Asunto: | [RedLuz] La Leyenda de Wesak | Fecha: | Jueves, 19 de Abril, 2012 17:00:39 (-0300) | Autor: | Sabiduria Arcana <bvr @..........ar>
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[ La Leyenda de
Wesak ]
"Ningún precio que
se nos exija será demasiado elevado para ser útil a la Jerarquía en
el momento de la Luna Llena de Tauro, el Festival Wesak; ningún
precio es demasiado elevado para obtener la iluminación espiritual
posible, particularmente en este
momento."
Maestro Djwhal Khul

Buda,
Cristo y todos los Maestros meditan y sirven en
Unidad
El Festival Wesak se
celebra en reconocimiento de un acontecimiento viviente actual. Se lleva
a cabo anualmente, en el momento del plenilunio de Tauro, en el que se
trasmite a la Tierra la bendición de Dios, por intermedio de Buda y de Su hermano, el Cristo.
Paralelamente al acontecimiento
espiritual interno tiene lugar la ceremonia física externa, en un
pequeño valle del Tibet, en los Himalayas. El sueño, leyenda o
acontecimiento puede ser descripto como sigue: Existe un valle, situado
al pie de los Himalayas tibetanos, a una altura bastante elevada,
rodeada por montañas excepto hacia el noreste, donde existe una estrecha
abertura. El valle tiene forma de botella con el cuello hacia el
noreste, abriéndose hacia el sur. En el extremo norte cerca de la
abertura hay una gran roca plana. No hay árboles ni arbustos en el
valle, está cubierto de una alfombra de pasto duro. Las laderas de las
montañas sí se encuentran tachonadas de árboles.
En el momento del Plenilunio de
Tauro comienzan a llegar peregrinos, hombres santos y lamas que se
acercan ocupando la parte sur y central, dejando el extremo noreste
relativamente libre. Allí según reza la leyenda, se congrega un grupo de
Grandes Seres que son en la Tierra, los custodios del Plan de Dios para
nuestro planeta y para la humanidad. Con su sabiduría, amor y
conocimiento forman una muralla protectora para nuestra raza, tratando
de guiarnos de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real, y de la
muerte a la inmortalidad. Este grupo de conocedores de la divinidad, se
sitúa en el confín del valle en círculos concéntricos, de acuerdo al
grado de desarrollo iniciático, preparándose para un gran Acto de
Servicio.
Delante
de la roca mirando hacia el noreste, se hallan en niveles etéricos, esos
Seres denominados "los Tres Grandes Señores": el
Cristo, que se sitúa en el centro; el Señor de las
formas vivientes, el Manú, que se sitúa a la derecha; y
el Señor de la Civilización, el Maestro Rakoczi, que se
halla a su izquierda. Sobre la roca descansa un cuenco de cristal lleno
de agua.
Detrás del grupo de Maestros, Adeptos, iniciados y trabajadores
avanzados en el Plan de Dios, se sitúan los discípulos y aspirantes del
mundo en sus diversos grados y grupos, los que constituyen en esta época
el Nuevo Grupo de Servidores del
Mundo. Algunos están presentes en
cuerpo físico y llegan por medios comunes, otros se hallan presentes en
sus cuerpos espirituales y en estado de
sueño.
Al acercarse el momento de la Luna Llena, se produce una quietud
entre la muchedumbre y todos miran hacia el noreste. A una señal dada,
los Grandes Seres forman tres círculos concéntricos y empiezan a cantar.
Cuando el cántico se ahonda y cobra más ritmo, los Visitantes etéricos
se materializan y una figura gloriosa se torna visible en el centro de
los círculos. Le llaman con varios nombres: Señor Maitreya, Bodhisattva,
Cristo, Señor de la Paz y del Amor; es el Maestro de
todos los Maestros que forman la
Jerarquía planetaria para llevar a cabo la finalidad divina de este
planeta.
