Mostrando mensaje 314
|
|
< Anterior | Siguiente >
|
|
Asunto: | El Camino Hacia la Felicidad / Kwan Yin / Comunicacion Cosmica | Fecha: | Sabado, 2 de Septiembre, 2000 15:51:30 (-0600) | Autor: | Ricardo Ocampo <anahuak @.............mx>
|
EL CAMINO HACIA LA FELICIDAD
MENSAJES DE LA MAESTRA KWAN YIN.
"COMUNICACION COSMICA"
Inició: Marzo 29, 1992.
Acabó: Septiembre 27, 1992.
INTRODUCCION.
Bienvenidos sean a este recinto, los saludo con el cariño de siempre, Yo
soy KWAN YIN y tal como se lo había anunciado mi Hermano Hilarión, la vida
me da otra oportunidad de trabajar con ustedes para recorrer juntos un
nuevo sendero.
Una nueva enseñanza.
Esta vez vamos a trabajar sobre una serie de conceptos que nos llevarán de
la mano hacia la comprensión de las más internas motivaciones humanas;
buscaremos despertar los corazones dormidos, buscaremos libertar los
corazones encarcelados, buscaremos hacer brotar las sonrisas en esas caras
demacradas de muchos de nuestros hermanos, pero queremos en esta ocasión,
hacer que nuestro estudio siga una cierta lógica que vaya poco a poco, de
manera gradual, acercándonos a lo más interno de los seres humanos, para
extraer de ahí la suficiente fuerza para liberarlos de todo aquello que han
recogido a lo largo de sus vidas. Buscaremos hacer contacto con el Yo
íntimo, con el Yo más interno del ser, para después, mediante unas muy
breves y sencillas reglas de comportamiento, enderezar sus vidas y
encauzarlas definitivamente por el sendero de la armonía y la felicidad.
Bases para una terapia.
¿Cuál es la diferencia entre este estudio y los que ya anteriormente han
recibido de parte de JESUS y de HILARION?. Les diré que en ocasiones
anteriores, los esquemas bajo los cuales han trabajado han sido más que
nada académicos, eslabonando una serie de conceptos y penetrando en la raíz
de los conflictos humanos, pero de ninguna manera han sido cursos
terapéuticos. En esta ocasión, nos proponemos dar las bases para la terapia
de ayuda que es necesario impartir a los hermanos que sufren de
depresiones, de anormalidades psicológicas y de tendencias mentales
patólogicas; buscaremos llegar hasta sus corazones para transformar sus
emociones que son la base de la mayor parte de las enfermedades mentales.
La psiquis del hombre está gobernada por las emociones, pues son ellas las
que generan los pensamientos malsanos que posteriormente se transforman en
enfermedad; sin embargo, las emociones generadas por un ser humano son
dictadas por las experiencias acumuladas a lo largo de su vida y estas
experiencias se encuentran grabadas en la memoria del individuo. Esto nos
lleva a un círculo vicioso, pues lo que una persoa recibe en la vida
diaria, lo lleva a asociarlo con experiencias negativas de su pasado, lo
cual a su vez, genera emociones negativas, y posteriormente esto hace que
sus pensamientos vuelvan a ser negativos, reforzando los ya almacenados.
De esta forma, una persona se va hundiendo gradualmente en un problema
hasta convertirlo en una enfermedad; un conflicto mental puede hundir a una
persona si este círculo vicioso no es frenado a tiempo. Una experiencia
negativa puede disparar una serie de asociaciones en la mente de un
individuo y llevarlo hasta una profunda depresión.
Invitación a la reflexión profunda. Autocuración.
Entender la dinámica de las emociones y pensamientos dentro de un ser
humano, es la base para iniciar un sistema de terapia que sea
verdaderamente efectivo y rápido. Quisiera especificar que lo que diremos a
lo largo del curso, no es en sí mismo un esquema de terapias clínicas en
donde el doctor recibe una serie de instrucciones para ir guiando a su
paciente, no, nuestra exposición será basada en el mismo sistema que hemos
seguido anteriormente, una serie de mensajes en donde se expresan puntos
que llevan a la reflexión profunda. Mediante estas reflexiones, la persona
puede iniciar un proceso de autocuración, pero el discípulo inteligente
sabrá extraer de estas lecciones, los secretos que pueda traducir en una
terapia clínica. Por lo pronto, lo que deseamos es formular los
conocimientos necesarios para una autoterapia; el material que salga de
este curso, servirá para proporcionarlo a todas aquellas personas que
sufren de problemas de orden psicológico, e igualmente, para todas aquellas
otras que busquen una mayor estabilidad mental y, por supuesto, emocional.
