Asunto: | [RedLuz] Alice Bailey y la Naturaleza Interna del Hombre | Fecha: | Miercoles, 29 de Noviembre, 2000 06:30:48 (-0700) | Autor: | Ricardo Ocampo <anahuak @.............mx>
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UNIDAD MUNDIAL Y SERVICIO DE DIRECCIONES PARA EL FESTIVAL DEL HOMBRE
Tumbridge Wells, 1980
por el Profesor D II Reader
M.A., Ph D (Cantab) Universidad de Londres
Alice Bailey y la Naturaleza Interna del Hombre
Las personas que reivindican poder comunicar información acerca del mundo
a través de las fuentes esotéricas son tachadas de sospechosas
automáticamente. El hecho es que, cada vez hay más y más datos disponibles
de este tipo, con un contenido consistente, lo cual nos obliga a
evaluarlos. Los dieciocho libros y unas diez millones de palabras acerca de
Alice Bailey pueden ser un ejemplo de ello.
Alice por si misma no era una mujer mística, ni tampoco tuvo ninguna visión
como tal. Nació en 1880 y tuvo una infancia bastante experimentada en
lujuria, soledad y llena de interrogantes. A los 15 años de edad, tuvo una
visita de alguien a la que ella reconoció como el Maestro de la
Sabiduria, quien le dijo que tenia un trabajo que hacer cuando cambiase su
disposición (bastante desagradable en esos momentos). No fué hasta que tuvo
39 años y tres niños cuando estuvo por primera vez en contacto con el
Maestro Tibetano en un nivel espiritual. Se anunció a través de una nota
musical. El le comunicó que escribiría a través de ella un libro. En el
evento, que duró de 1919 a 1949, publicaron juntos 18 volúmenes, muchos de
ellos son el tema de este artículo.
Voy a encarar el tema como si verdaderamente haya sido Alice Bailey quien
haya escrito estos libros, pero hay factores que juegan tanto a favor como
en contra de esta interpretación. Los libros están escritos en su propio
estilo de inglés; también, los tibetanos dicen en uno de ellos que no es
tan fácil describir sus ideas en el medio occidental y ella , por otro lado,
sugiere alguna correción de vez en cuando. Así, en los últimos libros
puede haber distorsiones debidas a la personalidad cultural de Alice y a
sus propias limitaciones. Por el otro lado, tenemos un auténtico ejemplo de
la influencia de su propio idioma y la influencia de su Maestro en los
escritos de su Autobiografía Inacabada. Es diferente el estilo y conserva
parte de su personalidad: nacida en una familia bien pero esencialmente una
mujer que no ha desarrollado su intelecto. El conocimiento mostrado en los
libros, por ejemplo en la naturaleza del tema, muestra una evolución más
refinada de la que ella poseia en ese momento. Es más, sus escritos parecen
armonizar con los descubrimientos de los físicos teóricos de hoy en dia.
Finalmente, el lenguaje con el que están escritos los libros son de una gran
majestuosidad y claridad; y hay una consistencia de pensamiento muy por
encima del rendimiento de los escritos, que sugiere un entrenamiento
sistemático. Como todos los grandes sistemas de conocimiento, las enseñanzas
tibetanas tal como son reveladas a través de Alice Baley contienen ciertas
presuposiciones básicas. En ellas se incluye la suposición del libre
albedrio, el desarrollo, la evolución del alma hacia Dios, pasando por un
gran número de encarnaciones, y la presencia de energia como la sustancia
mental básica del universo.
En la segunda presuposicion de la evolución espiritual, el Maestro comenta
en uno de sus últimos libros, La Exteriorización de la Jerarquía: "Deberias
recurrir al lugar en donde la bondad innata del ser humano pudiese
finalmente triunfar ( en cualquier caso), porque la cosa más escabrosa puede
superar la tendencia universal de la bondad. (Así, porqué la reencarnación
es necesaria?) Olvidais que las fuerzas diabólicas poseen una potencia que
pueden destruir las formas muy fácilmente, tanto que las almas avanzadas no
puedan reencarnarse, por tanto estais directamente afectados por el
plan-tiempo del proceso de evolución; vuestra evolución puede retrasarse
muchísimo (quizás por milenios), y por tanto retrasarse la manifestación
del Reino de Dios. EL quid de la cuestión es que la evolución espiritual no
es automática ni rutinaria. Estamos inmersos en algo parecido al conflicto
maniqueo entre la luz y la oscuridad, en donde las fuerzas de la oscuridad
siempre están activas y pueden causar un tremendo daño.
El maestro sopesa nuestras dificultades en Occidente, en un trabajo que
pronto verá la luz, "El discipulo en la Nueva Era", vol.1, en donde El dice
que el material para el discipulo con el cual los maestros tratan es de más
alta calidad que en tiempos anteriores. No obstante, el experimento de
llevar la nueva técnica del trabajo de grupo tiene que ser llevado a la
civilización Occidental, donde está el estrés y la tensión. El vivir con
ese estres impone en todos los aspectos de la vida una preocupación y un
esfuerzo indebido, pero si el resultado es exitoso, el grado de la materia
sube a un nivel más sútilmente poderoso. La jungla de Occidente es de un
tipo diferente a la de los paises del Este. En Occidente piden la paz desde
un estado de confusión por el (y de cansancio); la piden persistentemente en
vez de desearla por su mal estado de salud. Para los discípulos en el
Occidente no hay retiro del mundo, no hay espacio para la calma y el
silencio de lo que en hindu es llamado el samadhi, una completa separación
entre los llamados del cuerpo y las emociones. El trabajo tiene que hacerse
en medio del ruido.
