CONFERENCIA
SIDA 03-05-2008 organizada por DiproRed, Difusión de Profesionales en Medicina
Interdisciplinaria www.diproredinter.com.ar
EN
BUENOS AIRES
EL SIDA Y EL VIH –
DIAGNÓSTICO CON BIOELECTROGRAFIA KIRLIAN
ASPECTOS
ACTUALMENTE IGNORADOS SOBRE SUS CAUSAS
con
implicaciones para su tratamiento y pronóstico
por
JENS
JERNDAL M.D.(MA), M.Sc., B.A., D.Sc.h.c., FWAIM
jerndal@iplanmail.com.ar
Instituto
Vasa en Gotemburgo, Suecia.
Haileybury
& Imperial Services College, Hertford, Inglaterra.
Universidad
de Lund (Economía, Derecho Civil, Lengua Inglesa).
Universidad de Estocolmo
(Ciencias Políticas, Derecho Internacional).
Universidad de Uppsala (Lengua
Rusa).
Universidad Internacional Abierta de Medicinas Complementarias, Sri
Lanka
(Acupuntura, Homeopatía, Medicina Holística).
Carrera
Médica:
Diploma en Acupuntura, Medicina Alternativa, 1982.
Práctica de la
Medicina Holística, 1979-1995.
Doctor en Medicina Holística (Universidad
Internacional Abierta de Medicinas Complementarias), 1987.
Catedrático de la
Filosofía y Principios de la Medicina Holística (Universidad Internacional
Abierta, Sri Lanka) 1991.
Miembro Profesional (Fellow) de la Asociación
Mundial de Medicina Integrada (India), 1994.
La verdadera historia del SIDA en
resumidas cuentas
En junio
de 1981 un investigador de Los Angeles, Dr. Michael Gottlieb, publicó un informe
sobre los primeros cinco casos documentados de SIDA, (aunque todavía sin esta
denominación). El Centro Estadounidense de Enfermedades Contagiosas reaccionó de inmediato y lanzó una
teoría que desde aquel momento ha
sido inexorablemente promovido por
todos los medios y condujo al dogma
actual sobre el SIDA y el VIH.
Nuestra
ciencia medica oficial, que es reduccionista, mecanistica y estrechamente
especializada, en seguida supuso
una causa única invasora, como una bacteria o un
virus.
El
Centro de Enfermedades Contagiosas,
fiel a su especialidad, en seguida supuso una epidemia contagiosa - de tan sólo
cinco casos! En aquel entonces - 27
años atrás - la medicina oficial todavía sabía muy poco sobre el sistema inmune
y como funciona. Culpar las drogas o las sustancias químicas era lo último que
le interesaba. Y esta postura sigue manteniendo.
En 1982
el científico francés Luc Montagnier del Instituto Pasteur en Paris pensó que
había descubierto un retrovirus nuevo, y mandó una muestra al prominente
virólogo de carrera Robert Gallo, en los Estados Unidos pidiendo su opinión.
Gallo se aprovecho de la confianza de Montagnier y se aventuró de alegar que el
descubrimiento fue suyo. Por eso
fue condenado más tarde por "mala conducta científica".
Una vez
que los medios de comunicación, con el aliento del Centro de Enfermedades
Contagiosas, infló esta enfermedad "gay" como una amenaza para la población en
su totalidad, y ya en 1983 los medios habían llamado la atención del público al
fenómeno de tal manera que pronto empezó a aparecer brotes de pánico. Una
solución se hacía urgente.
Entonces,
el 23 de abril de 1984, el Dr. Gallo, con el apoyo oficial de la Secretaria de
Salud y Servicios Humanos, Margaret Heckler, una abogada, dio una rueda de
prensa para declarar que había descubierto, en unos pocos pacientes que había
sometido a un test, un nuevo retrovirus y que era la probable causa del
SIDA.
El nuevo
retrovirus fue más tarde oportunamente bautizado VIH o sea Virus de
Inmunodeficiencia Humana. La palabra "probable" fué borrada de toda información
ya desde el día siguiente, sin más. No hubo nunca ningun debate científico, ni
se admitió desde entonces ninguna otra teoría o información sobre las causas del
SIDA que no coincida con el dogma oficial.
La
secretaria de Salud y Servicios Humanos, la abogada Margaret Heckler, declaró,
"Hoy añadimos otro milagro a la larga lista de honor de la medicina y ciencia
estadounidense."
