Pensar en el
mundo
El
Tzadik Jaim de Zans casó a su hijo con la hija del rabino Eliezer. El día
después de la boda visitó al padre de la novia y le dijo: “Ahora que somos
parientes me siento más cerca suyo y puedo confiarle lo que corroe mi corazón.
Vea, mi pelo y mi barba están blancos y aún no he reparado mis faltas”. “Oh,
amigo mío, replicó el rabino Eliezer, usted piensa demasiado en sí mismo, ¿Qué
tal si se olvida un poco de sí mismo y piensa en el
mundo?”
Todos
debemos buscar en nuestro corazón, elegir un camino particular, lograr la unida de nuestro ser, pero no
solo para nuestro propio bien. Comenzar con uno mismo, pero no terminar en uno
mismo. Tomarse a uno mismo como punto de partida, pero no como objetivo final.
Comprenderse a uno mismo, pero no sólo preocuparse por uno mismo.
El
hombre que ha estado perdido en el laberinto del egoísmo y que siempre se ha tomado a si mismo
como objeto central del mundo, pude cambiar, volverse a D´s y a quienes lo
rodean y encontrar el camino de la realización en la tarea que le fue destinada.
Todos somos responsables por nuestros hermanos, todos somos guardianes de
nuestros hermanos, levantemos la vista y extendamos la mano.
Shabat
Shalom
Rabino
Fabián Skornik