La Evolución Espiritual para el hombre occidental, supone una larga lucha en
soledad contra las fuerzas adversas de las que frecuentemente se quiere
escapar, y de las que uno deberia algunas veces sentirse sometido. El
factor necesario es el uso del libre albedrio, libremente y de una manera
voluntaria, eligiendo la bondad. Así, Cristo (el Maestro de los Maestros) y
la Jerarquía Espiritual nunca infringen el derecho divino del ser humano de
tomar sus propias decisiones y de alcanzar la libertad luchando por
conseguirla. De todas maneras, dentro del vasto proceso del Plan, incluyendo
la majestuosidad de la entera evolución planetaria hay de hecho, una
unidad de destino como hombres, como grupo de evolución, sin libre
albedrio. El universo está finalmente determinado , como un reloj
"desovillando" el tiempo. El hombre está sujeto a lo que llamamos " los
actos de Dios", y anteriormente, no hay ayuda, no hay elección ni posible
escape. Pero todo ello forma parte del Plan último.
Esta situación implica que una elección tomada erróneamente hace que se
ponga en marcha la ley karma o la Ley de Causa y Efecto en el reino humano.
No es correcto ver esta ley como meras retribuciones como muchas personas
hacen. No sólamente hay mucho más karma "bueno" que "malo", sino que a
través del fuego purificador del dolor y el sufrimiento se nos guia siempre
hacia arriba dentro del camino espiritual, más o menos duramente, en la
medida en que necesitemos creer en ese momento.
En estos momentos, deberia decirse que todo está muy bién, pero qué hay de
nuevo en todo ello? Seguramente, algunos fragmentos pueden ser encontrados
en cada fé y todo este asunto es solamente un lio esotérico que quizás Alice
Bailey mezcló en sueños? El libre albedrio y el derecho a elegir la maldad
en lugar de la bondad se puede encontrar dentro de la fé cristiana; la
evolución espiritual es común en otras religiones, por ello se han añadido
las nociones de hinduismo sobre el karma y la reencarnación, las cuales
generalmente son aborrecidas por la civilización occidental.
Hablando en términos de una exposición aún incompleta, la repetición
solamente puede hacerse en referencia a los sustanciales pasos que tienen
que ser andados hacia las respuestas de estas antiguas cuestiones teológicas
de identidad, maldad y sufrimiento. Hablando desde el término de lo que
somos, nosotros poseemos una identidad como almas individuales dentro de un
largo y finalmente triunfante dia hacia la Luz. De ese modo, un sentido
dentro de nosotros sabe adonde nos dirigimos, o al menos cómo llegar. El
problema de la existencia de la maldad está presente para que podamos
recorrer esa jornada usando nuestro libre albedrio, eligiendo nuestro
propio camino. El justo sufre precisamente porque está en el Camino y porque
está sujeto a la ley del karma, el triunfo del injusto es breve porque sólo
puede escapar temporalmente de sus responsabilidades refugiándose bajo la
bandera de las fuerzas oscuras. El propósito de la evolución a través de las
reencarnaciones es porque el Logos Planetario, o Dios, tal como le conocemos
nosotros, está evolucionando también. A medida que nosotros evolucionamos
espiritualmente, nos volvemos parte de Su propia evolución.
El tema básico que posiblemente llevaría a Alice Baley a tener un pique con
la iglesia ortodoxa es desde luego el de la reencarnación, y seguramente se
deberian decir más cosas al respecto. Entre las leyes del cuerpo esotérico,
la reencarnación es referida como la Ley del Renacimiento. Podemos aclarar
la confusión que existe entre la reencarnación y la transmigración de las
almas; se ha interpretado ésta última, diciendo que el alma del hombre
puede encarnar en seres inferiores al humano, en animales o incluso en
inferiores formas de vida. La Ley del Renacimiento supone, contrariamente,
un proceso de evolución progresiva, permitiedo a los hombres desarrollarse
desde el materialismo más grosero hasta el principio de perfección
espiritual . Este proceso es variable en cada persona, va a depender de sus
circunstancias y de su actitud en la vida. Es la expresión de la voluntad
del alma; porque es el alma la que se encarna, eligiendo y construyendo el
cuerpo físico, emocional y mental apropiado para que pueda, a través de
estos vehículos, aprender las lecciones necesarias. Es un hecho
significativo, hablando en términos de la Nueva Era, que el Alma se
reencarne en grupos, en grupos de una edad determinada. Nos encarnamos
cíclicamente, bajo la Ley del Renacimiento, para poder alcanzar una buena
relación con Dios y con sus criaturas. Cuando un hombre ha aprendido a no
responder de una forma separada como un yo, se libera de su propio karma y
sigue buscando la conciencia plena en un grupo, ya no más en sí mismo
solamente. El alma se despierta en todas las formas y aspira llegar a la
plenitud y a la elevación del Cristo (EPH IV : 13).