La causa
del SIDA había sido establecida por decreto gubernamental y a través de un golpe
mediático.
Sería
pura coincidencia que era año de elección presidencial, y que Ronald Reagan
quería ser re-elegido?
Seguidamente
a la rueda de prensa, Gallo patentó
su test para anticuerpos al VIH, que luego le ha hecho multimillonario. Como voy
a explicar, este test - además de ser inadecuado y esencialmente sin sentido -
se convierte en una trampa mortal insidiosa para todos que dan resultado
seropositivo.
Ahora
que se había atribuido una causa al SIDA, había que encontrar un remedio. Y uno
apareció con velocidad de relámpago bajo los nombres de Ziduvine y Retrovir,
pero más conocido como AZT. Lo que poca gente sabe, es que la AZT fue inventado
originalmente como una quimioterapia contra el cancer a principio de los años 1960. Sin
embargo, debido a su extrema toxicidad, no fue nunca aprobado para administrar a
seres humanos, y por eso ni fue patentado, pero guardado y olvidado. Unos
cuantos años después, sí, fue patentado por la autoridad federal que lo había
desarrollado, el Instituto Nacional de Salud, pero todavía sin aprobar para uso
clínico.
Ahora
el patente de la AZT fue vendido al gigante farmacéutico Burroughs-Wellcome por
el Instituto Nacional de Salud, y aprobado de prisa, a base de tan sólo un
ensayo, que luego se demostró ser fraudulento, como el único medicamento
autorizado para tratar "la infección del VIH" y, por consiguiente el
SIDA.
La
AZT no es un medicamento "anti-retroviral"
como es falsamente reivindicado. Es un terminador de cadena de ADN, o sea un
veneno celular (quimioterapia) que ataca a todas las células sin discriminación,
impidiendo su reproducción, y tiene efectos particularmente nefastos sobre
algunas de las células más necesarias para la vida. En poco tiempo puede causar
la muerte de cualquiera, incluso los más sanos y fuertes. Se puede imaginar el
efecto que puede tener esta droga para el desarrollo de niños en
crecimiento.
La
larga lista de "efectos segundarios" graves e incluso letales, remeda con
exactitud la lista de síntomas de un SIDA fulminante. Que esto es cierto, se
comprueba fácilmente leyendo los folletos y las descripciones que los
laboratorios farmacéuticos tienen que proveer por ley. La explicación oficial es
que el virus ha salido con el suyo, y el paciente demuestra un caso de SIDA
fulminante a pesar del medicamento que, como
todos saben, no es capaz de curar, sólo frenar el desarrollo del virus por un
tiempo.
Lo
que no explican los que practican esta forma de medicina, es
1)
porqué hay tantos VIH-positivos desde hace muchos años, incluso desde que el
test se inventó en 1984, que no han tomado ningún medicamento, y que no se han
enfermado nunca;
2)
porqué la gran mayoría de los que han tomado el medicamento ya murieron,
mientras que los restantes están enfermos;
3)
porqué es tan importante tomar el medicamento, si se sabe que no ha podido curar
ni un sólo caso;
4)
cual es la prueba de que los que toman el medicamento y mueren dentro de unos
pocos años, hubieran muerto antes si no hubieran tomado el medicamento?
Especialmente como tantos de los que se negaron a tomar el medicamento no han
muerto y se encuentran con buena salud.
5)
el precio exorbitante del AZT, considerando que, debido a su historial turbio,
sacarlo al mercado debe de haber sido menos costoso que casi cualquier otro
fármaco. AZT ha
sido una de las drogas que más beneficio ha dado a Burroughs Wellcome, con
ventas de miles de millones de dólares, produciendo una alza de sus acciones en
la bolsa. Y eso a pesar de que todos que tomaron el medicamento como prescrito,
murieron agonizando después de muy poco tiempo.
Da
para pensar, el hecho de que esta vieja quimioterapia, que durante 20 años fue
prohibida a causa de su extrema toxicidad, ahora fue rápidamente aprobada como
el único remedio autorizado para pacientes con SIDA, todos ellos pertenecientes
a los "grupos de riesgo", o sea los socialmente indeseables homosexuales,
adictos abusando de drogas por via intravenosa, inmigrantes de Haití,
prostitutas y hemofílicos.