El
Cristo aparece vestido con un manto blanco puro, Su cabello le cae por
los hombros en ondas. Tiene el Cetro de Poder en Su mano, que le diera
el Anciano de los Días para esta ocasión. Ningún Maestro puede tocarlo
salvo el Cristo, el Maestro de todos los Maestros. En cada extremo de
este Cetro de Poder hay una gran empuñadura de diamante que irradia un
aura azul y anaranjada de gran belleza. Los Iniciados que están en los
tres círculos lo enfrentan en el centro, y cuando Él se torna más
visible, todos Ellos se inclinan y cantan un mántram de salutación y
afirmación.
Luego,
estos círculos se convierten en un círculo solo y una cruz, en cuyo
centro está el Cristo. Aquí nuevamente el cántico conmueve los corazones
y las almas de los presentes, y descienden más alegría, paz y bendición
sobre la muchedumbre.
El próximo movimiento es el triángulo dentro del círculo, en cuyo
ápice está el Cristo. Está de pie cerca de la peña y coloca el Cetro de
Poder sobre ella. En la peña el cuenco de cristal se ve con
ornamentaciones doradas y guirnaldas de flores de loto cubren la roca y
cuelgan de los rincones.
Después Ellos realizan otro movimiento que es un triángulo con
tres óvalos que se entrelazan en el centro del mismo, donde está el
Cristo. El movimiento siguiente es una estrella de seis puntas y luego
la estrella del Cristo: el pentagrama o estrella de cinco puntas. Aquí
el Cristo está en el ápice cerca de la peña; a su
derecha el Manú, a su izquierda el Maestro
Rakoczi, un Gran Ser en el centro y otros dos Grandes en las
puntas inferiores de la estrella.
Están presentes los regentes de todos los tipos de
energía: los Maestros Morya, Koot
Humi, el Veneciano, Serapis,
Hilarión, Jesús e Iniciados,
discípulos y aspirantes espirituales; y aquí el cántico crea gran
tensión en la muchedumbre y Cristo tomando el Cetro de Poder de la peña,
lo levanta y dice:
– Presto,
Señor, ven...
Luego, pone nuevamente su Cetro de Poder sobre la
peña durante unos pocos momentos antes de la Luna Llena, y los ojos de
todos los presentes se vuelven hacia la peña. La expectación de la
multitud aumenta y la tensión es mayor y crece constantemente. A través
de la multitud parece sentirse un estímulo o vibración potente que tiene
el efecto de despertar las almas de los presentes, fusionando y
unificando al grupo, elevando a todos y realizándose un gran acto de
demanda, ansia y expectativa espiritual. Es la culminación de la
aspiración del mundo que se halla enfocada en este grupo
expectante.
Pocos
minutos antes de la hora exacta, en que tiene lugar el Plenilunio, se
divisa a lo lejos un pequeño punto de luz en el cielo, que al acercarse
se va transformando en un nítida silueta, que adquiere la forma de Buda
sentado en su clásica posición de loto, envuelto en Su manto color
azafrán, bañado en luz y color. Su mano derecha levantada en bendición.
Cuando él llega a un punto sobre la peña, Cristo entona La Gran Invocación, y todos los presentes caen
postrados tocando la Tierra con sus frentes.

Esta Gran Invocación crea una
corriente estupenda de energía que inunda los corazones de los
aspirantes, discípulos e Iniciados, y llega a... Dios. Este es el
momento más sagrado del año, el momento en que la humanidad y la
divinidad toman contacto. En el momento exacto de la Luna Llena, el Buda pasa a
Cristo
la energía de primer rayo -Voluntad- que Cristo recibe y cambia en
Voluntad al Bien.
Cristo es el gran celebrante, extiende Sus manos, toma el cuenco,
lo alza sobre Su cabeza y luego lo pone de nuevo sobre la peña.
Entonces, los Maestros cantan himnos sagrados y el Buda, el Gran
Iluminado, después de bendecir a la muchedumbre desaparece lentamente en
el espacio.