La creencia en la reencarnación tal como es interpretada por Alice Bailey
parece inicialmente tener ventajas e inconvenientes si la comparamos con la
creencia hindú o cristiana. A los occidentales nos parece repugnante la idea
de pasarnos una eternidad trabajando duro dentro de la rueda de la
reencarnación y, a cambio, no haber pasado en términos de evolución a
otros niveles más elevados de existencia. Aquí, los iniciados en el camino
siempre tienen la libertad de mejorar mediante el propio esfuerzo y la ayuda
y el coraje de la Jerarquía de los Maestros. Por otro lado, los Cristianos
se quejarian de que no puede haber un ajuste de cuentas desde el divino amor
de nuestro Señor Jesucristo y de su inmenso sacrificio de redención en la
Cruz. No puede haber, en otras palabras, la posibilidad de un cortocircuito
del Karma.
Este malentendido es debido al especial sentido de desarrollo en el concepto
de Amor en las enseñanzas tibetanas. Nos anima a meditar profundamente en
tres altas expresiones del amor: Amor en la Personalidad, Amor en el Ego o
Alma y Amor en la mónada del Cosmos. El Amor en la Personalidad (la más
baja vibración) se va desarrollando desde el amor a uno mismo, como el
centro de todo, el amor a la familia y amigos, amor a otros hombres y
mujeres hasta llegar al amor por la humanidad como amor y conciencia de
grupo, la cual es la característica predominante del Alma. Amor en el Alma,
gradualmente llega a ser amor por la humanidad dentro del amor universal:
un amor que envuelve todas las formas de la divina manifestación de la vida.
Expresar este amor, tal como dijo San Francisco, es en esencia ayudar a la
evolución; sacrificarse por ella tal como hizo Cristo durante la agonía,
asumiendo las más vastas vibraciones terrenas.
El punto verdaderamente importante es que los tibetanos no hablan para nada
del amor de la personalidad. Considerado el Amor verdadero para muchas
personas, este tipo de amor (él dice) no es realmente amor, sino afecto:
una mezcla del deseo de amar y el de ser querido por razones de seguridad.
El amor más alto, no es ni un sentimiento ni una emoción. Es el manejo de la
fuerza que guia los mundos, que nos dirije hacia la integración, la unidad,
incluso la fuerza que Dios es en acción. El amor espiritual es algo muy duro
de cultivar (debido a la naturaleza egoísta inherente al ser humano). La
expresión del amor espiritual nos pide que demos lo más grande que puede dar
un ser humano, y que acabemos con nuestras actividades egóticas.
Después de entender completamente lo anterior, necesitaremos explorar otra
característica que sobresale de las enseñanzas tibetanas sobre el contacto
con el alma. Aquí debo hacer referencia a uno de los mejores libros escritos
a través de Alice Bailey, El Tratado de Magia Blanca, el cual puede
sorprender profundamente a los científicos por su amplia perspectiva del
universo. Como ya es usual en estas enseñanzas, la frase magia blanca tiene
otro significado del que comúnmente se le da. La magia es el uso de la
energia por medios paranormales, y la magia blanca es el correcto uso de esa
energia a través de la voluntad concentrada para el beneficio de la
humanidad. El mago blanco es aquel que beneficia a todos con su voluntad.
El mago del camino del lado izquierdo, el contrario, trabaja solo, o coopera
con otros con fines ocultamente egoistas. Estamos aquí para recordar que
incluso los hermanos del lado oscuro son nuestros hermanos, que aunque
equivoquen su camino, siguen siendo hijos del unico Padre, perdiendose en el
materialismo y alejándose del Plan Espiritual.
El concepto de magia blanca y negra, tiene a su vez, como una moneda, dos
caras diferentes, dando un nuevo giro al concepto cristiano del pecado. La
única manera en que el pecado cobra algún significado, es en la separación
del hombre con Dios, y sus dolorosos esfuerzos para ascender de nuevo hacia
Él. Nuestra libre voluntad hace que usemos muchas veces nuestra energias
para desviarnos del camino de la expansión de la conciencia y por tanto de
la union, eso es lo que se llama pecado. En la medida en que abrimos las
puertas a las fuerzas oscuras estamos viviendo en pecado, porque la
oscuridad nos arrastra fuera del camino. Si un hermano del reino del
oscuro gana control sobre otro hombre, tan sólo demuestra que el hombre
tiene sus puntos débiles. La puerta tiene que ser abierta por el hombre
mismo, de ahí la necesidad de ser escrupulosamente puros: limpiando el
cuerpo físico, aprendiendo a estabilizar el cuerpo emocional y desarrollando
la pureza de nuestros pensamientos. Cuando ello suceda, habrá coordinación
en los cuerpos más bajos y la propia persona será quien se permita a si
mismo la entrada.