Partiremos de la premisa que "el amor salva todos los abismos". Cada una de
las palabras será cuidadosamente escogida para saltar esos abismos que
separan a un corazón de otro. Cada uno de los conceptos buscará ir rasgando
los velos tras los que se esconden los corazones lastimados, temerosos,
aquellos que han sido dañados por la vida. Buscaremos hacer llegar la luz a
esos rincones obscuros del alma, a fin de que el hombre pueda empezar
nuevamente a respirar la energía fresca del espíritu que renueva la
voluntad de vivir y lo abre nuevamente a la posibilidad de ser feliz.
Más allá del dolor, más allá de la soledad, más allá del temor, se
encuentra el corazón encogido, temblando y preso, pero siempre, por más
profundo que sea el dolor, por más grande que sea el temor, por más obscuro
y complicado que sea el problema, existe una rendija por la cual puede
llegar a penetrar la luz del espíritu.
Esos valores, esas emociones que fueron guardadas en la primera infancia
del ser, en el primer momento en que el hombre vió la luz del mundo y
sintió los brazos de su madre, esos primeros instantes que quedan grabados
indeleblemente en el subconsciente del hombre, son muchas veces la única
rendija a través de la cual podemos asomarnos y llegar al corazón; hasta
allá llegaremos si es preciso, pues mientras haya un ser humano que esté
sufriendo por no ser capaz de haber aprendido el arte de vivir, nosotros
tendremos trabajo por hacer, no importa en dónde se encuentre, no importa
qué tipo de problema sea, llegaremos hasta donde sea posible llegar y
haremos lo que sea necesario hacer, pues ese fue el mandato del Cristo
cuando El estuvo con nosotros.
No es necesario expresar la gran emoción que siento de poder tener la
oportunidad de trabajar nuevamente con ustedes, no es fácil encontrar
grupos con los cuales trabajar en estos niveles, el hacerlo nos llena de
gozo y felicidad, así pues, por todo esto, gracias por el servicio.
Me despido e iniciaremos en la siguiente sesión.
Marzo 29, 1992.
HIPOTESIS PRELIMINARES.
Habíamos comentado que el objetivo perseguido por estas lecciones, sería
ante todo, abrir las puertas de los corazones encarcelados para que la
brisa fresca de la felicidad los inunde y los lleve a la convicción de que
es posible permanecer en armonía, aún en medio de las más duras
dificultades. Dijimos que las lecciones seguirían la tónica hasta ahora
empleada en otra de las series, autodidactas y autosuficientes, por cuanto
uno de los temas es cubierto en una sola plática.
Qué es lo más importante para explicar a un ser humano. Cuáles son los
conceptos fundamentales a través de los cuales cada hombre y cada mujer
deberían regir sus vidas. Cuáles son los orígenes de sus conflictos, tanto
a nivel de pareja como a nivel individual. Dónde nacen los problemas del
hombre, dónde está la falla, el error, dónde está la enfermedad.
Reeducación mundial.
Ha llegado el momento en que la humanidad conozca los verdaderos secretos
de la felicidad. Es el momento para empezar una reeducación mundial que
permita sembrar la semilla de la armonía permanente en las vidas humanas.
Toda esta labor, de ninguna manera se pretende llevar a cabo en un día, o
por un grupo, o siquiera por una escuela formada de muchos grupos; la labor
está lejos de ser particular o exclusiva de algún grupo o discípulo, es
preciso unir esfuerzos, es preciso entender que el ser humano es un ser
colectivo y que se necesita trabajar en conjunto, si realmente se desean
obtener los resultados más satisfactorios posibles.
La energía y la percepción.
