentemos, ya sea la guerra, la lucha interna o la
enfermedad. Bonitos no son. Pero no nos es lícito argumentar sobre hermosura
o fealdad, porque cuando reconocemos que no podemos evitar nada, esta
cuestión no vuelve a plantearse. Quien no se permite a sí mismo estallar
psíquicamente, algo le estalla en el cuerpo (un absceso). ¿Cabe entonces
preguntarse qué es más bonito o mejor? La enfermedad nos hace sinceros.
Sinceros son también, a fin de cuentas, los tan cacareados esfuerzos de
nuestra época para evitar los conflictos en todos los órdenes. Después de lo
expuesto hasta ahora, vemos a una nueva luz los eficaces esfuerzos
realizados para combatir las enfermedades infecciosas. La lucha contra las
infecciones es la lucha contra los conflictos, pero en el orden material.
Honesto es, por lo menos, el nombre que se dio a las armas: antibióticos.
Esta palabra se compone de dos voces griegas, anti = contra y bios = vida.
Los antibióticos son, pues «sustancias dirigidas contra la vida». ¡Esto es
sinceridad!
Esta hostilidad de los antibióticos a la vida se funda en dos fases. Si
recordamos que el conflicto es el verdadero motor del desarrollo, es decir,
de la vida, toda represión de un conflicto es también un ataque contra la
dinámica de la vida en sí.
Pero también en el sentido puramente médico los antibióticos son hostiles a
la vida. Las inflamaciones representan unos procesos resolutivos agudos y
rápidos que, por medio de la superación, eliminan toxinas del cuerpo. Si
estos procesos resolutivos se cortan frecuente y prolongadamente por medio
de antibióticos, las toxinas tienen que almacenarse en el cuerpo
(principalmente, en los tejidos conjuntivos) lo cual determina el incremento
de posibilidades para el proceso canceroso. Es el llamado efecto del cubo de
la basura: se puede vaciar el cubo con frecuencia (infección) o acumular la
basura dejando que críe una vida propia que acabará por amenazar toda la
casa (cáncer). Los antibióticos son sustancias extrañas que el individuo no
ha elaborado con su propio esfuerzo y que, por lo tanto, le escamotean los
frutos de su enfermedad: la información que proporciona el enfrentamiento.
Desde este ángulo cabe examinar también brevemente el tema de la
«vacunación». Conocemos dos tipos básicos de vacunación: la inmunización
activa y la pasiva. En la inmunización pasiva se inoculan anticuerpos
formados en otros cuerpos. Se recurre a esta forma de vacunación cuando la
enfermedad ya se ha declarado (por ejemplo, la gamma tetánica contra el
vacilo del tétanos). En el plano psíquico, ello correspondería a la adopción
de soluciones de problemas convencionales: mandamientos y preceptos morales.
El individuo adopta fórmulas ajenas, con lo que evita el conflicto y la
experimentación: es una vía cómoda pero estéril.
En la inmunización activa se inoculan agentes debilitados, a fin de
estimular el cuerpo a fabricar anticuerpos por sí mismo. A este grupo
pertenecen todas las vacunaciones preventivas, como la antipolio, la
antivariólica, la antitetánica, etc. En el terreno psíquico, este método
corresponde al ensayo de resolución de conflictos hipotéticos (algo así como
las maniobras militares). Muchos sistemas pedagógicos y la mayoría de las
terapias de grupo quedan dentro de este campo. Se trata de aprender y
asimilar estrategias en casos leves, que capaciten al ser humano a tratar
los conflictos más serios con mayor eficacia.
Estas consideraciones no deben interpretarse como consignas. No se trata de
«vacunarse o no vacunarse» ni de «prescindir de los antibióticos». A fin de
cuentas, es completamente indiferente lo que haga el individuo, siempre y
cuando sepa lo que hace. Lo que buscamos es el conocimiento, no unos
mandamientos o prohibiciones prefabricados.
Se suscita la pregunta de si, básicamente, el proceso de la enfermedad
corporal puede sustituir a un proceso psíquico. No es fácil responder a
esto, ya que la división entre conciencia y cuerpo es sólo una herramienta
de argumentación, pues en la realidad el linde no está muy marcado. Porque
aquello que se produce en el cuerpo lo experimentamos también en la
conciencia, en la psiquis. Cuando nos golpeamos el dedo con un martillo,
decimos: me duele el dedo. Pero ello no es exacto, ya que el dolor está sólo
en la mente, no en el dedo. Lo que hacemos es sólo proyectar la sensación
psíquica de «dolor» al dedo.