Todo
el ceremonial de la bendición, desde que Buda aparece en la lejanía,
hasta el momento en que desaparece, dura solo 8 minutos. El
sacrificio anual que realiza Buda por la humanidad ha concluido,
retornando nuevamente a ese alto lugar donde trabaja y
espera.
El Señor
Buda posee su especial modalidad de energía que derrama al bendecir
al mundo. Esta bendición es maravillosamente excepcional, por su
autoridad y categoría, pues Buda tiene acceso a planos de la naturaleza
que no se encuentran al alcance de la humanidad; y por lo tanto, puede
trasmutar y transferir a nuestro plano la energía de planos superiores.
Sin la mediación de Buda, esta energía no sería aprovechable pues su
vibración es muy elevada y nos es imposible percibirla en los planos
físico, emocional y mental. Así la energía que Buda difunde por su
bendición, encuentra de esta manera, canales por donde circular,
llevando aliento y paz a los capaces de recibirla.
Año tras año, Buda regresa para
impartir Su bendición y tiene lugar la misma ceremonia. Cada año Él y Su
hermano el Cristo, trabajan en íntima colaboración para beneficio
espiritual de la humanidad. En estos dos grandes Hijos de Dios se han
concentrado dos aspectos de la Vida Divina. A través del Buda fluye la
Sabiduría de Dios, a través del Cristo el Amor de Dios se manifiesta a
la humanidad, derramándose sobre ella en caso de la Luna Llena de
Tauro.
En ese
momento son posibles grandes expansiones de conciencia. Los discípulos e
iniciados de todas partes pueden ser ayudados y estimulados
espiritualmente, a fin de permitir al hombre, penetrar conscientemente
en los misterios del Reino de Dios.
Siguiendo con la leyenda, cuando el Buda ha
desaparecido, la multitud se pone de pie y Cristo distribuye el agua
bendita a los Iniciados y a todos los que están presentes en el valle.
Esta hermosa "ceremonia de la comunión del
agua" nos insinúa simbólicamente , que la Nueva Era está ya sobre
nosotros, la Era de Acuario, la del "Portador de Agua".
El agua magnetizada por la presencia de Buda y Cristo, contiene ciertas
propiedades curativas. Después de la bendición, la multitud se dispersa
silenciosamente, encaminándose hacia sus lugares de
servicio.
Tal es la
leyenda detrás de este Festival, y también, tal es la realidad
si nos atrevemos a creerla y si nuestras mentes están
suficientemente abiertas y nuestros corazones suficientemen- te
expectantes, como para reconocer su posibilidad. Estas idea requiere que
ajustemos algunas de nuestras más caras creencias. Pero, si puede ser
captada y comprendida, surgirá en nuestra conciencia la posibilidad de
que la raza sea consciente de su propia divinidad, pudiendo desarrollar
una Ciencia de Acercamiento a las fuerzas de la Vida y verdades más
profundas que aún se hallan ocultas.
Hombres y mujeres del mundo guiados al unísono por Buda, que trajo la
luz a Oriente y por Cristo, que reveló la luz a Occidente, pueden demandar y
evocar una bendición y revelación espiritual tan intensas que en un
futuro inmediato se pueda demostrar lo que tanto aspira la humanidad:
"paz en la Tierra y buena voluntad entre los hombres". De esta manera
podemos introducir una era de fraternidad y comprensión que permitirá al
hombre disponer de más tiempo para que se dedique a buscar a Dios por sí
mismo.
Texto: versión libre de
varios autores: Alice A. Bailey, Torkom Saraydariam, C.W.
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Wesak
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Wesak
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Wesak | 06-05-1982 (Buscar título por fecha)
Buda y el Festival Wesak |
19-05-1981 (Buscar
título por fecha)
Conferencia Sobre el Festival Wesak y la
Meditación |
27-05-1975 (Buscar
título por fecha)
III
Encuentro Líneas Jerárquicas de Acción
4, 5 y 6 de Mayo de
2012

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