Quisiera ordenar un poco la exposición a fin de poder entender la mecánica
que seguiremos a lo largo de estas pláticas: Cuando centremos nuestra
atención en el cerebro humano, observaremos que sus pensamientos son
drásticamente coloreados por las emociones generadas en el área del
corazón; esta área se encuentra a su vez dominada por el chakra cardíaco
quien continamente la está bombardeando de energía propia de su
manifestación; es preciso entonces trabajar con esa energía que el chakra
cardíaco envía continuamente hacia el corazón, esa energía es proveniente
del cuerpo astral y es ahí en donde se van acumulando todas las
experiencias que a lo largo de la vida una persona va pasando. Ahora bien,
a su vez, la experiencia acumulada filtra la percepción que las personas
tienen de las cosas por las que están pasando, y la filtra de tal forma,
que el individuo observa únicamente cosas positivas o únicamente cosas
negativas, el ser humano pierde la capacidad de discernimiento y la
capacidad para ver las cosas imparcialmente tal como son; el ser humano las
colorea, y en esa filtración, los hechos son percibidos como una
confirmación de lo que sus creencias lo están obligando a ver. Podríamos
decir entonces, que los mismos defectos del hombre se retroalimentan a sí
mismos, gracias al papel que juegan dentro de la mente humana.
Autoobservación y autocontrol.
Para encontrar una respuesta inmediata a la pregunta de cómo es posible
aplicar esto a las terapias, diremos que el ser humano debe desarrollar una
nueva percepción de la vida y ésta únicamente será posible a través del
trabajo continuo y consciente de la persona; la autoobservación y el
autocontrol mental y conductual, son piezas claves dentro de toda terapia.
Me propongo estudiar con algo de detalle este tipo de conceptos, para ir
centrando las bases de lo que vendría a ser la nueva terapia. Dejaré aquí
mis palabras para continuarlas en las siguientes sesiones.
Abril 12, 1992.
LAS FUNCIONES DEL CORAZON.
Sumergirse en el mundo del corazón es como penetrar en un intrincado
laberinto de complejas sensaciones que tergiversan tanto lo que el hombre
siente en realidad en su yo más interior, como las emociones que está
percibiendo provenientes del mundo que le rodea.
Al corazón se le educa con las emociones.
El corazón funciona como un órgano autónomo, que, independientemente de la
voluntad del individuo, de su comprensión de las cosas que le ocurren,
genera una serie de sentimientos de acuerdo a sus propios mecanismos de
funcionamiento. Al corazón no se le puede pedir que razone, de la misma
manera como no se le puede pedir que sienta al cerebro. Al corazón se le
educa no con conceptos sino con emociones; un corazón que ha crecido en
medio de los suaves efluvios del amor, aprenderá a emanar estas mismas
emociones sin medida y sin descanso, pero un corazón forjado en la fría
indiferencia no podrá hablar el lenguaje del cariño y de las caricias.
El corazón es como una delicada flor que cuando siente el invierno cierra
sus pétalos y se refugia en lo más interno de su ser, pero cuando siente
los tibios rayos solares encarnados en las suaves caricias del amor, abre
su corola y deja escapar el perfume de los amores más sublimes que el ser
humano puede emanar; y cada corazón tiene una historia diferente, cada
corazón ha sido forjado bajo diferentes condiciones de vida, cada corazón,
podríamos decir, es como una flor con diferente color y perfume. Decíamos
en la sesión anterior que los pensamientos de los seres humanos colorean la
percepción que tiene de todo lo que le rodea, déjenme agregar, que el
corazón es uno de los órganos que más influye en el coloramiento de las
percepciones externas.
El papel de los padres.
Uno de los fundamentos de la familia es entender que la madre tiene, como
una de sus obligaciones principales, que proveer al niño de ese lenguaje
del amor a través de sus cuidados y sus caricias, mientras que el hombre
tiene la función primordial de formar la parte intelectual del niño; no
quiero decir que sus obligaciones se limiten exclusivamente a estos
aspectos, pero desde un punto de vista psicológico espiritual, cada uno de
ellos está mejor capacitado para esas funciones, así el niño, en su proceso
formativo, recibe un desarrollo equilibrado tanto en sus aspectos emotivos
como intelectuales.
A medida que crecemos, la percepción del mundo empieza a ser cada vez más
particular, más propia de nosotros, va siendo coloreada con nuestro propio
aroma, con nuestra propia personalidad, y así, la felicidad se va
escribiendo, tanto si es limitada como si es abundante, en nuestras vidas.
La misma tarde puede ser hermosa para un corazón alegre y abierto, o puede
ser deprimente y triste para un corazón carente de esa libertad. ¿Qué
determina que una persona lo vea de una manera o de otra?, ¿qué es lo que
lo condiciona?: su pasado, su experiencia, su manera particular de ver al
mundo.
El objetivo de este curso.
A lo largo de este curso enfrentaremos una y otra vez el mismo problema,
¿cómo podemos enseñar a un corazón que ha aprendido a ver el mundo de una
manera, a redescubrir las bondades, la belleza y la riqueza de este mundo?.