También
es escalofriante pensar que el último "grupo de riesgo", y de lejos el más
grande, a que se dirigen los esfuerzos de marketing de los ya varios remedios
basados en el AZT, es toda la población negra de Africa, y en particular sus
mujeres embarazadas y recién nacidos.
Ya en
1986, dos años después de la rueda de prensa de Gallo, empezaron a aparecer
algunos libros y artículos con opiniones alternativas sobre el SIDA exponiendo
una visión holística y constructiva. Sin embargo todos ellos fueron
efectivamente sofocados, y tanto las publicaciones profesionales de la medicina,
como los medios generales de comunicación lo ignoraron por
completo.
En 1987
el Dr. Peter Duesberg, Catedrático
de Biología Molecular y Celular de la Universidad de California en
Berkeley, miembro distinguido de la Academia Americana de Ciencias, y
considerado hasta entonces como el experto más destacado del mundo en el tema de
los retro-virus, se hizo el portavoz principal de una opinión discrepante en Estados Unidos.
El
Profesor Duesberg sostiene que el VIH no puede de ninguna manera causar el SIDA,
que el SIDA no es en absoluto contagioso, y que drogas de todos tipos
constituyen la causa principal del
fallo del sistema inmune que ahora llamamos el SIDA.
Hoy día
hay más de 5.000 científicos, médicos y otros profesionales de la salud que
están cuestionando los postulados de la doctrina oficial del SIDA, entre ellos
muchas eminencias dentro de sus especialidades, y varios Premios Nóbel. Sin
embargo los argumentos científicos de todos estos eminentes profesionales, por
cierto muy bien fundados, han sido parados sólo con insultos, burlas y befas, y
acusaciones sin fundamento, y nunca con contra-argumentos científicos - que
aparentemente no existen.
La
disidencia, como se ha llegado a llamar, tampoco ha podido tener sus opiniones
publicadas por los medios de comunicación, que aparentemente practica una
censura al gusto de la industria farmacéutica, que tiene enormes intereses
financieros en juego.
Hasta el
Dr. Montagnier, el descubridor original del VIH, ha declarado que en su opinión
el VIH no puede sólo causar el SIDA.
Duesberg
además sostiene que prescribiendo AZT para tratar el VIH, los
doctores de hecho producen SIDA en sus pacientes. Él,
provocativamente, llama a esto “administrar el SIDA por
prescripción.”
El
profesor Duesberg fue rápidamente sometido al tratamiento político de supresión
a mano dura. Los diarios científicos que habían publicado todo lo que había
enviado antes, ahora se rehusaban a publicar sus monografías. No le dejaron
hablar en conferencias ni participar en programas de televisión o radio. Fue
sujeto de fuerte presión por parte de las autoridades de la salud de los Estados
Unidos que primero intentaron sobornarlo para que regrese al rebaño aceptando el
dogma del virus. Y cuando no se inmutó, le amenazaron. El golpe final, cuando él
se resistió, fue la suspensión de sus becas de investigación y la degradación de
su estatus en la universidad.
A pesar
de luchar contra obstáculos tan pesados, Duesberg ha recibido cada vez más apoyo
de miles de prominentes científicos independientes y profesionales de la salud
de todo el mundo, los independientes sin intereses creados y que no corren el
riesgo de perder su trabajo y subsistencia por expresar opiniones prohibidas.
Es
importante darse cuenta de que aquellos que cuestionan la hipótesis oficial del
VIH-SIDA no tienen nada que ganar al hacerlo. Por el contrario, arriesgan sus
carreras y sus bienes personales, y les cuesta dinero. En duro contraste, para
la mayoría de quienes fanáticamente y sin prueba suficiente intentan imponer el
dogma oficial del SIDA, eso significa mucho dinero, poder político y prestigio.
Hace
unos años el presidente Mbeki de Sudáfrica decidió invitar a algunos de los más
prominentes científicos “disidentes” a un panel de discusión a escuchar
diferentes opiniones científicas sobre la causa y posibles remedios para el
síndrome. Al final los invitados del campo oficial "ortodoxo" se negaron a
debatir con los disidentes por falta de argumentos. La industria del SIDA se
sintió tan amenazada, que pagó una publicidad de página completa en los
periódicos estadounidenses para contrarrestar “unos pocos colegas que piensan
que la causa del SIDA está en duda”. Omitió el hecho de que los mencionados
“pocos colegas” ya sumaban varios miles e incluyen a algunos de los más
distinguidos expertos en la materia, entre ellos varios Premios Nóbel y
catedráticos de universidades muy prestigiosas. Si bien eso podría haber pasado
como simple distorsión de los hechos, su afirmación siguiente que “No existe tal controversia científica”
fue nada menos que una mentira descarada. La publicidad está llena de
aseveraciones injustificadas y engañosas. ¿Quién pagó esa publicidad? La
respuesta es “amfAR”, una organización “benéfica” del SIDA ¡generosamente
mantenida por el fabricante del AZT!
