Cuando se habla de Buda en nuestros estudios
esotéricos se lo define "El Iluminado". Fue efectivamente el primer ser
humano de la gran evolución planetaria que alcanzó la Liberación y que
utilizó el poder ígneo proveniente de fuentes extraplanetarias para
encender en el planeta Tierra la llama de la "inspiración" o de la
"iluminación" que, a través de las edades, constituiría el Camino o
Sendero que recorrerían los seres humanos para llegar a "La Morada del
Padre".
Todo trabajo esotérico o
místico que se refiera a la Liberación (incluida la obra y el mensaje de
Krishnamurti) está estrechamente relacionado
con la Obra iniciada por Buda hace miles de años. La
llama continúa ardiendo e iluminando la senda de los hijos de los
hombres, que son los hijos del Padre. Por tanto, podemos hablar asimismo
de "Vinculación Fraternal" cuando nos refiramos a Buda
y a Su divina actividad de Luz, comprensión y
Sabiduría.
De la misma manera
que Cristo ilumina con amor las mentes de los hombres,
Buda ilumina con su potentísima e ígnea Inteligencia,
el corazón de los seres humanos. Esta aparente substitución de poderes,
el del Amor iluminando las mentes y el de la razón despertando el
Fuego del Amor contenido en el corazón, constituye uno
de los grandes secretos iniciáticos. Su actividad conjunta produce
equilibrio y las facultades intuitivas del hombre sólo se desarrollan
cuando existe un apreciable equilibrio entre la razón y el amor, entre
la mente y el corazón. El resultado de este equilibrio es Síntesis y en
esta palabra tendrán explicada también una de las actividades mayores
del Avatar de Síntesis, como centralizador de las
que realizan el Espítitu de la Paz y
Buda.
No vamos
a referirnos a Buda en su conocida concepción
histórica. El puro Gautama debe ser para nosotros sólo el reflejo de una
actividad en el tiempo conocido, en tanto que la actividad de
Buda como Avatar y como depositario del “Fuego de la
Iluminación" de la Divinidad, debe ser considerada como un Centro
Perpetuo de Liberación de las infinitas corrientes de Vida que
provenientes del Universo circulan dentro y a través del pequeño esquema
humano de perfección.
La vinculación de Buda y Cristo, los
Hermanos Mayores de la Humanidad, iniciada infinitamente más allá de lo
que la idea o el concepto del tiempo puede destilar en nuestras mentes,
debe producir en ciertas fases de la Era de Acuario, una especie
particular de "vinculación" que tendrá en el ser humano Andrógino una
muy acabada y perfecta expresión, pues reflejará en espacio y tiempo y
en una forma humana el Gran Equilibrio
Cósmico.
La Era de
preparación fue iniciada por Buda y Cristo hace siglos;
es evidente ya para muchos seres humanos, que respondiendo al gran
dictado acuariano, empiezan a vivir dentro de sí el gran equilibrio de
la mente y del corazón y a mostrar a los demás seres humanos la Senda
que han de recorrer para liberarse del pesado yugo del Karma conocido.
La armonía de mente y corazón, contrabalanceando las cosas del tiempo y
equilibrando los pensamientos de los hombres, ha de producir una nueva
sociedad en la que será reconocida la Fraternidad como el único
principio de relación.
No
hablamos de una Era lejana ni estamos mostrando el sueño de unos
visionarios, nos estamos refiriendo simplemente a una posibilidad innata
en el ser humano que puede ser expresada "aquí y ahora". Podemos, si tal
es nuestra voluntad y nuestra resolución, alterar los ciclos del tiempo
si en el altar de la mente situamos a Cristo y en el tabernáculo del
corazón a Buda. Les rogamos que mediten esta última
frase y piensen en último análisis que el Avatar de
Síntesis -que nos envía en forma totalmente renovada el
Fuego de la Resolución- puede ser directamente invocado cuando hay
serenidad de mente y paz en el corazón, cuando la obra de Buda y
de Cristo se han unificado místicamente en la vida del ser
humano.
Buda es el Gran Intermediario Cósmico de
la Vida planetaria o Logos Planetario. Es el Agente directo de
Sanat
Kumara en relación con los demás Logos Planetarios del
Sistema Solar; de ahí su estrecha vinculación con el planeta Mercurio
cuya expresión superior es "Relación Mental". La frase astrológica
referente a Mercurio, el Dios alado, como "El Mensajero de los Dioses",
puede ser aplicada íntegramente a Buda en lo que se
refiere a nuestro planeta Tierra. La misión máxima de
Buda en los momentos actuales es relacionar nuestra
Logia Espiritual, cuyo Centro máximo es Shamballa,
con una corriente espiritual de Vida proveniente del Gran Señor de
Acuario que ha de producir Comprensión e Iluminación, es decir,
Liberación.
Ciertos Rayos de poder que irradian constantemente de
Acuario, el "Aguador Celeste", incidiendo sobre Shamballa,
son canalizados por Buda anualmente durante el
Festival Wesak, coincidente
con la hora exacta del plenilunio de Tauro. Rogamos a todos los lectores
guarden en su memoria el recuerdo de este Festival que relaciona
directamente a Buda con todos los peregrinos de la
Tierra que suspiran por la redención y la liberación. Nuestras
invocaciones durante esta fecha cumbre en la historia de la Raza humana
ayudarán a restablecer rectas relaciones humanas y a cerrar "las puertas
donde se halla el
Mal".
Mucho más podría ser dicho acerca de Buda pero
temo que ello quedaría reducido al término de meras hipótesis o al de
vanas reflexiones sin fundamento alguno de verdad a las que
desgraciadamente ya estamos tan acostumbrados. La vida de
Buda, de permanente Iluminación, como la de
Cristo, de constante Redención, deben ser para nosotros
el norte y la guía de todas nuestras meditaciones. Tratemos pues de
vivir serenamente en mente y corazón ambas realidades y hagamos que
nuestra voluntad sea el elemento centralizador de las mismas. La Verdad,
el tesoro inapreciable que se oculta en los más íntimos repliegues de
nuestra vida, está siempre a nuestro alcance, hasta que decidamos
alcanzarla.
Fuente: Los Misterios del Yoga, p.
183-185
El Señor Buda, por ejemplo, es un embajador del
Logos planetario en la Gran Logia solar y una de Sus atribuciones
principales es relacionar el centro místico de Shamballa con otros
centros planetarios, especialmente con las Logias espirituales de Venus
y Júpiter. Podríamos decir -hablando en un sentido genuinamente político
tal como lo conocemos en la Tierra- que el Señor Buda es un
embajador plenipotenciario que goza de toda la confianza del
Regente espiritual de nuestro mundo, el bendito Señor Sanat
Kumara, y otra de sus actividades es "traer" cíclicamente a la Tierra
energías de tipo cósmico, tal como lo ha venido haciendo desde hace
muchos siglos, durante el Festival místico de Wesak que
tiene lugar durante el plenilunio de Tauro de cada año en ciertas
ocultas regiones del gran macizo del Tibet. Este "sacrificio anual" de
Buda no sería posible si no tuviese el "derecho
celestial" de hacerlo en virtud de Su cargo -si podemos decirlo
así- de embajador plenipotenciario que el Logos
planetario de nuestro Esquema le ha concedido en virtud de Su excelsa y
esplendente evolución espiritual.