El Tratado de Magia Blanca se basa en el poder mágico del alma, o cual es
la mejor manera de vivir la vida desde el hombre espiritual. El libro se
basa en 4 postulados, o posiciones elementales de la verdad que pide el
pensador. Todo ello nos lleva a una tercera suposicion sobre la energia con
la que empezamos y son de una gran importancia :
1. Existe en el Universo una Energia o Fuerza de Vida que es la responsable
de todas las formas de vida. Estas formas de todos tipos son, por tanto, la
espresión del tiempo y del espacio de la energia central universal. 2. Esta
Energia o Fuerza de Vida manifestándose a través de la materia, produce un
tercer factor que es la conciencia (también una forma de energia). Así,
todos los aspectos de la Fuerza de la Vida toman tierra y crean una forma de
algún tipo, más vasta o refinada, y asumen existencias separadas como
nosotros, con vibraciones específicas y estabilizadas. Cuando el tiempo y el
espacio desaparecen, como ocurre con la muerte, la unidad central de la
Fuerza de la Vida se reafirma, y sólo el espíritu permanece. 3. El por qué
esta vida toma forma de ésta manera, es por el desdoblamiento de la
conciencia de la revelación del alma, expresada a través de la luz. Los
conceptos de luz y sonido, ambas formas de energia, son de gran
importancia dentro de las Enseñánzas de los Maestros. Velada y oculta
detrás de cada forma de expresión de esa energia está la luz, la orden
original, "que todo sea la luz" antes de cualquier creación, pero Luz
también significa comprensión, despertar, iluminación. 4. A todos se nos
reconoce por la cualidad de nuestra luz, hay algunos que pueden incluso ver
el aura, cuyos colores hablan de la calidad particular de cada ser
individual. 5. Todas las vidas se manifiestan de una forma cíclica. Esta es
simplemente la ley de la reencarnación, la cual ya ha sido exminada
anteriormente, la cual hace referencia al perfeccionamiento gradual del
aspirante a través del desdoblamiento de la conciencia.
Los Maestros continúan el libro hablando de la Naturaleza Interna del Hombre
y de algunos detalles respecto al Cuerpo, Alma y Espíritu. Cada una de
estas entidades toman su turno, prestando una atención especial al Alma,
como el nivel al que todos aspiramos. Los tibetanos, hablando primeramente
del Cuerpo, afirman que pensamos erróneamente conocerle. Ha sido estudiado
durante siglos a nivel de su anatomía, pero de hecho, está sujeto a la Ley
de la Analogía - tal como es arriba es abajo-. Su sentido es que el cuerpo
refleja el alma y el alma refleja el estado del cuerpo. El cuerpo es la
expresión de la energia del alma, y por tanto, finalmente, un reflejo de la
Fuerza de la Vida, pero también tiene otros atributos importantes que no son
puramente materiales. Primero de todo, debemos recordar que finalmente no
queda nada en el mundo creado que no sea energia en movimiento, y que cada
pensamiento dirige algún aspecto de esa energia. Así, trabajando con y a
través de nuestros cuerpos, trabajamos con y en nuestra energias; de hecho,
tanto la actividad positiva o negativa en el plano físico, es debida
simplemente a la dirección positiva o negativa de las corrientes de nuestra
fuerza mental y no está relacionada con algo inherente a las propias
energias.
En segundo lugar, el hombre se mueve en un remolino de fuerzas de todos
tipos y cualidades y está relacionado con el resto de energias del
universo. La conexión es debida a lo que se llama el cuerpo etérico, que es
mucho menos denso que la materia física, es un molde y al mismo tiempo
envuelve el cuerpo físico. Tiene muchas funciones en relación con su
contraparte más densa. El cuerpo etérico acumula luz radiactiva y calor,
para controlar la transmisión con el cuerpo físico forma una barrera
entre el plano físico y el peligroso plano astral que sólo puede ser
transcendido cuando la conciencia está suficientemente desarrollada para
permitir salir del astral. El denso cuerpo físico, compuesto por átomos,
cada uno de ellos con su propia energia, luz y fuerza, se mantiene sólido y
se expresa a sí mismo gracias a las energias que componen el cuerpo etérico.
No sorprende entonces que los desórdenes en el cuerpo etérico tengan
consecuencias calamitosas en el cuerpo físico. De hecho, una 'congestión'
etérica podría traducirse en muchas enfermedades físicas o mentales. Los
Maestros nos cuentan que la mejor prevención es poner en marcha el Alma.
También resaltan que otra intervención directa de curación mediante la
movilización de las energias es posible en cualquiera de los niveles más
bajos de enfermedad física, etérica o mental. Mas arriba de estos niveles,
no es necesaria, ya que a esos niveles todos tenemos una salud perfecta.
El cuerpo etérico está formado verdaderamente por una red de canales
finísimos o líneas de fuerza, y hay puntos donde estas líneas se cruzan y
entoces forman centros de energía, y donde estos corrientes de energia se
juntan y se cruzan con mayor intensidad, es a lo largo de la columna
vertebral hasta la cabeza, allí están los siete centros más importantes.
Todo el tema de los centros de energia es peligroso si se entiende
equivocadamente, constituyen un peligro si son despertados prematuramente o
energetizados excesivamente, toda esa área puede ser una amenaza para el
experimentador ocioso. El Maestro nos advierte de que no encedamos el fuego
estimulando prematuramente los centros. Antes bien, deberíamos emplearnos en
desarrollar en nuestra vida el altruismo y la purificación, en conocernos a
nosotros mismos y en servir a la raza de los hombres en una abnegación
completa. Cuando todo ello ya se haya hecho, y el hombre haya elevado y
estabilizado sus vibraciones, verá que el desarrollo de sus centros ha
seguido un curso paralelo a su evolución, y que las energias se han elevado
también de los centros por debajo del diafragma hacia los centros
superiores.
Esta línea de pensamiento se dirije naturalmente al Alma y a su desarrollo.
Los tibetanos otra vez, nos dan nueva información sobre la naturaleza del
alma la cual posee una inusual pero persuasiva cualidad. El Alma no es ni
mucho menos la suprema entidad de Cristo enseñándonos, como la intermediaria
vital entre la materia y el espíritu. Es, como seguramente los cristianos
estarian de acuerdo, el vínculo entre Dios y la humanidad, pero al mismo
tiempo, sostiene todas las formas (tal como hace el cuerpo etérico a un
nivel más bajo), y por tanto Dios debería expresarse a través de todas esas
formas.