Precisamente por ser el dolor un fenómeno mental podemos influir en él con
tanta eficacia: mediante la distracción, la hipnosis, la narcosis, la
acupuntura. (¡El que considere exagerada esta afirmación, recuerde el
fenómeno del dolor fantasma!) Todo lo que experimentamos y sufrimos en un
proceso de enfermedad física ocurre sólo en nuestra mente. La definición
«psíquica» o «somática» se refiere sólo a la superficie de proyección. Si
una persona está enferma de amor, proyecta sus sensaciones sobre algo
incorpóreo, es decir, el amor, mientras que el que tiene anginas las
proyecta en la garganta, pero uno y otro sólo pueden sufrir en la mente. La
materia —y, por lo tanto, también el cuerpo— sólo pueden servir de
superficie de proyección, pero en sí nunca es el lugar en el que surge un
problema y, por consiguiente, tampoco el lugar en el que pueda resolverse.
El cuerpo, como superficie de proyección, puede representar un excelente
auxiliar para un mejor discernimiento, pero las soluciones sólo puede darlas
el conocimiento. Por lo tanto, cada proceso patológico corporal representa
únicamente el desarrollo simbólico de un problema cuya experiencia
enriquecerá la conciencia. Ésta es también la razón por la que cada
enfermedad supone una fase de maduración.
Es decir, entre el tratamiento corporal y psíquico de un problema se
establece un ritmo. Si el problema no puede ser resuelto sólo en la
conciencia, entonces entra en funciones el cuerpo, escenario material en el
que se dramatiza en forma simbólica el problema no resuelto. La experiencia
recogida, una vez superada la enfermedad, pasa a la conciencia. Si, a pesar
de las experiencias recogidas, la conciencia sigue siendo incapaz de captar
el problema, éste volverá al cuerpo, para que siga generando experiencias
prácticas. Esta alternancia se repetirá hasta que las experiencias recogidas
permitan a la conciencia resolver definitivamente el problema o el
conflicto.
Podemos representarnos este proceso con la imagen siguiente: un colegial
tiene que aprender a calcular mentalmente. Le ponemos una cuenta (problema).
Si no puede resolverla mentalmente, le damos una tabla de cálculo (materia).
El proyecta el problema en la tabla y, por este medio (y también por la
mente) halla el resultado. A continuación le ponemos otra cuenta, que debe
resolver sin la tabla. Si no lo consigue, volvemos a darle el medio, y esto
se repite hasta que el niño ha aprendido a calcular mentalmente y puede
prescindir de la ayuda material de la tabla. En realidad, la operación se
hace siempre en la mente, nunca en la tabla, pero la proyección del problema
sobre el plano visible facilita el aprendizaje.
Si me extiendo tanto sobre este particular es porque de la buena comprensión
de esta relación entre el cuerpo y la mente se deriva una consecuencia que
no consideramos sobrentendida: la de que el cuerpo no es el lugar en el que
puede resolverse un problema. Sin embargo, toda la medicina académica se
orienta hacia este objetivo. Todos miran fascinados los procesos
fisiológicos y tratan de curar la enfermedad en el plano corporal.
Y aquí no hay nada que resolver. Sería como tratar de modificar la tabla de
cálculo a cada dificultad que encontrara nuestro colegial. La experiencia
humana se produce en la conciencia y se refleja en el cuerpo. Limpiar
constantemente el espejo, no mejora al que se mira en él (¡ojalá fuera tan
fácil!). En lugar de buscar en el espejo la causa y la solución de todos los
problemas reflejados en él, debemos utilizarlo para reconocernos a nosotros
mismos.
INFECCIÓN = UN CONFLICTO MENTAL QUE SE HACE MATERIAL
La persona propensa a las inflamaciones trata de rehuir los conflictos.
En caso de enfermedad infecciosa, conviene hacerse las siguientes preguntas:
1. ¿Qué conflicto hay en mi vida, que yo no veo?
2. ¿Qué conflicto rehuyo?
3. ¿Qué conflicto me niego a reconocer?
Para hallar el tema del conflicto, debe estudiarse atentamente el simbolismo
del órgano o parte del cuerpo afectada.
II. EL SISTEMA DE DEFENSA
Defender equivale a rechazar. El polo opuesto de rechazar es amar. Se ha
definido el amor desde multitud de ángulos y en los planos más diversos,
pero cada forma de amor puede reducirse al acto de dar acogida. En el amor,
el ser humano abre barreras y deja entrar algo que estaba fuera de ellas. A
estas barreras solemos llamar Yo (ego) y todo aquello que queda fuera de la
propia identificación es para nosotros Tú (el otro). En el amor, esta
barrera se abre para admitir a un Tú que, con la unión, se convertirá en Yo.
