El matrimonio
gay es el final de la heterosexualidad como norma absoluta: especialista
* Boda gay es
la "salida de clóset" de una relación sexual, social y política, asegura
* La
paternidad heterosexual sólo es una presunción a priori, sostiene
México
DF, octubre 2 de 2007 (Christian Rea Tizcareño/NotieSe).- El
matrimonio gay no significa el final de la orientación heterosexual, pero sí de
la heterosexualidad como norma absoluta, expuso el sociólogo francés Eric Fassin
en la Universidad
Nacional Autónoma de México.
En el marco de la Cátedra Simone de
Beauvoir, el especialista de la Escuela Normal Superior
de París dijo que así como el feminismo no persigue el exterminio de los
hombres, el matrimonio entre personas del mismo sexo no pretende eliminar la heterosexualidad. Lo
que busca entonces es desterrar la heteronormatividad,
es decir, el modelo hegemónico que hasta la fecha valida a la heterosexualidad
como la única forma de vida.
Por ende, los actores
sociales tienen que reinventar sus representaciones, de tal manera que ninguna
orientación sexual sea más o menos normal, o sea, que la democracia sexual
permita que la perturbación se convierta en posibilidad, agregó.
Incluir en el debate
público el tema de las uniones del mismo sexo, mencionó, ha traído mayor
legitimidad y aceptación hacia la homosexualidad en diferentes esferas sociales.
La boda gay no es una
caricatura, ni una imitación del matrimonio heterosexual. Las ceremonias
religiosas o laicas de parejas homosexuales representan la "salida del clóset"
de relaciones sexuales, sociales y políticas. "Tampoco es el desenlace de la
homosexualidad, sólo es una transformación", añadió.
Uno de los argumentos en contra
de las uniones legales entre gays ha sido que el matrimonio sólo se da entre
hombre y mujer por naturaleza, "como si la familia fuera sólo una prolongación
del coito. La familia también se define por prácticas sociales y políticas. Hay
una familia de familias. O, ¿qué pasa entonces con las madres solteras?
¿Tampoco son familia?", cuestionó.
Para Fassin, aseverar que
la vida se funda en la naturaleza es solamente un discurso político de tantos. Señaló
que según la norma heterosexual, la presencia de los niños parece completamente
natural dentro de hogares heteroparentales
–encabezados por parejas de diferente sexo-, no así en familias homoparentales
–formadas por dos hombres gay o dos lesbianas-, incluso se dice que corren
peligro; sin embargo, "no hay hijos naturales. Todos los niños fueron
adoptados, fueron elegidos por sus padres, por decisión, no fueron abortados. La
paternidad biológica es una presunción a priori".
Las familias heteroparentales no son más que una manera
particular de ver la
realidad. Lo
natural es algo normalizado, y las normas por definición son sociales. Consecuentemente,
lo llamado natural no es natural. Por lo tanto, las reglas de filiación no
obedecen a un orden absoluto, sino social, cuyas normas y prácticas pueden
cambiar o variar, explicó.
Antonio
Medina
Coordinador
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