El alma es, por tanto, la que provee a las formas materiales de sus
caracterísitcas distintivas. Actúa sobre la materia, forzándola para que
asuma ciertas formas para que pueda responder a ciertas vibraciones y pueda
construir formas visibles en el mundo material, al que reconocemos como
mineral, vegetal, animal y humano, y formas más elevadas que no podemos ver
con nuestros ojos.
Las claras implicaciones que siguen son que todas las formas tienen alma.
Las cualidades, vibraciones, colores, etc., en todos los reinos de la
naturaleza tienen cualidades del alma. El alma es el factor conciente en
todas las formas. Por tanto, deberia definirse, dicen los tibetanos, como
un aspecto significativo de cada forma (hecha por la unión del espíritu y
la materia), la cual siente, registra los sucesos, siente atracción o
rechazo, responde o retarda la respuesta, y hace que todas las formas estén
en una condición constante de actividad vibracional.
Aún más, el alma del Hombre conciente de sí mismo, está en armonia con el
alma de todas las cosas. Ello es una parte integral del Alma Universal, y
por esa razón puede darse cuenta del propósito consciente de la Deidad.
Puede de una manera inteligente, cooperar con la Voluntad de Dios y por
tanto trabajar en el Plan de la Evolución, pero en primer lugar, como ya
hemos visto, debe contactar con el ser inferior, antes de lo cual permanece
en profunda meditación.
Otras de las cualidades ligadas al desarrollo del alma y que por tanto
necesitamos cultivar, son la alegria y la felicidad. La cuestión aquí es que
la depresión y otras mórbidas preocupaciones, desembocan en una sensibilidad
enfermiza. La crítica a los demás, lleva al discípulo a una condición de
inutilidad. Por el contrario, la felicidad está basada en la confianza de
Dios, en un sabio uso del tiempo y en el perdón de sí mismo. Los Maestros
nos alientan para que disfrutemos con todas las cosas agradables que lleguen
a nosotros, con esa responsabilidad de esparcir alegria y no revelarnos
contra la felicidad y el placer en el servicio, porque si no hay alegría,
felicidad, es un signo de que las cosas no van bien.
El Maestro diferencia sobradamente felicidad, alegria y éxtasis, como los
tres niveles a los que nos hemos familiarizado hasta ahora. Primero, la
felicidad se asienta sobre las emociones, y es una reacción de la
personalidad bastante apropiada en la escena total de las cosas. Llega
cuando la personalidad se encuentra con las condiciones que satisfacen
alguna parte de su baja naturaleza. Por tanto, la felicidad es la meta del
ego separador.
Cuando buscamos vivir como almas, lo que hace estar contento al hombre de
vibraciones bajas, hace estar descontenta el alma, encontramos alegria en
las relaciones con los demás y atraemos hacia nosotros las condiciones que
nos llevan a poder expresar mejor el alma en el grupo. Todo ello encierra
una paradoja oculta, ya que enmedio de esa profunda y personal angustia
e infelicidad, la alegría del alma se conoce y se siente.
Finalmente está el éxtasis, que está en la naturaleza del Espíritu y del
cual se dice es infructuoso hasta que el alma hace realidad la unión con el
Padre. A pesar de que el Maestro nos impulsa a sentir la alegria, la
cualidad del alma a la que podemos aspirar, la alegria está basada en el
conocimiento de que la humanidad siempre ha triunfado a pesar de las
aparentes debilidades y de la destrucción de pasadas civilizaciones.
Serán también motivo de consideración otras tres caracterísitcas integradas
en el alma, y veremos como la figura del tres no es por accidente. Estas
tres cualidades con: indiferencia, impersonalidad e imparcialidad, y deben
ser consideradas de forma muy cautelosa, desde que algunas personas
entendieron estas cualidades de forma negativa, como significando estar
aparte de todo y en una actitud ausente de amor. De hecho, estas
características resuenan perfectamente con lo que se ha dicho anteriormente
sobre el alma.
El concepto de indiferencia significa el poder alcanzar una actitud neutral
hacia lo que es llamado el no-ego. Es la actitud de no prestar una atención
indebida al cuerpo físico, a los cambios de humor y los sentimientos, o a
las condiciones mentales. El cuerpo existe y necesita de cuidados;
los estados de ánimo y los sentimientos son potentes y agotadores y son
fuente de mucho malestar. Pero debemos pactar con ellos, dice el Maestro, no
luchar contra ellos, sino substituyendo nuestros intereses por otros,
ignorándolos y tratándolos con indiferencia hasta que mueran por falta de
atención.
Similarmente, cuando un hombre empieza a vivir como un alma, la primera
lección que debe aprender es que el Maestro trabaja con almas, y no contacta
ni cuida la personalidad, lo cual no representa que no pueda sentir angustia
por el inmenso sufrimiento del mundo, ni que no quiera liberarlo de ese
sufrimiento. Ellos se dan cuenta, mucho más que nosotros de las verdaderas
necesidades del mundo, y de la oportunidad de aprovechar ese sufrimiento
para avanzar espiritualmente hacia otro estado en el cual la agonía del
cuerpo y de la mente ya no sea necesaria ni apropiada.
