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From: El Pequeño Labriego <testament3@...> 
Date: Wed, 6 Jun 2001 04:32:55 -0500 
To: "Anahuak" <anahuak@...> 
 
 
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             *** El  Pequeño Labriego *** 
 
    Publicado por el Comité de Difusión del Tercer Testamento 
 
                             Edición de Junio 2001 
 
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              ediciones anteriores en http://144000.net/boletin/ 
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        CONTENIDO:  
 
           ·  Los más probados. 
           ·  Soberbia humana y justicia divina .. 
            · La meta final. 
           ·  La escala de perfeccionamiento espiritual. 
 
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    *** Los más probados *** 
 
   ¿Quiénes serán los más probados? Seremos nosotros, porque así lo 
   quiere el Padre, para que se fortalezca nuestro espíritu y 
   envoltura, porque no sabemos quiénes, el día de mañana, se han 
   de encontrar entre nosotros. 
 
   Cuando el día de mañana sepamos compartir el dolor de la 
   humanidad, cuando ya sintamos como nuestra la prueba de nuestro 
   hermano, cuando podamos despojarnos de nuestro yo y de nuestra 
   personalidad, entonces sí podremos decir que somos los fuertes 
   de la humanidad, que somos los verdaderos espiritualistas 
   trinitarios marianos, a los que el Padre vino, en este Tercer 
   Tiempo, a preparar para bien de la humanidad. 
 
   Estamos en plena lucha, y en ella tenemos que participar con 
   nuestras fuerzas tanto espirituales como materiales. 
 
   Estamos en el Tiempo final, y tenemos que hacerle presente al 
   Padre nuestra espiritualidad, la elevación que el Padre nos ha 
   pedido en todos los tiempos; no olvidemos que con nuestra 
   preparación y oración podemos vencer a los ejércitos invisibles 
   de tinieblas, (1 Pe. 4:7) y también podemos desvanecer toda mala 
   voluntad de nuestros hermanos, para que al final de nuestra 
   lucha seamos una sola familia, un solo pueblo, y podamos 
   presentar al Señor un solo cumplimiento. 
 
   Estamos a prueba; la Mirada perspicaz del Padre nos contempla en 
   todo momento, en todo pensamiento, en todo acto y toda palabra; 
   Él nos juzga y nos prueba para depurarnos, para que lleguemos a 
   ser por voluntad divina, los defensores del pueblo. 
 
 
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   ·*** Soberbia humana y justicia divina *** 
 
   El Padre, en Su caridad, hará que pase pronto ese ¡ay! que es el 
   último toque de la Justicia divina a la soberbia humana, al 
   orgullo del hombre, (Is. 25:11) a su ingratitud, a su falta de 
   espiritualidad y de fraternidad, y a su falta de razón. 
 
   Con ese toque, el espíritu del hombre despertará, no sin antes 
   pasar por un período en que se sentirá aletargado, aparentemente 
   muerto, tanto para el espíritu como para la materia, con su 
   razón quebrantada, su corazón insensible, sus sentidos muertos; 
   mas pasado ese letargo, comenzará el despertar espiritual. 
 
   Así como los espíritus materializados penetran a las tumbas 
   adheridos a sus cuerpos que se pudren, y horrorizados ante la 
   podredumbre de su cuerpo comienzan a desmaterializarse, así la 
   humanidad, horrorizada de sí misma, de su obra, de tanta muerte 
   y exterminio, de tanta perversidad y ofensas a Dios y a sus 
   semejantes, se levantará y huirá de todo lo que ha hecho para 
   purificarse en su Señor, y le buscará en el más allá, para 
   inplorar Su perdón y alcanzar Su clemencia. 
 
   ¿Quiénes de nosotros viviremos esos tiempos? ¿Quiénes lograremos 
   atravesar con fortaleza espiritual y corporal los tiempos del 
   ¡ay! de dolor? (Ap. 8:13) ¿Quiénes resistirán las tempestades y 
   hecatombes en este mundo? 
 
   Señalados están por la mano del Padre los que van a atravesar 
   ésto, y en esos tiempos serán firmes. 
 
   Los elementos desencadenados, (Ap. 16:1-21) la peste, la muerte, 
   y los frutos de las guerras no los amedrentarán, las 
   enfermedades más horrendas no los contagiarán; ellos vivirán 
   libres, inmunes, limpios, siempre y cuando tengan caridad; esa 
   es la misión que les espera. 
 
 
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   *** La Meta Final *** 
 
   Ya pasó el tiempo de los misterios, porque todo será esclarecido 
   y la luz del Espíritu Santo estará sobre todo el pueblo; el 
   conocimiento de lo que vamos a hablar estará en nosotros, 
   seremos los humildes maestros del Espiritualismo, los que no 
   pregonarán en los caminos, los que no harán alarde; los que no 
   llevarán vestiduras que les distinga de los demás, ni hábitos, 
   ni habitarán en catacumbas, sino que serán los fuertes, los 
   libres, los sencillos: en una palabra, los verdaderos discípulos 
   del Espíritu Santo. 
 
   La meta final es el que, cuando todos los espíritus en perfecta 
   armonía, se amen entre sí en el amor del Padre. 
 
   Ese final, al que llegaremos por la bondad infinita del Padre y 
   por nuestros esfuerzos y nuestro amor, es la perfección. 
 
   Llegará el instante en que todo pecado, toda tiniebla y todo mal 
   quede destruído, y todos los espíritus, entonando el mismo 
   himno, reconociéndonos con el mismo amor, con la misma luz, 
   sentiremos en lo más profundo de nuestro ser la presencia 
   perfecta de nuestro Padre, y podamos contemplar y vivir la 
   verdadera vida eterna que Él preparó y deparó en la Eternidad 
   para Sus criaturas espirituales. 
 
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   *** La Escala de Perfeccionamiento Espiritual 
 
   La escala  de perfeccionamiento espiritual, que conduce a los 
   espíritus al Seno de Dios, (Gén. 28:12) tiene un número infinito 
   de peldaños, pero son siete los más importantes, los de mayor 
   trascendencia; esas siete etapas que debe atravesar el espíritu 
   en su jornada de lucha, de evolución, de pruebas y crisol para 
   su perfeccionamiento, tiene un reflejo y un ejemplo clarísimo 
   dentro de la vida humana de los espíritus encarnados. 
 
   El Padre, desde el Segundo Tiempo, nos preparó con Su amor, para 
   que en este Tercer Tiempo, Su Mano Divina, la única digna de 
   desatar los Sellos de este libro, lo abriese plenamente ante los 
   ojos del pueblo y de la humanidad. 
 
   Este es el libro que el Padre nos viene a entregar; cuántas 
   veces en sus cátedras nos dice: "Vengo a entregaros una página 
   más del Libro, vengo a enseñaros a deletrear palabra por 
   palabra, sílaba tras sílaba del Gran Libro de la Vida" (Ap. 3:5) 
 
   Llegará el tiempo en que en todo el orbe se hable de los 
   marcados, de Israel espiritual, de las tribus del pueblo de 
   Dios, de los Siete Sellos, de las señales del Advenimiento del 
   Espíritu Santo, y del regreso del Verbo. (2 Pe. 3:4,12) 
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   Amados hermanos: 
 
   Perseveremos en la oración para que la paz sea en todas las 
   naciones y entre todos los hombres. Así, convertidos en 
   portadores de la luz, podremos penetrar en todos los ámbitos 
   llevando un mensaje de paz y de concordia a todos los 
   rincones de la Tierra. 
 
   Que la paz del Padre sea con todos nosotros 
   Tu hermano en el Señor 
   El Pequeño Labriego 
 
 
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