Allí donde ponemos una barrera rechazamos y donde quitamos la barrera
amamos. Desde Freud utilizamos la expresión de «mecanismo de defensa» para
designar los resortes de la conciencia que impiden la penetración de
elementos amenazadores procedentes del subconsciente.
Aquí conviene insistir en la ecuación microcosmos = macrocosmos, ya que todo
repudio o rechazo de una manifestación procedente del entorno es siempre
expresión externa de un rechazo psíquico interno. Todo rechazo consolida
nuestro ego, ya que acentúa la separación. Por ello al ser humano la
negación le resulta considerablemente más grata que la afirmación. Cada
«no», cada resistencia, nos permite sentir nuestra frontera, nuestro Yo,
mientras que, en cada «comunión» esta frontera se difumina: no nos sentimos
a nosotros mismos. Es difícil expresar con palabras lo que son los
mecanismos de defensa, ya que sólo se puede describir aquello que se
reconoce, por lo menos, en otras personas. Los mecanismos de defensa son la
suma de todo lo que nos impide ser perfectos y completos. En teoría es fácil
definir en qué consiste el camino de la iluminación: en todo lo bueno.
Comulga con todo lo que es y serás uno con todo lo que es. Éste es el camino
del amor.
Cada «sí, pero...» es una defensa que nos impide conseguir la unidad. Ahora
empiezan las pintorescas estratagemas del ego que, en su afán de separación,
no se priva de esgrimir las más piadosas, hábiles y nobles teorías. Y así le
hacemos el juego al mundo.
Los espíritus sagaces aducirán que, si todo lo que es, es bueno, también la
defensa tiene que serlo. Desde luego, lo es, pues nos hace experimentar
tanta fricción en un mundo polarizado que, para seguir adelante, no tenemos
más remedio que discriminar, pero, a lo sumo, no es más que una ayuda que,
al ser utilizada, se obvia a sí misma. En el mismo sentido se justifica
también la enfermedad a la que nosotros deseamos transmutar en salud cuanto
antes.
Como las defensas psíquicas apuntan contra elementos del subconsciente
catalogados de peligrosos y que, por lo tanto, tienen vedado el paso a la
conciencia, así las defensas físicas se orientan contra enemigos «externos»,
llamados agentes patógenos o toxinas. Estamos tan acostumbrados a manejar
despreocupadamente unos sistemas de valores montados por nosotros mismos que
hemos llegado a convencernos de que son patrones absolutos. Pero en realidad
no hay más enemigo que aquel al que nosotros declaramos como tal. (Basta
leer a los distintos apóstoles de la dietética para descubrir los más
diversos criterios en el señalamiento de enemigos. Los mismos alimentos que
un método tacha de absolutamente perniciosos, otro los califica de muy
saludables. La dieta que nosotros recomendamos es: leer atentamente todos
los libros de dietética y comer lo que a uno le apetezca.) Hay ciertas
personas que se dejan impresionar de tal modo por este subjetivo
señalamiento de enemigos que no tenemos más remedio que declararlas
enfermas: nos referimos a los alérgicos.
Alergia: la alergia es una reacción exagerada a una sustancia que
reconocemos como nociva. Desde luego, la actuación del sistema de defensas
del organismo está justificada cuando se trata de supervivencia. El sistema
inmunizador del cuerpo produce anticuerpos para combatir los antígenos*, con
lo que proporciona una defensa contra invasores hostiles, lo cual,
fisiológicamente, es irreprochable. En los alérgicos, esta defensa, en sí
encomiable, se desorbita. El alérgico construye un gran parapeto y
constantemente alarga la lista de sus enemigos. Cada vez son más numerosas
las sustancias consideradas nocivas y, por lo tanto, hay que fabricar más
armas para mantener a raya a tantísimo enemigo. Ahora bien, como en el
terreno militar el armamento siempre denota agresividad, así también la
alergia es expresión de una actitud defensiva y agresiva que ha sido
reprimida y obligada a pasar al cuerpo. El alérgico tiene problemas de
agresividad que, en la mayoría de casos, no reconoce y, por lo tanto, no
puede asumir.
(Para evitar malas interpretaciones, recordemos que al hablar de un aspecto
psíquico reprimido nos referimos al que no es conscientemente reconocido por
el individuo. Puede ser que la persona viva plenamente este aspecto sin
reconocer en sí mismo tal propiedad. Pero también, que la propiedad haya
sido reprimida de modo tan absoluto que la persona no la viva. Por lo tanto,
la represión puede existir tanto en un sujeto agresivo como en el más manso
de los mortales.)