Reto.
Cada uno de nosotros, desde nuestro propio marco de referencia, desde
nuestras propias limitantes, buscaremos ayudar a los que nos rodean; en
verdad, ¿se sienten preparados para esta misión?, ¿en verdad desean subir
por encima de todas las limitantes, de todas las cadenas, de todas las
espinas que los mismos corazones han forma do a lo largo de tantos años, y
desde arriba, poseedores de una nueva visión del mundo, poseedores de un
nuevo poder, romper las cadenas, derribar las murallas y apartar las
espinas que estos corazones han querido forjar en sus vidas.
Esta pregunta la hago porque el corazón no entiende con conceptos, el
corazón entiende con el ejemplo; si en verdad deseamos poder arrastrar a
otros hacia una nueva vida, debemos nosotros mismos empezarla, debemos
nosotros mismos levantarnos sobre esas mismas limitantes, y entonces, con
esa libertad para amar indiferentemente a todos los seres humanos, sean
éstos humildes o poderosos, sean éstos pequeños o grandes, sean éstos
amigos o enemigos, y a través de nuestra sonrisa, a través de nuestra
mirada y a través de nuestras palabras, expresar, sin asomo de dudas, la
realidad de que es posible libertarse e iniciar un nuevo camino. Un triste
no puede enseñar la felicidad, un deprimido jamás podrá hablar de la
alegría de vivir, un corazón encarcelado no encontrará las palabras
adecuadas para expresar lo que es el amor por la vida.
Así, yo les pido que en esta aventura, en esta jornada hacia la libertad,
hagamos de nosotros los primeros discípulos, los pioneros, y cada
ejercicio, cada lección, tomémosla primero nosotros, sintámosla en nuestro
interno, recorramos juntos el camino, y cuando lleguemos a la cima de la
libertad espiritual, cuando nuestros corazones se encuentren limpios, puros
y prestos para amar a todos los seres y a todas las cosas de la creación,
dejemos que esa libertad hable por nuestras bocas y arrastremos a
multitudes tras nosotros. Este camino empieza hoy mismo, yo los invito a
coronarse en el más poderoso reino que haya existido sobre el planeta, el
reino de los corazones.
Que la bendición del Padre los ilumine desde adentro, para que puedan
percibir claramente el camino que descifra el laberinto del corazón.
Abril 19, 1992.
LA POSIBILIDAD DE SER FELIZ.
Todos los sers humanos aspiran llegar a la felicidad, pero siempre sitúan
esta felicidad más allá de lo que tienen en ese momento, la ven como si
fuera algo que tuviera que alcanzarse, como si fuera algo por lo que
tuvieran que luchar, como si fuera algo que llegara justo en el momento en
que ellos consiguen hacer determinadas cosas, pero esta forma de ver a la
felicidad, en realidad los aleja de ella. Pensar que la felicidad se
encuentra en algún futuro indeterminado, implica que ese futuro nunca se va
a hacer presente, pues siempre estará más allá de lo que el propio
individuo ha conseguido; sin embargo, la felicidad se encuentra presente en
todo momento alrededor de las personas.
¿Dónde está la felicidad?.
La felicidad no es un estado futuro, es una posibilidad en el presente, es
algo que se tiene, que simplemente no se ha observado, no se ha sabido
experimentar, no se ha aprendido a verla. La felicidad es una palabra que
las personas no han aprendido todavía en su correcto significado,
generalmente se piensa que la felicidad va asociada a una casa, a un
automóvil, a la salud, al cariño, al estado del tiempo, al bienestar
económico, a muchas cosas, y por sí sola la felicidad no se le comprende,
ésta es otra de las grandes mentiras, la felicidad es independiente de
cualquier objeto, de cualquier cosa, incluso espiritual; la felicidad es un
estado de conciencia, es un momento en la vida del individuo, es una forma
distinta de sentirse, de verse a sí mismo, y de ver a todo lo que lo rodea.
La felicidad es un estado de conciencia.
La felicidad no llega necesariamente con las cosas materiales, tampoco
llega necesariamente con las cosas espirituales, se es feliz o no se es
feliz, y todo únicamente por un estado de conciencia; así pues, no
esperemos encontrar la felicidad en algún momento de nuestras vidas
futuras, ni tampoco esperemos encontrarla en el momento en que logremos
conseguir tal o cual cosa, la felicidad está ya en este momento, ha estado
siempre con nosotros y estará siempre dentro de nuestras posibilidades;
¿qué es lo que nos separa de ella?, ¿qué es lo que nos impide ver
exactamente que la felicidad la tenemos alrededor nuestro?.