Por más
increíble que suene a muchos, el hecho es que aún no hay prueba alguna de que el
VIH causa SIDA, a pesar de la siempre presente y dogmática insistencia de la
prensa por ya 24 años con las frases: “El VIH, el virus que causa el SIDA” y
“SIDA, la enfermedad causada por el VIH”. Y ninguna de las costosas drogas
prescritas para el SIDA ha curado hasta ahora a un solo paciente.
Los que
confían en el coro bien ensayado de los medios de comunicación - por cierto muy
bien pagado con fuertes cuentas de publicidad - querrán afirmar que los nuevos
fármacos, HAART y otras - los llamados cocktails - han hecho milagros, prolongando la vida
y mejorando su calidad para los pacientes. Si bien las estadísticas indican que
eso sea así, siento tener que decepcionarlos. Cualquiera que haya seguido atenta
y objetivamente el desarrollo del SIDA y su tratamiento, sabe que los “efectos
colaterales” de las drogas han sido devastadores, y que aquellos que han elegido
no tomar las drogas prescritas han sobrevivido mucho más tiempo y con mucha
mejor calidad de vida.
Hay dos
datos importantes que han hecho posible esta grave
decepción:
El
primero es que el AZT fue prescrito en dosis masivas durante los primeros años,
y por esa razón la mayoría de los pacientes que tomaban las drogas prescritas
morían en menos de tres años. Esas dosis fueron luego gradual y muy
sustancialmente reducidas y esto solo explica la mayor supervivencia. Si
hubieran reducido la dosis a zero, no tengo ninguna duda de que las cifras de
supervivencia habrían sido todavía mucho mayores.
El otro
dato es que la base para las estadísticas publicadas ha cambiado con los años.
La mayor supervivencia mostrada en los últimos años es en parte sólo una ilusión
debido a la inequidad de los datos incluidos. Una explicación es que con la
proliferación de la redituable prueba de Gallo, la cantidad de gente sana
diagnosticada como VIH positiva ha crecido, y cuando más viven, mejores
estadísticas de supervivencia hay. La supervivencia de la gente con SIDA
fulminante tratada con quimioterapia es otra cuestión, y si ahora viven más
tiempo es porque reciben dosis menores de las drogas que antes, o drogas menos
tóxicas.
Un
factor adicional que también puede influir positivamente en el tiempo de
supervivencia es mayor concientización e independencia en los pacientes, con
mayor uso de formas alternativas de tratamiento.
El
SIDA es diferente a todas las otras
enfermedades.
El SIDA
es diferente a todas las otras enfermedades, infecciosas o no, por la simple
razón de que ni siquiera es una enfermedad. Es una condición del organismo
humano que permite a una enfermedad tomar dominio porque el sistema de defensa
no es activo o lo bastante eficiente. La gente no muere directamente de SIDA.
Muere de una larga lista de enfermedades que existían independientemente antes
del SIDA y que en general son fácilmente superadas por la gente con un sistema
inmune eficiente. La condición general que ahora llamamos SIDA también ha
existido siempre, aunque era rara y sin
diagnosticar.
El
diagnóstico oficial de SIDA (distinto de solo ser VIH positivo) es una
construcción que ha sido cambiada varias veces desde la documentación del primer
caso de SIDA. Requiere 1) una prueba de VIH positiva; 2) la presencia de una de
las enfermedades de la lista en aumento que han sido registradas como
acompañantes de, o resultado de, SIDA; 3) un recuento bajo de células
T.
Ésta es
una definición circular, que sólo admite casos de SIDA donde pueden ser
detectados ciertos anticuerpos. Todos los demás casos de SIDA, con los mismos
síntomas y pronóstico, no son llamados SIDA. A través de esta astuta pero poco
científica evasión, se sostiene que en todos los casos de SIDA el VIH está
presente. Entonces esta correlación del 100% artificialmente concebida se aduce
como “prueba” de que el VIH causa SIDA y que el SIDA es causado por el
VIH.