En el alérgico, la agresividad es trasladada de la conciencia al cuerpo y
aquí se expansiona a placer con ataques, defensas, forcejeos y victorias.
Para que la diversión no termine por falta de enemigos, se declara la guerra
a las cosas más inofensivas: el polen de las flores, el pelo de los gatos o
de los caballos, el polvo, los artículos de limpieza, el humo, las fresas,
los perros o los tomates. La variedad es ilimitada: el alérgico no respeta
nada, es capaz de luchar contra todo y contra todos, si bien, generalmente,
da preferencia a ciertos elementos cargados de simbolismo.
Es sabido que la agresividad casi siempre va ligada al miedo. Sólo se
combate lo que se teme. Si examinamos atentamente los alergenos** elegidos,
en casi todos los casos, descubriremos enseguida cuáles son los temas que
atemorizan al alérgico de tal modo que tiene que combatirlos
encarnecidamente en el símbolo. En primer lugar, está el pelo de los
animales domésticos, especialmente el de los gatos. Al pelo del gato (y a
cualquier pelo) suelen asociarse las caricias y los arrumacos: es fino,
sedoso, blando, y, no obstante, «animal». Es un símbolo del amor y tiene una
connotación sexual (véanse los animales de felpa que los niños se llevan a
la cama). Algo parecido puede decirse de la piel del conejo. En el caballo
está más acentuado el componente sensual y, en el perro, el agresivo; pero
las diferencias son pequeñas, insignificantes, ya que un símbolo nunca tiene
límites muy marcados.
El mismo tema es representado por el polen de las flores, alergeno
predilecto de los que sufren la fiebre del heno. El polen es símbolo de
fertilidad y procreación, y la «grávida» primavera es la estación en la que
los enfermos de fiebre del heno más «padecen». Las pieles de los animales y
el polen actuando como alergenos indican que los temas de «amor»,
«sexualidad», «libido» y «fertilidad» suscitan ansiedad y, por lo tanto, son
activamente rechazados, es decir, no son admitidos.
* Un antígeno es una sustancia extraña, generalmente una proteína, que es
capaz de estimular el sistema inmunizador. (N. del T.)
** Alergeno es el antígeno de una reacción alérgica. (Alergia = reactividad
alterada por hipersensibilidad. (N. del T.)
Algo similar ocurre con el miedo a la suciedad, la inmundicia, la impureza,
que se manifiesta en la alergia al polvo doméstico. (Recordar expresiones
como: chiste guarro, sacar los trapos sucios, llevar una vida limpia, etc.).
El alérgico trata de evitar con el mismo empeño los alergenos y las
situaciones asociadas con ellos, en lo cual le ayudan de buen grado una
medicina comprensiva y el entorno. Nadie se resiste al despotismo del
enfermo: los animales domésticos son eliminados, no se puede fumar en su
presencia, etc. En esta tiranía sobre el entorno, el alérgico encuentra un
campo de actividad que le permite desahogar insensiblemente sus agresiones
reprimidas.
El método de la «desensibilización» es bueno en sí, pero, para obtener
buenos resultados, habría que aplicarlo no al plano corporal sino al
psíquico. Porque el alérgico sólo hallará la curación cuando aprenda a
afrontar conscientemente todo aquello que evita y rechaza, y asimilarlo en
su conciencia. Al alérgico no se le hace ningún favor ayudándole en su
estrategia defensiva: él tiene que reconciliarse con sus enemigos, aprender
a quererlos. Que los alergenos ejercen exclusivamente un efecto simbólico y
nunca un efecto material o químico es algo que debe quedar perfectamente
claro, incluso para el materialista más empedernido, cuando comprenda que
una alergia, para manifestarse, necesita el concurso de la mente. Por
ejemplo, en la narcosis no hay alergia, igualmente, durante una psicosis,
desaparecen todas las alergias. A la inversa, incluso la simple imagen, como
por ejemplo la fotografía de un gato o la secuencia de una locomotora que
echa humo en una película desencadenan el ataque en el asmático. La reacción
alérgica es absolutamente independiente de la materia de los alergenos.
La mayoría de los alergenos sugieren vitalidad: sexualidad, amor,
fertilidad, agresividad, suciedad: en todos estos campos la vida se muestra
en su forma más activa. Pero precisamente esta vitalidad que exige una
expresión infunde miedo en el alérgico. Y es que su actitud es contraria a
la vida. Su ideal es una vida estéril, sin gérmenes, exenta de sensualidad y
agresiones: estado que apenas merece el nombre de «vida». Por consiguiente,
no sorprende que en muchos casos las alergias puedan degenerar en
autoagresiones que llegan a ser mortales, en las que el cuerpo de estos
individuos, ¡ay!, tan delicados, libra largas y encarnizadas batallas en las
que acaba por sucumbir. Entonces la resistencia, la autoexclusión, el
autoencapsulado alcanza su forma suprema y su plena realización en el ataúd,
cámara exenta de todo alergeno.
