"Sin importar lo vasta que pueda ser la oscuridad,
debemos proveer nuestra propia luz."
Stanley Kubrick
|
EDITORIAL
Hola,
Hemos dicho muchas veces que todas las
respuestas están dentro de uno mismo... Las respuestas a las preguntas que nos
hacemos, obviamente.
Y en general, estas preguntas están relacionadas con
aspectos de nuestra vida que el ego cuestiona, o dicho de otra forma, con lo que
al ego no le gusta, pues nadie cuestiona lo que le gusta.
Entonces, si queremos
saber qué es lo que nos causa sufrimiento, o sea buscar la causa del efecto que
estamos experimentando, vale la pena preguntarse a qué le tenemos miedo.
Si bien
la respuesta puede no ser tan obvia al principio, pronto saldrá a relucir aquella
sensación que no calificamos como miedo sino más bien como "qué hartera", "qué
pereza", o "qué aburrido" hacer esto o aquello. Al final, eso no es otra cosa que
miedo a sentir esa sensación, aunque el ego rehuse con toda su fuerza a admitir
que tiene miedo. En servicio, Santiago
NOTICIAS DE LA ASCENSIÓN, por Hortensia Galvis
LEY DE CAUSA Y EFECTO
La “Ley de Causa y Efecto” nos hace ver que en la vida
nada es fruto del acaso, y que siempre existe una relación entre lo que ha
ocurrido y lo que viene enseguida. Hermes Trismegisto la enuncia en la siguiente
forma: “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa, todo sucede de
acuerdo con la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no
conocida”.
Las religiones orientales llaman a este principio la
“Ley del Karma”, y la interpretan como un ajuste de cuentas, o pago por las
faltas cometidas cuando no éramos nosotros, sino otra persona. Sin embargo la
concepción Hermética no incluye normas punitivas semejantes. Solo aporta la
comprensión de que el hombre no es ningún pelele valpuleado por las fuerzas del
destino, ya que existe una correlación perfecta, entre la gama de vivencias de
cada ser, y las causas ocultas que las provocan. Plantea también que cada
experiencia, así sea dolorosa, es necesaria para el aprendizaje. Pero si
decidimos poner fin al sufrimiento, lo lograremos si nos enfocamos en descubrir
las causas y actuamos consecuentemente en modificarlas.
Hoy comenzaremos observando donde tienes problemas en
tu vida diaria, y justamente en esa área estará actuando la “Ley de Causa y
Efecto”. Por ejemplo, si tú como niño nunca aprendiste a ser ordenado, más tarde
en la vida esta carencia te generará conflictos. Tal vez con tu esposa; o en la
oficina, donde tendrás caos de papeles, cuentas y recibos. Con tu desorden a
cuestas irás dándote golpes contra mil obstáculos y seguramente vivirás echando
la culpa a los demás por tus reveses. Así coleccionarás problemas hasta el día en
que resuelvas mirar dentro de ti. De inmediato se te revelará allí la visión de
tu desorden como el origen de esos choques que te persiguen sin ninguna tregua.
Si usas tu inteligencia, en adelante ser ordenado será tu prioridad. Cuando lo
logres tu realidad cambiará, y en vez de tropezones cosecharás satisfacciones.
La finalidad de la vida es transformar todo aquello que
nos causa sufrimiento en paz interior y felicidad. Para lograrlo se nos dan todas
las oportunidades necesarias. Estas se presentan como confrontaciones dolorosas,
todas originadas por la misma falla. Tendrás múltiples repeticiones de la misma
lección, lo que prolongará tu sufrimiento hasta que corrijas el ingrediente
inapropiado a nivel de las causas. Se dice que vivimos rodeados de espejos, pero
en realidad se trata de otra aplicación más de la Ley de la Correspondencia:
“Como es adentro es afuera”. Es decir, si existe un problema a nivel
interior, lo viviremos reflejado en situaciones exteriores, hasta que logremos
sanar ese aspecto débil dentro de nosotros mismos.
Si por ejemplo, eres alguien colérico, permanentemente
se te presentarán experiencias de enojo. Por donde quiera encontrarás seres que
exhiban su trapo rojo como provocación para que embista ese toro furioso que tú
llevas dentro. Esa será tu “mala suerte”, hasta el día en que dejes de culpar a
los demás por tus tropiezos y mires hacia adentro. En tu interior verás que la
ira es la causa que te atrae tantas dificultades. Habrás aprendido tu lección de
sabiduría cuando pongas en práctica la determinación de no volver a reaccionar
automáticamente con el instinto. Cuando ya tengas tu conciencia afinada para
aceptar toda condición presente con serenidad y calma, hallarás paz y armonía en
las mismas situaciones donde antes sembrabas ira y deseos de venganza.
|