"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve
buscarla afuera."
Francois de Rochefoucald
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EDITORIAL
Hola,
Por allá en las "altas esferas" antes de
que naciéramos a esta vida, cuando estábamos en estado de consciencia pura,
acordamos que ya que íbamos a meternos en este juego de la tercera dimensión,
sería más divertido si entre nosotros nos procurábamos experiencias de vida humana
por las que aún no habíamos pasado. ¡Qué interesante, un nuevo juego!
Así,
realizamos una serie de acuerdos con otras "almas" para encontrarnos por acá y de
esa forma cada uno jugar con el otro según lo que habíamos acordado antes de
entrar al juego.
Pero como nuestro ego no existía en aquel momento cósmico en
que hicimos los acuerdos del juego, pues es natural que no entienda nada acerca
de las experiencias por las que pasa en esta vida humana, ni que mucho menos sepa
que estas son el resultado de acuerdos de juego. Es más, el solo hecho de
pretender concebir una realidad ilimitada y atemporal ya es suficientemente
difícil para él, y como la ignorancia es sufrimiento, pues el ego sufre.
Pero
dentro de los acuerdos que hicimos, acordamos también que en un determinado
momento, según correspondiera, nos iba a llegar información que nos haría
recordar, lentamente y a través de la experiencia vivida, quiénes éramos
realmente y que esta vida humana realmente es un juego. Poco a poco, nos
acercamos a ese momento.
En servicio, Santiago
NOTICIAS DE LA ASCENSIÓN, por Hortensia Galvis
NUESTRAS RELACIONES
El desarrollo de la conciencia es un viaje que nos
lleva desde lo conocido hacia lo desconocido. En esa travesía el itinerario es
fijo, pero cada cual es libre para acelerar o retrasar su avance. A lo largo de
la vía hay paradas, donde algunos seres salen de nuestra vida; y otros entran
para sustentar la trama de nuevas experiencias. Cada una de las relaciones que
entablamos tiene un propósito, que es el de acercarnos cada vez más al “conócete
a ti mismo”, o final del recorrido.
El encuentro con otros seres no es fortuito.
Compartimos nuestra vida solo con quienes vibran en resonancia con algún
fragmento de nuestra personalidad. Según la sabiduría de los Esenios, el poder de
atracción se activa cuando se cumple una de estas cuatro condiciones:
• Atraemos seres que puedan servirnos de espejo, para
que, observando un defecto determinado en el otro, lo cambiemos dentro de
nosotros mismos.
• Atraemos aquello que juzgamos como inadmisible. Así
nos vemos obligados a comprender, aceptar y respetar la libertad de ser y de
obrar de nuestros semejantes.
• Atraemos situaciones y seres que puedan brindarnos la
vivencia de nuestros temores más intensos. Solo en esta forma podemos aprender a
superar el miedo.
• Atraemos a quienes puedan mostrarnos los valores que
perdimos, para que podamos integrarlos en nosotros nuevamente.
En términos espirituales llamamos “pruebas” a
situaciones específicas, provocadas por dificultades con los demás y con nosotros
mismos. Quitar esas “piedras del camino” es una tarea que se prolonga según sea
nuestra actitud. Sin embargo, para todos el aprendizaje tiene una secuencia que
es irrevocable. Nuestros desequilibrios interiores causan conflictos exteriores,
que primero debemos resolver a nivel físico, luego estabilizar en el mundo de las
emociones y más tarde superar como obstáculos del plano mental.
Al principio el individuo se ve confrontado con sus
apetitos desbocados. Estará en problemas por abusos en la comida, la bebida, la
sexualidad, y la ambición desmedida por obtener dinero y poder. Hasta que no
adquiera un control, que equilibre esas inclinaciones, tendrá que repetir una y
otra vez las mismas dificultades. Estas desaparecerán cuando amplíe sus
aspiraciones más allá de los placeres físicos.
Seguidamente son los complejos y las perturbaciones
emocionales las que colorean la realidad. Hay que aprender entonces a disolver
impedimentos como el miedo y el odio, que son la base de muchos males, y domar,
además, su séquito de acompañantes. Algunos de ellos son: inseguridad,
inconstancia, mezquindad, falta de sinceridad o de integridad, rigidez,
fanatismo, timidez, y tantas otras distorsiones semejantes.
En el siguiente peldaño domina la mente. Las pruebas en
esta etapa están dirigidas a disolver el orgullo, la arrogancia y la crueldad de
algunos seres, cuando la fama, la fortuna, o el desempeño intelectual los apoyan
para sentirse superiores. Los conflictos se generan cuando el individuo tiene
como hábito el rechazo y la crítica mordaz hacia quienes considera incapaces, o
inferiores. La intolerancia lo va dejando solo, privándolo de las relaciones
necesarias para que su calidad de vida sea satisfactoria. Pero, en la medida en
que se diluye esta forma de tiranía creada por la mente, el ser se integra y
desarrolla su intuición, que le abre la percepción de realidades más sutiles.
Amigo, ¡examina hoy minuciosamente cada una de tus
relaciones! Ellas son el escenario donde estás haciendo tus prácticas para
adquirir sabiduría. Tu recorrido es largo, porque se trata de llegar a dominar
las reacciones instintivas, y despertar un propósito consciente en todas tus
expresiones. Cuando surjan los problemas no generes resistencia, están ahí para
que aprendas una lección sobre ti mismo. Porque quienes hacen parte de tu
destino, son trozos de tu ser que debes reconocer, para cancelar el dolor y las
heridas que te agobian. Todos los seres somos una sola presencia fragmentada, con
el amor como único pegamento capaz de ensamblar esos pedazos, y ponerlos a vibrar
al ritmo de un solo corazón.
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