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Fecha: Fri, 10 Oct 2003 18:37:24 -0500
De: Silvia Ribeiro/ ETC <silvia@...>
Asunto: Maíz contaminado en 9 estados de México
Boletín de prensa
México, 9 de Octubre del 2003
Comunidades indígenas y campesinas de Chihuahua, Puebla, Oaxaca,
Tlaxcala, Veracruz y otros estados.
CECCAM (Centro de Estudios para el Cambio en Campo Mexicano)
CENAMI (Centro Nacional de Apoyo a Misiones Indígenas)
Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración)
CASIFOP (Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular)
UNOSJO (Unión de Organización de la Sierra Juárez de Oaxaca)
AJAGI (Asociación Jaliscience de Apoyo a Grupos Indígenas)
CONTAMINACION TRANSGENICA DEL MAIZ EN MEXICO: MUCHO MAS GRAVE
* Contaminación también en Chihuahua, Morelos, Durango, Edomex,
Puebla, Oaxaca, San Luis Potosí, Tlaxcala y Veracruz
* Encuentran en todos contaminación con Starlink, variedad prohibida
para consumo humano en Estados Unidos
* Dos, tres y cuatro diferentes transgénicos en la misma planta,
todos patentados por transnacionales biotecnológicas
* Las comunidades indígenas y campesinas toman el proceso en sus
manos, demandan parar importaciones de maíz, mantener la moratoria al
maíz transgénico y detener la ley de bioseguridad en discusión en el
Congreso.
Representantes de comunidades indígenas y campesinas de Oaxaca,
Puebla, Chihuahua, Veracruz y las organizaciones CECCAM, CENAMI,
Grupo ETC, CASIFOP, UNOSJO y AJAGI (*) dieron a conocer los
resultados de sus propios estudios y conclusiones sobre la presencia
de contaminación transgénica en nueve estados del país: Chihuahua,
Morelos, Durango, Estado de México, San Luis Potosí, Puebla, Oaxaca,
Tlaxcala y Veracruz. Los análisis fueron realizados sobre más de 2
000 plantas, provenientes de 138 comunidades campesinas e indígenas.
En 33 comunidades (24% del total muestreado) de 9 Estados se encontró
alguna presencia de genes transgénicos en el maíz nativo, con
resultados en diferentes parcelas que van desde 1.5 por ciento hasta
33.3 por ciento.
(Ver cuadro informativo total al final del documento)
En esos nueve Estados que mostraron positivos se encontró
contaminación coincidente con la proteína Bt-Cry9c, que identifica el
maíz Starlink, de la empresa Aventis (de Bayer), prohibido para
consumo humano en Estados Unidos. También se encontraron en esos
mismo estados contaminación con otras cepas de Bacillus Thuringiensis
(Bt) -utilizada para maíz transgénico Bt, entre otras por las
empresas Monsanto y Novartis (de Syngenta)- y positivos para la
proteína CP4-EPSPS de Monsanto, que indica maíz transgénico con
resistencia a herbicidas.
Los análisis fueron realizados con "kits" de detección comerciales de
la marca Agdia (test DAS ELISA), primero realizados por las propias
comunidades y organizaciones, con apoyo de biólogos de la UNAM y más
tarde con el mismo tipo de kits, a cargo de una empresa que los
distribuye en México.
" Nuestros análisis coinciden con la contaminación del maíz nativo
que se había dado a conocer al público anteriormente, por los
investigadores Chapela y Quist de la Universidad de Berkeley y por el
INE-Conabio. Ahora vemos que la contaminación existe además, como
mínimo, en el Sur, Centro y Norte del país" dijo Ana de Ita del
CECCAM, y agregó "Esto es apenas una pequeña muestra, pero nos indica
la gravedad del tema: si tomando muestras al azar de algunas decenas
de comunidades indígenas y campesinas, en zonas alejadas de los
centros urbanos y en comunidades que usan su propia semilla nos
muestra contaminación, el problema entonces es mucho mayor. La
presencia de Starlink es especialmente grave porque estaría en el
maíz que consumen las comunidades. Las plantas en varias comunidades
que contenían dos, tres y hasta cuatro transgénicos en forma
concomitante, indican que la contaminación tiene muchos años y que el
maíz campesino contaminado se ha estado cruzando por muchas
generaciones para haber podido incoporar todo estos eventos
diferentes en su genoma. "
Silvia Ribeiro del Grupo ETC, señaló que "un riesgo aún mayor es la
contaminación que se podría dar por la producción que hay en Estados
Unidos de maíces transgénicos para producir sustancias que van desde
plásticos y adhesivos a espermicidas y abortivos. Ya ha habido
escapes accidentales de este maíz modificado para producir sustancias
no comestibles en Iowa y Nebraska, si la contaminación ha llegado a
los lugares más remotos de México donde el cultivo de maíz
transgénico está prohibido, ¿qué garantiza que no lo harán estos
maíces también?"