Es a través de la impersonalidad que podemos disfrutar del trabajo, sin un
pensamiento de ego o felicidad, sin promesas de un éxito futuro y tal como
el Maestro bellamente lo expresa, sin exigir dolor por la tierna caricia y
contacto con aquellos más despiertos en conciencia que nosotros. Si esta
actitud no puede hacerse realidad, entonces deberemos reconocer el hecho y
comprender que ninguna culpa nos sujeta. Si funcionamos de manera
predominante en el nivel de la personalidad, no nos será posible acercarnos
hacia el grupo de Maestros al nivel mental. Si seguimos siendo muy
destructivos y personales, podríamos aún hacer daño y causar problemas al
grupo, podríamos ver los sucesos a través de la estimulación del grupo, para
los cuales aún no estamos preparados y hacernos añicos. Cuando hayamos
aprendido la lección de olvidarnos de nosotros mismos y no busquemos nada
para el ser separado, cuando permanezcamos firmemente sobre nuestros pies y
busquemos la ayuda dentro de nosotros mismos, y no fuera en los otros,
cuando la tendencia de nuestra vida sea la cooperación, solamente entonces
podremos pasar del estado pasivo al estado activo de grupo de trabajo.
En tercer lugar y con respecto a la imparcialidad, el trabajador de magia
blanca debe permanecer libre tanto como pueda de identificarse con lo que
ha creado o con lo que intentó crear. Mucho del verdadero trabajo del alma
se convierte en escabroso simplemente por el fallo del trabajador y el
constructor de no guardar silencio. Hablando prematuramente de lo
construido, se destruye lo que se ha intentado construir. Es solamente en el
espíritu de la verdadera imparcialidad donde se realiza el verdadero trabajo
del discípulo. Entonces es capaz de darse cuenta de que el que permanece en
su vida es simplemente un trabajador - una de las más grandes armas de la
jerarquia de los trabajadores- el cual supuestamente no continúa con las
inclinaciones de su personalidad, ni con sus objetivos ni deseos. No hay
nada más para él que trabajo y una constante asociación con las otras
personas. Ella debe ser, naturalmente, una persona que se aisla, con un
profundo anhelo de soledad, que no llega nunca a cumplir ese anhelo. Esta
es la pena que debe soportar para tener la oportunidad de conocer las
necesidades de la humanidad.
De una manera similar, el cansancio físico no debe perjudicar la 'utilidad'
del discípulo. Para muchas personas, las incapacidades físicas de diversos
tipos van minando su trabajo; pero aquellos que están en el camino, a
menudo tienen la curiosa capacidad de continuar, sin importar lo que les
esté sucediendo físicamente. El cuerpo puede llegar a ser el reflector de la
vida mental, en la cual el discípulo permanece esencialmente no afectado
por las condiciones externas. Aprende a vivir con sus incapacidades físicas
y su trabajo mantiene su elevado nivel de siempre.
La recompensa para aquellos que se sobreponen a los casi siempre temporales
obstáculos en el camino del alma es enorme. La serenidad , en primer lugar.
Aquí el Maestro señala rápidamente que serenidad y paz no son exactamente
la misma cosa. Claramente la paz debe ser siempre temporal, y está
relacionada con el mundo de los sentimientoso y cualquier situación en la
que nos podemos encontrar obstáculos. Es esencial para el progreso que cada
paso dado hacia adelante este marcado por obstáculos y por situaciones de
crisis y caos, que cuando son dirigidas adecuadamente son seguidas por
cortos períodos de paz. Pero esta paz no es serenidad, y a un discípulo no
se le permite 'engrandecerse' dentro del aura del Maestro hasta que esta
serenidad ha sido sustituida por paz. Serenidad es la calma profunda, es el
desprenderse de los obstáculos emocionales, cosa que distingue al discípulo
que ha sabido enfocar su mente, una mente que permanece estable en la luz.
Cuando se ha conseguido este estado de mente, no hay nada en el discípulo
que obligue al Maestro a desviarse de su camino. Su atención ya dirige sus
esfuerzos hacia la humanidad, y puede ya dejar la tarea relativamente sin
importancia de ayudar al discípulo en sus errores.
Otra valiosa ventaja de desarrollar el alma es la intuición. Esta facultad
es la directa comprensión, la prerrogativa del alma, y sólo es posible
cuando el alma se extiende al mismo tiempo hacia la Mónada, la pura esencia
espiritual, y hacia la personalidad, el ego.
La facultad de la intuición es pura luz, y cuando está en funcionamiento,
nuestra visión del mundo también es luz; por tanto, los cuerpos de luz, de
todas las formas, llegan a ser gradualmente visibles. La intuición nos trae
con ella tres cualidades más : 1. Iluminación, la cual ilumina el alma, o el
reconocimiento de la completa identificación de uno mismo con la Mente
Universal, 2. Comprensión, y una habilidad creciente para amar, pero con
independencia de la personalidad y un conocimiento directo del objeto de
amor que sobrepasa la razón, y 3. Amor en sí mismo, en el sentido de que en
el concepto de Amor se incluye la comprensión de la vida, la total
identificación con el objeto amado que transciende toda crítica y
separación.
Hay otra característica más que debemos abordar antes de dejar el tema del
alma, y es la conexión con la muerte. Algunas veces el alma sobrevive al
proceso de la muerte, el hecho está sobradamente demostrado. Los Maestros
Tibetanos, que de hecho también mueren ( presumiblemente sólo debido a causa
natural), se comprometen a tomar la dirección del alma. El proceso se lleva
a cabo de manera automática en muchos casos, porque cuando el alma retira su
atención del cuerpo, la inevitable reacción en el plano físico es la muerte.
