Nota clave: "Surjo
y desde el plano de la mente
gobierno"
Es posible realizar un trabajo de meditación grupal
efectivo en cada período de plenilunio y en esta época el trabajo
coincide con la Luna Llena de Aries y el Festival de
Pascua. Actualmente, mientras que numerosos individuos de todas
partes del mundo están conociendo a fondo, a través de la experiencia,
el valor de la meditación, se está produciendo también un creciente
reconocimiento de la potencia de la meditación grupal. Los grupos de
personas que meditan juntas como un acto de servicio pueden invocar,
recibir y liberar esas energías espirituales que tocan e inspiran lo
mejor de la humanidad.
Las energías de luz, amor y voluntad al bien siempre
están disponibles para quienes las contactan en meditación; pero existen
ciclos en el flujo y reflujo de las energías espirituales con los que
los grupos, así como los individuos, pueden cooperar conscientemente.
Uno de los principales ciclos de energía coincide con las fases de la
luna, alcanzando su momento cumbre en el tiempo de la Luna Llena. Por lo
tanto, se trata de un tiempo durante el cual la canalización de energía
a través de la meditación grupal puede ser especialmente efectiva.
Actualmente, cientos de grupos de servicio de todo el mundo
se reúnen con regularidad cada mes en el momento de la Luna Llena para
trabajar en meditación. La luna en sí misma no ejerce ninguna influencia
sobre el trabajo, pero la órbita totalmente iluminada de la luna indica
un alineamiento libre y sin impedimentos entre nuestro planeta y el sol.
El sol es la fuente de energía de toda la vida en la tierra; la fuente
de la conciencia física, de la percepción egoica y de la vida
espiritual. En tales momentos, la humanidad puede realizar un claro
acercamiento a Dios, el Creador, el centro de vida e inteligencia.
Hay doce oportunidades de este tipo para la meditación
grupal durante el curso del ciclo anual. Tras años de trabajo, realizado
por un número creciente de grupos e individuos, estas oportunidades
mensuales de realizar un trabajo especial con la corriente de energía
han empezado a reconocerse como “Festivales”; cada uno con su cualidad y
efecto particulares, dependiendo del signo del zodíaco por el que
atraviese el sol.
De estos doce Festivales, tres se consideran como
Festivales principales, formando los pináculos del ciclo anual. Estos
tres son: el Festival de Pascua (en la Luna Llena de Aries), el Festival de Wesak (en la Luna Llena
de Tauro), y el Festival de Buena Voluntad
o Día Mundial de Invocación (en la Luna Llena de Géminis). Están concentrados en tres
meses consecutivos y conducen a un prolongado esfuerzo espiritual anual,
que afecta al resto del año y a los nueve Festivales menores.
Mediante un trabajo de meditación regular y persistente, a
lo largo de numerosos años, estos Festivales están consiguiendo crear un
anclaje subjetivo en la conciencia humana. Encarnan un propósito básico
divino que empezará a establecer sus objetivos a medida que las
diferentes instituciones religiosas reconozcan y celebren
simultáneamente, cada una a su manera, el singular acercamiento de la
humanidad a Dios y de Dios a la humanidad.
En el futuro, todas las personas de inclinación espiritual
celebrarán los mismos días de fiesta. Esto producirá la creación de un
fondo común de recursos espirituales y de esfuerzo espiritual unido, más
una invocación simultánea. La potencia de esto será evidente.
En esta época del año celebramos el Festival de
Pascua; no como un Festival exclusivamente cristiano,
sino como un evento planetario, en el que puede participar cualquier
persona de cualquier creencia religiosa; porque el Cristo
nos pertenece a todos y es la misma “gran identidad” en todas las
religiones mundiales. El Festival de Pascua es el Festival del
Cristo
vivo, resucitado,
el instructor del
mundo y el Guía de la Jerarquía
espiritual del planeta, ese reino de la naturaleza que conocemos
como el reino de las almas. Él es la expresión y la encarnación del amor
de Dios. En este Festival de Pascua la naturaleza del amor de Dios
sobresale como una fuerza viva, radiante.