Cómo experimentar la felicidad.
Si dejamos correr nuestras mentes y nos sumergimos dentro de nuestros
propios pensamientos, observaremos que nuestro ser interior está lleno de
anhelos, está lleno de deseos insatisfechos, está deseando siempre cambiar
las cosas que tiene a su alrededor, está siempre mirando al futuro o al
pasado, y en ese agitado mundo mental interior en el que nos movemos, no
existe un espacio en donde el ser se siente tranquilamente, y sin pensar en
el futuro ni en el pasado, sin desear cambiar nada de su vida, observe
simplemente lo que está pasando a su alrededor, experimente la alegría de
estar vivo, unifique su ser con todo lo que lo rodea y entonces, en ese
estado, experimente esto que hemos llamado felicidad.
La felicidad está siempre en el presente, siempre en el presente, y la
felicidad está siempre en nosotros mismos y nunca en cosas ajenas a
nosotros; ser feliz significa aprender a mirar en el presente y evitar
cualquier tipo de deseo de cambio, en esos momentos somos felices, en esos
momentos disfrutamos de la vida, en ese momento nos sentimos plenos y en
total armonía con el universo; sin embargo, la dinámica que rige todas las
actividades del cosmos nos impulsa a movernos de un estado a otro, es el
motor de nuestras vidas, es ese algo inexplicable que nos impulsa y nos
empuja a buscar nuevos horizontes de realización personal.
El impulso de la evolución y el impulso de la felicidad.
Distingamos perfectamente estos dos aspectos de nuestra vida interior;
cuando la fuerza que actúa es la de la evolución y estamos moviéndonos de
un estado a otro, luchando por ser mejores, luchando por tener más cosas,
luchando por tener un mejor control sobre nosotros mismos, en esos
momentos, nuestro esfuerzo y voluntad está dedicado a la consecución de
esos fines, pero en el momento que esa fuerza cesa, en el momento en que
nosotros nos damos un respiro y observamos lo que tenemos, en esos momentos
entra en acción la fuerza de la felicidad, el deseo desaparece y la
experiencia de estar vivo y en armonía con todo lo que nos rodea impera y
colorea de colores brillantes todo el universo.
Entre la felicidad y la evolución debemos equilibrar nuestras vidas, entre
esos dos impulsos radica el secreto del vivir armónico, del equilibrio
espiritual, de la realización personal.
Mediten intensamente en estos dos aspectos, experiméntenlos en sus vidas,
aprendamos a ser felices viviendo en el presente y eliminando hasta el más
mínimo deseo de cambio, experimentemos la felicidad, y después, sin
apegarnos a ella, busquemos que esa fuerza de evolución nos impulse
adecuadamente para que, cumpliendo la voluntad divina, podamos alcanzar
niveles más altos de realización personal.
Este es el camino que hoy les dejo marcado, háganlo suyo y vívanlo siempre,
porque será la pauta que dirija en total armonía su vida hasta la
realización última de su ser espiritual.
Abril 26, 1992.
LA BUSQUEDA DE LA FELICIDAD.
Habíamos dicho que el sendero a la felicidad es un camino que oscila entre
la alegría de aceptar las cosas, de experimentar el estar vivo, el ser
parte del universo, y ese otro estado que impulsa al cambio, a la
superación, a moverse hacia otros niveles mayores de armonía y realización.
Dijimos que el equilibrio entre estos dos estados era la clave para la
armonía individual, pero estas fuerzas, estas tendencias que los seres
humanos manifiestan, son traslapadas y trabajadas indistintamente en sus
mentes, por lo que, ni experimentan un estado de paz y armonía permanente,
ni tampoco pueden sostener un impulso evolutivo permanente; de esto se
deriva, en primera instancia, un estado de infelicidad o insatisfacción
continuo, y por la otra, una incapacidad para alcanzar mayores estados de
armonía.
Ambos factores son importantes: por un lado, la capacidad para apreciar la
vida y todas sus manifestaciones, la capacidad de maravillarse de la
creación, de sí mismo, de los demás y de todas las cosas que nos rodean, es
un derivado de la aceptación del mundo tal cual es y de la comunión que el
ser establece con la naturaleza; pero, por la otra parte, al no ser capaz
de mantener un impulso continuo y sostenido hacia un ideal, le impide al
hombre dedicar todas sus fuerzas hacia el cumplimiento de sus
realizaciones, de sus metas personales, y por lo mismo, ese oscilar, esa
indecisión, lo mantiene estancado en el mismo estado en que se encuentra,
que, combinado con la infelicidad que manifiesta, da como resultado a un
ser con conflictos.