Ribeiro agregó que "Todas las proteínas detectadas están patentadas,
al igual que todos los transgénicos en el mundo. Monsanto, que tiene
más del 90% del mercado mundial de agrotransgénicos, ganó un juicio
contra el agricultor canadiense Percy Schmeiser por "uso indebido de
su patente" cuando se contaminó su campo accidentalmente, En este
momento hay más de 2000 juicios similares de ésta y otras empresas
contra agricultores en Canadá y Estados Unidos."
Ante esto, Elizabeth, campesina indígena de Veracruz declaró que" Son
las empresas las que deben ir a juicio por contaminar: declaramos
públicamente su responsabilidad y no permitiremos ningún juicio de
parte de ellas, en ninguna parte de México, por dañar nuestro maíz
con sus transgénicos"
Pedro, indígena de Chihuahua, junto a otros representantes de
comunidades indígenas y campesinas, aclararó que para ellos la
contaminación del maíz es un ataque a sus raíces culturales más
profundas y una amenaza a la base misma de su sustento y autonomía.
"Nuestras semillas, nuestro maíz, son la base de la soberanía
alimentaria de las comunidades, y también es mucho más que un
alimento, es parte de lo sagrado, de nuestra nuestra historia,
nuestro presente y futuro."
Baldemar Mendoza, indígena de Oaxaca, narró que además han encontrado
en Oaxaca y otros Estados plantas deformes, que son transgénicas.
"Hemos visto muchas veces malformaciones en el maíz, pero nunca de
esta forma. Una planta deforme en Oaxaca, que aún conservamos dio
positivo para tres diferentes transgénicos. Los ancianos de las
comunidades dicen que nunca habían visto este tipo de
malformaciones." Dijo también que a su comunidad venían a decirle
"que no se preocuparan por la contaminación, porque desde hace cinco
o seis años que plantan transgénicos y no hay pruebas de que sea
dañino para la salud Š pero nosotros sí tenemos pruebas: diez mil
años de experiencias muestras que nuestro maíz es bueno para la
salud. Contaminarlo con transgénicos es un crimen contra todos los
indígenas y campesinos que milenariamente cuidamos el maíz para que
la humanidad pueda disfrutarlo."
Alvaro Salgado del CENAMI agregó, citando un poema nahuatl que para
las comunidades el maíz "Es nuestra madre porque nos da la vida, nos
da la unidad y la identidad, como hijos de una misma familia, nos
hace amar nuestra madre tierra y no abandonarla, nos hace pueblos. El
maíz lo compartimos con alegría, pero nadie tiene derecho de
utilizarlo como si fuera dueño, el maíz tiene derecho de alimentarnos
a todos, pero no lo podemos apropiar. Tenemos una mutua relación, por
eso lo defendemos de las zorras, los coyotes, las ratas y sus rabias.
No queremos que se acabe, porque nosotros existimos por el maíz."
"La contaminación no es sólo un problema más", dijo Salgado, "es una
agresión en lo más profundo de lo que da identidad a México y sus
habitantes originarios. Por eso las comunidades y las organizaciones
hemos decidido tomar el problema en nuestras propias manos, no
dejaremos que los técnicos y las instituciones y empresas que nos
dieron los químicos y las semillas híbridas vengan ahora a decirnos
que no nos preocupemos o que nos darán la solución con otras
semillas. Queremos nuestras semillas y las vamos a defender y
rescatar."