Por otra parte es deseable que así suceda, ya que cuando la enfermedad ha
hecho su trabajo, entonces la muerte puede abrir la puerta para que el Alma
escape de su prisión. Por tanto, la enfermedad y la muerte deberían ser
reconocidas como factores liberadores. Una persona muere cuando el alma ya
está lista. Frecuentemente, hoy en dia se tiende a preservar formas de vida,
tanto en personas de más edad como en niños, que bién podrían permitir ser
liberadas, ya que no sirven a un propósito y causan mucho dolor y
sufrimiento a otras formas de la naturaleza, y que por sí mismas, sin
intervención de afuera, se extinguirian. El Maestro dice que en La Ley de
Causa y Efecto se contempla a menudo que cuando las formas dejan de ser
utiles quedan descartadas del Plan. Lo que parece significar es que algunas
veces se produce una discontinuidad en el sistema de soporte de la vida. El
Maestro condena absolutamente el suicidio y el asesinato, los cuales
interrumpen radicalmente el propósito del alma.
Las cualidades del alma, de las cuales ya se ha hablado anteriormente, se
vuelven vitalmente necesarias para el análisis de la última triplicidad que
está siendo considerada: cuerpo, mente y espíritu. El concepto de espíritu
se aplica a lo que es indefinible y esquivo, el impulso de la energia de la
vida, la cual es la causa de toda manifestación. La comprensión del espíritu
está en relación con el grado de evolución del perceptor . Aquellos que
están absortos en la manifestación física, lo perciben como vitalidad
física, mientras que otros más evolucionados, lo relacionarán con las
cualidades del alma. La naturaleza del espíritu en sí misma, su cualidad y
el tipo de energía cósmica y su tipo de vibración, están sometidas a estudio
por los iniciados en el tercer nivel, los cuales han desarrollado la
intuición suficientemente. Más allá, están los reinos 'sin forma' de los
tres planos más elevados, significando que la forma llega un momento en que
es inadecuada para describir lo que está presente. Los adeptos ya muy
avanzados entenderán que el espíritu no es cuerpo ni alma, no es fuerza ni
forma. Los altamente iniciados llegarán a despertar a la vibración, a la
revelación de la luz, a la nota direccional que emana al mismo tiempo desde
todas las partes de este Universo Infinito.
Anteriormente ya se observó que la figura del tres no es por casualidad. Hay
un hecho oculto en la secuencia de la evolución de las energias que revela
que hay una serie de triplicidades interconectadas en grupos de tres.
Empezando con el nivel físico, encontramos que la densa materia en sí misma
tiene una masa, y también como ya hemos visto, una bajo grado de alma, y por
tanto, un pricipio energetizante -dudamos si llamarlo espíritu- . El
hombre, en el nivel físico, tiene un cuerpo con un sistema nervioso
(conectado con el cuerpo etérico), un alma y una energia activada de
espíritu. En el nivel más proximo están las Mónadas o celulas en el cuerpo
manifestado de nuestro Logos Planetario. Este a su vez, posee una triple
mente más elevada de inteligencia activa, intuición de amor-sabiduria y una
voluntad espiritual de poder. El Logos también tiene un cuerpo, dirigido a
través de la humanidad, un alma de un grado elevado, dirigida a través de
la Jerarquía y un espíritu realmente avanzado, dirigido a través de
Shamballa, donde la voluntad de Dios es conocida. Hay otras y más elevadas
triplicidades que no es necesario conocer, basadas en conceptos que no son
familiares para nosotros; todos ellos emergen y se elevan a las cada vez
más refinadas energias. Estos grupos de triplicidad, se repiten y repiten
una y otra vez en los tres aspectos de la divinidad: Padre, Hijo y Espíritu
Santo. En realidad, se trata del mismo principio manifestándose en la
diversidad. Esta eterna triplicidad pasa por cada departamento del mundo
manifestandose la Voluntad, el Amor y la Inteligencia hasta los más altos
niveles.
Es necesario concluir esta exposición con una manifestación vital que recae
directamente en el principio de la triplicidad, llamada de los siete rayos.
Sabemos que hay siete grandes rayos en el cosmos, pero en nuestro sistema
solar tan sólo uno de ellos opera. Las siete subdivisiones de este rayo
constituyen los siete rayos que son manejados por el Logos de nuestro
sistema solar desde una base de variaciones innumerables de Su sistema de
mundos. Estos siete rayos podrían ser descritos como los siete canales a
través de los cuales todos los seres y por tanto toda la energia fluye en Su
sistema solar, aplicándolo no solamente a la humanidad, sino a cada ser
creado. De hecho, no hay absolutamente nada en nuestro sistema solar, en
ninguno de los niveles de evolución posibles, que no pertenezca o que no
haya pertenecido nunca a uno u otro de los siete rayos.
Los rayos conectan con la triplicidad de la siguiente manera. En los seres
humanos y más allá de ellos, el rayo primario del espíritu continúa estando
todo el tiempo, por tanto, los Maestros tienen un tono vibracional que los
distingue. Este es el primero de los tres rayos primarios entre los siete
con los cuales finalmente se asocia y reafirma la triplicidad. El rayo del
alma varia dependiendo de un círculo a otro, y con las almas más
evolucionadas, de una raza a otra. Finalmente, el sub-rayo de la
personalidad, relacionado con el rayo del alma, también varía de
reencarnación a reencarnación, dándole al hombre su coloración en esa vida.