La esencia de la felicidad.
La búsqueda de la felicidad no debe de estar encaminada a lograr ciertas
cosas, ni debe ser entendida como un estudio largo para la comprensión de
algunos conceptos, la felicidad es como un despertar, es instantáneo y no
requiere preparación previa; la felicidad es un estado de conciencia que se
alcanza por momentos en todos los seres humanos, pero debido a las mentes
inquietas y a los corazones no entrenados, esos estados son momentáneos, de
muy corta duración y, desgraciadamente, involuntarios, el individuo,
incluso, ni siquiera llega a sospechar que por instantes ha tenido momentos
de felicidad y que esos estados pueden expanderse a medida que se entrena a
permanecer por más tiempo en esa armonía.
Dónde nace la felicidad.
La dinámica de los procesos mentales dificulta al hombre percibir el
presente como el único estado de conciencia que es capaz de concederle la
felicidad; dado que la felicidad nace de la comunión que establece el ser
humano con el entorno, por necesidad, esto se logra únicamente cuando se
vive el presente. Aun cuando la persona puede experimentar o reexperimentar
momentos armónicos cuando evoca algunos recuerdos dulces de su pasado, o
bien cuando sueña algunos hechos de su futuro, la felicidad la experimenta
en su presente, aunque para esto haya tenido que recurrir, o a experiencias
pasadas o a sus sueños futuros; en esos casos, aunque la emoción es
genuina, los recursos de los que se ha valido no le ayudarán a que esos
momentos de felicidad puedan ser provocados a voluntad e incluso puedan
realmente transformar su vida, no dejan de ser herramientas, instrumentos y
habilidades que funcionan a manera de mecanismos de defensa, para evadir,
tal vez, un presente que lo reta continuamente a resolver los problemas que
posee.
Sin embargo, en esta búsqueda, cuando el ser humano alcanza cierta edad y
siente mermadas sus capacidades para modificar, tanto su vida personal,
como el entorno en que se mueve, su mente busca, cada vez más
frecuentemente, los recuerdos de su pasado, se refugia en un pasado que ya
no existe, y decimos entonces, que la persona ha renunciado a vivir; en
definitiva esto es un problema, porque incapacita a la persona para seguir
resolviendo los problemas cotidianos. Vivir en el pasado o en el futuro es
perderse la oportunidad de seguir evolucionando y poder apreciar, en toda
su dimensión, la maravillosa vida que se mueve alrededor nuestro.
Cómo ser un instrumento de Dios en la tierra.
Hacer la comunión con la vida que nos rodea, es comprender las fuerzas
divinas que se mueven, impulsan y transforman la naturaleza, es entender
los designios divinos alrededor nuestro, es fundir nuestras voluntades con
las voluntades divinas que se están manifestando en cada una de las cosas
creadas. De ese estado de comunión perfecta con la creación, nace un nuevo
estado de actividad creadora permanente; sólo el ser que ha logrado
establecer la completa comunión con la naturaleza, podrá trabajar en
completa actividad creadora, manifestando una armonía interior y exterior
evidente para todos; sus palabras y sus acciones serán congruentes con sus
pensamientos y sentimientos, su vida será una bendición de Dios trabajando
en su nombre en medio de los seres humanos, su mirada será la mirada de
Dios, y sus palabras, la voluntad divina expresada por un ser humano.
Técnicas para encontrar y expander la felicidad.
¿Cómo lograr que estos estados puedan ser reproducidos a voluntad?. ¿Cómo
lograr que los momentáneos chispazos de armonía personal que todo ser
humano experimenta en sus vidas, puedan ser controlados, evocados y
expandidos, para hacerlos nuestro permanente nivel de conciencia?. Esta es,
sin duda, una de las grandes búsquedas de la humanidad en todas las épocas.
Lo que yo me propongo con este trabajo, es, precisamente, presentarles
algunas técnicas que pudieran servirles para este propósito:
Vivir en la emoción de vivir.
Vivir en la comprensión de que Dios está con nosotros.
Vivir trabajando en la Voluntad Divina.
Son algunos de los múltiples frutos que se alcanzan cuando se ha logrado
dominar ese estado de conciencia.