Carlos Chávez de AJAGI contrastó: "En dos años que el gobierno sabe
de la contaminación, no ha hecho nada ni para saber su extensión ni
para detener las fuentes de contaminación, incluso, con la excepción
de los estudios del INE-Conabio (Instituto de Ecología-Comisión
Nacional para la Biodiversidad), no se le han entregado al público
los resultados de estudios realizados por ellos mismos, como los de
la SAGARPA (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Alimentación). Víctor Villalobos, ahora delegado por ésta en la
presidencia de la CIBIOGEM (Comisión Intersecretarial de Bioseguridad
y Organismos Genéticamente Modificados) y dijo que "la contaminación
en Oaxaca es un laboratorio natural" y que levantaría la moratoria
contra la siembra de maíz transgénico. Esto solo favorecerá a las
cinco o seis multinacionales que los producen, con las que él mismo
parece tener estrecha relación.Mientras tanto, el Senado aprobó sin
discusión y con el apoyo de todos los partidos una Ley de
Bioseguridad que en vez de proteger los intereses de México protege
el de las multinacionales que nos contaminan, no toma el principio de
precaución que es lo que debería ser la mayor prioridad en nuestro
país por ser un país megadiverso, centro de origen del maíz y otros
cultivos. Por respeto a los indígenas, campesinos y todos en México,
esta ley no puede ser aprobada en la Cámara de Diputados, donde se
encuentra actualmente en discusión. Lo que necesitamos en México es
un NO rotundo a los transgénicos: nos contaminan, nos hacen más
dependientes, no los necesitamos."
Agregó que "Tampoco insitituciones internacionales como el CIMMYT
(Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo) que tienen
el mayor banco público de semillas de maíz, tomado de los campesinos
e indígenas, han siquiera reconocido que existe la contaminación y
hasta tienen proyectos para desarrollar maíces transgénicos. Están
traicionando lo que dicen que es su misión: apoyar a los campesinos
para su sustento."
Finalmente, Ana de Ita del CECCAM resumió las demandas de las
organizaciones reunidas en esta red:
- Rechazo total a los transgénicos
- Rechazo a la Ley de Bioseguridad, que es solamente una legalización
de la contaminación
- Hacemos responsables por la contaminación a las multinacionales que
producen transgénicos, particularmente Monsanto, Syngenta, Bayer,
Dupont, Dow, BASF, y rechazamos sus demandas de "uso indebido de
patente" que son un atentado a los derechos del agricultor.
- Que el gobierno y la SAGARPA haga público todos los resultados de
los estudios sobre la contaminación
- Mantener la moratoria a la siembra y liberación de maíz transgénico
- Parar en forma inmediata las importaciones de maíz transgénico
- Respetar el derecho de las comunidades, establecido en el Convenio
169 de la OIT a ser consultadas en todo lo que refiere a sus recursos
naturales.
- Las comunidades indígenas y campesinas, apoyados por las
organizaciones que ellas decidan, tomaremos acciones específicas para
parar y revertir la contaminación. Invitamos a que todas las
comunidades indígenas y campesinas se sumen al proceso en defensa del
maíz
(*) Comunidades indígenas y campesinas de Chihuahua, Puebla, Oaxaca,
Tlaxcala, Veracruz y otros estados.
CECCAM (Centro de Estudios para el Cambio en Campo Mexicano)
CENAMI (Centro Nacional de Apoyo a Misiones Indígenas)
Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración)
CASIFOP (Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular)
UNOSJO (Unión de Organización de la Sierra Juárez de Oaxaca)
AJAGI (Asociación Jaliscience de Apoyo a Grupos Indígenas)
Por más información comunicarse con : Verónica Villa / Grupo ETC: 55
63 26 64 y 044 55 85670840 (cel) o Ceccam: 56 61 1925
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Resumen de resultados de los diagnósticos
de contaminación transgénica del maíz campesino, 2003
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Los análisis fueron realizados sobre más de 2 000 plantas, (en 411
grupos de muestras) provenientes de 138 comunidades campesinas e
indígenas. En 33 comunidades (24% del total muestreado) de 9 Estados
- Chihuahua, Morelos, Durango, Estado de México, San Luis Potosí,
Puebla, Oaxaca, Tlaxcala y Veracruz- se encontró presencia de genes
transgénicos en el maíz nativo, con resultados en diferentes parcelas
que van desde 1.5 por ciento hasta 33.3 por ciento, en la segunda
ronda de análisis.
En todas las comunidades que participaron en estos diagnósticos se
practica agricultura campesina, usando mano de obra familiar y pocos
o nulos insumos químicos. El maíz se destina principalmente al
autoconsumo y se siembra en parcelas de entre una y dos hectáreas, a
partir de semilla nativa propia. La mayoría de las comunidades se
localizan en regiones apartadas de los centros urbanos. Cada una de
las comunidades participantes del diagnóstico definió el tamaño de su
muestra y las plantas fueron seleccionadas de manera aleatoria,
tomadas de las esquinas y centro de cada parcela.