Pero aún
si hubiese una verdadera coincidencia del 100 % o una asociación entre el SIDA y
los anticuerpos del VIH, esto nunca podría ser aceptado como prueba científica
de causalidad. Si eso fuera prueba de causalidad, entonces es prueba más válida
aún que es el gallo quién hace que el sol se eleve cada mañana. Una correlación
del 100 % y siempre la misma secuencia de tiempo. ¡Consecuentemente, es una
prueba científica completa de que es el gallo el que trae el sol sobre el
horizonte cada mañana!
Aún así,
la correlación es sólo unilateral, pues mucha gente que ha sido diagnosticada
con SIDA como VIH positiva nunca ha desarrollado SIDA. Si pensamos que esto
suena como un inconveniente mayor para los promotores de la hipótesis de que el
VIH causa SIDA, estamos subestimando su capacidad de
recursos.
Hay dos
estrategias complementarias para evadir este pequeño problema. Primero
adoctrinar a la gente a creer que cualquiera que es “VIH +” debe
necesariamente desarrollar SIDA, y que, tomando las costosas drogas
“anti-virales” pronto, “retrasarán el comienzo del SIDA”, comprando así unos
años extra, aunque no haya cura para el SIDA hasta la fecha, y la muerte
finalmente es inevitable. Escandalosamente las drogas también afirman “mejorar
la calidad de vida” del paciente.
Una vez
que el paciente ha sido aterrado e intimidado o seducido a aceptar este régimen
de drogas, está condenado. Después de algún tiempo comienzan a desarrollar
“síntomas de SIDA” causadas por la "medicación", y en unos pocos años (cuántos
depende de la dosis administrada, el estado general de su sistema inmune y si
reciben terapias complementarias de apoyo) las drogas los matarán, y se
convertirán en las trágicas víctimas de la “epidemia” del SIDA, pronto promovida
a “pandemia”. Vean allí la prueba de que el VIH causa SIDA, y de que el SIDA es
incurable, a pesar de la heroica lucha de doctores y farmacéuticos contra esta
terrible enfermedad.
La
segunda estrategia es útil cuando una persona VIH positiva se rehúsa a tomar las
drogas. Es entonces declarada – sin prueba de ningún tipo – que el virus tiene
un período indeterminado de incubación o latencia, pero tarde o temprano se
manifestará el SIDA. La incubación asumida ha sido convenientemente prolongada
de 3 años cuando la hipótesis era nueva, hasta 20 años (o indefinidamente) según
los años han pasado mientras la gente VIH positiva sin drogas permanece
sana.
El hecho
es que no hay prueba alguna de que un resultado positivo del test de VIH predice
el síndrome del SIDA ni tampoco de que el AZT – o cualquier otra droga –
retrasará la aparición del SIDA. De hecho, lo opuesto es verdad, pues el AZT
inevitablemente produce SIDA en aquellos quienes lo toman
bastante tiempo, y así la correlación del 100% – junto con la "prueba" de que el VIH
causa SIDA – es reivindicada, si la persona VIH positiva toma AZT o
drogas similarmente tóxicas. ¡Sólo piensen en las jugosas ganancias de esta
estratagema para el inventor del método de prueba patentado, y el fabricante de
la droga! Y la correspondientemente grandes rebotes a aquellos en la autoridad
médica que han impuesto esta historia de horror en un público confiado,
adjudicando un monopolio de tratamiento a los fabricantes de drogas elegidos a
dedo, proscribiendo cada otra forma de tratamiento.
Incidentalmente,
para sumar insulto a la injuria, los métodos de prueba utilizados para
diagnosticar "infección de VIH" consisten en registrar anticuerpos inespecíficos
y por lo tanto sin sentido. Se ha descubierto que más de 60 – algunos ahora
dicen más de 70 – condiciones médicas comunes, sin relación con el SIDA ni con
el fantasmagórico VIH, pueden producir un resultado positivo en la prueba, entre
ellos la gripe común, cualquier vacuna, todo tipo de hepatitis, tuberculosis,
etc., etc., y hasta el embarazo! - ¿No debería ser esto más que suficiente para
derrumbar los cimientos del dogma imperante sobre el SIDA?
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