También es interesante ver que los tres primeros rayos, el primero del
Poder, Voluntad y Propósito, el segundo del Amor-Sabiduria y el tercero de
la Activa y Creativa Inteligencia, nos conectan con la triplicidad otra vez.
Hay una pequeña duda si en la futura psicología esotérica se incluirá una
determinación de nuestros rayos individuales, porque ellos predeterminan de
una forma bastante precisa los límites de nuestras aptitudes y conductas en
una encarnación dada. El rayo confiere a través de su energia unas
condiciones físicas particulares y determina la calidad de la natrualeza
emocional. Colorea la mente y controla la distribución y la intensidad de la
energia, porque los rayos están en diferentes grados de vibración. El rayo
también predispone al hombre a tener fuertes ciertos aspectos y a tener
débiles ciertos otros, demarca las limitaciones así como dota de ciertas
capacidades. Cierta actitud mental le resulta fácil a un tipo de rayo y
difícil a otro; por tanto, la personalidad cambia de rayo a rayo, de vida a
vida, hasta que todas las cualidades están plenamente desarrolladas y
expresadas.
Ahora es momento de resumir este complejo material, que ha sido rápidamente
explicado con el propósito de dar una visión general. Al resumir debemos
siempre tener en mente que todo el universo es energia; que no hay nada en
el mundo que no sea energia en movimiento y que cada pensamiento nuestro
dirige algún aspecto de la energia. Esta visión está en total acuerdo con
los modernos físicos, porque si uno analiza el rostro humano, lo primero que
ve es el tejido, después la estructura de la célula, las moléculas, los
átomos y las partículas elementales y finalmente, sólo energia. Las
apariencias son ilusorias.
Para entender el uso de la energia debemos recordar otra presuposición del
sistema tibetano con el cual empezamos. Primero, la noción de la evolución
espiritual, el gradual refinamiento de las energias, la progresiva expansión
de la conciencia. Este proceso, para que sea un éxito, implica la segunda
presuposición del libre albedrio; porque sin libre albedrio, la evolución
espiritual no podría tener lugar. Y karma, o no sería posible el feedback
del aspirante que se ha extraviado del camino y que necesita volver sobre
sus pasos para volver al camino.
Más tarde hablaré de lo que podrían ser llamados los conceptos de este
sistema. El primero y el de mayor contenido es la reencarnación, sin la cual
no podría haber tiempo de alcanzar una gran transformación espiritual como
la que necesitamos. Algo conectado a este concepto es el significado de la
redención. Pudimos ver a través del sentido especial del amor espiritual qué
grande es el sacrificio que Cristo hizo para ayudarnos a seguir adelante.
Esto incitó a examinar el contacto con el alma y el uso de la magia blanca
en donde esta energia focalizada, concentrada y dirigida de una manera
positiva se ha puesto a nuestro alcance para el beneficio de la humanidad.
La idea de magia blanca o negra nos da un nuevo sentido del pecado como un
desviarse del camino con el mal uso de las energias.
Más tarde, aún refiriéndome al Tratado de Magia Blanca, exploramos la
presuposición original de la energia en el universo, de que nada de lo que
se manifiesta a través de la meteria puede producir conciencia, por tanto,
la Fuerza de la Vida está enraizada en la materia. Observamos que la energia
puede ser expresada de igual manera como luz (o color) y sonido; es
interesante que el Maestro Tibetano se manifieste a Alice Baley en la última
canalización como una nota musical.
Más tarde retornamos desde el universo hacia una más detallada supervivencia
de la naturaleza interna del hombre, usando el análisis del Maestro sobre
el cuerpo, alma y espíritu. Se hizo una especial mención al cuerpo etérico,
los peligros de la congestión etérica y de la prematura estimulación de los
centros. Dimos con las caracterísitcas del alma y sus cualidades, tales como
alegría y la separación y las recompensas del contacto con el alma, en
particular la serenidad y la intuición. También consideramos el alma en su
relación con la muerte; pero hubo algo más que decir acerca de del
espíritu, hacer un esbozo de las regiones sin-forma de nuestra futura
experiencia.
Finalmente y retornando al fenómeno universal, examinamos la eterna
triplicidad en el plan de las cosas, elevándose majestuosamente a través de
la materia, a través del hombre y las mónadas hasta el Logos en Sí mismo y
más allá. Entonces vinieron los rayos, sus divisiones y su vibración que
afecta cada cosa en torno a los cuales deberia haber una unidad básica de
estudio en la psicología esotérica del futuro. Concluimos con una de las
despedidas tibetanas comentando y recapitulando lo que ha sido comunicado.
'Así, de peldaño en peldaño el discípulo pasa, yendo de luz en luz, de
percepción en percepción, de la fuerza a la energia, de la personalidad a la
integración del alma... El ha explorado todas las avenidas del conocimiento;
ha descendido a las profundidades, hasta el infierno, hasta los valles, ha
escalado montañas de iniciaciones, y desde allí ha nadado más allá del
espacio y del tiempo; ha perdido todo interés por sí mismo y ahora es un
foco de pensamiento en la mente de Dios.... Así, os he llevado hasta el
final de esta serie de enseñanzas, mi responsabilidad en esta conexión ha
terminado. Vuestro soy, seres."
Traduccion de Maite Yago-España
<maiteyago@...>
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