En enero 2003 analizamos 105 muestras, provenientes de 520 plantas,
de los Estados de Puebla, Veracruz, Chihuahua, San Luis Potosí,
Estado de México y Morelos. En agosto del 2003, se analizaron
muestras adicionales del Estado de Tlaxcala, que también arrojaron
positivos con el mismo método que se describe a continuación.
A partir de pruebas de determinación de endotoxinas mediante la
técnica DAS-ELISA, utilizando los kits comerciales de la marca Agdia,
con un lector de densidad óptica y filtro de 620 nm, se realizó el
primer diagnóstico de la presencia o ausencia de cinco tipos de
proteínas que están presentes en organismos transgénicos. Cuatro de
ellas para detectar la toxina de Bacillus thuringiensis : Bt-Cry
1Ab/1Ac, Bt-Cry9C, Bt-Cry 1C y Bt Cry2a y una que otorga resistencia
a herbicidas (CP4 EPSPS)
De estas 105 muestras, recogidas en 95 parcelas de 53 comunidades,
48.6 % fueron positivas a proteínas transgénicas. 17% de las muestras
fueron positivas concomitantemente a 3 o más eventos, 13% fueron
positivas concomitantemente a 2 eventos, y 18.6% a un evento.
Del total de muestras analizadas se detectaron, entre otros, 21%
positivas a Cry 1a /1ac, 26.67% positivas a Cry9c (Starlink) y 34%
positivas a CP4 EPSPS
En julio/agosto 2003 se realizó un segundo diagnóstico sobre sobre
306 muestras, integradas por grupos de hojas provenientes de 1500
plantas y puntos de muestreo en las esquinas y centro de las
parcelas, ubicados en 101 comunidades indígenas de seis estados del
país: Oaxaca, Puebla, Chihuahua, Durango y Veracruz.
(continúa en próxima página)
Se partió de determinación de endotoxinas mediante la técnica
DAS-ELISA, y la detección fue realizada por el laboratorio
Fumigaciones y Mantenimiento de Plantas S.C., utilizando los kits
comerciales de la marca Agdia, con un lector de densidad óptica y
filtro de 620 nm, diagnosticando la presencia o ausencia de tres
tipos de proteínas indicadores de la presencia de proteínas de la
toxina Bt que produce plantas insecticidas (Bt-Cry 1Ab/1Ac, Bt-Cry-
9C, Bt-Cry 1C) y una que otorga resistencia a herbicidas (CP4 EPSPS)
De las 306 muestras totales en este caso æprovenientes de todas las
comunidades y puntos de muestreoæ 32 muestras (10.45%) arrojaron
resultados positivos. 1 por ciento de las muestras registró la
proteina Bt-Cry 1Ab/1Ac; 1 por ciento de las muestras registraron la
proteina Bt-Cry 9C; 3.6 por ciento fueron positivas para resistencia
a herbicidas CP4 EPSPS. El 4.9 por ciento de las muestras fueron
positivas de manera concomitante para dos o tres diferentes
transgénicos: El 3.9 por ciento de las muestras fueron positivas para
tres tipos: dos tipos distintos de Bt y para resistencia a
herbicidas: CP4 EPSPS, Bt-Cry9C, Bt Cry 1Ab/1Ac; mientras que el 0.65
por ciento de la muestra registró la presencia de dos características
transgénicas: CP4 EPSPS y Bt-Cry 1Ab/1Ac y el 0.33 por ciento fue
positiva para CP4 EPSPS y Bt-Cry 9C.
En 18 de las 101 comunidades muestreadas, entre el 1.5 por ciento y
el 33.3 por ciento de las muestras registraron resultados positivos
En los estados de Oaxaca y Chihuahua se han encontrado plantas
deformes, que han dado positivo a la presencia de transgénicos.
Algunos nombres comerciales y empresas que comercializan productos
transgénicos que contienen las proteínas encontradas en el maíz
mexicano:
De las proteínas de la toxina Bt que indican maíz transgénico con
Bacillus thuringiensis (Bt), resistente a lepidópteros se encontró:
Bt-Cry- 9C presente en el maíz StarLink de Aventis (propiedad de
Bayer), prohibido en Estados Unidos para consumo humano;
Bt-Cry 1Ab/1Ac, presente, entre otros nombres comerciales en los
productos YieldGard de Monsanto, Knockout de Novartis (propiedad de
Syngenta), y NatureGard de Mycogen;
Bt-Cry1C en productos de las industrias Mycogen y Ecogen.
CP4 EPSPS, que identifica por ejemplo al maíz transgénico resistente
al herbicida RoundUp Ready de Monsanto, (resistente al herbicida
glifosato, conocido localmente como Faena o Basta).
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