Bendición a todas las madres del mundo.
Así pues, hoy, en una fecha tan especial para todos ustedes, (el día de las
madres en México) quise traerles este regalo, las claves para encontrar la
felicidad de una manera sencilla y práctica. Quisiera también agregar,
aunque tal vez mis palabras lleguen fuera de tiempo, a los hogares de todas
las madres que han escogido éste como su camino en la vida, que todo mi
amor y mi respeto hacia ustedes, es tan sólo un pequeño presente para la
sublime misión que ustedes mismas han elegido para cumplir en la tierra. El
apostolado de una madre, que hace suya la misión de educar y preparar para
ser felices a sus hijos, es la más noble tarea que un ser humano pueda
emprender en su vida, y quiero decirles, que ese amor que ustedes sienten
por sus hijos, es la fuerza más grande y maravillosa que Dios ha creado
para todos nosotros, una fuerza que mueve los mundos, una fuerza que da
cohesión a los átomos, una fuerza que arrastra tormentas y aquieta los
océanos.
Mis bendiciones eternas, mi gratitud a todas las madres del mundo, que en
su apostolado puedan encontrar la más alta realización como seres humanos.
Que Dios las bendiga.
Mayo 10, 1992.
DECALOGO PARA CONSEGUIR LA FELICIDAD.
El poder de la mente del hombre.
La mente del hombre tiene una gran influencia sobre los estados de ánimo
del ser; la mente ha acumulado a lo largo de su vida tantas experiencias,
tantos recuerdos, que en realidad, los patrones de conducta de una persona
no son sino el resultado de las distintas asociaciones que hace el ser
humano en su mente, provocadas por las experiencias por las que está
pasando; pero también, en la mente del hombre, reside el secreto de la
felicidad.
Dijimos que la felicidad sólo puede experimentarse en el presente, que
tanto el pasado como el futuro, no son sino intentos de fugarse de una
realidad insatisfactoria para el ser. Cuando la mente recurre a
experiencias pasadas, el hombre vive en un tiempo irreal, se encuentra
desconectado de lo que su cuerpo experimenta y decimos que no hay
integración. Para disfrutar la felicidad se requiere estar integrado,
totalmente integrado, emociones y experiencias sensoriales deben estar
disfrutando el presente. La felicidad que se alcanza saboreando un hecho
pasado o fabricando un acontecimiento futuro, no es una felicidad real
debido a que no existe la integración del ser; es preciso que el ser humano
aprenda a disfrutar su presente, manteniendo su mente, sus emociones y su
percepción de la vida, totalmente integradas en la experiencia de ese
momento.
Sin embargo, es tan fuerte la tendencia del hombre a perderse en laberintos
mentales olvidándose de lo que la vida le da en cada instante, que es
preciso dar algunas técnicas que le permitan regresar a su estado ideal del
presente. Podríamos entonces hablar de un decálogo de principios, diez
claves que puedan dar al hombre las suficientes bases mentales que le
permitan afianzarse fuertemente en su presente y aprender a disfrutarlo,
diez claves que deben ser universales, ajenas a principios nacionalistas o
religiosos.
Decálogo.
Empecemos pues, a diseñar estas primeras diez fórmulas, que le permitan al
hombre recordar, en todo momento, que su felicidad está al alcance de su
mano, en este preciso instante y en todo momento. La primera de ellas
podríamos enunciarla así:
l.- Nadie va a darme la felicidad, sólo yo puedo conseguirla. En este
primer pensamiento, el ser humano toma la responsabilidad de su vida e
inicia una búsqueda y un esfuerzo por encontrar eso que tanto busca.
2.- Yo soy un ser único en toda la tierra, nadie me comprende mejor que yo,
y nadie sabe lo que yo necesito mejor que yo. En este segundo principio se
dan las bases para eliminar cualquier ofensa que las personas reciban de
parte de otras; cualquier comentario que deprima a una persona podrá ser
nulificado bajo este principio, ya que la persona reconoce que nadie puede
opinar acerca de ella, puesto que nadie la conoce mejor que ella misma.
3.- Lo que recibo ahora es lo que sembré ayer, y lo que siembre ahora será
lo que reciba mañana. Este tercer principio permite al ser humano reconocer
que los problemas actuales son resultado de acciones incorrectas del
pasado, pero que, por lo mismo, el momento presente es el indicado para ir
sembrando un futuro.
4.- Ni el pasado ni el futuro pueden lastimarme, sólo el presente tiene
valor en mi vida. Entendiendo este cuarto principio, la persona le dará
todo el valor que tiene su momento presente y le restará importancia a los
hechos pasados que le causan remordimientos, y a los hechos futuros que le
causan angustia.
5.- Sólo yo decido lo que debo hacer en este momento. Es decir, el ser
humano entiende que las influencias ajenas son tan sólo eso, influencias, y
él es el único que puede decidir qué hacer en ese instante.
6.- Sólo en el amor y en la paz interior puedo tomar las decisiones
correctas. Es decir, si hemos de actuar en el tiempo presente, tendremos
que hacerlo en paz y con amor, pues de esta manera, las acciones que
tomemos estarán inspiradas en nuestra más alta capacidad tanto de servicio
como de inteligencia.
7.- En mis decisiones tomaré siempre en cuenta el beneficio de los demás.
Es decir, tomaré aquellas decisiones que beneficien a la mayor cantidad de
personas; de esta forma, mi vida se estará encaminando hacia la más alta
gloria que es la de recibir la compensación por el servicio prestado a los
demás.
8.- Mi cara es el reflejo de mi estado interior. Es decir, cuidemos siempre
el aspecto de nuestro rostro, adornémoslo siempre con la sonrisa, y que los
ojos se encuentren siempre prestos a mandar una mirada de amor, porque de
esta forma estaremos reflejando la serena armonía de quien ha aprendido a
caminar en el sendero de la felicidad.
9.- Soy un hombre al servicio de la humanidad. Es decir, todo lo que yo
haga, todo lo que yo diga, todo lo que yo piense o sienta, servirá para
gloria de la humanidad, o bien, para perdición de ella.
10.- Yo tengo una misión en la vida, ser feliz y hacer feliz a los demás.
Este último principio da sentido a nuestra existencia, y, a la vez, orienta
nuestros esfuerzos hacia el beneficio de toda la humanidad.
¿Qué hay más allá de estas claves, qué podríamos decir además de lo
mencionado de cada una de ellas?. En las siguientes sesiones veremos, que
detrás de estos principios, se encuentra un camino que permitirá a todos
los seres humanos, mantener siempre en su mente, las claves que les
permitan alcanzar una vida llena de paz y de armonía espiritual.
Tres caminos.
El sendero de la felicidad es tan amplio, que toda la humanidad cabría en
él, si tan sólo supiera mantenerse en el presente. El pasado, el presente y
el futuro, se asemejan a tres caminos que flotan en el espacio. El sendero
de en medio es el presente, es un sendero firme, quieto, no se mueve, es el
ser humano el que camina sobre él, es el ser humano el que avanza.
El sendero de la izquierda es el sendero del futuro, el de los sueños y las
fantasías, el de las angustias y de los temores; ese sendero arranca al
hombre del presente y lo lleva vertiginosamente hacia el futuro, ahí el
hombre no camina, es el sendero el que se mueve, pero tan sólo se mueve un
espacio y después da vuelta sobre sí mismo, dejando caer a la persona
nuevamente sobre el sendero quieto del presente, el camino vuela, pero
siempre regresa al mismo punto, dejando al ser humano con la sensación de
no haberse movido ni un centímetro del lugar en que se encontraba.
El sendero de la derecha, es un sendero que se mueve igualmente, pero hacia
atrás, arranca al hombre de su presente y lo lleva sumergiéndolo en
tinieblas, presentándole imágenes fantasmagóricas, alguna agradables y
otras llenas de crueldad y de dolor; ese camino igualmente se mueve, aunque
más lento, y en donde las escenas se vuelven, o más dolorosas, o más
agradables; parece como si el sendero se detuviera, permanece unos
instantes quieto mientras las imágenes embelesan a la persona, y,
repentinamente, el piso se desvanece, las imágenes desaparecen y la persona
regresa estrepitosamente al sendero original del presente.
Sólo el camino del centro, aquél que está quieto, es el único seguro, el
único firme, y en él, el hombre puede caminar y sentir realmente que está
avanzando. Detrás de esta alegoría se encuentran muchas claves para meditar
en el futuro y en el pasado, y aprender a valorar el presente.
Dejo aquí mis palabras y los lleno de todo el amor que necesiten para
aprender a caminar eternamente en el presente.
Mayo 17, 1992.
(continuara en RedLuz...)
www.elistas.net/foro/redluz
Red Iberoamericana de Luz
*******
|