Las llamadas “Fuerzas de Restauración" se encuentran
también activas en la época del Festival de Pascua.
Estas fuerzas están conectadas con el principio de inteligencia en la
naturaleza divina, estimulando el intelecto humano. Este tipo de energía
es especialmente creativo. Es una energía de masas, relacionada con la
estimulación de la inteligencia colectiva. Hace que la gente piense,
planifique y actúe. No produce resultados buenos ni malos sino,
simplemente, el despertar de la mente para que pueda actuarse con
inteligencia. La acción en sí depende, necesariamente, del tipo de mente
y de la etapa evolutiva de quienes responden a las Fuerzas de
Restauración. Otros factores condicionantes son el trasfondo racial y
nacional y las tradiciones religiosas y culturales. Estas fuerzas
activas producen, frecuentemente, un aumento de las dificultades
iniciales pero, eventualmente, conducen a una reorganización definitiva
de la vida nacional. Sus efectos son fundamentalmente físicos. Su
objetivo es la producción de la nueva Tierra y de toda la evidencia
externa de una afluyente nueva vida.
La vivacidad espiritual y eso que denominamos “vida más
abundante” son las cualidades más destacadas del Festival de
Pascua. La humanidad ha atravesado un largo, oscuro cielo de
muerte y destrucción. La crucifixión y la “cuestión de la sangre” han
dominado el retrato cristiano del Cristo. Pero el Cristo es una
presencia viva y, en la actualidad, estamos emergiendo a la
luz de una nueva era.
El nuevo mundo expresará la luz, el amor y el conocimiento
de Dios en un creciendo de revelación, produciendo siete grandes
resultados:
-
1.
Se concederá poder para trabajar a los discípulos del
mundo y a los iniciados de manera que puedan dirigir eficaz y
sabiamente el proceso de reconstrucción.
-
2.
La voluntad de amar estimulará a la gente de buena voluntad de
todo el mundo, venciendo gradualmente al odio. La necesidad interior
de vivir juntos cooperando ya existe y se encuentra sometida a
estimulación.
-
3.
La voluntad de actuar conducirá a las personas inteligentes del
mundo a inaugurar aquellas actividades que constituirán los cimientos
de un mundo nuevo, mejor y más feliz.
-
4.
La voluntad de cooperar aumentará de forma creciente. La gente
deseará y exigirá las correctas relaciones humanas como forma de vida
natural.
-
5.
La voluntad de conocer y de pensar correcta y creativamente
será una característica destacada de las masas. El conocimiento es el
primer paso hacia la sabiduría.
-
6.
La voluntad de persistir se convertirá en una característica
humana, una sublimación del instinto básico de supervivencia. Ello
conducirá a una creencia persistente en los ideales presentados por la
Jerarquía y en la demostración de inmortalidad.
-
7.
La voluntad de organización avanzará un proceso constructivo
que se desplegará bajo la inspiración directa de la Jerarquía. Su
medio de desarrollo será la potencia de la voluntad‑al‑bien de los
servidores mundiales y la receptividad de la buena voluntad de la
humanidad.
En este
Festival de Pascua, las Fuerzas que nos permitirán
transformar la vida y vivir creativa y bellamente, se nos hacen
ampliamente asequibles. Todo el proceso evolutivo tiende hacia la
revelación de lo bueno, lo verdadero y lo bello. Estos principios se
corresponden con la triple función planetaria del Cristo
como "el Camino, la Verdad y la Vida". Estos valores básicos del Cristo
son inherentes a toda la humanidad.
Podemos
cooperar en la meditación con las metas de la nueva era de buena
voluntad mundial, correctas relaciones humanas y paz. Podemos abrir
nuestros corazones y nuestra conciencia al Cristo
vivo y liberar las Fuerzas de Restauración a través de una
energía claramente dirigida en la meditación grupal, concentrada a
través de La Gran
Invocación. He aquí las
palabras: